Me escapé del orfanato, así me fue. 3
Vida de Juan de la Calle. Nuevo trabajo, nuevo hogar, Fiestas diferentes, Amalia me la chupa, Cintia me enseña a nadar, Propuesta de secundario y de adopción, Primera audiencia, Comienzo el secundario.
Me escapé del orfanato, así me fue. 3
Juan de la Calle.
Nuevo trabajo, nuevo hogar.
_Hola, vos debés ser Juan, mi hija me acaba de avisar que venía con la compañía de un muchacho…
Una señora hermosa, con un cuerpo justo, pelo blanco, ojos azules…
_Yo soy Mónica la mamá de Amalia…
Nos dimos dos besos, uno en cada cachete…
_Hola señora Mónica, es usted hermosa, ahora veo de dónde sacó su belleza la doctora…
_Ja ja eres un adulador, vengan que ya está el almuerzo…
Subimos unos escalones y llegamos a la cocina, la mesa estaba preparada, la comida estuvo exquisita, tenían una cocinera y una que se dedicaba a la limpieza, lo digo porque las vi haciendo sus tareas.
Hacía mucho que no comía tanto, tomamos unos cafecitos y después me llevó a recorrer la casa, varios dormitorios, varios baños, varios de todo, después el exterior…
Tiene un inmenso parque, a un costado de la entrada principal hay una casita, “apoyada” contra un bosque de cañas, es la casa del jardinero me dijo Amalia, pasamos por una pileta de natación, un quincho muy grande, cuando terminó el recorrido me dijo…
_Juan, te ofrezco ser el jardinero, vivirías en la casa de la entrada, tendrías que ocuparte del parque, de la pileta, va de todo lo que haga falta…
_Somos mi madre y yo únicamente, a veces vienen visitas, lo digo por la limpieza de la pileta y del quincho…
_Qué te parece, es más, tendrías un sueldo de….., aunque tendrá que ser un acuerdo entre nosotros, sabés que no puedo dar trabajo a un menor como vos.
Acepté inmediatamente, luego fuimos de vuelta a la casa, en el medio de la sala nos encontramos con Mónica…
_Mamá vení mirá quiero mostrate algo…
_Vení Juan…
Me acerqué y ella me bajó la bermuda y el calzoncillo, mostrándole mi miembro a la madre, a la señora Mónica, que…
_Hoo qué preciosidad exclamó…
Noté que tanto la cocinera como la mucama me miraron sonriendo…
Yo me levanté la ropa y salí enojado al parque, me daban ganas de llorar, me acordaba de Marta la celadora abusadora…
Amalia vino rápido a mi lado…
_Qué te pasa Juan…
_No me gustó lo que hiciste, no podés bajarme la ropa porque se te antoje, no tenés derecho…
_No te enojes, es hermosa, es natural, no tiene nada de malo…
Esa misma tarde fuimos a buscar mis cosas al cuartucho de la academia…
Al estar ella en medio de los aparatos le dije…
_Bajate el pantalón y sacate la camisa, mostrale a todos tus tetas y tu culo…
_Queee estás loco…
_No te enojes, son hermosas, son naturales, no tiene nada de malo…
Me quedó mirando…
_Perdoname Juan, me doy cuenta que fui una estúpida, perdoname, nunca más voy a volver a hacer una cosa así, por favor perdoname…
_Ta bien le dije…
Cuando le avisé al profesor que me iba no le gustó mucho, me preguntó qué iba a hacer, le conté todo, quedamos en que vendría a visitarlo seguido…
_Vos siempre profe de la academia me dijo, siempre tu lugar en fondo…
Mierda me quiere pensé…
Y así fue, lo visitaba seguido, conversábamos mucho, le seguía haciendo las compras, a veces le cebaba mates, lo tomaba como para calmar la sed, no lo saboreaba, le daba igual que estuviera “lavado”…
Fiestas diferentes.
Esas fiestas sí que fueron de las mejores que tuve en mi corta vida, para navidad y para fin de año vinieron la hermana Laura, el cuñado Ramón, la sobrina Cintia, con Mónica, Amalia y yo éramos seis…
Armaron una mesa en el medio de la sala o salón…
Había de todo, de todo, algunas cosas no sabía ni qué eran, comí a cagarme, bebí bastante, mucho no me dejaban…
El que me daba bebidas era el cuñado Ramón, se puso bien en pedo, toma rápido de tragos grandes, tuve que ayudar a la señora (Laura) a llevarlo a una cama, hasta tuve que sacarle los pantalones…
Laura bufaba de bronca…
Yo le decía…
_Laura no te enojes, es natural cuando uno está contento, no tiene nada de malo, disfrutá los momentos, no le des tanta importancia, ustedes lo tienen todo, no saben lo que es tener necesidades, no tener a alguien que te quiera, tratá de gozar la vida…
Me quedó mirando, dudaba y al final largó una carcajada y se reía con tantas ganas que hasta se le caían las lágrimas, yo me contagié y abrazados volvimos al salón…
Todos nos quedaron mirando, ella más o menos les contó, sobre los pantalones de Ramón…
Cintia puso música y nos pusimos a bailar…
A mí me gusta mucho bailar, la hermana Celestina desde chiquito me enseñaba, me acuerdo que a veces se agregaba la madre superiora Genoveva, decían que era para que nos fuéramos a dormir cansados.
Para fin de año hicimos asado Ramón y yo, como empezó de temprano a darle al vino y rápido, en mitad del asado ya estaba destruido, lo acomodé en una silla y seguí controlando la carne y algunas verduras…
Menos mal que no vinieron, no se acercaron ninguna de las mujeres a la parrilla hasta que pasó un tiempo largo, cuando ya casi estaba terminada “la parrillada”…
Ramón cuando despertó, con el buen sueño se despejó un poco, ahora parecía cansado y acalorado, claro por el calor de las brasas, no borracho, mejoró el hombre…
Después me agradeció el detalle de cuidarlo, también me agradeció que le haya sacado los pantalones el otro día pero que no se haga costumbre heee ja ja ja…
Armaron la mesa en el quincho, cuando llegó el año nuevo estábamos todos medio borrachos, bueno todos no, menos Ramón, él estaba borracho del todo, se cayó a la pileta, tuve que sacarlo con Cintia, menos mal que cayó en la parte baja…
La miraba a Juana que se reía a más no poder, todos reíamos, se notaba la alegría, la felicidad familiar….
Para reyes Amalia me preguntó que me gustaría que me trajeran…
Yo le dije.
_Un celular, siempre quise tener un celular…
Fingiendo inocencia, le puse una parva de pasto y un balde de agua en la puerta de mi casa (en el orfanato, como no podían darnos regalos nos decían que no existían los reyes, que eran los padres y como ninguno tenía padres que se ocuparan de nosotros, nada de obsequios)…
Cuando el seis de enero me levanté y fui a la puerta me encontré todo el pasto revuelto el balde de agua casi vacío y una caja…
Una caja con un celular de los mejores, sé que es de los mejores porque cuando andaba con los vagos y linyeras, me enseñaron cuáles había que robar…
Palabra que yo nunca robé nada, salvo algunas frutas o tomates, hice otras cosas, algunas más jodidas, pero no robé…
Después me pasaba como cuatro horas por día investigando el aparato, el manual de instrucciones me lo leí todo, de adelante para atrás y de atrás para adelante, me acostumbré a averiguar de todo por internet y descubrí que se pueden leer los libros que se te antojen, claro pagando, pero como de eso se ocupaba Mónica, leía y leía…
Con respecto a los cumpleaños, voy a contar únicamente los míos, son todos iguales, almuerzo o cena con la familia y regalos...
Así transcurría mi día, me levantaba a las siete, me bañaba, iba a desayunar con Mónica y Amanda…
Cuando Amanda se iba a su consultorio yo me ocupaba del parque, de los árboles, de los canteros, de la limpieza del quincho, de la pileta, de pintar dónde hiciera falta.
A la indicación de Amalia de no hacer cosas que demanden esfuerzo, recomendaciones para curarme del tirón en la ingle, no le daba bola, igual hacía algo cuando ella se iba, tampoco hacía demasiada fuerza, acostumbrado a las pesas de la academia, la escoba o el barrefondo eran “plumas”…
Trabajo no me faltaba, con el tiempo hice jardines, almácigos, planté frutales, hice injertos de plantas (todo lo consultaba por internet, leía todo, miraba los tutoriales, así aprendía cómo hacer de todo) de la huerta sacábamos verduras, tomates, para que Isabel las cocinara, compré muchos libros para poder “tocarlos”, como dije, volví con mi gusto por la lectura…
Amalia me la chupa.
Habían pasado ya los quince días para la nueva consulta por mi dolor en la entrepierna, no me dolía nada hace bastantes días, inclusive había practicado algunas patadas bastante fuertes y no sentía nada…
A mi entender estaba curado…
Le mandé un mensaje a Amalia…
“Doctora soy Juan de la Calle, su paciente, quisiera un turno para comprobar que ya me he curado…
Me contestó…
“Juan después te reviso en casa haceme acordar”…
Esa tarde al rato de estar recostado por la siesta, entró en mi casa…
_Juan, Juan, puedo pasar…
_Siiii Amalia, pasá es tu casa…
_No, no es mi casa, ahora es la tuya, vos sos el que vive acá. (Me gustó mucho lo que me dijo)…
_Vine para revisarte…
Yo estaba con un pantaloncito corto, de esos de fútbol y una remera, me hizo acostar en la cama…
_Levantá la pierna.
La empujaba contra mi estómago.
_Ahora la otra.
Así me hizo hacer varios movimientos, mi pija salió por el costado del pantaloncito, ella la vio y la metió, otra vez volvió a salir, esta vez un poco más dura, ya no la pudo meter…
_Sacate el pantaloncito me dijo…
Yo me saqué el pantaloncito y de paso agarré también el calzoncillo y quedé en pelotas, siguió unos segundos más con unos ejercicios y me tomó la pija, me empezó a hacer una paja, dejé pasar unos instantes y empecé a acariciarle las tetas, al principio me viboreó un poco pero me dejó hacer, ya se la metió en la boca y una mamada colosal…
De las tetas pasé a desabrocharle el pantalón y meterle la mano en la concha, acariciarle los labios…
Cuando le rocé el clítoris gimió con la boca ocupada…
_Voy a acabar, voy a acabar Amalia, le avisé…
Le llené la boca de leche, no pude aguantar, se la tragó toda, se limpió la boca con la mano y salió corriendo llorando…
Me dejó pensando, porqué se fue llorando, le mandé un mensaje…
“Qué te pasó, no te gustó, estuve mal, te avisé que iba a acabar”…
Me respondió…
“No, no es eso, yo no debí hacer lo que hice, yo tengo otra idea para con vos”…
“Qué idea le pregunté”…
Y me la tiró de una, sin anestesia, por mensaje y en negrita…
“Quiero adoptarte, que seas mi hijo” , me escribió…
Mierda me dejó sin palabras, me puse a pensar y pensar y le mandé…
“Amalia, vos podrás adoptarme para darle una forma legal al asunto, pero yo nunca voy a ser tu hijo, yo quiero cogerte y ser tu amante”…
No me respondió nada, después volví a ponerme a pensar, estuve muy fuerte, me va a echar a la mierda, tendré que volver a la academia, extraño las artes marciales…
Pero si el mensaje que le mandé es lo que pienso, es lo que quiero…
No me decía siempre la hermana Celestina que dijera siempre la verdad…
No se habló más del asunto, nadie dijo nada, todo siguió como siempre, leyendo de todo…
Cintia me enseña a nadar.
Un domingo estaba limpiando la pileta con el barrefondo.
_Hola Juan me dice Cintia…
_Hola preciosa, qué tal vos…
_Bien vine para meterme un rato en la pileta…
_Dale ya termino.
Quedó el agua limpísima, se sacó un vestido que tenía y quedó con una biquini muy pero muy chiquita, de atrás se le metía en los cachetes del culo, desaparecía la tirita, de adelante apenas le tapaba los labios…
Se tiró de cabeza, nadó un rato para un lado y para el otro…
_Vení Juan metete conmigo…
_No Cintia no sé nadar, nunca me metí en una pileta, bueno la primera vez fue para sacar a tu viejo ja ja ja…
_Siiii, me acuerdo, vení yo te enseño, andá a ponerte una malla…
Me puse una que me había regalado mi modista Teresa y que nunca la había estrenado…
Con desconfianza, recelo y un cagazo bárbaro bajé las escaleras…
Me hizo acostar en el agua, me hizo hacer la plancha, me dijo…
_Acá no tenés que tener miedo, es poco profundo, parado estas bien, ahora vamos a hacer una serie de ejercicios.
_Para que le vayas tomando confianza al agua…
Me tenía con sus brazos en la espalda, a veces me tocaba el culo…
Después me hizo dar vuelta, con los brazos en la panza, que braceara y sucedió, su mano bajó a mi pija, la retiró espantada…
_Cintia, por si no lo sabés, yo tengo una pija muy grande, es más por ese problema fui a ver a tu tía, me molestaba con las artes marciales, así que si para vos es un problema lo dejamos acá…
Me miró como dudando…
_No, no sigamos…
Y braceo y pataleo, y braceo y pataleo, algún toque de pija, estuvimos como dos horas, claro siempre en la parte baja, me daba las indicaciones de cómo tendría que ser nadar, yo todo lo escuchaba y trataba de aprender, no es fácil…
Cuando nos llamó Mónica para la merienda se acabaron las clases…
Yo después miré unos tutoriales sobre natación y a la mierda, a practicar…
Creo que nunca tragué tanta agua, con los días, como dos semanas, cuatro horas por día, aprendí, es más, con los tutoriales aprendí a bracear y patalear articuladamente que es muy difícil…
Lo que pasa es que a mí siempre se me dio bien todo tipo de ejercicios físicos…
Extraño las artes marciales…
Después me pasaba nadando dos horas todos los días, siempre sin descuidar mis obligaciones, ni lo de leer…
Un día Mónica me pregunta si estoy bien en mi casa, si necesito hacer algún arreglo…
Yo de la plata que me había dado Amalia por el trabajo de enero había comprado pintura y arreglado algunas cosas, es más había comprado plantas, semillas, como dije hecho canteros de flores.
Había armado una huerta con tomates y varias plantas más…
Creo que recién ahora se dio cuenta y por eso me pregunta…
_La verdad Mónica me gustaría ponerle otra puerta atrás, para poder escapar ja ja…
Era una idea que se me había ocurrido, cuando miraba el parque por la ventana de mi dormitorio, si quería salir tenía que dar toda la vuelta, si bien no era un “caserón”, pensaba en poner una reposera y dormir la siesta en la sombra.
_Bueno fijate quién te puede hacer el trabajo y decime cuánto sale…
Hablé con uno que iba a la academia que es albañil y me hizo el trabajo, yo compré la puerta, de paso fui a visitar a mi profesor preferido, me hizo contarle absolutamente todo, día por día, mientras le cebaba mate y él observaba los ejercicios de su alumnado…
Al lado de la ventana de atrás la hice poner, quedaba al costado de la cama, muy arquitectónico no era, pero sí útil, desde ahora podría dormir la siesta en el patio, ya que además le hice hacer un patio para poner la reposera ja ja…
Después pinté todo de vuelta, quedó joya mi casa…
Bueno mi casa, el lugar dónde estoy viviendo, tiene la puerta de entrada, un comedor cocina, living, estar (ya que está exageremos) de tres por tres, con mesada y cocina, el baño y la pieza…
O sea una casa de tres por ocho, lo que tiene inmenso es el baño, de dos por dos…
Propuesta de secundario y adopción.
Una mañana Amalia me dice que quiere hablar algunas cosas conmigo…
Estábamos los tres desayunando…
_Hablemos ahora, entre nosotros que no nos ocultamos nada, creo, dijo Amanda…
_Por lo menos de mi parte no, dije yo…
_Bien dijo, quiero que comiences el secundario, tenés que estudiar, pensaba anotarte en el colegio que está a cinco cuadras de mi consultorio, así a la mañana te llevo y al mediodía venís por el consultorio y volvemos juntos…
_También quiero anotarme en el registro de adopciones, pienso adoptarte, tengo justo la edad, te llevo exactamente 16 años, que es lo que se necesita, por ley, ya te lo había mencionado, qué decís a todo esto…
Tanto ella como Mónica me quedaron mirando…
_Me parece genial iniciar el secundario, también que me lleves y me traigas, con el estudio no las voy a defraudar, me voy a esforzar muchísimo para que se sientan orgullosas de mí.
_Con respecto a que querés adoptarme, me parece correcto, así dejaría de estar escapado, pero te repito, nunca vas a ser mi madre, yo quiero cogerte, ser tu amante, ya sé que soy muy chico, pero por mi físico bien puedo ser tu amante, y mirándola a Mónica, de las dos, tengo mucha experiencia, podríamos disfrutar muchísimo los tres y otra cosa, quiero volver a practicar artes marciales, buen provecho…
Me levanté y las dejé anonadadas…
Primera audiencia.
El 25 de febrero tuvimos la primera audiencia en un tribunal de adopción, me entrevistó una jueza o secretaria y me hizo montones de preguntas…
Yo le conté cómo me usaba la celadora Marta debido a mi pija muy grande…
De lo que le pedí a la modista Teresa, de cómo me la cogía, de cuando vivía en el edificio, debajo la autopista, de cuando vivía en la academia de artes marciales…
De cuando hice de taxi boy, todo mezclado.
Que visité a la doctora Amalia por un dolor en la entrepierna, que me sacó de vivir en un cuartito al fondo de la academia del profesor japonés, que me dio un lugar muy digno y cómodo para vivir…
Que me dijo que me quería adoptar, que quiere que comience el secundario…
No le dije que me chupó la pija…
La mujer anotó todo…
_Cómo es que te usaba la celadora Marta…
_Me metía en el cuarto de las escobas y me hacía cogerla, se la tenía que meter por la concha y por el culo, además chuparle las tetas y la vagina, (le contaba todo de esa manera porque veía que se le ponían los pezones durísimos a la jueza o secretaria) y tenga en cuenta que fue desde los diez a los doce años…
_Y cómo es eso que hacías de taxi boy.
_Me hacían parar en una esquina, llegaba un auto, me subía, el señor me la chupaba y me pagaba, yo le tenía que dar la plata a don Ricardo. Siempre me decía, “con esa pija me vas hacer ganar mucha plata”. Tuve que escapar también.
Quedamos que habría otras entrevistas, que estudiarían la petición, que por el momento notificarían al orfanato que estabas bien, en un buen hogar, para que no te sigan buscando, más adelante veremos…
Comienzo el secundario.
Me llevaron a una impresionante tienda para comprar el uniforme para el colegio, muy cerca de dónde estaba la escuela… Pantalón gris, tres, camisa blanca, dos, o celeste, dos, corbata azul, dos, o celeste, dos, saco azul, dos y zapatos negros, dos pares, medias, seis pares, por falta de ropa no iba a faltar al colegio…
Cuando me probé todo parecía un muñequito de torta…
Después a una gran librería, también cerca de la escuela, carpetas, hojas, lápices, lapiceras, una mochila, parecían dos colegialas eligiendo las cosas, a veces me preguntaban si me gustaba, yo a todo les decía que sí, les hice comprar varios libros también, para mi lectura personal, nada que ver con la escuela…
Continuará.