Me gustan las pollas grandes

Charo le gusta las buenas pollas

Hola, me llamo Charo y tengo 42 años, vivo en Almería y físicamente soy alta (1,75), rubia de machas y según dicen con unas buenas curvas. Soy bastante activa sexualmente, sólo tengo un problema en este aspecto: me gustan las pollas grandes y cuando digo grandes me refiero a eso, muy grandes, cuanto más mejor, por lo menos de 25 cm en adelante. Como comprenderéis es difícil encontrarlas, pero yo he insistido y ya he encontrado lo que buscaba, os cuento.

Una amiga algo más joven que yo me invitó a una fiesta en casa de unos primos suyos, como sabía de mi “problema” y dado que yo no estaba muy por la labor de ir me informó que sus primos, son tres hermanos de 28, 32 y 35 años que también tenían uno, eran superdotados y como comprenderéis tampoco se comían muchas roscas, según me informo mi amiga más de una vez sus ligues habían salido corriendo cuando les vieron las pollas.

Me sentí intrigada y acepté ir a esa fiesta. La fiesta en sí fue bastante aburrida y muy pronto la gente empezó a desfilar, mi amiga también se aburría y quería irse, fuimos en su coche, yo no quería y hablé con Carlos y me invito a quedarme a dormir y me acercaría al día siguiente a mi casa. Así que pronto nos quedamos solos los cuatro, Carlos, el mayor, José, el mediano, Luis, el pequeño y yo.

No teníamos sueño y Luis propuso echar una partida de parchís, pero para hacerla más interesante Carlos propuso que cada vez que te mataran una ficha debías pagar una prenda, aceptamos todos y nos pusimos manos a la obra, al poco tiempo yo ya estaba solo con mi ropa interior, un pequeño sujetador de encaje y un no menos minúsculo tanga, en sus calzones ya se adivinaban unos bultos de tamaño más que considerable y la partida prometía.

Pronto y ya que parecía que todos iban contra mí estuve yo completamente desnuda, para poder seguir el juego, alguien propuso realizar unas pruebas en caso de perder, todos aceptamos y rellenamos unos papelitos con lo que se nos ocurrió.

A la siguiente vez perdió Luis y también se quedó desnudo, entonces pude admirar su pedazo de polla y la verdad me quedé sorprendida, era realmente grande, muy grande. Luego me toco perder a mí y tuve que sacar un papelito del cuenco, intrigada lo leí y vi la prueba que tenía que superar, era una mamada a Luis.

Mejor imposible, pensé para mí, Luis por su parte pegó un grito de alegría y rápidamente se acomodó en un sillón de la sala, sus hermanos ocuparon sitio preferente para observar la mamada.

Yo me animé y arrodillándome ante Luis cogí su gran polla con mis manos y la acaricié en toda su longitud ( 23 cm me enteré después) Sacando la lengua lo lamí con delicadeza en toda su longitud abriendo la boca me metí su capullo, que apenas me cabía en la boca, pero haciendo un esfuerzo y echando mano de mi habilidad para tragarme todo lo que sea empecé a meterme “aquello” en mi garganta, poco a poco y a base de esfuerzo llegué casi hasta el final, lo saqué y volví a meter rápidamente. Luis disfrutaba muchísimo dado sus gestos y gemidos, yo por mi parte ya me encontraba totalmente mojada y muy excitada, de repente noté una lengua atacando mi coño y unas manos que hacían presa en mis tetas: eran Carlos y José que, desnudándose rápidamente, se habían puesto manos a la obra.

Entre las caricias de José en mis pechos y las lamidas de Carlos, yo estaba en el séptimo cielo, pronto tuve mi primera corrida, grandiosa como todo lo que había allí, de pronto noté que Luis se tensaba y de su enorme polla empezó a manar leche como de una fuente, era espectacular, qué cantidad, tuve que abrir mi boca y dejar que me salpicara la cara y los pechos, aquello fue tremendo, sin dejar recuperarme Carlos se tumbó en el suelo y cogiéndome en volandas me situó sobre su miembro tieso, yo poco a poco me deje caer y “aquello” fue entrando dentro de mí, no sin ciertas dificultades, pero yo quería más y cogiéndome fuerte me deje caer de golpe, que sensaciones, realmente indescriptibles, estaba llena y bien llena. José por su parte puso su polla a la altura de mi boca y yo rápidamente engullí.

Nos acoplamos de maravilla y gracias a sus meneos tuve un par de corridas más, bueno realmente no sabía si era uno muy largo, "Me gusta que me follen de esta manera" José parece que pensó en mi otro agujero y saliendo de mi boca se fue a inspeccionar mi retaguardia, lamió a conciencia mi agujerito e intentó meter su rabo (26 cm) en el, pero aquello era tal vez demasiado y no había manera de penetrar.

Luis vino en ayuda de su hermano y sacó un tarro de vaselina con ayuda de la saliva, las caricias y la vaselina aquello empezó a entrar, despacio muy despacio, pero al final lo conseguimos y ahora sí que se puede decir que estaba llena y bien llena, “Aaaah… Me estoy corriendo" Luis que se había recuperado de su orgasmo anterior vino a poner su herramienta en mi boca, yo tragué y tragué, me moví y moví y fui de orgasmo en orgasmo.

Al final y casi al unísono todos reventaron en mis agujeros, Carlos en mi coño, José en mi culo y Luis otra vez en mi boca. Derrotados, cansados y satisfechos nos relajamos en el suelo del salón, La noche era joven y unas sonrisas de complicidad adornaban nuestros cansados rostros.

El fin de semana fue especialmente largo y movidito, todos pasaron por todos mis agujeros y yo llegué a mi casa el domingo por la noche realmente rota y satisfecha, había valido la pena.

Como supondréis me los he follado más veces. Otro os día os contaré alguno de mis encuentros.