Me gusta ser chófer (TOMO II)
Al estar al servicio de un matrimonio rico se aprende mucho
Me gusta se chófer (Tomo II)
Me gusta ser chófer (8)
Un día estábamos comiendo el servicio cuando Fernanda nos informó que la señora le había dicho que pensaban alquilar un chalet en la costa para el verano y nos trasladaríamos todos a la playa. La verdad es que nos gustó la idea pues la casa era antigua y aunque en invierno era muy acogedora, en verano hacía mucho calor.
Por la tarde D. José me comentó que teníamos que ir a ver, una inmobiliaria que le había recomendado un amigo, alguna casa o chalet en algún sitio de playa.
Una mañana saqué el coche y después de recoger a los señores nos dirigimos a un pueblo turístico de la costa, según llegábamos se apreciaban las grandes mansiones que habían escondidas tras altos arboles.
Los señores estuvieron en la inmobiliaria y desde allí nos acompaño una señorita a ver varias casas, al fin encontraron una, no demasiado grande pero con jardín, garaje y piscina y las suficientes habitaciones para todos nosotros.
El estado después del invierno era un poco descuidado, pero prometieron mandar una compañía de profesionales y dejarla perfecta.
Después de despedirnos de la inmobiliaria nos fuimos a comer, estuvimos en un restaurante de varios tenedores que tenía una terraza cubierta.
Tenían unas mesas con manteles largos color granate y las sillas forradas. Pidieron una paella de marisco y algún plato de picar, D. José pidió vino, la señora champán, yo pedí cerveza pues tenía que conducir, después de los postres D. José saco su puro reglamentario y lo encendió echando gran cantidad de humo, estuvo fumando plácidamente recostado en la cómoda silla, yo estaba sentado frente a la señora. Estaba intentando esquivar el humo del puro cuando noté entre los pantalones el pié de la señora que descalzo me separaba las piernas, lo hice y pronto se posó sobre mi bragueta, el mantel me cubría pero la cercanía del jefe me ponía muy nervioso, estuvo moviendo sus dedos hasta que tuve que sacármela y ella la rodeó con el pié hasta notar que la tenía completamente dura, cuando terminó el puro mi jefe dijo que ya podíamos volver.
Me tuve que apresurar y meter mi polla en su sitio, haciendo tiempo mirando al metre para pagarle.
Cuando nos avisaron de la inmobiliaria que ya estaba preparado el chalet, preparamos un viaje con el servicio para ir llevando las provisiones y hacerlo habitable, salimos una mañana temprano, pues estaba lejos, se sentó a mi lado Fernanda, y detrás iban Gloria y Marisa. Las dos chicas de detrás iban hablando sin parar que tendrían que comprarse algún bañador y demás ropa playera, Gloria prefería un bikini pero Marisa decía que ella tendría que comprarse un bañador, pues se le saldrían los dos flotadores, las tres se rieron.
Fernanda iba inclinada en la ventanilla y en un momento dado fue despasando botones de la camisa que llevaba, mirándome de reojo, yo me hacia el despistado, pero cuando llevaba más de cuatro botones, se levantó la solapa de la camisa y tosió llamando mi atención, la mire y me enseño la teta que se había sacado del sujetador nuevo que se había comprado, se había bajado el tirante y con dos dedos pellizcando el pezón lo estiró fuera de la camisa, yo casi pierdo la concentración y seguí mirando a la carretera, estuvo un rato apretándose la teta con la mano oculta a la vista de las chicas de detrás.
Cuando llegamos, nos dedicamos cada uno a una tarea, yo haciendo viajes a las tiendas a traer comida y arreglar alguna cortina caída o limpiando mejor el garaje, las otras chicas se ocuparon de otras cosas.
Volvimos anocheciendo, cansados pero contentos, habíamos comido bien y nos habíamos divertido contando chistes. Al volver Gloria se sentó delante y las otras dos detrás, pronto el cansancio hizo mella en ellas y las tres se durmieron, yo le cogí la mano a Gloria, se la levanté y la solté, no se enteró, estaba rendida, con mi mano derecha estuve acariciando sus tetas por encima de la ropa, estaban duras y me llenaban la mano, le subí la falda y metí la mano sobre sus muslos, separándolos lo más que pude, pasé la mano sobre sus bragas y con el dedo le acaricié por encima sobre sus labios, ella se sentó mas a la orilla y abrió las piernas del todo, estuve acariciando hasta que se mojaron las bragas, cuando empezó a gemir, saque la mano de entre sus muslos y la dejé dormir.
La señora me dijo si podría llamar a la dependienta de la corsetería y preguntar si vendían también prendas de baño, me contestó que sí, precisamente había recibido las novedades, pero no las había sacado, le dije que mi jefa se interesaba por algunas prendas y me dijo que al otro día se iba a quedar a mediodía en la tienda, aprovechando que su marido se iba de comida de empresa, para sacar todo el género, si queríamos aunque la tienda cerraba a la 1.30 h. podríamos ir sobre las 2 h. que llamáramos con los nudillos y nos atendería tranquilamente.
A mi jefa le pareció estupendo ser atendida en exclusiva y antes que nadie, quedamos en ir a la corsetería y de paso comeríamos fuera.
Sobre las 2 h. llamamos suavemente a la persiana y al momento fue subiendo.
Nos recibió con una sonrisa y nos hizo pasar rápido, no quería que la vieran que se quedaba fuera de horas, pues después se lo pedirían más veces.
Nos ofreció asiento, yo como siempre me quedé en segundo plano, la señora le explico lo que quería, no sabía si elegir bañador o bikini, la parecía excesivo el bikini, pero le atraía la idea.
La chica fue sacando prendas adecuadas a la señora y le iba aconsejando, separaron media docena de prendas y fueron viendo lo que le convenía, tenían más o menos la misma talla, sobre la 95 pero la chica lógicamente tenía las tetas más altas.
La chica se quitó la camisa y entró en el probador, cuando salió llevaba puesto un bañador estampado muy bonito, la sisa de las piernas era muy alta y le hacía unas piernas muy largas, la señora le dijo que se probara un bikini blanco, cuando salió del probador me encantó, le sentaba de maravilla, las tetas sobresalían por encima del sujetador y el pubis se resaltaba muy abultado, a la señora le gusto y levantándose, se quito la blusa y dijo…
--- Me voy a probar yo este, me gusta mucho.
La chica se lo quitó y mi jefa se soltó el sujetador que llevaba allí mismo y se puso el del bikini, por un momento estuvieron las dos con las tetas al aire y pude comparar, las tenían las dos estupendas, si bien la chica las tenía más levantadas, mi jefa tenía unas areolas mucho más grandes. Puestos ya, le dijo que se probaría las dos prendas a la vez para ver el efecto, la dependienta se quito la braga y se la pasó a mi jefa que ya sin nada se la puso y se dio la vuelta preguntándome que me parecía. No le sentaba nada mal, la dependienta desnuda como estaba, le reguló los tirantes del sujetador y le subió la braga con lo que lucía mucho mas, cuando se inclinó para ajustarle la braga se agachó con las piernas abiertas frente a mí, viendo como tenia los labios brillantes.
Mi polla ya estaba bastante dura, no me cabía en los calzoncillos y me la tuve que sacar por el camal y dejarla que siguiera a lo largo de mi pierna.
Mi jefa se quitó el sujetador y se probó otro que tenía un escote muy ancho tipo brasileño, se separó las tetas y me preguntó si se le notaban los pezones, yo me adelante y me fijé de cerca y le dije que todavía no, pero con el agua fría, igual si.
---Entonces ahora no se me adivinan?
--- Pues de momento no, pero con lo grandes que tiene las areolas no tardaran en salirse.
--- Por donde dirías que están ahora?
--- Por aquí más o menos.
Le apreté la teta sobre el bikini donde estaba el pezón y se le asomó rápidamente.
--- Son muy sensibles, señorita los suyos son tan sensibles?
--- Pues sí, también aunque no son tan grandes como los suyos.
--- Paco, quiere comprobar cómo son de sensibles?
--- Claro, cómo no, me permite?
--- Con mucho gusto. Tóquelos lo que quiera.
Le puse la mano en una teta y efectivamente salió el pezón duro como un garbanzo, la otra mano cogió el otro.
Mi jefa pasó la mano por mi pantalón y cogiéndome la polla dijo…
--- Pues este nos gana a sensibilidad, mire como la lleva ya.
--- Si, ya me había dado cuenta, la tiene preciosa. El otro día la note hasta dentro, usted la ha probado?
--- Por supuesto, me ha llenado de leche muchas veces, es una delicia.
--- Paco, porqué no se quita los pantalones y nos enseña la polla?
Me senté en una silla y me quité el pantalón y el bóxer, mi polla esta dura apuntando hacia delante, me acerqué a las dos damas y me cogieron una de la polla y otra de los huevos, mi jefa me chupo la polla y yo le lamí las tetas a la chica, le pasé la mano entre los labios calientes y le atrape el clítoris con los dedos, abrió las piernas y metí dos dedos en su vagina, me jefa me ponía la polla totalmente dura y me dijo si se la podía meter como se la había metido a la chica el otro día, se apoyo las manos en el mostrador y me puse detrás y se la clave en el coño guiada por la mano de la dependienta, le entró casi de golpe y la chica me iba chupando el tronco mientras se iba metiendo entre los labios de la señora con lo que se metió sin esfuerzo, le cogía las tetas colgantes y la chica me apretaba por detrás las tetas en la espalda, al primer orgasmo de la señora, se la saqué y me volví a la chica le dije que me la chupara, lo hizo mientras mi jefa acariciaba el culo de la chica agachada le metía los dedos en el coño y le mojaba el culo, la chica primero esquivaba la mano pero según subía la calentura se dejo meter un dedo ensortijado, la señora buscó en el bolso y sacó una crema que olía estupendamente y paso el dedo alrededor del culo, cuando la chica me dejó la polla mojada de saliva mi jefa me embadurnó la polla con la crema y le dijo a la chica que se apoyara en el mostrador, ella se paso al otro lado y cogiéndole las tetas se las estuvo acariciando hasta que los pezones estaban duros a la vez, la chica se animó y como tenía delante las tetas de mi jefa, se las cogió y las amaso, hasta que los cuatro pezones estaban salidos, cuanto más se acariciaban más se acercaban sus caras, estaban a unos pocos centímetros cuando le abrí las nalgas a la chica y con la polla súper lubricada, se la apoye en la entrada de su culo y fui apretando, cuando notaba que entraba con más dificultad mi jefa más le apretaba los pezones y más le correspondían, yo desde detrás mire a los ojos de mi jefa y le quiñe el ojo y acortando la distancia que separaban sus bocas le dio un beso húmedo, a la vez que le empujaba yo la polla dentro de su culo, solo suspiró y al segundo empujón, gimió y al tercer empujón y último le mordió el labio a mi jefa comiéndole la boca, mi polla no paraba de entrar y salir en su culo y la chica lo levantaba para que le entrara más polla, cuando sus bocas estaban pegadas se volvió un momento y me dijo…
--- Por favor, me voy a correr, pero no me llenes de leche, estoy casada y mi marido me lo va a notar.
Mi jefa le dijo a ella…
--- Pero su marido le ha metido una polla así alguna vez por el culo?
--- No, nunca, es la primera vez que me la meten.
--- Pues aprovéche y disfrútelo.
--- Paco, métesela hasta el fondo y córrete dentro, llénala de leche hasta que yo sienta el sabor de semen en su boca.
--- Está bien no la saques, sigue hasta correrte dentro de mí, ya veré que le digo, no le he dejado nunca que me culee.
Seguí metiéndosela, mi jefa le estaba comiendo la boca y apretándole las tetas y los pezones, cuando me corrí ella estaba en pleno orgasmo y sus manos también le tenían las tetas apretadas.
Cuando me separé de ella, la cogí en brazos y la subí al mostrador, le separé las piernas y metí la cara en su coño, mi boca absorbía sus jugos y los dedos presionaban el clítoris, mi jefa me cogía la polla por detrás entre mi piernas y me la ponía dura otra vez, lo consiguió al cabo de un momento y se puso delante de mi agachada, poniéndose ella misma la crema y a mí también, se fue haciendo hacia atrás hasta que mi polla apuntando a su culo, se fue metiendo todo el tronco dentro. Con la boca le estuvo lamiendo las tetas a la chica que tenía las piernas subidas y estaba recibiendo otro orgasmo.
Cuando bajó del mostrador, las piernas no la sostenían y se sentó en una silla, estaba sofocada y le salía leche por todos lados, se secó un poco mientras me daba un beso de agradecimiento, la señora se estaba vistiendo y después de recoger los paquetes que le preparó la chica, pagó y le dijo…
--- Me ha gustado el desfile, le invito a comer con nosotros, ya sacará esto otro rato.
Continuará
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Me gusta ser chófer (9)
Cuando llegamos al chalet, las chicas nos estaban esperando, las había llevado por la mañana, estaba todo listo.
Mientras el ama de llaves abría las maletas y llenaba los armarios, los señores estuvieron revisando todos los alrededores y les gustó.
A la mañana siguiente, después de desayunar, fuimos a la playa, estaba nada más salir de la cerca del jardín, yo llevaba las sombrillas, las hamacas ya las había llevado a primera hora, al rato Fernanda les llevó una bandeja con bebidas y frutas frescas. Yo me mantenía en una toalla cerca discretamente, miraba la pareja tan dispar que hacían, D. José, bajo la sombrilla, llevaba un bañador de camal largo atado con un cordón y una camisa suave abierta con un sombrero de paja, la señora llevaba un bikini bastante discreto y estaba fuera de la sombrilla en una toalla, dijo a su marido…
--- Cariño deberías ponerte crema protectora, te vas a quemar.
--- No necesito crema, llevo camisa.
--- Puedes ponerme crema a mi?
--- Es que estoy fumando y leyendo, me dejará las manos pegajosas, llama a alguien.
--- Está bien, por favor Paco, le importaría ponerme un poco de crema protectora?
--- Naturalmente, tiene la piel muy blanca, igual que yo.
Se puso estirada en la toalla boca abajo, me puse entre ella y D. José, poniéndole un chorro de crema sobre la espalda empecé a repartirla, después fueron las piernas y los brazos, luego se dio la vuelta y se puso las gafas de sol, estuve poniendo más crema por el cuello, los brazos y las piernas cuando estaba terminando me tocó el brazo y me señalo a su marido, se había quedado dormido con el puro encendido entre los dedos, temí que se quemara cuando el ascua le llegara a la piel, por lo que abriéndole los dedos se lo quité, él al notar el movimiento se movió en la hamaca y se volvió hacia la otra parte.
Yo seguí con la crema, por el estómago estaba sudando ya, por lo que pasó las manos a la espalda y se soltó el sujetador, sin quitárselo, mi mano secó con la toalla el estómago y le puse crema ampliándola bajo el sujetador, cogiéndole las tetas y apretándoselas, tenía que hacer malabarismos para que no se le cayera el sujetador, cuando estuvieron las dos bien untadas, bajé a los muslos que pronto se abrieron y pasaron bajo la braga rozando las ingles depiladas, tenía el pubis hinchado.
Yo tumbado a su lado estaba recibiendo un buen masaje en la polla de una de sus manos caídas a su lado, había metido la mano bajo el camal de mi bañador y me la había sacado descapullándola.
Al rato de estar tomando el sol, vi llegar a Fernanda que les avisaba que la comida estaba servida.
Entramos en la casa y con la brisa en la cara y mirando al Mediterráneo estuvimos disfrutando de la comida que Marisa nos había preparado.
Cuando terminaron de comer, se echaron a la siesta y nosotros aprovechamos el momento tranquilo para irnos a la playa, quedamos todos y juntos salimos a la arena, hacía calor, pero con la brisa no se notaba, Fernanda llevaba un bañador negro que le sentaba muy bien, Gloria con un bikini bastante escueto, lucia su joven cuerpo y Marisa, con un bañador amarillo claro guardaba sus michelines como podía.
Dejamos las toallas sobre la arena y nos fuimos al agua.
Fernanda entró y metió la cabeza de golpe, cuando la sacó me quedé impresionado, acostumbrado a verla con el moño recogido, ahora se le había soltado y la caía la larga melena sobre los hombros, parecía mucho más joven.
Gloria entro corriendo al agua chapoteando y gritando se lanzó al agua, no había calculado que no había suficiente profundidad, pues solo cubría por la rodilla, pero cuando se levantó no se dio cuenta, hasta que se lo dijo Marisa, que el sujetador se le había bajado y tenía las dos tetas fuera, nos reímos con ganas, menos ella, aunque después también se estuvo riendo mucho.
Marisa entro con miedo, no sabía nadar y saltaba con cada ola que llegaba, no quería pasar de mas de la rodilla, le insistimos y le demostramos que dos metros más adentro llegaba solo al cuello, la llevamos entre Gloria y yo de las manos poco a poco hacia adentro y cuando estábamos casi por el pecho llegó una ola más fuerte y chocando de frente con Marisa, le sacó una teta del bañador, el jolgorio fue general, sobre todo cuando intentó metérsela otra vez dentro del bañador, pero no podía con lo que estuvo luchando con la súper teta bastante rato.
Yo me reía de ellas, por lo que se volvieron todas contra mí y cogiéndome intentaron meterme bajo el agua, por supuesto luché pero eran tres y fuertes, me tumbaron, al estar dentro del agua las manos no tenían dueño y varias veces me cogieron la polla, alguna se entretuvo más de lo normal, yo también procuré tocar tetas y coños pero fue tan rápido todo que nadie se dio por aludido.
Marisa se cansó pronto y se salió a la orilla, Fernanda después de dar unas brazadas se tumbó en la toalla y se bajo un poco los tirantes del bañador para no dejar marcas, Gloria siguió jugando conmigo, quería subir en mis hombros y saltar, para llegar arriba mis manos se cogían donde podían, ella no protestaba, le pregunté si sabía hacer el muerto y me dijo que no, yo le enseñe y cogiéndola por el culo la mantenía flotando, le fui dando la vuelta hasta colocarme entre sus piernas y entrando hacia el mar me quedé hasta que solo me asomaba la cabeza, la pasé entre sus piernas y al pasar sus rodillas le iba dando besos en el interior de los muslos, ella se estaba quieta flotando, mis besos se fueron haciendo más intensos, se iban acercando a sus ingles y sus piernas no se cerraban, al revés se estaban separando mas, tenía los brazos en cruz,
Cuando llegaron a su ingle estuve besando y lamiendo una antes de pasarme a la otra sin pararme en su sexo, ella levantaba su pubis cuando pasaba de largo, con las manos atrapaba sus nalgas y atraía hacia mí su sexo, me fijé que tenía las ingles depiladas, pero el pubis estaba poblado de pelos rizados, le pase la lengua suavemente por toda la ingle despacio, ella se abría más, después la otra ingle, a esta distancia notaba la separación de sus labios bajo el tejido del bikini, mi lengua recorrió la raja de los labios de abajo arriba, se notaba como abría y cerraba los labios de su coño, hasta notaba el bultito del clítoris, me entretenía cuando la lengua pasaba sobre él, el monte de Venus no me dejaba ver su cara, solo la parte baja de sus tetas, el estómago respiraba excitado, con una mano solté el cordón de mi bañador y por la cintura me saqué la polla y los huevos, quería estar preparado para lo que se aproximaba, la tenía dura y esperando, mi labios se adaptaron a la ingle y con la lengua intenté levantar la sisa del bikini, ya pude meter la lengua y tocar el vello púbico, pero en ese momento vi que Fernanda se había levantado y después de sacudirse la arena entraba en el agua directa a nosotros, saque la cabeza de entre las piernas de Gloria y ella decepcionada me miró y con los ojos le indique la visita.
Se dejó hundir en el agua y al entrar pasó rozando la mano por mi polla sin querer, me miro con ojos de pena y poco a poco se fue alejando para después salir a la orilla.
La melena del ama de llaves una vez seca, parecía leonina, flotaba al viento dejando ver sus orejas por primera vez, esta vez no se lanzó al agua, fue viniendo andando sorteando las olas, cuando llegó a mí me pregunto cómo iba el baño, yo que ya me había guardado la polla le dije…
--- Muy bien, está el agua bastante caliente.
Me miró y miró a Gloria que ya estaba tumbándose en la toalla.
--- Sabe una cosa? Le dije, me ha impactado verte la melena suelta, nunca creí que tenías tanto pelo y tan bonito.
--- Pues podías imaginártelo, ya has visto la mata de pelo que tengo en el coño.
--- Es que cuando te tengo tan cerca ya no me fijo más que en tus labios húmedos.
--- Se acercó a mí, me abrazó besándome a la vez que me cogía la polla.
--- Huy que peligro, tiburón a la vista.
Le baje los tirantes del bañador hasta la cintura, sus tetas flotaban en el agua clara del mar, ella me bajo el bañador y mi polla también quedo entre dos aguas flotando sin rumbo.
--- Has follado en el agua? Me preguntó.
--- No, pero nunca es tarde para probarlo.
Metió la cabeza dentro del agua y al sacarla, me enseñó en la mano el bañador negro que se había quitado, la atraje hacia mí y cogiéndola de debajo de las nalgas la eleve mientras ella se hacía hacia atrás y se mantenía braceando solo, la dejé caer sobre mi polla mientras me rodeaba con sus piernas y se clavó poco a poco lubricada por el agua marina.
Mi pelvis no paraba de empujar y retroceder metiéndole y sacándole la polla, mientras su cabellera flotaba alrededor de la cabeza, sus pezones sobresalían del agua brillantes por el sol y bajo el agua se podía entrever su mata de pelo que ocultaba mi polla depilada asomando solo intermitente, cuando se acercaba su orgasmos me dijo…
--- No me llenes de leche, porque si me sigue saliendo me manchara el bañador en el coño.
--- Pues yo no quiero correrme en la boca de un pez.
--- Tranquilo, yo seré tu pez.
Metiendo la cabeza, me chupo la polla mientras aguantaba la respiración y tras dos golpes de cadera le llené la boca de leche caliente, cuando sacó la cabeza soltó en el agua la bocanada de semen que guardaba, que se fue flotando con la corriente.
Nos pusimos los bañadores y salimos separados, yo más tarde para que se me bajara la erección.
Al pasar por al lado de Gloria me fijé que aunque se le había secado el bikini tenía una mancha de humedad en el coño.
Marisa se había quedado dormida y estaba como una gamba de roja.
Continuará
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Me gusta ser chófer (10)
Cuando volvimos a la casa los señores acababan de levantarse, iban muy elegantes, el señor con una chaqueta blanca y la señora un vestido de lino blanco, hasta los pies con una abertura hasta el muslo. Dijeron que habían quedado con sus amigos a cenar. Los llevé a un restaurante en el puerto y quedé en volver a recogerlos más tarde.
Cuando volví a por ellos, me preguntaron…
--- Como lo pasas en la playa, Paco?
--- Muy bien, el sol, el mar, el calor, los bikinis..
--- Jajaja, se rieron ante mi ocurrencia.
--- Te gustan los barcos?
--- Pues me encantan, siempre me ha gustado pasear por los muelles para ver los veleros, sobre todo los antiguos de madera.
--- Vaya, pues tienes suerte, mis amigos tienen un yate antiguo y nos han invitado a comer en él mañana dando un paseo por la costa, a ti te gustaría venir?
--- Claro que sí, pero que hago yo en un yate con dos parejas?
--- Lo pasarás muy bien, le hemos hablado de ti y me han dicho que te podías venir, si te apetece.
--- Bueno creo que nunca tendré otra oportunidad como esta, acepto encantado.
--- Pues mañana venimos temprano y embarcamos, así aprovechamos la mañana tomando el sol, ah! trae bañador y calzado apropiado, de lo demás no te preocupes, estás invitado por el patrón. Jajaja.
Al día siguiente nos fuimos los tres al puerto deportivo, era la primera vez que yo no llevaba el uniforme en el coche, de todas formas siempre llevaba un maletín con una muda interior y unas camisas, por si acaso tenía que salir de improviso.
Aparque en la Marina y fuimos andando por los muelles hasta donde nos había dirigido el amigo de D. José, al fin encontramos el velero y pidiendo permiso, subimos a bordo. Me presentaron al matrimonio amigo, él D. Ricardo tendría unos 55 años, de aspecto jovial y vestido como un verdadero marino, blassier azul cruzada, pantalón blanco y gorra de plato, gafas de marca, me pareció un poco snow, la señora, Lidia no debería llegar a los 50 años, era rubia, delgada pero con un pecho impresionante, habría jurado que era operado, cintura estrecha y muslos torneados, los dos estaban muy morenos.
Ricardo, me enseñó el barco, que era espectacular, me explico cómo funcionaba todo, se notaba que le gustaba navegar, tenía una cabina espaciosa, con un banco corrido alrededor de las paredes y una mesa plegable en el centro, al fondo en la proa una cabina con una cama inmensa y unos ojos de buey que enseñaban las olas suaves, Me enseñó un letrero dorado clavado en una pared que decía que el capitán era la máxima autoridad a bordo, yo asentí y me miró complacido.
Mientras las señoras y me jefe estaban en el salón, Ricardo me pidió que le ayudara a desatracar, yo obedecía sus ordenes, a veces sin conocer los nombres de cada cabo, teniéndome que repetir las cosas, al fin encaramos la bocana del puerto y salimos a alta mar, entonces me preguntó…
--- Paco, te gustaría gobernar el barco un rato?, solo tienes que mantener el rumbo, hoy no vamos a largar velas, iremos a motor.
--- Encantado ahora seré el piloto, verdad?
--- Exacto, cuidado con el tráfico.
Se bajo con sus amigos y estuvieron hablando y bromeando entre copas y aperitivos.
Yo ya estaba pensando que aunque me gustaba gobernar un barco, era bastante aburrido, y pensaba que estarían haciéndolas chicas en la playa.
Al rato subió Ricardo y me dijo…
--- Muy bien Paco, perfecto, ahora ya eres uno más de nosotros, te has ganado el título, ahora ya estamos en aguas tranquilas y como has visto el que manda es el capitán que soy yo, jajaja voy a fondear el barco y vamos a pasar un buen día.
Bajamos donde estaban los demás y me sirvieron una bebida muy fuerte y me alagaron de lo bien que había llevado el barco, la conversación se animaba y de momento Ricardo se levantó y alzándola voz dijo…
--- Amigos, vamos a pasar un buen día, todos a tomar el sol a cubierta.
Salimos y me quité los pantalones y me quedé con el bañador, los caballeros igual, el de Ricardo era muy pequeño y muy ceñido, las señoras en bikini, el de Lidia era mínimo y muy bonito, estaba morenísima, no se le notaban las marcas de la prenda. Mi jefa este día estrenaba el de tipo brasileño, con una cinta que recogía los dos triángulos plisados bajo las tetas, las bragas con dos tiritas muy finas a los lados con un lazo.
Nos tumbamos en unas mantas de rizo sobre la cubierta brillante, con las bebidas al alcance, en un momento dado, Ricardo dijo…
--- Chicos ya estamos listos, toda las prendas fuera, en este barco no hace falta la ropa.
Dando ejemplo se quitó el mini bañador y se quedó con la polla colgando, yo miré a la señora y me dijo con la mirada que siguiéramos la corriente.
Ella se quitó primero el sujetador y luego espero a Lidia que se quitara el suyo pero al ver que se quitaba las bragas, se las quitó también, D. José con el puro en la mano se quitó el bañador y cruzando las piernas siguió mirando las olas.
Yo fui el centro de miradas y rápidamente me baje el bañador y lo dejé cerca, a Lidia parece que le gustó lo que veía, mi polla estaba más baja que nunca, estaba incómodo, pero pronto Lidia se tumbo a mi lado y al otro estaba la señora, se pusieron boca arriba mientras yo estaba boca abajo, y hablaban entre ellas de cómo se había operado las tetas, que seguía teniendo la misma sensibilidad en los pezones, que le gustaba sentirlas duras y podía llevar cualquier vestido que no necesitaba sujetador, mientras le invitaba a la señora a que se las tocase para demostrarle que era verdad, la señora pasaba sobre mí el brazo y le apretaba las tetas y le confirmaba que era verdad todo que le salían los pezones enseguida, también le decía que era multiorgásmica y que bastaba cualquier roce para correrse, parecía que yo era invisible y no me hacían ningún caso, yo no podía volverme pues mi polla estaba pegada a mi vientre hasta el ombligo dura hasta hacerme daño, mi jefa lo sabía y aun le tiraba más de la lengua…
--- Y follas mucho ahora?, tu marido parece que aún está en forma.
--- Que va, mucho bañador mini para marcar paquete, pero tiene una polla pequeña y floja.
--- Pues parece que tiene un buen miembro.
--- Nada, todo fachada, me muero por tener una polla de verdad dentro y notar cómo me llenan de leche, y tú como te va con el tuyo?,
Yo me hacía el dormido, con el culo al viento me entraba la brisa en los huevos que aún se ponían más duros.
--- Mi marido siempre está con el puro en la mano es lo único duro que tiene, jajaja yo también sueño por una buena polla incansable.
Apoyando la cabeza en mi espalda le dijo a Lidia, --- --- Has visto el culo que tiene el chico?
Lidia se incorporó y apoyo sus tetas duras en mi brazo caído, y le dijo susurrando…
--- Te lo has follado ya?
--- No, todavía no, es un chico muy tímido, pero en la playa vi que tiene una polla espectacular.
--- Yo le pongo los cuernos a Ricardo cuando se descuida.
--- Pues yo hace años que no follamos, dormimos separados.
--- Te has fijado que el chico está totalmente depilado?
--- Si, me ha sorprendido, no me lo esperaba, tan tímido él.
--- Quieres que le demos la vuelta ahora que está dormido? Los maridos están bebiendo bajo.
---Bien, pero con cuidado no se despierte, se puede asustar.
Me dieron la vuelta, yo me hice el dormido todo lo bien que pude, pero mi polla no sabía fingir y parecía otro mástil.
--- Vaya polla, cuánto tiempo sin comerme ninguna, Ángela vigila si suben los maridos, se la voy a comer, luego vigilaré yo y se la comes tú,
--- Vale, pero procura que no se corra pues no quedará para mí y la quiero en el coño.
--- Bien tengo el mío chorreando de pensar como me va a llenar.
La rubia me cogió la polla y sin pensarlo, se la metió en la boca hasta la garganta, me apretaba la lengua contra el paladar y aspiraba, me iba a sacar la leche sin correrme.
La señora mientras vigilaba había cogido mi mano dormida y se la había metido entre las piernas, yo le acariciaba el clítoris y le tenía dos dedos dentro del coño lleno de flujos, ella le decía a Lidia…
---Siéntate arriba y clávatela un rato, pero no le hagas correrse eh?
Lidia se sentó sobre mi polla como si no hubiera mañana y saltaba sobre él hasta que se corrió, yo esperaba que se bajara pero continuó hasta correrse dos veces más seguidas, yo no sabía en qué pensar para no eyacular, pero ya no podía resistir, veía entre los ojos entreabiertos como sus macizas tetas volaban sobre mí y hubiese dado todo por morderle los pezones.
Mi jefa viendo en los apuros que estaba le dijo…
--- Vale Lidia, déjame que lo folle yo, tú te has corrido varias veces.
--- Que pena, dejarlo en lo mejor, aún me hubiese corrido cuatro veces más.
Se quedó vigilando, la señora se subió, saltaba suavemente sobre mí, mi polla estaba como en casa, cuidada y mimada, me relajé y pude aguantar a que ella se corriera dos veces, mi polla estaba bañada de los jugos de las dos hembras.
Cuando me iba a correr dentro de la señora, Lidia le avisó que sus maridos estaban subiendo, se bajo de mí y me cubrió la polla con una Pamela que tenía, pasaron por nuestro lado, Ricardo con una pollita desmayada y los huevos colgando y mi jefe apenas se le veía entre la maraña de pelos, no entendía que hacía en la casa de sus primitas.
Cuando habían pasado la señora me sacudió el hombro para despertarme, hice como que no sabía ni donde estaba y con la polla ya baja me levante y bajé a beber algo fuerte, pues tenía un dolor de huevos tremendo.
Al momento estaba Lidia a mi lado y me cogía la polla y se la metía en la boca, yo no sabía qué hacer y mi jefa me indicó que le atacara a fondo,
Cuando la tenía dura como un palo, le arrodillé sobre el diván y le apunte directamente al culo, apenas mojé con saliva el ojo del culo de Lidia y empuje hasta que lo vi desaparecer, ella se quedó con la boca abierta, sin poderla cerrar, le faltaba aire para respirar hasta que se metió todo el tronco en su culo, sus tetas ya estaban en mis manos y la verdad tenía unos pezones muy duros y salidos, cerró los ojos y solo los abrió al sentir que le llegaba el primer orgasmo, luego el segundo y otro más, ya solo me decía…
--- Sigue, no pares, me estas partiendo el culo pero me muero de gusto, córrete dentro, hace mucho que no tengo leche de macho dentro.
Mi jefa me miró y con el pulgar arriba me dijo...
--- Adelante, es toda tuya.
Era la orden que estaba esperando, me corrí todo el semen que tenía acumulado, se salía entre el ano y mi polla, ella con una servilleta se limpió la leche que seguía saliendo y disimuladamente la echo al agua, la siguió con la vista como se alejaba.
Cuando nos sentamos todos a comer, los maridos me hicieron bromas…
--- Mirad la juventud de ahora, con dos preciosidades de mujer desnudas a su lado y la polla ni se le pone dura.
Mi jefa me excusó…
--- Es que es muy tímido, si tuviera la experiencia vuestra…
Después de varias copas de licor y combinados, Ricardo se levantó y andando como si hubiera marejada dijo en voz alta…
--- José, amigo mío, te voy a hacer un regalo, mi mujer Lidia te va a hacer una mamada en la polla, verdad Lidia?
--- Encantada, lo estoy deseando.
D. José se tumbo sobre el banco y Lidia se le puso entre las piernas, enseguida dijo…
--- Huy, donde la tienes? Ah! Es muy gorda, mintió.
D. José abrió las piernas y Lidia de rodillas, se puso a lamerle la polla intentando ponérsela dura.
D. José miró a la señora y le insinuó que debía corresponder a Ricardo, y levantando la cabeza le dijo…
--- Ricardo no sabes lo que aprecio tu gesto, por eso te voy a corresponder con otra mamada de Ángela, verdad cariño?
--- Creí que no me lo ibas a pedir.
Ricardo se puso al lado de D. José y Ángela se colocó también de rodillas entre las piernas de Ricardo, yo estaba sentado enfrente y veía los dos culos frente a mí con los labios del coño mojados.
Ricardo entonces dijo…
--- Chicas, si os aplicáis os haré un regalo, Paco os consolará después, ya veo que se le empina la polla.
Las mujeres, hombro con hombro, se afanaban a lamer las pollas de sus maridos, mientras mi polla ya estaba levantada y a punto, la señora pasando la mano entre sus piernas me hizo la señal de que me arrimara a ellas, yo me acerque y puse una mano en cada coño, les metía los dedos en sus labios y ellas aceleraban los lametones a las pollas de los señores que se iban endureciendo lentamente, me puse detrás de Lidia y poniéndole la polla en la entrada de la vagina, se la fui metiendo lentamente, D. José, dijo…
--- Ricardo se nota que le están dando gusto a Lidia pues me la chupa de lujo, ya lo notarás cuando se la metan a Ángela.
Le tenía cogidas las tetas a Lidia por debajo, estaban durísimas y los pezones le saltaban, mi polla no paraba de salir y entrar y ella se tragaba la polla más o menos al ritmo de mi polla, pronto se corrió por primera vez y casi le mordía la polla, entonces cambié a mi jefa y mojada como la llevada de Lidia se la metí de golpe hasta el fondo, ella abrió las piernas y mis huevos chocaban en su clítoris, Ricardo dijo...
--- José ya lo he notado, tu mujer la mama como nadie, ya le debe haber metido la polla Paco.
Con la otra mano mantenía caliente a Lidia y metía un dedo en la vagina y otro en el culo, mientras otro acariciaba el clítoris, ella movía el culo hacia todos lados buscando mi mano, era una gozada para la vista ver las cuatro tetas bambolearse bajo los cuerpos de las dos mujeres, los maridos solo estaban con los brazo detrás de la cabeza recibiendo unas mamadas de categoría superior, con la pollas casi duras, las cabezas de las mujeres solo hacían que subir y bajar, mi jefa me hizo saber que se iba a correr apretándome la polla con sus músculos vaginales, aceleré el ritmo mientras le metía dos dedos por el culo y le cogía una teta.
Ricardo gritó…
--- José tu mujer acaba de correrse y yo me voy a correr también, me dejas que lo haga en su boca?
--- Por mi encantado, llénale la boca de leche, que le gustará.
--- Gracias me voy a correr, ya me corro.
Ángela recibió el chorro de semen y lo dejó salir entre sus labios sobre la polla de Ricardo.
Yo me pase al culo de Lidia y con los jugos de la corrida de Ángela no tuve dificultad de meter el glande a la primera y con dos golpes más la tuvo dentro hasta el fondo, ella levanto el culo para facilitar la metida, mientras D. José anuncio que se iba a correr también, no tuvo tiempo de preguntar y se corrió en la boca de Lidia que escupió la lechada, Ricardo se había levantado y se sentó a contemplar cómo se la metía por el culo a su mujer, me animaba…
--- Vamos Paco, clávale la polla hasta dentro, se correrá varias veces y la llevarás al cielo.
Ángela se había sentado en el suelo bajo mis huevos y me los iba chupando mientras mi polla entraba en el culo de Lidia, mientras se masturbaba con las piernas abiertas del todo.
D. José se sentó al lado de Ricardo y comentaba como se metía dos dedos su mujer en el coño mientras levantaba las caderas.
Cuando se había corrido un par de veces más Lidia, se la saque del culo y Ángela que la estaba esperando se la metió en la boca y aguantó mis chorros de leche. A los maridos les pareció ideal las corridas que habían tenido sus mujeres por lo bien que les habían mamado a ellos, cuando se sentaron los cuatro ellas me cogieron de las manos y me dijeron.
--- Paco, esto lo tenemos que repetir, te apetece?
--- Estaré encantado.
Al volver a casa, por el retrovisor interior, vi a mi jefa al lado de su marido dormido como se levantaba la falda y abriendo las piernas me enseñaba el coño depilado sin bragas.
Continuará
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Me gusta ser chófer (11)
Al día siguiente no teníamos que ir a ningún sitio, por lo que me permitieron levantarme un poco más tarde, le dijeron al ama de llaves que me había mareado en el barco.
Apenas salí de la casa, había tenido de todo el día anterior y necesitaba reunir fuerzas, por la noche me acosté pronto, estaba a gusto, había luna llena y entraba una brisa que me refrescaba el cuerpo recién duchado, encima de la cama me dormí pronto pero, a la hora de estar durmiendo, oí como se abría la puerta lentamente, no me atreví a abrir los ojos y esperé, pasó una pierna sobre mi cabeza y apoyando unos labios tibios y húmedos en mi boca, me dijo…
--- Quiero que continúes lo que te dejaste a medias.
Y se dejo caer suavemente sobre mi boca. Había muchos datos que identificaron a Gloria sobre mí, su coño tan joven, sus muslos tan suaves, sus tetas tan duras y su voz tan cantarina y ahora suplicante.
Abrí la boca y abarqué todo el coño desde una ingle a otra y con la lengua separé los labios, levantándole el clítoris que sujeté entre los dientes, estuve lamiendo el coño que tantas veces había intentado sin conseguirlo, como estaba con las tetas mirando a mis pies, no le costó mucho agacharse siguiendo a mis manos que tenía sus pezones cogidos con dos dedos y llegar con su boca a mi pubis depilado, lo lamió y buscó la punta de mi polla que estaba sobre mi muslo, la levantó vertical y se la metió en la boca lamiendo el borde con deleite.
Cuando la tuve dura se levanto, se sentó sobre mi pene sin metérselo y apoyándolo sobre mi vientre y rodeándolo con sus labios y su clítoris, estuvo balanceándose hacia delante y hacia atrás, hasta que le cogí de las tetas y amasándolas, las traje a mi boca lamiéndolas, al volver a sentarse se encontró con mi polla casi vertical, que se coló en su vagina estrecha, con algo de dificultad hasta dentro, Gloria suspiró y gimiendo al notar mi glande en sus pliegues, se movió lentamente al principio y rápidamente después, hasta llegar a saltar, se tumbó sobre mí y me dijo…
--- Paco, haz que me corra como nunca, me tienes caliente desde hace mucho y quiero que nos corramos los dos juntos, no he traído condón para sentirte mejor, mañana tomaré la píldora.
Yo solo tuve que levantar las caderas para que tuviera más trozo de polla dentro y ella subiendo y bajando sobre mi me abrazó dándole unos espasmos que junto con los míos nos dejaron agotados, después de un buen rato abrazados se levantó y salió de puntillas.
Tenía una sed terrible y cuando me repuse, Salí al pasillo oscuro, solo iluminado por la luna y me fui a la cocina, en el frigo encontré un zumo natural de naranja y echándole un poco de ginebra me fui hacia mi habitación. Iba descalzo para no hacer ruido pero en una esquina me topé con Marisa, salía de su habitación en ese momento, vestía un camisón corto, se le trasparentaban sus gruesas tetas y sus muslos se juntaban con el vientre, me dijo…
--- De dónde vienes Paco?
--- De la cocina, de beber un zumo.
--- Yo iba ahora, pero pasa un momento a mi habitación y te enseñaré una cosa.
Yo ya estaba desvelado y entre con ella, encendió la lamparita y me dijo…
--- El otro día te hice una paja cubana a toda prisa y quería enseñarte lo que tengo entre las piernas, está deseando que le metas tu polla.
Se abrió de piernas y entre ellas se vio un monte de Venus regordete pero cubierto de una mata de pelo rubia, se adivinaba el clítoris brillante entre sus labios húmedos, saque la polla y ella la lamió mientras yo acariciaba los pezones diminutos para tanta teta y cuando la tuve dura la tumbé en la cama y separándole las piernas, me puse con las mías como una tijera con las suyas, con lo que llegaba más adentro y se la metí toda, como estaba mojada de flujos se enterró entera, su cintura recobro una inusual movilidad y contorneándose sensualmente se corrió quedando yo con la polla atrapada, con sus músculos vaginales medió unos movimientos excitantes que me hizo correr casi detrás de ella, salí de entre sus muslos y me limpió la polla con la lengua, diciéndome…
--- Está en su punto, al dente.
Ya me había desvelado del todo, al pasar por la puerta de Fernanda me dio curiosidad de cómo dormiría, nos había sorprendido a todos con su pelo, con una melena abundante y larga, ahora ya no se hacía moños sino que lo llevaba suelto, excepto cuando iba a ver a los señores que se hacía una coleta.
Abrí despacio su habitación y a la luz de la luna la vi durmiendo plácidamente, estaba tapada con la sabana que se cubría hasta la espalda, la cabellera estaba ladeada sobre la almohada, dormía boca abajo entré y me senté a sus pies, estuve un buen rato viendo como respiraba, al principio parecía una señorita entrada en años, pero ahora se había transformado, no aparentaba más de 37 años.
Fui soltando la sabana del colchón por los pies y subiéndola despacio, apareció un pie, una pierna y a la altura de la rodilla estaba el otro pié, tenía una pierna encogida, seguí subiendo la sabana hasta los muslos, estaban torneados y morenos. Más arriba aparecieron las nalgas, las tenía un poco separadas y más abajo se notaban sus labios vaginales rosados y tibios. Luego sus caderas anchas y suaves con la cintura estrecha y la espalda tersa, a la luz de la luna parecía la silueta de una guitarra española.
No pude resistir la tentación y con la punta de la lengua le fui lamiendo desde la nuca hasta la raja de sus nalgas, Fernanda se movía suavemente y se estiro las piernas dejando los brazos extendidos. Separé las piernas cogiendo los tobillos y deje sus nalgas y sus labios al descubierto, me fui subiendo en la cama entre sus piernas y sacando la polla se la fui pasando entre las nalgas separándolas, ella se ve que estaba soñando pues no decía más que palabras sueltas, apoye los codos a los lados de su cuerpo y sin tocarla me acosté sobre ella, solo colgaba mi polla cerca de su culo y mis manos estaban casi tocando los flancos de sus tetas aplastadas, le di un beso en el cuello, al lado de la oreja y ella se acomodó para recibir más, fui bajando mi polla que se resbaló por entre las nalgas y sus labios mojados, mis manos cogieron sus tetas pegadas a la sabana, solo me apoyaba con las rodillas y los codos, Fernanda separó las piernas más y mi polla apuntó a su vagina ya mojada, solo di un empujón y le metí el glande, ella levanto las caderas al notar su vagina con un poco de polla caliente dentro, y la fue recibiendo hasta que se sintió llena, después me dejé caer y atrapando sus tetas descansé sobre su espalda, le dije al oído…
--- Buenas noches bella durmiente, tienes un cuerpo de infarto, me correría pensando solo en ti.
Ella levanto aún más su culo y se metió mas polla dentro, se volvió y me dijo…
--- Y tú tienes la polla más grande, gorda, dura y caliente que se puede pedir. Me corro cuando me la metes un poco solo.
Se volvió y me dijo…
--- Quédate detrás abrazándome, me gusta que me abraces tocándome las tetas mientras me la metes suavemente.
Metiendo y sacando estuvimos un rato hasta que después de corrernos los dos, nos dormimos hasta la madrugada.
Continuará
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Me gusta ser chófer (12)
Cuando llevaba a la señora a la peluquería del pueblo yo estaba expectante, no sabía que iba a pasar ahora, después de la escena de las hermanas y el día del barco, D. José se habría ya dado una idea muy aproximada de la relación que tenía yo en la casa además de conducir el coche, no sabía cómo preguntar a la señora, estaba claro que estábamos follado cuando podíamos y como queríamos, pero ahora viendo la soltura que tenía y que ya no se ocultaba a su marido y a los extraños, no sabía que terreno pisaba, por fin desde el asiento de detrás Ángela me dijo…
--- Paco, que opinión tienes ahora de los últimos días?
--- Precisamente estaba pensando en ello, no sé qué pensar, por una parte, usted y yo follábamos a placer, después su marido vio como me colocaba sus amigas hermanas, luego el día del barco se descubrió todo y ante todos y nadie se extrañó. Me lo puede explicar?
--- Es un poco complicado, mi marido y yo como sabes, no tenemos vida matrimonial desde hace mucho, cada uno vive su vida, hemos llegado a un punto que nos da igual lo que haga el otro, procuramos no escandalizar a nadie pero a veces nos juntamos en alguna fiesta de amigos de confianza y follamos con quien sea, en este caso te hemos utilizado a ti para que nos follaras a nosotras, de lo cual no me siento orgullosa, y te pido perdón, mientras solo pedían que les diéramos una mamada a cada uno, realmente era como si ellos no estuvieran, solo eran figurantes, eras tú el actor principal que nos hacías gozar a nosotras, somos amigas desde jóvenes y tenemos mucho más dinero que ellos, pero les gusta figurar de nuevos ricos. Por eso no debes preocuparte de nada, todo sigue igual, tu y yo seguiremos follando cuando queramos, si te apetece te recomendaré alguna amiga de confianza pera que cambies de aires. Mi marido seguirá fumando puros, yendo al futbol y visitando a las putas para que se la mamen. Todo OK. Te parece bien?
Me quede helado, con la tranquilidad que resumió el caso y más que sabía los de su marido y todo, claro que si ella le daba una mamada al otro delante de él…
Pasábamos por un tramo de la carretera que estaba cubierto por pinos grandsimos, de momento la señora me dijo…
--- Paco, gira por ese camino a la derecha, rápido.
No me dio tiempo ni de poner el intermitente, pasábamos por un camino cubierto de hojas secas de pino y algunas hierbas habían nacido en el camino, a unos 300 m. apareció una casa grande, encerrada por una valla alta, había una puerta grande con una reja que las enredaderas habían cubierto casi por completo. Aparque al lado y al bajar oímos el ruido del mar, dimos la vuelta y descubrimos que detrás de la casa había un acantilado que bajaba hacia al mar, la señora me dijo desde lejos si llevaba alguna manta en el coche, abrí el maletero y saqué una manta de viaje que siempre llevaba, la señora me esperaba en una mancha verde de hierba bajo tres pinos frondosos,
Se tumbo de cara al mar y me dijo que lo hiciera a su lado, me incliné sobre ella y le bese en la boca, ella me correspondió y abriendo la boca me atrapó la lengua y mezclo nuestra saliva, mis manos abrieron la blusa y bajando la copa del sujetador, saque un pecho que ya estaba excitado, le absorbí la areola con la boca abierta y mordí el pezón, sus piernas se abrieron para que mi mano acudiera bajarle las bragas y acariciarle el coño, mi polla ya era suya, le había bajado la piel y lamía el glande, me desnudó suavemente y se subió sobre mi metiéndose la polla en el coño, se movía lentamente, hacia delante y hacia atrás, yo solo tenía que sostenerle las tetas en mis manos, me miraba a los ojos y se relamía los labios, se tumbó sobre mí y se corrió dulcemente, después se echo a un lado y estuvimos mirando al cielo callados, cuando me levante, le dije que se pusiera debajo, se abrió de piernas automáticamente y me abrió los brazos para recibirme, me dejé caer sobre ella y con cuidado le metí la polla entre los labios mojados, suspiró y me abrazo apretándome los glúteos no tardé en llenarla de leche solo un momento antes de que recibiera el segundo orgasmo, después de descansar, nos levantamos y fuimos a la peluquería.
Al día siguiente salió nublado, hacía la brisa fresca y no apetecía ir a la playa, se notaba que el verano se estaba pasando, por la tarde las nubes se hicieron más espesas y luego negras, aparecieron algunos relámpagos y cuando había anochecido empezó a llover, era una tormenta que anunciaba el otoño, los señores estaban en su habitación de dos camas leyendo y nosotros cuatro en la cocina, fuera la lluvia caía sin clemencia y los relámpagos hacían que las luces parpadeaban, estuvimos hablando de lo bien que había estado el verano en la playa, Fernanda vino con una baraja, dijo si jugábamos a algo, la verdad yo sabía jugar algo al poker y las demás chicas solo sabían el julepe y la brisca, estuvimos jugando alguna partida, Marisa trajo una botella de champan y unas copas, entre partida y partida se vació la botella, Gloria sin querer la volcó al mover la mano y rodó sobre el tapete. Fernanda nos miró y nos dijo…
--- Queréis venir a mi habitación? Es la más grande, jugaremos a la botella.
Salimos detrás de ella y nos sentamos en el suelo sobre la alfombra y Fernanda nos explicó las reglas,
Rodaríamos la botella y a quien le señalara sería el que ordenaba una prenda a quien quisiera, al principio la botella iba lenta, cada vez que le tocaba a alguien se ponía a pensar y era aburrido, pero según íbamos quedándonos sin prendas exteriores, se iba ambientándose el juego, claramente las chicas iban contra mí y yo al contrario, tras una mala racha mía me dejaron pronto en calzoncillos, pero cambió la suerte y empecé a quitarles ropa hasta que estaban Fernanda y Gloria sin sujetador, y Marisa sin bragas, ya con poco que quitar, las prendas eran más sensuales, me mandaban darles un beso, lamerles una teta, tocarles el culo, yo a mi turno les hacía abrirse de piernas y enseñar el coño, besarse una con otra o morderse los pezones entre ellas, todo esto por inusual las ponía muy caliente, por lo que como represalia empezaron a pedir que le comiera el coño a Marisa o metérsela a Fernanda, se quedaban pegadas al lado de mi polla viendo como se escondía en la vagina o la boca de la compañera cuando la calentura subió a tope, se echaron las tres sobre mi y cogiéndome la polla se la iban alternado sin ningún orden, lo mismo se la metía Fernanda en el coño que Gloria la chupaba o Marisa me metía una de sus tetas en la boca, solo se oían gemidos y suspiros y los jugos de las chicas se escurrían por mi polla y los huevos hasta la alfombra, muchas veces no podía ni ver quien estaba encima de mi metida hasta dentro, pues tenía pegada a mi cara el culo o el coño de otra, en el aire había un aroma a sexo que no nos dejaba parar y seguíamos metiendo y sacando por todos los agujeros, ya no habían cocineras, ama de llaves y sirvienta o el chófer, solo cuatro personas follando desaforadamente, era un fin de fiesta digno de los cuatro, ya vendrían días de miramientos.
Ya había parado de llover cuando nos fuimos a la ducha y aún me dieron alguna chupada de regalo, con lo que nos fuimos a dormir agotados,
Éramos un buen equipo.
Cuando volvimos a la rutina de la ciudad, nos organizamos para que nunca faltara sexo entre nosotros, no habían disputas ni enfados, el fin era follar más y mejor.
Yo con mi uniforme gris con botones brillantes, salía una tarde del garaje cuando al subir en el ascensor me encontré a la señora Julia, apenas la reconocí pues casi siempre la había visto de espalda o no le miraba la cara precisamente, se bajó en el segundo piso y me ofrecí a llevarle las bolsas de la compra que llevaba, la verdad pesaban bastante, me lo agradeció y me invitó a tomar algo, me excusé pues tenía prisa, pero le dije que volvería por la tarde, como estaba libre de trabajo, llamé a su puerta y me abrió con un vestido estampado con una tira de botones por delante, el escote era de pico, no muy pronunciado, pero lo suficiente para notarle dos buenas tetas que ya había visto de lejos, me hizo pasar al salón y me ofreció algo, le pedí una copa de coñac y mientras me conto un poco la viudez de pocos meses y lo mal que se organizaba sola, al rato de estar hablando llamaron a la puerta y desde el pasillo oí la voz de un hombre que al momento apareció en el salón, nos saludamos y me comentó que era pariente de Julia que se interesaba por su salud. Yo reconocí la melena que había visto desde la ventana y supuse a lo que venía, Julia se sentó entre los dos y nos dijo que nos agradecía nuestro interés por ella y poniéndonos las manos en los muslos nos dijo suspirando que se sentía muy acompañada, el joven, pues no tendría más de 35 años, no se anduvo por las ramas y pronto le puso el brazo por el hombro y le besó en la oreja, ella se reía coqueta y me miraba para que me animara, también el joven me hacía señas por detrás de ella para que atacara, ya cuando la boca de ella buscaba la de él mis manos se acercaron a los botones del vestido y mientras se besaban con lengua le abrí el vestido y se lo separé en dos, le solté el sujetador y sacándole las tetas se las mordí sacándole los pezones ya estaba casi tumbada sobre el sofá abrazada al joven cuando le saqué las bragas estirándolas bajo las piernas, ya estaba desnuda y mi polla dura, la del joven no se quedaba atrás y se le veía saliendo por encima del cinturón y ella le cogía del glande estirándolo fuera, cuando le despasó el pantalón salió disparado y no tardó en meterlo en la boca, yo le acariciaba el clítoris y ella abría las piernas de par en par, cuando el chico estaba duro totalmente lo tumbo en el sofá y se subió encima de él metiéndose la polla en el coño, yo veía la escena y como se clavaba la polla del chico en la vagina, estaba agachada sobre él y ofrecía el culo al aire, por lo que me puse detrás y le moje el culo, con los jugos que salía de su vagina, cuando ya iba a meter la polla en su culo palpitante quise que se quedara llena de verdad y en un momento que la polla del chico estaba casi fuera cogí la mía y pegándola a la de él cogí las dos con la mano y las empujé dentro del coño que después de un esfuerzo se tragó, nos movíamos a la vez y la llenábamos hasta dentro, ella no paraba de gemir, la teníamos abierta y con dos pollas juntas en el mismo agujero, pero las admitía a gusto a un sufriendo un poco hasta que nos dijo…
--- Muchachos me gusta que me acompañéis pero me estáis rompiendo el coño en dos, voy a tener un orgasmo terrible, correros los dos dentro de mí por favor.
Nosotros que teníamos las pollas pegadas notamos como nuestras venas palpitaban y a la vez se la metimos dentro hasta llegar al cuello del útero y dejándolas dentro nos corrimos hasta vaciarnos, los chorros de leche se escurrían por nuestras pollas pero ella no se podía salir, por lo que tuvimos que esperar a bajar la erección para sacarlas, después continuaron haciéndose arrumacos, por lo que me vestí y me fui a casa,
Estaba contento, se lo contaría a Fernanda.