Me escapé del orfanato, así me fue. 10

Vida de Juan de la Calle González, Paseos, Facturas para el orfanato, Ramoncito, Teresa la modista, Machu Pichu, Registro, Pelea.

Me escapé del orfanato, así me fue. 10

Juan de la Calle González.

Paseos.

Y recorrimos por todos lados…

El parque nacional Nahuel Huapi, el Cerro Oto con el teleférico, el lago Gutiérrez, el circuito chico, el Centro Cívico, el bosque, el camino de los siete lagos, no hubo lugar referente al que no hayamos ido…

Y lo que más me gustó es el negocio donde se venden los chocolates, qué lugar señor, te imaginás, chocolates por todos lados, de todas formas, de todos los gustos, de todos los colores, creo que me comí como medio quilo y compré muchísimos para llevar, le convidé a todos en la academia…

Facturas para el orfanato.

Al regresar al colegio y a la academia lo primero que hice fue ir a una panadería que quedaba cerca del orfanato dónde pasé mi niñez y encargué tres docenas de facturas y dos kilos de pan, para que se los llevaran todos los días…

Pagué por un mes, que antes que se venciera el plazo me llamaran y volvía a pagar...

Creo que fue Ester la que se enteró de mi donación, porque ella trabaja en el tema y se lo contó a Amalia…

Cuando me encaró y me lo preguntó, tuve que reconocerlo…

_Es una boludés le dije…

Se acercó y me besó con una pasión que me dejó aturdido, se fue rápido, no la entiendo, no la entiendo…

Ramoncito.

El 25 de septiembre nació Ramoncito, pobre pibe le pusieron el nombre del padre, bue, casi todos saben que el padre biológico soy yo…

O sea que tengo un hijo la puta madre, tengo un hijo, mejor me hago el bolu…

A la semana,  una fiesta impresionante, hicimos un asado espectacular, seríamos como treinta personas, increíble Ramón tomaba jugo, ni una gota de alcohol, Laura me miraba y sonreía…

Mónica sonreía…

Amanda en el limbo…

Una organización en todos los aspectos de mi vida era la que tenía, en el colegio bien, buenas notas, buen trato, en la academia un relojito las profesoras y la secretaria.

En el sexo, mucho y variado, en la academia recibía la visita de Cintia y con Ester le daba cuando se podía, en casa con Mónica cada vez mejor, creo que estoy enamorado de mi abuela ja ja, con Amalia no avanzTamos nada, ella quiere ser mi mamá y yo quiero “volteármela”…

Teresa, la modista.

En noviembre, casi al terminar el ciclo lectivo, el preceptor me dice que hay una señora que me busca, que de ninguna manera me dejaran salir, que si no está registrada no podrá llevarte a ningún lado, que si tuviera algún problema que gritara, y que y que…

Para qué toda esa parafernalia si no me voy a ir a ningún lado y creo que sé defenderme…

Era Teresa, la modista, se enteró en la academia que estaba en el colegio y quería verme…

Le dije que no podía salir, pero que después del mediodía la esperaba en la academia…

Que tarde señor, que tarde, me acuerdo patente de cuando investigaba la medida del monstruo, de la primera vez, del jardín, de la pintura, de los tres mil dólares, todavía los tengo…

Ella creo que también se acordaba, no de las boludeces mías sino de las cogidas que le daba, le quedó la concha irritada, el culo roto, la boca desencajada…

Me contó que había venido a firmar algo sobre la venta de la casa y no pudo dejar de visitarme, que cuando fuera a Mendoza pasara por su casa…

Con notas más que buenas terminé el segundo año, otra vez fiesta y mi familia sentada en las primeras filas…

Éste año nos tocó hacer una obra de teatro, a segundo segunda, aplausos del público en especial de los míos, a la parrilla a comer…

A veces pienso, aunque no muy seguido, Mónica una señora hermosa, con un muy buen físico, podrida en guita, que puede hacer casi lo que se le antoja, Amalia una excelente profesional, con pacientes a cagarse, con un cuerpo que es la envidia de muchas jovencitas, con dinero, con hermosura…

Qué mierda tienen que estar haciendo con un boludo como yo, perdiendo sus tiempos valiosos mirándome en el escenario, creo que es porque me quieren, me pone muy bien pensar eso, los ojos vidriosos, un nudo en la garganta, a mí que me abandonaron al nacer, de entrada no me quisieron, que me dejaron tirado, bueno tirado no, en un hospital…

Para mi cumple 16 hubo un conflicto familiar…

Amalia no quería de ninguna manera que me regalara Mónica una moto…

Que es muy peligrosa, que lo pueden asaltar y que y que…

Mónica fue tajante…

_Es bastante pelotudo como para no hacer boludeces, por lo tanto tengo una moto chiquita, un ciclomotor, lo uso para dar vueltas dentro de casa, o por el barrio, el barrio dónde vivo es de todas casas quintas residenciales, caminos de tierra, “recontra” mejorados, son pocos los autos que pasan, siempre con casco cuando me ven y no hago boludeces como dice Moni…

Esperemos al año que viene en que pueda tener registro para una moto en serio…

Para las fiestas los mismos de siempre, nooo tenemos uno más en la familia, Ramoncito, el pendejo es de lo más bueno, no llora, come tranqui, duerme cuando corresponde, un genio…

Ramón padre ni alcohol tomó, es otro…

Me cuenta Mónica que le contó Laura, que está siempre que puede en casa, que ya no sale con las empleadas, es un padre ejemplar…

Igual Laura quiere de vez en cuando una “cepillada” mía…

Me ocupé de que de la panadería llevaran para el orfanato muchos “pan dulces” y postres, además del pan y las facturas.

Para reyes hicimos la fiesta del bautismo de Ramoncito, vinieron la gente de la academia, algunos parientes de Ramón, parece que no le da mucha bola a su familia, no tiene padres y toda nuestra  familia…

Como siempre se chupó, se comió, se bailó, en la iglesia de madrina salió Cintia y de padrino YO…

Somos compadres con Laura y Ramón ja ja…

Hice que Mónica me acompañara a una gran juguetería y compré muchos pero muchos juguetes para que los  mandaran al orfanato, está bien que bastante económicos, pero juguetes al fin.

Y como siempre problemas para decidir sobre las vacaciones…

En la academia lo tenemos reclaro…

Enero no se trabaja, después del bautismo partimos para el…

Machu Pichu.

Con Mónica nos fuimos al Machu Pichu, Perú…

Una  montaña de  piedras inmensas, apoyadas únicamente una sobre otra, vaya a saber cómo pudieron encimarse, gente por todos lados, claro es el lugar más importante del imperio incaico, uno de los destinos turísticos más famosos del planeta, así como una de las siete maravillas del mundo…

Nos prendimos en el Camino del Inca, cuatro días tres noches, caminamos detrás la guía muchísimo, escuché todo lo que decía, de las diferentes teorías sobre porqué se construyó, los antiguos habitantes, la flora, la fauna, las flores…

Mónica agarrada siempre a mi brazo, si se cansaba mucho la apretaba fuerte y casi la llevaba en andas, íbamos siempre mascando coca, un bollo que te lo metés en la boca y hacés que generen saliva, te dan fortaleza, y sobre todo te protegen contra el apunamiento o soroche, que es el inconveniente que te causa la altura…

Teníamos casi un servicio privado cuando llegaba la hora de dormir, en los campamentos, nosotros teníamos designados nuestros lugares, dentro de unas carpas, con separaciones, habitación privada ja ja, nuestros colchones inflables, bolsas de dormir, arrimé bien los dos colchones y lo único que pudimos hacer es una paja entre los dos…

Le metía la mano por dentro de la bolsa de dormir y la acariciaba por todos lados, después de que acababa con mi metida de dedos, se recostaba sobre mí, me la chupaba y se tragaba toda la leche…

Así tres noches, en otro lugar de la carpa, los que dormían eran como veinte…

Nuestro lugar estaba un poco apartado, con algo de intimidad, como mencioné…

Volvimos en tren a la ciudad de Cuzco, a un hotel internacional, sí que disfrutamos de esa habitación…

Un hotel centenario, con esa fachada característica del colonialismo, grandes salones, muy altos, las habitaciones igual, inmensas, altas, grandes, estábamos en el quinto piso, la cama como todo, inmensa, unos ventanales que daban a un largo y amplio balcón, una bañadera que podías entras acostado, después de recorrer la habitación nos tiramos vestidos en la cama.

_Nunca creí que pudiera caminar tanto Juan, me dijo mi abuela Mónica.

_Menos mal que me llevabas casi en andas, qué fuerza que tenés, te dije que sos mi macho.

_Me encantó tragarme tu leche por las noches, el silencio que había mientras te la chupaba, no sé qué me pasa con vos nene, estoy dada vuelta, te pienso en todo momento, sino fuera que soy una vieja y tu abuela diría que estoy enamorada de vos pendejo boludo.

Me quedé pensando un rato no muy largo, ella respiraba aceleradamente, estiró su mano para tomarme la mía.

_Moni, yo te amo, me gustaste desde el primer día en que te vi, por eso me avergonzó mucho que Amalia me haya bajado los pantalones delante tuyo aquel día.

_En las vacaciones anteriores, terminé de “metejonearme” con vos, en ese lugar paradisíaco que me llevaste quedé para siempre enamorado, y aunque seas mi abuela, que tengas unos pocos años más que yo, siempre, pero siempre te voy a amar.

Se subió sobre mí, me besó apasionadamente, y con una parsimonia casi molesta, me fue sacando la ropa, ella se sacó únicamente la parte de abajo y se sentó sobre mi pija, estuvo cabalgando como media hora, yo le apretaba las tetas por sobre la ropa, ella me miraba y gemía, creo que como tres veces acabó, yo una como siempre.

Una noche cuando subimos después de cenar, salí al balcón y me senté en el suelo, apoyando mi espalda contra el balcón, mirando la habitación.

_Moni, vení a ver qué hermosa noche, y las luces de la ciudad.

Cuando salió al balcón y me vio, se extrañó, se fue acercando despacio para no pisarme, la tomé de la pierna y  acerqué su entrepierna a mi cara.

_Apoya los codos en el balcón y mirá la noche.

Así lo hizo, abierta de piernas, con su sexo sobre mi cara, yo le fui levantando el vestido, le bajé la tanga, y le comencé a besar, chupar, morder los labios vaginales, el clítoris, meter la lengua, agarraba su cuerpo con las dos manos metiendo mis dedos en la raya del culo, lo apretaba contra mi boca, gemía, bufaba, por dos veces me empapó la cara.

_Nunca había contemplado las luces de la ciudad de ésta manera, qué lindo, tenemos que repetirlo en Buenos Aires ja ja, me dijo risueña Mónica.

Regresamos más enamorados que nunca, nos estaba esperando Amalia en el aeropuerto.

Registro.

Lo que me impulsó a sacar el registro de conducir es que así podía salir con mi motito más lejos de casa, que podría ir y venir a la escuela con mi motito, será como media hora de ida y media de vuelta lógico…

Fueron varias clases a las que tuve que ir…

El que me rompía las pelotas era un señor panzón, con muy poca paciencia, decí que yo soy un alumno aplicado, a muchos los “bochó”, yo rendí todo muy bien…

Y mirá el culo que tuve, una paciente de Amalia, Débora, una morocha que tiene dolor de cintura, muchas veces conversé con ella, le conté de la academia de artes marciales, ella siempre me decía que en cuanto se “arreglara la cintura” iría a tomar unas clases de defensa personal, una nunca sabe cuándo lo puede necesitar, me fui….

A sí, Débora  es la que llena los registros, con una sonrisa de oreja a oreja me lo entregó, puedo manejar hasta camiones por la categoría que me puso en el registro de conducir mío…

Como el año pasado en febrero fui con Mónica de vacaciones, éste año fui con Amalia, fuimos a las cataratas de Iguazú…

Estuvimos cinco días en el mejor hotel de todos, hicimos todos los recorridos dentro del complejo, siempre caminando abrazados, cuando se podía…

Son unas pasarelas en la que va y viene un mundo de gente, nos mojamos a cagarse, el que nos llevaba en la lancha pasó por debajo de una catarata y empapados…

Paseamos por Brasil, por Paraguay, compré muchos regalos, no sabía para quién, pero que no me faltaran, ya vería qué darle a cada uno…

A veces la besaba en el cuello, en el hombro, cuando quería seguir me paraba, eso sí, las tetas siempre, pero siempre se las rozaba…

Cada uno tenía su habitación, nos pasamos unos días espectaculares, todas las noches después de cenar me hacía una paja, ja ja…

En la academia, cuando comenzó febrero, había arreglado con las profesoras que ya no quería tener que venir obligado, por lo tanto no podía tener alumnos a mí cargo, ando en tantas cosas que no tengo tiempo y me iba de vacaciones con mi mamá ja ja…

Entre las tres se aumentaron el sueldo con lo que yo ya no iba a cobrar como profesor, ellas se ocuparían de mis alumnos, todo perfecto…

Después venía a practicar por mi cuenta casi todos los días, ja ja, menos mal que no quería “estar obligado”, me exigía al máximo, la profesora Araki me corrigió varios errores adquiridos por práctica personal…

Me dijo que si yo me federara sería cinturón negro y que en mí categoría sería campeón, mierda me puse “ancho como galleta en el agua”…

En tercer año del colegio además de seguir los mismos, se agregaron tres repetidores y dos que venían de otros colegios.

Pelea.

De los repetidores uno era de los que hace unos años tuve que darles una paliza, Germán, no sé bien porqué sigue en tercero, el problema es que es grandote y se cree que por haber ido unas semanas a la academia y vaya a saber dónde anduvo, tienen que hacer todos lo que él dice…

Se la agarró con Javier, lo carga sobre su novia Cecilia, le pide que le haga las tareas, yo lo aguanté una semana, se lo dije bien primero, después algo menos bien y últimamente cuando empezó a meterse con Cecilia lo encaré y le dije…

_Mirá pelotudo, sino no dejás de molestar a los demás voy a tenerte que dar una buena paliza, entendiste

_Ja ja, lo que vos no sabés es que estuve dos años practicando taekwondo, me dijo…

Como buen alumno del profesor Yamoto, arreglé una confrontación en la academia, se corrió la bola y ese día estaba lleno a cagarse el salón de la academia, hasta habían venido alumnos de primero, bien chiquitos…

A mí, tanto la profesora Araki como Cristina me aconsejaban, me masajeaban, me decían que era un pelotudo, que no tenía que haber llegado a una confrontación, que no lo conocemos, y que y que…

El pelotudo abusador de Germán apareció rodeado de tres o cuatro pedazos de bestias, sus seguidores, el más bajo mediría dos metros, unos físicos impresionantes…

Cuatro lo rodeaban, entraron empujando y tirando al suelo al que no se corría…

Llegaron al medio del salón, salieron a recibirlos las profesoras, se reían agrandados, creo que no sabían que por más que seas muy grande, con un muy buen físico, el que conoce de las artes marciales utiliza toda tu fuerza en contra tuyo…

Y cuando venían hacia mí, vi que lo dejaban solo al abusador.

Aunque a mí no me gustó mucho, lo tuve que aceptar, quedamos en que no habría reglas, nada tiene que ver con la práctica del deporte.

Tanto Cristina como Araki me decían...

_ Tené mucho cuidado, se nos hace que es traicionero y que no tiene principios, mantente alejado los primeros momentos, estudia a tu oponente.

Y comenzó la contienda, Germán se paró en medio de la pista, los dos teníamos trajes de práctica, yo daba vueltas a su alrededor, él abanicaba los brazos, es cierto que nos estudiábamos, a él deben haberle dicho lo mismo, ninguno se abalanzó a lo loco…

Al principio cuando nos agarramos de la ropa respetábamos un poco las reglas de la lucha, después de que lo tirara al suelo me pegó semejante trompada que me dejó boludo, más boludo de lo habitual…

Para defenderme le tiré una patada que le pegó en el medio del pecho, también quedó también medio boludo, así pude reponerme…

Y se acabaron las reglas, me tiraba patadas alevosas, trompadas que si me agarran me arrancan la cabeza yo le pegué una patada en el hígado y quedó agachado, arrodillado, le rodeé el cuello con el brazo, con una llave candado de la que no podría zafar, al seguir apretando se desmayaría y si siguiera paro cardíaco y chau…

Sentí un empujón que me tiró como a tres metros,  vinieron a pegarme los cuatro energúmenos acompañantes de mi rival…

Salieron las profesoras a defenderme y quedó de un lado los cuatro y Germán que se había recuperado y del otro las profesoras y yo…

Se reían los grandotes cuando las profesoras se adelantaron y me dejaron atrás…

Creo que duraron dos minutos, quedaron todos destruidos, golpeados, tirados por el suelo, con inmensos dolores que no los dejaban levantarse…

Las profesoras, un poco desalineadas sus ropas únicamente…

Una algarabía, griterío, no sin esfuerzo los metimos en el auto en el que habían venido…

Las profe les aclararon que si alguno osaba hacerme algo, no solo los dejarían inválidos, sino que los meterían en la cárcel por mucho tiempo…

Germán no apareció nunca más por el colegio, yo un ídolo y la academia con treinta alumnos más…

Hubo que contratar otro profesor…

Continuará.