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Prosa poética erótica.

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Me gusta cuando te mueves, cuando haces esos bailes improvisados con una libertad y un ritmo que encandilan. Cuando te recoges el cabello de la oreja o de la cara interminables veces, y más cuando lo hago yo. Cuando te lo atas y te lo desatas, cuando golpeas al aire con él al hacer un movimiento rápido con tu cabeza. Cuando te rascas donde te pica, y más cuando te rasco yo. Cuando cantas, balbuceas o tarareas la letra de una canción que te atrapa los oídos. Cuando meneas la cabeza por una melodía. Cuando me enseñas la lengua, cuando te la pasas entre los labios, o cuando te colocas un dedo entre ellos. Cuando te chupas un dedo, y luego lo sacas a recorrer tu mentón, tu cuello, y en algunos casos tu pecho también.

Me gusta cuando te pasas los dedos entre tu cuello, inclinando un poco la

cabeza hacia atrás. Cuando toqueteas con la yema de tus dedos tus mejillas como si fueran un teclado. Cuando pones las palmas de tus manos en tus mejillas. Cuando me guiñas un ojo, cuando me lanzas un beso al aire, cuando estiras los brazos haciendo aún más visible tu delantera. Cuando pones una mechón de tu cabello justo en medio de tu delantera, y haces un círculo rodeando uno de tus pechos con ella. Cuando te pones los dorsos de tus manos debajo del mentón. Cuando te rascas las orejas. Cuando estás con una prenda tuya de ropa a medio sacar, o a medio poner. Cuando tapas tus pechos con tus brazos o tu cabello. Cuando te metes las uñas entre los dientes. Cuando agarras tu labio inferior con unos de tus dedos. Cuando entrecruzas las piernas como dos serpientes en celo y ladeas a un lado y a otro.

Me gusta cuando alzas los pies uniendo sus dedos gordos. Cuando acaricias tus pies, tus piernas, tu entrepierna o tus partes traseras con el acolchado. Cuando me enseñas las plantas de tus pies, cuando te acaricias el vientre con una de tus manos calurosas, mientras te estás mordiendo los labios o estás con la boca entreabierta. Cuando acuestas tu cabeza en tus manos, cuando me sonríes con los ojos, cuando acaricias tus piernas con tus manos. Cuando te cabalgas sobre la cama, moviéndote hacia arriba y hacia abajo. Cuando estás bocabajo y golpeas tus glúteos con tus pies, a través de movimientos rápidos con tus piernas. Cuando apoyas el mentón de tu boca en uno de tus brazos, cuando apoyas los labios y los dientes en una de tus muñecas. Cuando tus piernas se juntan chocando tus muslos entre sí, empezando a frotarse uno contra otro y buscando el calor del contacto mutuo. Cuando te revuelcas como si enserio lo estuvieras haciendo con otra persona, cuando acaricias tu cara con la almohada. Cuando apoyas las rodillas y los codos sobre la cama, y haces movimientos de lado a lado como si el aire sostuviera una gran pluma de pavo real de pecho azul, que está acariciando con lentitud y suma efectividad, tus zonas pudendas. Cuando gateas y te luces sin complejos.

Me gusta también cuando masajeas tus labios para que parezcan más rojos y voluminosos. Cuando los frotas con los dedos realizando movimientos circulares durante medio minuto, estimulando el flujo sanguíneo hacia tu boca.