Me gustan los autobuses.

Después de una buena tarde de risas con mis amigos por Madrid, una buena follada con una treintañera casada con un gilipollas para redondear uno de los mejores días de mi vida.

Madrid. Avenida de América. Viernes por la noche. 21:30. Octubre.

Había salido esa tarde con mis amigos de Madrid a dar una vuelta por allí como todos los viernes. Ellos se habían ido a sus casas y yo me iba a la mía, en el sureste de Madrid, cerca de la famosa ciudad de Cervantes, Alcalá de Henares.

Me encontraba en una parada de Avenida de América, esperando

al bus como un montón de gente más. Es increíble lo petado que está siempre el centro de Madrid, la hostia. Qué coñazo de buses, no me llevé el coche porque tienes más probabilidades de que te toque la Quiniela que de encontrar aparcamiento.

Estaba hablando por WhatsApp cuando una voz irrumpió en mi cabeza.

  • Perdona, eres de aquí? Sabes qué bus es el que va a Mejorada?

Una mujer de unos 35 años interrumpió mi tarea. Me fijé en sus atributos faciales, nunca miro primero el cuerpo de una mujer antes que la cara, a no ser que haya algo que me llame demasiado la atención. Era bastante guapa, tenía unos ojos verdes parecidos a los míos, pelo negro, una piel muy bonita y no tenía defectos aparentes. Se daba un aire a la actriz Margot Robbie. Lo que más me llamó la atención de ella fue su coleta. Las coletas son mi mayor fetiche, no puedo ver a una mujer por la calle con coleta porque me pongo malo. Tenía cara risueño-preocupada. Tras analizar sus rasgos, decidí responderla.

  • No soy de aquí, pero ahí en uno de esos carteles creo que lo pone

Le indiqué con el dedo índice. La mujer se acercó a leer los carteles con las diferentes rutas y, tras un corto periodo de tiempo, se volvió a dirigir a mí.

  • No lo veo

  • Espera, te ayudo porque aquí hay un puto lío con los buses que flipas, yo tampoco sé muy bien pero bueno jaja, a ver...

  • Vale, es que estoy más perdida...

Me puse a indagar entre los carteles, había muchos buses que paraban aquí y fue difícil encontrarlo, hasta que lo vi.

  • Mira, aquí, el 282 es el que tienes que coger para ir a Mejorada.

  • 282?

  • Vale, gracias, es que entre que no soy de aquí, no había montado nunca en bus en mi vida y todo, pues... Espérate a ver si salgo de esta, que me da que no jajaja

  • Jajajaja, por? Si solo tienes que subir y apretar el botón en donde quieras que te deje, hasta ahí llegarás no? Jajaj

  • Bua, sí, pero vivo con una empanadilla encima... Sería capaz de perderme hasta en mi casa jaja

  • Jajajaja aaalaa, ya será menos, mujer

Me cayó bien. Aunque soy tímido, con esta mujer sentía que podía expresarme libremente sin miedo a juicios tan solo habiendo hablado dos minutos. Entonces se me ocurrió ayudarla. Iba sin intención de nada, me cayó bien pero ya está, me gusta ayudar a la gente lo más que esté en mi mano siempre, sea quien sea, haga lo que haga falta hacer. Igualmente, en ese instante no se me pasó nada relativo al sexo por la cabeza, sabía que un chaval con 18 años tampoco tendría muchas posibilidades con una mujer de 30 y muchos, la cual lo más seguro era que estuviera casada e, incluso, tuviera hijos. Aunque sí que me ponía.

  • No tengo nada que hacer ahora, si quieres te acompaño y te hago un poco de personal assistance jaja, a ver si te vas a perder por alguna parte chunga que hay muchas y te sale el Brayan con el Yeison navaja en mano

  • JAJAJA ay no me digas eso capullo, que voy a ir aún más acojonada

  • Que es broma jaja, pero hay mazo bandas de esas por Madrid y algunas zonas están llenas de kinkis de esos...

  • Qué dices, qué miedito jajaj. Oye... Va en serio lo de acompañarme? De verdad harías eso por mí?

  • Que sí, no tengo nada que hacer y para verme una peli de estas to' repetidas de Antena 3 prefiero ayudarte. Que me has caído bien hombre jajaja

  • Ay, qué amable, pues muchas gracias, me has salvado la noche jaja :)

  • O la vida

  • Oye, me estás poniendo nerviosa, hablas como si estuviéramos en el Bronx!

  • No te preocupes que estoy exagerando jajaja, estate tranquila. Mira, ya viene el bus.

Miró al bus. El vehículo se acercaba lentamente hasta que redujo la velocidad a cero y, con su característico sonido de salida de aire dio paso a nuestra entrada al interior. Cálido interior, comparado con el frío de cojones que hacía en la parada. Saqué mi Tarjeta Transporte Público, la pasé por el lector mientras saludaba al conductor y esperé y miré a ver cómo pagaba ella, por si tenía algún problema. Habló con el conductor, le dijo el precio del billete.

  • Hostia, si no llevo monedas...

Escuché lo que dijo en voz bajita y saqué mi cartera.

  • Toma

Le di los 3,60 euros que cuesta el billete.

  • Gracias :)

Dijo asintiendo con una sonrisa. Pagó, recogió su ticket y fui a elegir asiento, pero replicó mi decisión.

  • Espera, vamos al fondo, es que me incomoda tener gente detrás, siempre tengo que vigilar yo todo si no no estoy agusto jaja

Fui sin protestar pues a mí también me gusta ver todo y que no me vea nadie. Soy algo paranoico con ciertas cosas, la verdad.

Al ir detrás de ella, me fijé en su culo. Los jeans que llevaba marcaban su silueta a las mil maravillas, no me había fijado antes. Tenía un culo precioso y unas piernas que compaginaban idealmente con él. Vi cómo se movía de lado a lado, como subía un cachete y bajaba el otro a cada paso que daba. Se notaba a kilómetros que hacía ejercicio físico a menudo. Cuando llegamos a nuestros asientos miró rápidamente hacia atrás, probablemente con la intención de cazarme o probablemente porque habría visto algo que llamara la atención. Me miró a los ojos. Me pilló. Levanté rápidamente la mirada de su culo e hice contacto visual con ella intentando disimular. Volvió a girar la cabeza sonriendo levemente y se sentó. Yo me senté a su lado. Empezamos a hablar.

  • Qué calentito tío, puto frío que hace en esta ciudad!

  • Bua, tú porque no vives aquí pero en invierno hace un frío...

  • Puf, qué asco me da el frío, a ti no?

  • Yo también soy de secano jajaj, calor foreva

  • Yo es que soy de Valencia...

Me ponen las chicas bilingües, pero sobre todo las que hablan catalán/valenciano. Comentamos aquello un rato más hasta que la temperatura hizo efecto.

  • Hostia, ahora tengo calor

  • Yo también, voy a quitarme la chaqueta tío que voy a morir aquí mismo

Nos quitamos los dos la chaqueta a la vez. Su chaqueta hacía efecto "verdad oculta". Se bajó la cremallera lentamente hasta que llegó al "click". Se le bloqueó la cremallera, aunque el espacio ya abierto dejaba entrever sus tetas.

  • Oye, puedes ayudarme? Se me ha atascado, joder, esta chaqueta siempre igual

  • Claro, voy

Cogí la cremallera y la bajé. Salió sola.

  • Gracias

Agarró con sus dos manos los lados de la chaqueta, echó la espalda para atrás, sacando pecho mientras se quitaba la chaqueta. Observé, mientras acababa de quitársela del todo, sus enormes tetas. Esa chaqueta era mágica. En su camiseta blanca salieron a flote dos gigantes tetas que hacían relieve en esa camiseta que conjuntaba perfectamente con sus jeans azules, dos tetones como dos sandías que hacían variar las arrugas de su camiseta con cada movimiento. Me quedé embobado. Me puse cachondísimo, qué pedazo de tetas que no paraban de rozar su camiseta. Quién fuera 100% algodón. Este efecto se notó en mis pantalones cuando, de la nada, un bulto que sobresalía por debajo de la tela del bolsillo izquierdo apuntando a ella, emergió. Intenté ocultarlo, pero ella ya lo había visto. Miré tímidamente sus ojos y vi cómo echó una mirada rápida sobre mi paquete. Abrió mucho los ojos durante un instante, algo de mi rabo le llamó la atención. Desvió la mirada y sacó su móvil para ver la hora. Yo también me quité mi chaqueta, ese calentón más la temperatura del bus me dio un calor asfixiante. Me la quité y quedé con mi camiseta petada y el sudor empezando a salir por mis poros. Me examinó con la mirada durante unos segundos y habló.

  • Joder, estás tocho eh?

  • Tochomierda

  • JAJA en serio, tú partes nueces con los brazos como mínimo

  • La verdad es que no jajaj

Me gusta que las tías me digan que estoy tocho. Me tocaba brazos y pecho juguetonamente. Prácticamente ya éramos amigos.

  • Oye, no me has dicho cómo te llamas!

  • Hostia, es verdad jaja, yo Sergio, tú?

  • Sira :), encantaaadaa jajaja

  • Jajaja encantado, encantado, Sira :)

Seguimos hablando durante todo el trayecto, en el cual yo no pude dejar de fijarme en sus pedazo de tetas cada cierto rato, al igual que me di cuenta de que ella también me miraba la polla de vez en cuando, gracias a lo cual la tuve todo el trayecto dura como el eje de un tren. Y es que todavía soy un adolescente, no puedo controlarme. Se deshizo la coleta y empezó a jugar con su pelo mientras hablábamos, me miraba a los ojos mientras lo hacía, y eso me ponía a mil.

Llegamos a una parte de la conversación crucial, no sé cómo me atreví pero, en una acertada ida de olla, saqué el tema parejas sin quererlo.

  • Y qué, vas a Mejorada a ver a tu marido/novio/lo que sea o qué?

  • No... Voy a ver a una amiga que hace mucho que no veo, por su cumpleaños... Mi marido... Es que verás, estoy casada pero últimamente no hace más que complicarme, siempre viene super tarde a casa, a veces borracho, me trata mal y me oprime muchísimo, estoy hasta el coño de él, sinceramente... Le tengo aprecio pero...

  • Pero... Pero?

  • Es que...

Tardó en contestar.

  • Qué? Tienes problemas con él?

  • No, no es eso... Es que... Además de todo eso...

  • Queeeé, dime yaaarrr jajajaja

  • Es que la tiene muy pequeña.

Me quedé flipando, me esperaba cualquier otra respuesta menos esa. La verdad es que me dio pena toda su situación a la vez que me hizo gracia.

  • Bueno mujer JAJAJA, cada uno va con lo que le ha dado la vida, no es su culpa jajaja

  • Ya, antes aguantaba aunque la tuviera pequeña, pero es que con lo que ha cambiado a nivel personal me cuesta seguir enganchada en la relación...

Se me ocurrió que mi trabajada polla de 21 centímetros la satisfaría, pero estaba casada, me sentiría mal por el hombre (aunque fuera el típico imbécil) y tampoco creí que fuera a estar dispuesta a echar un polvo con un adolescente, sinceramente.

Dos minutos después leí en un cartel electrónico del interior del bus: "PRÓXIMA PARADA: MEJORADA DEL CAMPO". La avisé.

  • Atenta Sira, es la siguiente parada

  • Oh, ya? Joder, qué rápido se me ha pasado jajaja

  • Y a mí jaja :)

Nos miramos, como durante todo el trayecto. Había feeling.

Llegó la hora de bajarse, era muy de noche y ese pueblo parecía

fantasma, no había ni Dios a esas horas en la zona en la que paró el bus. Le recordé que cogiera su chaqueta y ella a mí me recordó la mía. Se abrió la puerta del bus y, como a la subida, bajé mirándole ese culo que me tenía loco. Puro culo de gimnasio. Habló.

  • Vale, a ver Sergio, mi amiga Raquel dijo que llegaría de trabajar sobre las 00:00 - 00:30 , son las 23:00, quieres ayudarme a buscar su casa? Hace años que no vengo aquí... Me dijo que dejaría unas llaves debajo del felpudo, cuando la encuentre si quieres ya te podrás ir jajajaja

  • Claro, vamos a buscar, si ya te he dicho que para estar tocándome los huevos a dos manos en mi casa mejor estoy aquí contigo dando una vueltilla jaja

  • Jajaja venga, pues al lío

Dimos vueltas y vueltas, muy perdidos, a lo mejor estuvimos cerca de una hora andando para allá y para acá. No mintió, esta chica llevaba una empanada encima que no se le iba ni con Fairy. Hablamos y hablamos, manteniendo el contacto visual casi permanentemente, tonteando y diciendo juegos de palabras con doble sentido.

En el camino a la casa, en un callejón estrecho cerca de unas naves, nos encontramos con un grupo de yonkis de mierda. Me preguntaron a dónde iba, que este era su territorio. Les dije que no quería problemas, suelo ser bastante pacífico y la violencia la dejo siempre como último recurso, prefiero hablar las cosas. De repente, el más pequeño y el que parecía el líder, nos sacó una navaja. No tenía miedo, pasé gran parte de mi vida haciendo deportes de contacto contra gente muy preparada y fuerte y, sinceramente, aquel enano drogadicto me impuso poco respeto. Se levantaron sus otros dos amigos del suelo, uno era bastante alto, el otro de mi estatura. Hablé con ellos mientras Sira me miraba y se colocaba detrás de mí.

  • Escucha, no vengo aquí a quitaros el territorio ni a buscar problemas, ni siquiera soy de aquí, así que guarda la navaja

  • Mira este que me dice a mí lo que tengo que hace

Me intentó cortar en el brazo, más con la intención de darme miedo que de ir a hacer daño de verdad. No busco la violencia pero los yonkis me tocan los cojones demasiado, y esta vez reaccioné de distinta manera a la que acostumbro debido a la presencia de Sira. No iba a dejar que un drogadicto hijo de la gran puta le hiciera daño. Tras la intentona de cortarme, le metí un puñetazo en la cara que lo noqueó totalmente. Quedó en el suelo echando sangre por la nariz, atontado y demasiado aturdido como para ponerse de pie otra vez. El de mediana estatura fue a por Sira. Lo vi y lo agarré del cuello. Ni yo mismo sabía que tenía tanta fuerza, y es que me la dio toda ella. Sentí la necesidad de protegerla como si la conociera de toda la vida, como si fuera mi hermana. Lo lancé contra la pared del callejón, ese hijo de puta voló varios metros hasta chocar y quedar aturdido en el suelo debido al impacto.

El último, el más bruto y grande, vino directamente a por mí. Demasiado torpe para hacer algo, drogadicto y grande; tenía todas las facetas para durar poco por su lentitud. Aun así, el tío seguía siendo una mole de 1,95, por lo que para asegurar su knockout me ayudé de un palo que había cerca de mí. El tío fue a placarme y atraparme en el suelo. Fue fácil de esquivar. El bicho cayó con los brazos delante y se dio de bruces contra el suelo. Sonó un tremendo barrigazo que me dolió hasta a mí. Probablemente le quedarían pocas piezas dentales, pues observé cómo pequeños fragmentos de dientes se esparcían por el suelo. Aproveché que estaba en el suelo y dolido para atacar. Partí aquella contundente rama en su cabeza, y allí quedó, en estado vegetal para unas pocas horas o días. Observé el panorama y vi a Sira mirándome y a los 3 yonkis fuera de combate.

  • Dios...!

Estaba con la boca abierta y los ojos super abiertos.

  • Lo siento, no quería, de verdad. Perdón por el espectáculo pero no iba a dejar que te tocaran...

  • No digo Dios por eso. Digo Dios porque acabas de noquear a 3 hombres de una tacada. Estás más fuerte de lo que parecías, que ya es decir jajaja, increíble

  • No me gusta hacer esto

  • Ha sido defensa propia, Sergio

  • Vale, vámonos de aquí, anda, que esto se va a poner negro dentro de poco... Te dije lo del Brayan y el Yeison o no? Jaja

  • JAJA sí, pero parece que no son mayor problema para ti jajaja

  • Jajaja venga, sigamos buscando, deprisa

Salimos de aquel callejón oscuro y continuamos nuestra búsqueda mientras hablábamos de lo que había pasado ahí detrás. Se deshacía en elogios hacia mí, no dejaba de mirar mi camiseta blanca sudada y mis brazos. No puedo con eso, me pone demasiado cachondo que me miren el cuerpo, no puedo. Tras unos diez minutos más andando, por fin llegamos a la casa.

  • Ueeee jajajaja, esta es Sergio

  • Menos mal, vaya pateo tú, me duele la vida jajaj

  • Jaja bueno ya tranquilito, fin de la búsqueda. Qué vas a hacer ahora?

  • No sé, ya he cumplido, supongo que pa' mi casa a dormir

Estaba cansado y lo único que quería era dormir de una puta vez. Aunque, si te digo la verdad, no me importaba follármela en cuatro y aplazar el sueño.

  • Pasa un ratito anda, puedes dormir aquí si quieres, no todos los días se acaba con 3 tíos como lo has hecho hoy...

  • No sé... Tu amiga te deja meter a gente que ella no conoce en su casa?

  • Le diré que te he metido yo jaja

  • Bueno, tú sabrás jajaja

Metió la llave en la cerradura, lo cual me puso a cien. Con esa tontería me empalmé, por meter una llave en una puta cerradura para abrir una puerta, pero es que iba más caliente que la vitro de Satán, más cachondo que un prepuber y con la polla más dura que una barra de pan del mes pasado. Mi pantalón iba a explotar, y eso que mi rabo apuntaba a la izquierda y no hacia delante. Salía por el bolsillo la cabeza de la polla enterita.

Me miró a los ojos durante un instante mientras abría, con una expresión pícara de felicidad. Abrió la cerradura, empujó la puerta y entramos los dos en la casa de su amiga Raquel.

  • Qué calentito, cómo ha cambiado su casa desde la

última vez...

  • Ohhh, Dios, creo que me quedo a dormir aquí, y si me deja a vivir también jajajaja, qué ideal la temperatura

  • Ya ves, tío, qué ganas de quitarme la ropa y ver la tele con el pijamita...

  • Pijama de tío de sobra aquí no habra, no?

  • Pues no creo, está solterona jajajaja

  • JAJA bueno...

  • Te puedes quedar en boxers si quieres

Cuando parecía que se me estaba bajando la erección, irrumpió de manera colosal otra vez en mi pantalón. Me olía a kilómetros lo que iba a pasar, aunque no podía dar nada por hecho y ella seguía casada.

  • Voy a ponerme el pijama, ahora vengo

  • Vale, yo también voy a ponerme mi "pijama" jaja

Subió al piso de arriba y yo encendí la tele que había en el salón, que conectaba directamente con las escaleras por donde ella había subido. Mientras tardaba la hostia hasta para ponerse un pijama (como buena mujer...), me puse a ver la tele, dándome un poco igual lo que estuviera viendo porque realmente lo que quería era erosionarle el coño a base de lametones, y no pensaba en otra cosa. Haciendo esto me di cuenta de la mierda en la que se ha convertido la programación televisiva a octubre de 2016.

Sonaron pasos en el piso de arriba, parecía que iba a bajar. Ya era hora. Miré a las escaleras. Cada escalón que bajaba se mostraba un poco más con su pijama. Recorrió el ùltimo escalón, hasta que puso pie en el salón. Menudo pijamón.

La analicé de arriba abajo. Como "pijama" llevaba un tanga negro para la parte de abajo que dejaba ver su chochito depilado, y una especie de top por el que asomaban ligeramente por la parte inferior sus descomunales tetas naturales para la parte de arriba. Volvió a hacerse la coleta, supongo que esperándose lo que iba a suceder. Mi polla era una bomba de relojería y cada vez que la veía restaban minutos.

  • Jo-der, Sira.

  • Jajaja bonito o qué?

  • Precioso

  • Cuando me pongo pijamas cómodos mi marido dice que soy una puta zorra...

  • Tu marido es un gilipollas de mierda y no sabe apreciar lo que tiene delante...

Sonrió levemente y se sentó en el sofá en donde yo estaba, a mi derecha, frente a la tele. Después se acurrucó en mí con las piernas dobladas encima del sofá y su cabeza apoyada en mi brazo derecho. Sin decir nada me quité la camiseta y los pantalones despacito, y la volví a acurrucar sobre mi hombro, quedándome en boxers ante el riesgo de poder empalmarme en cualquier momento. Me sentía en el cielo, que una chica se acurruque en mi hombro es de las cosas que más me gustan en la vida.

Mientras escribía un WhatsApp a mi padre diciéndole que un "amigo" me había invitado a dormir a su casa, la empecé a acariciar el pelo y a jugar con la coleta. Le di un beso en la cabeza, no sé por qué, me dejé llevar por mi subconsciente. Levantó su mirada de la televisión y me miró a los ojos unos 5 segundos, y recondujo su mirada a la televisión. Estuvo callada unos segundos. Habló.

  • Sabes? Para tener 18 años sabes cómo tratar a una chica, cómo hacerla reír, sabes lo que le gusta aun sin apenas conocerla... Eres perfecto, guapo, atento, inteligente, fuerte... La antítesis de mi marido, vaya...

  • Me has caído muy bien, suelo ser muy tímido pero contigo supe desde la primera vez que mis ojos tuvieron contacto con los tuyos que seríamos como Bonnie y Clyde... Hay personas que me infunden confianza a la primera y tú has sido una de esas

Se hizo el silencio durante unos 5 segundos. Me miró a los ojos. La miré. Me cogió la cara y me tumbó en el sofá violentamente, encima de mí, me miró fijamente y mi corazón estalló. Pegó sus labios a los míos con una fuerza y una rabia dignas de un boxeador y empezó a comerme la boca lenta pero violentamente. Me tenía ganas. Agarré su culo y lo estrujé, era incluso mejor de lo que había pensado, qué culo más tonificado. Pensar que iba a meter 21 centímetros de carne dentro de ese culito cerrado me encendió sobremanera. Lo apreté

con todas mis ganas y fuerzas, a la vez que apreté mi polla enjaulada por los boxers contra su chocho, deseando de ser libre para entrar en su rajita y salir, entrar, salir, entrar y volver a salir.

  • Tú. Tú sí eres un hombre. Eres MI hombre.

  • Prepárate para la mejor follada de tu vida, Siri.

Seguimos comiéndonos la boca. Noté a través de la tela de mis boxers la tremenda humedad que estaba desprendiendo su coño. Decidí que ya era hora de pasar a la acción, así que me quité mis boxers rápidamente, y su tanga lo rompí de una manera brusca.

  • Hijo de puta...

Me dijo entre susurros sonriendo. Agarrándola del culo la movía en el 'eje x', restregando su raja con mi polla, ahogándose ambos miembros en un mar de fluido masculo-femeninos mientras seguíamos liándonos.

  • Qué pedazo de polla que llevas nene...

  • Te la vas a tragar enterita, vas a usar todos los agujeros que tienes.

Se corrió con mis palabras.

Bajó de encima de mí y se puso de rodillas sobándome la polla y los huevos por encima de los boxers mientras yo estaba sentado. No podía más, tenía que acabar con aquel sufrimiento, debía sacármela ya. Y así lo hice. De golpe. Bajé mis boxers rápidamente de manera que mi polla, que estaba apuntando hacia la derecha de la habitación, subió como un resorte y quedó mirando hacia el techo de manera imperial. Mi enorme rabo de 21 centímetros, venoso, gordo y contundente, expuesto a cualquier maldad de mi diosa Sira, irónicamente, una diosa sumisa bajo aquella imponente pedazo de polla.

Con la boca abierta y los ojos como platos, observando fijamente el inmenso trozo de carne que iba a penetrar sus agujeros durante toda la noche, dijo:

  • Sergio...

Cogí su cabeza y la empujé hacia abajo hasta que sus labios tocaron la piel depilada de mi pubis. La mantuve así unos 3 segundos. Se la tragó enterita. La ayudé a levantar la cabeza y sacarse la polla. Me miró a los ojos fijamente. Agarró mi polla y empezó a chuparla ella solita. Lamía desde mis huevos hasta la punta, chupaba la punta que entraba con dificultad en su pequeña boquita. Alrededor, el frenillo, la corona. Aspiración. Mordisco. Siguió bajando y mordiéndome el tronco. El dolor es lo que más dura me la pone. Veía como, mientras mordisqueaba, me intentaba hacer una paja en su mano que no cerraba ni de coña el diámetro de mi polla. Y siguió bajando, y chupando, para después volver a subir lentamente dejando su camino de babas sobre la parte inferior de mi miembro como un caracol.

  • Quieres que te destroce el coño, verdad? Eso es lo que llevas queriendo desde que me has visto en la parada...

  • Quiero que destroces cada agujero de mi cuerpo, méteme la polla como si de un ariete romano se tratase, quiero que me folles con esa megapolla hasta que suplique piedad entre lágrimas, Sergio...

Aquellas palabras hicieron que saltara como un resorte de mi posición sentada, me puse de pie inmediatamente y la levanté del suelo en brazos. La alfombra que había debajo del sofá, y el sofá, estaban perdidos de nuestros líquidos corporales.

La coloqué mirándome a la cara, con las piernas sobre mis brazos. Y se la metí de golpe.

  • AAAAAAAAHHHH!! OHHH... Ohhhhh...

Un alarido de dolor, seguido de un gemido-explulsión de aire

salieron de su follada boca pringada de la mezcla de mi líquido preseminal y sus babas. Qué coño más apretado, qué caliente, notaba las paredes de su chocho ciñéndose contra mi polla. En cada sacada sufría por el medio segundo en que mi polla salía de aquella zona de confort. Le temblaban las piernas.

Decidí explorar la zona superior de la casa mientras me la follaba duramente en mis brazos de gimnasio y le metía y sacaba la polla totalmente entera en cada arremetida. Subí las escaleras mientras gritaba de placer, o de dolor, no lo sé, solo sé que esos gritos me la ponían cada vez más y más dura, y me motivaban para arremeter cada vez con mayor fuerza contra su rajita. Conforme iba subiendo las escaleras, iba

dejando más flujo por el suelo. Estaba poniendo el parquet de cojones...

En el piso superior había varias habitaciones, de las cuales elegí una como la primera para echar un vistazo. Parecía la habitación de su amiga. Me acordé en ese momento que dijo que Raquel estaba soltera, por lo que debería tener más juguetes sexuales que la propia tienda en su habitación. Bajé a Sira de mi polla y la tumbé en la cama de Raquel, y abrí un armario. Tras buscar un poco encontré un arsenal de juguetes raros de todo tipo, desde vibradores enormes hasta "strap-on"s. Las juergas que se tenía que montar serían para verlas en vídeo, varias veces. Cogí unas esposas.

  • Esas esposas no te rodean la polla...

Se mordió los labios y me miró a los ojos sonriendo pícaramente.

  • No son para mi polla.

La até de manos y piernas a las patas de la cama, me miraba constantemente, sentía el miedo en sus ojos. Sabía que tenía miedo, pero los miedos se vencen afrontándolos.

Me puse de rodillas con la punta de mi polla rozando sus labios menores, con ganas de entrar en su boca menor. Intercambiaba miradas con el techo y con mis ojos. Entonces decidí que ya se había acabado el recreo. Cogí su cintura y la ensarté. De una.

  • AAAAAHHHH AAAHHH Aaaaaaahhhhh!!

Gritó para todo el vecindario. Empecé con el movimiento de ariete de nuevo, notaba el fondo de su coño en cada arremetida. En la posición en la que se

encontraba, al meterle mi polla se podía notar por su zona púbica y casi en la tripa mi miembro por debajo de su piel. Mi polla ganó fuerza al ver por dónde le llegaba cuando estaba entera dentro. Le llegaba la polla hasta la puta tripa.

Estaba concentrado viendo cómo mi polla se podía palpar tocando la piel de mi hembra, cuando me di cuenta de que estaba llorando. Paré, saqué mi rabo de su chocho y fui a besarla y a hablar con ella, para ver si se encontraba bien.

  • Sira, estás bien?

  • Aaaahhh... Sergio...

Hablaba entre leves lágrimas.

  • Sergio...

La besé cerca de la boca.

  • Fóllame más, por qué coño paras... Más duro, más fuerte, más rápido, más...

Dijo entre sollozos. Entonces supe que las lágrimas eran de placer.

Le quité las esposas, me puse encima, le cogí la cara y le comí la boca, mientras restregaba mi polla por encima de su chocho drenante y del que borboteaban flujos vaginales. Ella cogió mi

cara e hizo lo mismo.

  • Eres un bruto, hijo de puta. Me has roto el coño.

  • No hables en pretérito perfecto todavía porque esto no ha acabado.

Sonrió. Llegó el momento que más me gusta en un polvo. La di media vuelta, la puse a cuatro patas y le separé las piernas un poco. Estaba presenciando ese culazo con el que había estado flipando desde la primera vez que lo vi para coger asiento en el autobús pero, esta vez, sin jeans de por medio. Y a punto de rompérselo.

Le puse la polla encima. La restregaba hacia delante y hacia atrás por la raja del culo, mis huevos impactaban contra su chocho del cual, aun sin follarla, seguía saliendo flujo. Puse los pulgares de mis manos apretando mi venoso pollón por el blanco culito de Sira.

  • Sergio, métemela de una puta vez, estoy chorreando como nunca... Métemela, por favor, necesito esa polla dentro de mi co...

Se la había metido entera.

  • AAAAAAAAAAAHHHH!!! JODDER SÍ, SERGIO, TU POLLA SÍ Y NO LA DEL PICHACORTA DE MI MARIDO, AAAAAaaaaaahhhh...

Le di más fuerte.

  • AAA AAA AAA AAA AAAAAAA AAAAAA AAAHHH AAAAHHHH AAAH AHH Ahhhhh ahhhhhhh...

No paraba de gritar y eso me ponía mas cachondo a cada grito. El comentario de la minipolla de su marido me puso a mil por hora.

  • Vamos guarra, qué es lo que quieres? Dímelo otra vez.

  • Quiero tu polla, quiero tu pedazo de polla, quiero deshacerme esta noche con esta polla dentro de mí, quiero no parar de recibir en toda la puta

noche AAAAAAAAH! y seguir corriéndome hasta marearme, eso es lo que quiero...

Se corrió cuatro veces en esta posición. En la cuarta corrida la saqué.

  • Por qué par...

Directa al culo. Le metí solo media polla, pues sin lubricante no conseguí avanzar más, a pesar de que le di con todas mis fuerzas.

  • AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!!!! MI CULO HIJO DE PUUTA! DIOOOOS...!!

Hizo muecas de dolor. Seguí metiéndosela por el culo variando el ritmo y la intensidad, joder, qué apretado estaba ese ojete, fácilmente podría haberme corrido dentro. Aunque de lo cachondo que estaba probablemente le habría inundado los intestinos, y aquella idea no me hizo gracia, por lo que decidí que no. Fui intercambiando culo y coño mientras le daba cachetazos. Gritaba la muy zorra, le dolían las hostias que le estaba dando en el culo y es que plasmé mis manos en sus dos soles.

La agarré de la coleta y tiré hacia mí, sus ojos hicieron contacto con los míos, nos miramos fijamente y, en posición de '69 facial' nos besamos, torpemente, debido a las tremendas arremetidas que le estaba dando hasta el fondo del chocho con mi palo. Gritaba como jamás había visto gritar a nadie.

Miré su coño mientras se la metía. Al sacar mi polla en cada arremetida, sus labios menores, estirados al máximo como una goma a punto de romperse, acompañaban a mi polla e intentaban atraparla. Estaban rojos y llenos de flujo. Aquella imagen terminó conmigo, su coño estaba extendido al máximo.

  • Sira, voy a correrme

  • Dentro.

  • Qué dices? Se te ha ido?

  • Córrete dentro de mi coño.

  • Se te ha ido mucho.

Iba a sacar mi polla para correrme encima de su espalda cuando me.agarró de la cintura.

Ahí venía.

...

Dentro.

...

Dentro.

...

Dentro.

...

Dentro.

...

Dentro.

Cinco lefadas eché dentro de su coño. La sensación fue la mejor sensación sexual que jamás había experimentado, nunca me había corrido dentro de una mujer. Sencillamente mágico. Qué calor, qué mezcla de sensaciones, tacto y emociones. Su coño, roto y abierto, lleno de semen cayéndose a borbotones sobre la colcha de la cama de Raquel... Pero aún tenía más lefa.

...

...

...

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Otras cinco lefadas diluviaron sobre su espalda, pelo, culo, pared y sábanas. Estaba bañada en mis fluídos, con la espalda totalmente blanca y un riachuelo en la zona de la columna vertebral, el pelo pringado de mi esencia y su culo, aliviado de mis cachetazos por mi propia pomada. Le masajeé el culo y la espalda, como si de un gel de masaje se tratara, mientras seguía frotándosela por el culo. Dimos por finalizada la follada y se dio media vuelta, quedando tumbada y mirándome a los ojos. Me lancé a abrazarla para hablar muy de cerca y atraer sus labios como un imán hacia los míos.

  • Sergio...

  • Sira...

  • Eres una puta bestia. Follas como nadie, hijo de puta.

  • Gritas como ninguna.

  • Me haces gritar como ninguno.

  • Eres una máquina de follar total, Sira.

  • Hoy quiero que durmamos en estas sábanas pringadas de nuestros fluidos, con ese pedazo de polla dentro de mi coño y tú abrazándome por detrás...

Me pareció bien, ojalá pudiera pasar el resto de mi vida abrazándola por detrás con la polla dentro de ella.

  • Y Raquel? No tardará mucho en venir...

  • Que le jodan, que le jodan a todo Sergio, soy devota y esclava de tu

polla y desde hoy no quiero estar un solo día sin que me partas el chochito como lo has hecho esta noche...

Di media vuelta, la coloqué encima de mí, le metí la polla ya flácida y llena de lefa y flujo en el chocho y la rodeé con mis brazos sobre su espalda. La pegué contra mí, masturbé su culo con mi dedo corazón por última vez en aquella noche y nos liamos hasta quedar dormidos, aún con mi rabo en su interior, fundidos en un solo ser, descansando de la que yo recuerdo como una de las mejores folladas de mi vida.

Por supuesto, seguimos quedando todos los fines de semana para darle polla. Qué acierto el no haber ido con el coche. Qué acierto.