Me gusta esperarte...

Mientras te espero, juego con un platano recorriendo todo mi cuerpo...

Me gusta esperarte... me gusta esperar a que llegues de trabajar tumbada en la cama. Y como sueles llegar tarde, busco algo con lo que entretenerme. Me quito la ropa y me quedo completamente desnuda. Pongo la almohada entre mis piernas y empiezo a restregarme con ella, primero despacio, hasta que me pongo caliente, y luego mas deprisa, como si la almohada fueras tú y estuviésemos follando. Cuando ya estoy chorreando, cojo un plátano, que sea grande y que esté duro, porque así me recuerda más a tu polla. Le quito la piel y empiezo a chuparlo, de arriba abajo... me gusta metérmelo todo en la boca... luego me lo meto en el coño, y empiezo a meterlo y a sacarlo, cada vez más deprisa... y vuelvo a sacarlo, para metérmelo otra vez en la boca. Quiero saber qué sabor tengo hoy.

Vuelvo a enterrarlo en mi coño, sigue estando duro... siento mucho placer, porque es enorme, pero no tanto como tu polla. Ahora lo paso por mi clítoris, y entonces llegas tú, cuando estoy a punto de correrme. De repente paro. Nos comemos el plátano entre los dos, y te arranco la ropa, porque estoy realmente desesperada por follar contigo. La tienes bastante dura, y yo quiero tenerla dentro, muy dentro.

Me la restriegas por los pezones, me la pasas por los labios, y yo le paso la lengua por la punta para saborearla, pero no me dejas, porque quieres follarme ya.

Me pones a cuatro patas sobre la cama, y me la clavas de repente, hasta el fondo. Te quedas un rato quieto, mientras me acaricias el culo y me dices lo mucho que te gusta metérmela. Me agarras por las caderas con fuerza y me empiezas a follar salvajemente, mientras yo no puedo parar de gemir, porque me estás matando de gusto. Mis tetas botan rápidamente, y yo estoy a punto de correrme. Empiezas a acariciarme el clítoris, y yo no aguanto mas, y me corro, con uno de los mayores orgasmos que he tenido en mi vida.

Tu también te vas a correr, la sacas de mi coño y me esparces toda tu leche por las tetas, que quedan chorreando semen por todas partes. Me tumbo en la cama a tu lado, necesito descansar. Te vistes y coges la cartera.

¿Dónde vas?-te pregunto

Voy a la frutería. Creo que tengo más hambre.

CANDELA