Me gustan los aviones - Introducción

No penséis mal... no me gustan por el piloto o por la excitación de follar en el cuarto de baño. Me gustan porqué se han convertido en mi sitio favorito, sentada al lado de un centenar de desconocidos sin salida, para imaginar las escenas de sexo más tórrido e indecoroso.

Unos juegan a marcianitos, otros esperan el servicio de a bordo para comprobar la longitud del uniforme de las azafatas, yo, simplemente, viajera asidua por trabajo, me aseguro el cinturón, cierro los ojos, tenso los músculos… y me imagino salvajemente toqueteada mientras atiendo las pollas de media docena de pasajeros con total devoción.

Un pasatiempo como cualquier otro.

Por cierto, me llamo Miss Coco y este, es mi primer relato.

Madrid, Terminal 1, Aeropuerto de Barajas

13 de marzo de 2016, 09:50 a.m.

La sala de embarque de la puerta A7 está repleta cuando llego. No me siento nada cómoda en el traje chaqueta azul cobalto que me he puesto al cambiarme para ir al aeropuerto. Siento que es demasiado ajustado y que las únicas medias que encontré en el cajón al salir, son las autoadhesivas sin liguero para citas con expectativas, poco adecuadas para un viaje de negocios a Atlanta.

Veo un asiento libre en la puerta contigua y me apuro hacia el lugar. Siento algunas miradas repasando los detalles que provocan mi malestar, sin reparo alguno. Supongo que es la consecuencia de mis grandes ojos miel, rodeados de una larga melena castaña, que contrasta con el atuendo serio de mujer de negocios de metro setenta con 10 centímetros de tacón añadidos. Bueno, y esas piernas largas coronadas por un trasero desmesurado puesto en valor por la falda del traje, una talla menos de la habitual. Enfin, que miren. Pobres infelices. Esta noche les robaré el sueño.

Me dirijo a ese rincón de la puerta A8, que parece tener al equipo de algún deporte indefinido congregado. Me siento de piernas cruzadas, y me dedico a contestar los últimos correos electrónicos sobre la presentación a la que me dirijo en mi teléfono. Concentrada en el trabajo, de repente empiezo a oír el típico sonido de la cámara de fotos de un dispositivo móvil cerca. Shclac. Shclac. Levanto la vista distraída y me encuentro a un joven imberbe, con los ojos fijos en mi y el brazo atándose las deportivas con el móvil tocando el suelo. Shlac. Lo acabo de pillar infraganti fotografiándome debajo de la falda. Mientras decido si debo montar un escándalo o echarme a reír a carcajadas, el pobre se ha quedado paralizado por el pánico. Un adolescente salido. ¡Qué novedad! Le miro con cara mosqueada y le levanto una ceja inquisitiva. Él enrojece, levanta el brazo rápidamente y retira la mirada cabizbajo.

No han hecho falta palabras.

Vuelvo al móvil con ganas de trabajar un poco más cuando recibo el típico whatsupp de un ex cariñoso.

"Cierra las piernas, furcia ;) Q tal t va?

En el aeropuerto... con un salido delante!

Jajaja pq siempre consigues ponermela dura?!? O_O

Pq TU eres el rey de ls salidos :D

Pues claro!!! ;) asi puedo pedirte q me abras esas piernas interminablesss :)))

Mmmmm

En nombre d todos los salidos dl mundo xfavooor ricura… dale unas buenas vistas!!!"

Cierro el móvil con una sonrisa maliciosa. Ha bastado la habitual tontería de Mateo para cambiar mi estado de ánimo. De incómoda con el traje ajustado al poder sexual subiendo efervescente por mis venas, ansiando sentir la tensión sexual florecer alrededor de mi cuerpo.

Decido descruzar las piernas perezosamente y estirar una de ellas sin pudor. Un fino zapato alto de cuero negro la corona. Siento al chico observando. Busco algo en el bolso y veo que no es el único mirando. La hilera entera está llena de chavales atentos. Maldito Mateo… ¡cómo sabe que me gusta sentirme poderosa!

Siento que la falda se ha subido un poco más de la cuenta y se vislumbra la puntilla del alto de los medias. Mis pezones se han endurecido. Me revuelvo en el asiento mientras encuentro algo en el bolso que me da más valor todavía. Saco el pintalabios y me pongo el carmín provocativamente. Abriendo y cerrando muy lentamente la boca, esparciendo el rojo con lujuria mientras rejunto los pies y juego a entreabrir ligeramente las piernas a la altura de la rodilla.

El primer shclac que vuelvo a oír me hace sonreír. Eso es lo que quiero, pequeño. Me siento envalentonada como para cerrar el pintalabios satisfecha y abrir suficientemente las piernas para que mi joven fotógrafo inmortalice mis braguitas de encaje blanco. Inmóvil por unos segundos hasta que oigo el esperado shclac. Shclac. Shclac. Desabrocho uno de los botones de la chaqueta, con calma, para que vea la fina camisola de seda interior marcar el inicio de mis pechos. Shclac. Suelto el segundo e último botón, descuidadamente, para que vea mis pezones duros a través de la seda. Shclac. Sacudo distraídamente la melena para que vea el movimiento de mis pechos firmes, pequeños, libres de sujetador… shclac. Shclac.

Muerdo mi labio inferior mientras subo la vista y reconozco esa mirada hambrienta de joven inexperto que no puede creer su buena suerte. Finalmente, sintiéndo todo mi poder, simulo que se me ha caído algo para arrodillarme de perfil, culo en pompa, para darles una última vista de su sexy ejecutiva, rodillas al suelo.

Mi mano se entretiene jugando con la banda decorada de la media, bajándola ligeramente y descubriendo un par de centímetros más de piel pálida…

YA.

Me levanto decidida. Me bajo la falda, me abrocho la chaqueta mientras recojo mis cosas apresurada, vuelvo a intentar bajar la falda alisándola nerviosamente... y me alejo a paso repiqueteante, directa a la cola de embarque de mi vuelo.

Totalmente húmeda.

Totalmente alucinada por lo que acabo de hacer en una sala de embarque de Barajas. Joder. J-O-D-E-R. Hecho una mirada furtiva a la hilera donde estaba sentada y veo un grupo de siluetas agrupadas alrededor del asiento que ocupaba mi joven fotógrafo. Tengo ganas de matar a Mateo, ha conseguido ponerme totalmente cachonda calentando a un adolescente imberbe. ¿Qué diablos me pasa?

Entro en el avión atravesando una primera clase vacía y me siento en mi asiento, 17A, ventana.

Me aseguro el cinturón nerviosa, cierro los ojos y recupero la respiración.

¿Algún voluntario para el 17B?

;)

CONTINUARÁ...