Me gusta verla follar
Volvemos de las vacaciones y Paco viene con ganas de follarse a mi mujer.... (Este relato es reenviado)
Fueron pasando los meses y continuamos con nuestros juegos, mi mujer disponía ahora de un segundo compañero y yo lo consentía y me gustaba, mejor dicho estaba encantado; en aquella época viajaba bastante y más de una vez cuando por la noche llamaba por teléfono a casa era Paco el que contestaba primero o simplemente no estaban a pesar de que yo acostumbraba a llamar bastante tarde.
Otras veces se iban solos y no aparecían hasta las tantas, yo no solía preguntar donde habían estado, me conformaba con mi imaginación, me masturbaba durante horas retrasando la corrida y solia tener sobre la mesa del salon un rollo de papel higienico para limpiarme de vez en cuando el liquido que salia cada vez que me acercaba al climax, entonces, me retenia, me limpiaba y volvia a empezar esperando su vuelta, mi fantasía y mis recuerdos de verla con otro macho, de ver como ese macho la disfrutaba y de verla disfrutar con él hombre que le daba todo el sexo que él quería y cuando quería me ponía en tal estado de excitación que me habían convertido en un pajero compulsivo, recordaba la primera vez que se la follo en nuestro dormitorio, cuando les descubri o la vez que una tarde de septiembre al poco de nuestra vuelta de vacaciones llame a Paco...
Cuando sono el timbre de la puerta yo estaba muy nervioso, hacia más de un mes que no le veíamos, solo pensaba en lo que podria pasar, mi mujer tampoco podia ocultar su nerviosismo ella llevaba puesto el vestido camiseta estampado verde que parecia de camuflaje a ras de culo y que al moverse dejaba ver el empiece de las nalgas, no llevaba sujetador, estaba deliciosa y es que en cuanto se agachaba un poco dejaba ver un espectáculo maravilloso, me encantaba ese vestido porque ademas sabia que los vecinos de enfrente lo tenian fichado y alguna vez ocultos entre las jardineras utilizaban hasta prismaticos para mirarla a pesar de que su terraza no distaba mas de veinte metros de la nuestra que por el terreno en desnivel quedaba un poquito más baja que la suya. Si yo llegaba a casa y la veía con ese vestido lo primero que hacia era tratar de que no me vieran (para no cortales el rollo) y mirar a ver si estaban, y si estaban entonces procuraba provocar alguna que otra situación caliente con mi mujer y luego mirarles sin ser visto desde la ventana contigua oculto tras el reflejo de los cristales, en cualquier caso eso me excitaba, pero esto es otra historia.
Cuando Paco por fin llego nos saludamos efusivamente como hacen los buenos amigos en cuanto abrimos la puerta, senti como Paco la desnudaba con la mirada, tambien note a mi mujer un poco cortada y nerviosa, nos sentamos los tres en el sofa y poco tardo en instalar una mano entre los muslos desnudos y bronceados de mi mujer que comenzo a acariciar sin disimulo, como quien no quiere la cosa y sabiendo que podia hacer con ella lo que quisiera, mientras repasabamos el veraneo. Tardo poco más en meterle mano y sobarle su trasero, frotaba sus manos por encima de las braguitas de encaje blanco hasta que ella misma decidio quitarselas despues del primer morreo, asi estoy mas cómoda dijo. A mi me hubiera gustado que jugara mas tiempo con ellas y que se las hubiera estirado metiendolas hasta hacer desaparecer la tela en la rajita del coño abrazada por los carnosos labios, la veia putisima cuando le hacia esto. Como ella se encontraba en medio de los dos la empezamos a meter mano y a besarla al alimon, mi mujer encantada y excitada correspondía. Finalmente decidio sacarse el vestido camiseta por la cabeza que tiro sobre uno de los grandes cojines estampados con grandes flores de diferentes colores que se acumulaban unos sobre otros en la pared opuesta al sofa. Ya desnuda nos seguimos enrollando y disfrutando de su cuerpo hasta que Paco la cogio de la melena y la forzo a chuparle la polla durante rato mientras le metia un par de dedos en el culo, luego la puso sobre la alfombra como a una perra y se la follo por detrás. La agarraba con tal fuerza de las caderas que sus dedos quedaban marcados, yo miraba como la follaba mientras deslizaba mi mano arriba y abajo despacio a lo largo de mi pene, mi mujer jadeaba con fuerza y habia apoyado la cara sobre la alfombra aguantando las embestidas ofreciendo su vagina a nuestro amigo que empezo a insultarla y azotarla.
Te gusta puta?, eh te gusta zorra de mierda?.-
Crei oirla soltar varios sies mientras sus nalgas enrrojecian a medida que eran golpeadas por Paco que parecía fuera de sí.
Cuando empezo a correrse, tras un fuerte azote que a mi mujer la hizo gritar la hundió dos dedos en el ano que mantubo dentro hasta que cayo sentado en la alfombra y se los saco.
Buuuff, vaya polvo tia, que ganas tenía de follarte otra vez, buuff.- resopló mientras mi esposa seguia con el culo en pompa dejando ver el semen rezumar del coño, me parecio ver que tenia los ojos encharcados por el dolor.
Te toca.- me dijo.
Acto seguido tome la posición de él que se entretuvo mirandonos con la pilila flacida y un cigarrillo en la mano mientras yo me corría dentro de su perra. No pude por más de imitarle a él y castigarla con dos fuertes azotes, no se si por desquite con esa zorra que me ponia los cuernos o por qué al mismo tiempo que tambien recibía una buena ración de los insultos más bajos de mi parte entre risas de Paco.
Despues de la ducha conjunta en la que Paco hizo notar el contraste entre el bronceado y el blanco del pubis en el que resaltaba la mata de pelo negro justo en el centro del triangulo de Venus, tuvo la idea de depilarle el coño, ella entre risas mientras la enjabonabamos se negó en redondo, al principio, pero luego admitió que la afeitara.
Mi mujer dispuso un par de toallas en el asiento del sofa y otra sobre la alfombra de lana blanca, cuando todo estuvo preparado, él arrodillado frente a ella maquinilla y tijeras en ristre ella subio los pies sobre el asiento y abrio las rodillas como una rana; Paco empezo a coger mechones y a meter tijeretazos en medio de las miradas divertidas de mi mujer y mias hasta que el vello estuvo lo suficientemente corto como para poder pasar la maquinilla, yo miraba, había pelos por todas partes, mi mujer miraba divertida dejandose hacer y estirando y abriendo su rajita para evitar algun accidente. De vez en cuando giraba la cabeza y me ponia los morros para darme un pico hasta que definitivamente alargo el brazo y me rodeo la nuca tirando de mi con suavidad, entendi lo que queria, me tumbe poniendo la cabeza sobre sus pechos y ella bajo la cabeza hasta alcanzar mi boca, nos seguimos besando dulcemente mientras Paco completaba el afeitado, parecia que queria disfrutar del momento. Ella dejo su cuerpo resbalar sobre el asiento y rodeo mi cabeza con sus brazos dejandose llevar y perdímos a nuestro amigo de vista. Comence a tocarme bajando y subiendo la piel suavemente, oiamos la maquinilla repasar el coño; rass, rasss.
Cuando dejamos de oir el ruido del afeitado, apenas pasados un par de minutos, note que ella, como si hubiera sentido una descarga electrica hechaba la cabeza hacia atrás, vi su boca abierta como si gritara, completamente abierta sin emitir sonido alguno, sus ojos abiertos como platos, como con cara de sorpresa, me apreto la cabeza con fuerza y junto su mejilla con la mía, empezo a respirar rapido, note que sus pies buscaban mas apoyo sobre el asiento, evidentemente nuestro amigo se la estaba calzando otra vez, unos instantes aflojo su abrazo sin separarse de mi, duro solo un instante porque otra vez me volvio a abrazar con una fuerza inusitada mientras sentia su pecho subir y bajar, la frente se perlo con gotas de sudor que resbalaban, ya gemia tambien y los dos muy abrazados comenzamos a balancearnos a la vez alante y atras, Paco debio tirar bruscamente de ella porque mi mujer cayo completamente tumbada de espaldas, oi el ruido ritmico que hacen dos cuerpos al follar, y solto un gemido, a cada empuje de Paco ocurria lo mismo, me abrazaba con fuerza la cabeza atrayendome hacia si, mi curiosidad hizo por fín que me separase de ella y me sente sobre mi rodilla, queria verlo, mis ojos se clavaron en el pubis completamente depilado, la raja tan abierta como sus piernas de la cual sobresalian unos labios vaginales muy enrojecidos, llenos de sangre y el clitoris erecto y duro. De su vagina resbalaba liquido lubricante a mansalva, Paco la tenia firmemente agarrada y su atributo de hombre desaparecia mas abajo de la vagina, agarraba sus muslos con sus brazos mientras la sodomizaba brutalmente sacando y metiendo todo lo largo que era el nabo con rapidez al tiempo que la miraba fijamente a la cara, haciendo caso omiso, mas bien disfrutando, de la expresión de entre dolor y sorpresa de mi mujer que pronto opto por masturbarse rotando el dedo indice sobre el clitoris, mantenia abiertos los labios vaginales con la otra mano, le acerque mi glande a su boca y ella inmediatamente lo tomo y comenzo a chupar, ¿te gusta? Dijo Paco mirandome. Consteste con un -si- casi inaudible mientras mi mujer, que debio pensar que se habia dirigido a ella contesto con un -uuumm- al mismo tiempo que afirmaba con la cabeza sin dejar de mamar, su hombre repitio la pregunta dirigiendose esta vez a ella por su nombre, si sigue, si, si, hay sigue, respondio ella, para entonces una de mis dedos habian sustituido a los suyos, estaba a punto de correrse y me parecio que Paco tambien, asi que acelere los movimientos de mi dedo intentando que lo hicieran los dos a la vez. Note como mi polla, se agitaba y empezaba a palpitar dentro de su boca y como poco a poco la inundaba de semen, Paco empezo a resoplar y ha acelerar la enculada, mi mujer tambien empezo a tener espasmos mientras yo aceleraba el ritmo y la presión de mi dedo, ella se mordia el labio inferior para no gritar y sus rodillas intentaron cerrarse inutilmente como diciendo basta, por las comisuras se derramaban hilos de semen y saliba, tosio un par de veces, no pudo aguantar mas y entonces dejo escapar un grito entre jadeos que aceleraron definitivamente la corrida de su amante en lo más profundo de su culo.
Quedo exausta, incapaz de moverse, los grumos de mi propio semen ya licuado resbalaban por los laterales de su cuerpo desnudo desde la barbilla y axilas dejando goterones humedos y blanquecinos sobre el asiento mientras intentaba evitar con contracciones del ano, eso lo supe despues pues Paco me lo contó, que su macho sacara el maravilloso pene que tenia atrapado con el esfinter forzando desesperadamente los musculos de este y moviendo las caderas como queriendo darle aun mas placer, de esto repito me entere despues, yo no me di cuenta, cuando, mientras mi esposa se duchaba, él me lo conto.
Mientras ella terminaba de secarse el se despidio de nosotros, de mi especialmente:
Hasta otra cornudin, ah y no te la folles por el culo, ¿Vale?, ¿Me has oido cornudin?.
Aquella noche se me ocurrio pensar que tal vez nos estuvieramos pasando, pero pudo más la morbosa droga de la adrenalina que me embriagaba cada vez que la veía con la polla de otro en su boca, su coño o su culo que preferí soñar y fantasear con un invierno muy morboso. Quería vivir estas situaciones que me hacían olvidar otros problemas permanentemente, aún a costa de nuestra vida sexual, no me importaba y lo deseaba, en realidad no sabía lo que nos esperaba.