Me estreno con mi hermana
Aun deseaba probar a una mujer y ya tenía a la candidata
Aun deseaba probar a una mujer y ya tenía a la candidata
Se que lo que voy a contar es una locura, pero varias circunstancias me llevaron a tomar esta decisión, que además, disfruté mucho.
Debo confesar que nunca he sentido el deseo de ser madre y que por el contrario mi esposo siempre lo ha deseado mucho, es por ello que llevamos seis años juntos sin hijos, a veces lo deseo pero generalmente no. Pero, ¿A que viene esto? Esta es la razón del porqué la candidata que escogí: mi hermana (a quien llamaré Zel).
Otra de mis hermanas acaba de tener a su bebé y Zel, la menor de todas comentó que ella deseaba tener un hijo, pero no casarse y que andaba en busca de algún prospecto para tenerlo, este comentario, mas las fantasías que habíamos comenzado a explorar como pareja me llevaron a idear un plan como sorpresa para mi esposo y como regalo para mi, claro.
Como todos los hombres, mi esposo fantaseaba con dos mujeres, aunque como ya les conté prefiere compartirme con otro hombre y yo deseaba experimentar con una mujer y mi esposo, así que no me costó mucho trabajo tomar la decisión y planteárselo a mi hermana, quien sin ser mocha tampoco es la puta en la que yo me he convertido. Pero siendo la misma genética, ¿por que no?
Cuando se lo propuse, ella calló por largo rato, me veía incrédula, yo no podía intuir su reacción, no sabía que haría, hasta que después de un rato solo se me acercó y dijo: "A ver, bésame". Ahora fui yo quien se petrificó, entre varias opciones que rondaron por mi cabeza, esa no fue una de ellas. Me tomó la mano, juntó su cuerpo al mío y repitió "bésame". Esa segunda orden, la sentí como un flamazo en el cuerpo, las piernas me temblaron y sentí como mi entrepierna se calentaba y comenzaba a mojarse, por lo que no lo pensé mas, cerré los ojos, la tomé de la cintura y nos besamos, largo, profundo y cachondísimo, ella me apretó hacia ella y guió mi mano hacia su pecho y después de soltarme bajó su mano a mis nalgas y comenzó a acariciarme sobre el pantalón.
Fue impactante y muy excitante, nunca había tocado otros pechos que no fueran los míos y con la excitación que tenía ese día, entendí porque mi marido se pierde en los míos. Era una sensación deliciosa, Zel solo vestía un short de pijama y una camiseta de tirantes, con lo que de inmediato sentí su reacción en los pezones que crecían y se endurecían al contacto de mis manos. Ella ya se encontraba besando mi cuello y oreja, que no se como sabía que me encantaba y encendía sobremanera, y sus dos manos acariciaban y estrujaban mis nalgas aun sobre el pantalón. Sin mas sensación que calentura le saqué la camiseta y de inmediato me agaché a besar, lamer y sorber sus senos, momento que aprovechó para desabotonar mi pantalón y entre este y mi bikini acariciar mi ya mojada vagina y pellizcar mi clítoris con lo que me arrancaba suspiros que mas me excitaban.
Mi calentura había llegado a tanto que no esperé mas y me quité la blusa y el sostén, recosté a mi hermana sobre su cama y le quité el short y la tanga juntas acariciando sus muslos, piernas, hasta los pies mientras bajaba sus prendas comenzado por chupar y lamer su pulgar izquierdo. Mientras hacía esto, ella me miraba y se acariciaba la concha logrando lubricarla naturalmente mediante frotar su clítoris, jalarlo y meterse dos dedos. No podía creer la escena, mientras la acariciaba y besaba tenía un primer plano de una masturbación femenina, cosa que nunca quise ver en una película, esto me ponía cada vez mas caliente y comencé a bajar con besos y lamidas hasta llegar a su entre pierna caliente, húmeda, depilada y dispuesta a recibir todo el placer que yo imaginara dar.
No se cuanto tiempo estuve en ella. Pero recorrí cada milímetro de su pubis, sin perder detalle en ello, cada vez que Zel llegaba aun orgasmo me tomaba del cabello y apretaba sus piernas a mi cabeza, lo hizo en cuatro ocasiones. Cuando estiró sus piernas completamente relajadas, seguí besándola y lamiéndola recorriendo su cuerpo hasta llegar nuevamente a disfrutar sus senos, repetí lo que mi esposo hace y que tanto disfruto de tomar con los dientes su pezón, lamerlo y jalarlo para después soltarlo. Ella también lo disfrutó, sus leves gemidos así lo indicaban. Me tomó de los hombros y me levantó de manera que quedé montada en ella que se incorporó tomo mis tetas en sus manos y las chupó como queriendo sorberlas por completo hasta que le cupieran en la boca dejándomelas totalmente babeadas, me abrazó por la espalda y se restregó en mi pecho causando una sensación increíble al contemplar nuestros senos acariciarse mutuamente.
En un movimiento, me giró quedando ahora yo de espaldas a la cama, me besó y lamió mi cuello y lóbulo nuevamente con lo que me encendí otra vez. Fue recorriendo mi cuerpo con su lengua y manos. Mientras lamia, chupaba, mordisqueaba y sorbía mis pechos, apretaba, estrujaba mis nalgas con ambas manos. Siguió su recorrido hacia mi pubis, se detuvo un momento en mi ombligo, y comenzó a quitarme el pantalón y el bikini juntos también de manera que se preparaba el camino para disfrutar de mi sexo totalmente húmedo y caliente. En cuanto sentí el primer roce de su lengua en mi clítoris, exploté en mi primer orgasmo, estaba extasiada con lo que estaba viviendo a sabiendas de la ignorancia de mi marido, padres y hermanas que se encontraban en la casa, ya que Zel vive en casa de mis padres aún. La conciencia de esto mas calentura provocaba en mi, lo que me impedía pensar en otra cosa que no fuera disfrutar de esa sesión de sexo filial con mi "hermanita". Recorrió y humedeció con su lengua del clítoris al ano al recorrerlos en varias ocasiones, estaba disfrutando tanto que no dudé en pedirle que además me metiera dos dedos y me acariciara por dentro en mi punto "G" con lo que logró arrancarme dos orgasmos mas con sendos gritos que aun ignoro como nadie llegó a preguntar que pasaba.
Al darse cuenta de mi tercer orgasmo, se levantó y me pidió que me hiciera al centro de la cama, ella se sentó frente a mi entrecruzando nuestras piernas consiguiendo que nuestras vulvas coincidieran, dobló mi pierna derecha y la uso como soporte para iniciar un movimiento adelante atrás que volvió a provocar que escurriera de jugos vaginales y experimentara una sensación de placer inmensa que me llevó a repetir lo que ella hacía y ofrecernos un inmenso placer mutuamente en una situación que había imaginado pero nunca con tales situaciones ni con tanto placer. Como desee haber tenido conmigo el consolador que hace poco me había regalado mi esposo.
Este frotar nuestras vulvas nos llevó a un último orgasmo, que nos tumbó juntas en cama, me acomodé junto a ella y la abracé, me besó y dijo: "acepto, ¿Cuándo lo haremos?" Tuve que decirle que él no sabía nada de mi plan aún y que la idea era que el no supiera hasta que estando los tres no le quedara de otra.
De acuerdo, me respondió. Me levanté, la besé una vez más y le dije que yo le avisaría. La muy puta me contestó: "pero no te tardes mucho o me lo cojo aunque no estés tu, los he visto en acción y se ve que hace buen trabajo con lo que le cuelga". Ese comentario me dejó paralizada, ¿cómo es que lo conocía? ¿Donde no había visto? Me confesó que cuando vivimos un tiempo en casa de mis padres, nos había escuchado y no resistió el deseo de vernos, con lo que fue a la ventana del pasillo de servicio y nos espió, que desde entonces nos traía ganas a ambos y mucho antojo del paquete de mi marido.
Una vez de acuerdo, me fui donde mi marido a la habitación de mi otra hermana y le dije que me había quedado a platicar con Zel, que se nos había ocurrido algo y que nos pondríamos de acuerdo para hacerlo pronto. No le dio mucha importancia, pero yo ya me había calentado de nuevo solo de imaginarlo