Me encontré con un maduro de las redes sociales
Desde ese día, no dejaba de pensar en su miembro, o pija como le decía Osvaldo.
Como me pidieron les voy contando otra experiencia, cortita.
Me paso ya hace unos años, yo usaba una red social, y me llegaban varios mensajes al privado subidos de tonos y hasta en los post, pero eran muy zarpados y lo veían mis familiares y amigos y me daba pudor.
Entonces me armé otro, privado, con otro nombre inventado, y aceptaba a cualquiera, que no sea conocido.
Por supuesto empecé a subir fotos, subidas de tono, nada zarpado, pero en ropa interior, calzas, shorts bien cortitos, en bikini, faldas, cualquier foto que pudiera calentar.
Me fue muy bien en menos de una semana ya tenía casi 400 seguidores.
Mi casilla de mensajes, llena de mensajes.
Muchos haciéndose los caballeros, para después pedir fotos desnudas, muchos otros pidiéndolas directamente, otros menos contándome las brutalidades que me harían, y un grupo grande mandando fotos de sus miembros, vi de todos los tamaños, colores, erectos, en reposo, eyaculando, erectos cubiertos bajo sus boxer. Uno recuerdo, que me mostraba su trasero abierto, me decía que quería que se lo chupe.
Había de todo, y me gustaba para ser sincera. Provocar a esos hombres que podían ser mi padre o abuelo.
Fui hablando con varios, pero al final, me mantenía en contacto con menos de 10. Con los que podía hablar de todo y sexo también claro. Me cansaban los que me pedía fotos todo el tiempo, y dejaba de hablarles. Estos 10, por lo menos me pedían, pero había charla de por medio, me mandaban fotos, me contaban de ellos, había mas onda.
Había uno en especial que se llamaba Osvaldo, tenía unos 39 años, pegamos onda, porque tenía una hija de mi edad, en realidad era 2 años mayor su hija, pero sabía bien que nos gustaba a las chicas de mi edad y estaba en onda. Muy actualizado para su edad.
Osvaldo tenía algo, que era anormal, me había mandado una foto de su miembro, y era monstruoso, en realidad al principio pensé que era mentira, que la sacó de internet, como muchos hacen y me la mandaban como si fuera la de ellos. Pasaba seguido, me había pasado que dos distintos me mandaron la misma foto de un miembro. Pero mientras mas seguido me mandaba, mas le creía, muchas me las mandaba desde su camioneta.
Siempre me pedía de vernos, estuvimos hablando mas de 2 meses, y me decía te paso a buscar por donde me digas solo hablar. Lo que sea.
Un día abro la bandeja de mensajes, y me había mandado un video.
En el video se estaba masturnado, delante de una mesa, y sobre esta había una foto mia sacando la lengua, que solo se me veia la cara.
Era un video corto, duraba menos de un minuto, se la jalaba muy fuerte ese miembro bien gordo y venoso, que tanto me gustaba, que era de un tamaño desproporcionado. Al final eyaculaba sobre mi foto, en la cara y lengua. Haciendo un enchastre de la cantidad de semen que largó. Lo mas morboso era que se veía una foto familiar de el con su mujer e hija.
Me dejó sin aire, y muy excitada.
No me aguanté y metí mi mano bajo la falda, corrí mi tanga, que ya estaba mojada, y con los dedos de mi mano izquierda, me frotaba mi clítoris, y me penetré mi conchita con dos dedos de mi mano derecha, por suerte estaba sola en casa, y pude gemir, sin preocuparme, me metía y sacaba los dedos sin parar, de mi conchita dilatada, estaban bañados de mis fluidos vaginales, y sin dejar de ver el video que empezaba una y otra vez, hasta que me corrí, como nunca, largué tanto fluido vaginal, que pensé que me había orinado.
Me tuve que limpiar toda, cambiar la ropa, y pasar un trapo por el piso.
Desde ese día, no dejaba de pensar en su miembro, o pija como le decía Osvaldo.
Me preguntó que me había parecido, solo le dije que me parecía original, haciéndome la difícil, cuando en realidad, había tenido la mejor masturbación de mi vida.
Solo esperaba que me diga de juntarnos para decirle que si.
Ese día llegó unos pocos días después.
Me dijo que iba a estar cerca de donde vivía, que tenía que hacer un trabajo por ahí, era electricista. Que si me animaba, nos veíamos, no importaba la hora, que el lo acomodaba.
Por las tardes tenía libre, que cuando llegaba de mis clases estaba sola una cuantas horas. Salvo un par de días que tenía educación fisica.
Le dije de encontrarnos a unas 5 cuadras de mi casa, para que no me vean los vecinos, a las 14:30 hs.
Osvaldo no lo podía creer, varias veces me decía: - no me vas a dejar clavado no?, prefiero que me digas que es mentira, a que me hagas ilusionar.
En serio, lo prometo. Le dije
Todavía no lo creo, pero bueno vamos a ver. Finalizó.
Arreglamos el cruce de calles, me indicó la camioneta como era y quedamos.
Ese día llegó, estuve toda la mañana nerviosa, arrepentida de haber accedido, pensé en no presentarme, pero estaba tan emocionado, que me sentiría fatal de haberlo ilusionado en vano.
Salí al mediodía de mis clases y me quedé en un bar haciendo tiempo, aproveché a almorzar. Apenas pude almorzar de los nervios, casi ni comí el sándwich.
Eso de las 14.15 hs, fui caminado despacio a la esquina.
Llegué eso de 14.25 hs, y había una camioneta blanca estacionada en doble fila a mitad de cuadra.
Pero como no estaba segura si era el, seguí caminado y me quedé en la esquina esperando.
A los pocos minutos la caminoneta que había visto, arrancó y estacionó en la esquina a mi lado.
Bajó el vidrio de acompañante.
Ceci, soy yo, viniste. Me dijo eufórico.
Si, hola.
Subí rápido que no nos vean.
Le hice caso, y arrancó.
Estuvo manejando unas cuadras, sin decirme nada.
- Aca es, vine antes de la hora para buscar un lugar tranquilo para estacionar. Metete entre los asientos para ir atras que ya voy.
Me metí entre los dos asientos y entré a la parte de atrás. Era my oscuro, tenía vidrios, pero estaban pintados de negro, era dentro de todo chica la cajuela de la camioneta. Estaba lleno de caja de herramientas, cables y otras cosas que no conocía. No tenía asientos.
Osvaldo se bajó y entró por la puerta de atrás de la camioneta.
Era altísimo, creo que fácil, medía 1.90 m, muy flaco. Pelo corto, color negro y unos ojos que no distinguí por la oscuridad que había.
Yo estaba sentada en el suelo. Y se me abalanzó encima, me tomó de la cabeza y besó mis labios, metió su lengua entre mi labios, mientras me tocaba por todos lados, metía su mano debajo de mi falda, acariciando mi conchita sobre mi tanga, manoseo mis pechos sobre mi camisa.
Me sujetó la mano y me la puso sobre su miembro, ni me había dado cuenta cuando se la había sacado.
Sin soltarme la mano, me enseñaba como masturbarlo sin decirme nada, solo moviendo la mano, cuando vio que lo hacía por mi cuenta, me soltó y siguió usando sus manos para manosearme toda.
No podía creer el pedazo de carne que tenía en mi mano derecha, trataba de juntar las puntas de mis dedos pero era tan grueso que ni cerca estaba, podía sentir el calor de su miembro, sus venas gruesas y bien marcadas, me sorprendía lo pesado que era, me encantaba tocar ese mazacote de carne dura y masturbarlo.
Me recostó sobre el piso de la camioneta, prendió una luz del techo, que daba poca luz, de color amarilla, y me desabrochó los botones de la camisa blanca, me desabrochó mi corpiño, metió sus dos manos bajo mi falda gris, tomó mi tanga por el elástico y me la sacó bruscamente, creo que sentí que la rompió mientras la sacaba.
La cabeza de su miembro, chocaba con mi vagina, sus manos se posaron sobre mis pechos pequeños, y me los manoseó los dos a la vez, los amasaba, con fuerza, haciéndome gritar cada tanto de lo fuerte que lo hacía, mis pezones se habían puesto bien duros. Mientras me manoseaba mis pechos, su miembro no dejaba de tocar mi parte íntima.
Dejó de tocarme y me agarró las piernas, las puso paralelas y las levantó haciendo una "L", mi espalda y cabeza sobre el suelo de la camioneta y mis piernas levantadas.
Metió su pene entre mis piernas, apoyándolo sobre mi vagina, mis piernas contra su pecho, y empezó a masturbar su miembro entre mis piernas sin dejar de rozar mi vagina.
Parecía que me penetraba por la vagina, pero no, me hubiera matado si me metía esa bestia, la frotaba una y otra vez entre mis piernas, me apretaba mis muslos, para que apriete su pene y sentirlo mas apretado.
- Ya me vengo putita. Ahhhhhhhhhhhhhhh.
Se la agarró con la mano, metió la cabeza contra mis labios vaginales, tratándola de hundir en mi vagina. Apretaba muy fuerte.
Me asusté por un momento, no había forma de que entre y si lo hacía, me la iba a destruir.
Pero largó un gemido, y su semen espeso y bien caliente baño mi conchita, no paraba de salir leche, estuvo varios segundos eyaculando mi parte intima.
Me metí la mano en mi vagina y me manché con todo su semen, estaba sorprendida la cantidad que había eyaculado. Tuve que tocarme para tomar una dimensión del enchastre que me hizo.
- Te gustó nena? Ojala mi hija sea una buena putita como vos.
No me esperaba ese comentario, y Osvaldo se arrepintió de decirlo. Se puso muy serio y nervioso.
Me dio una toalla y me pidió que me limpie y vista.
Te dejo en algún lado? me preguntó.
No, puedo caminar, gracias.
Te dejo que tengo que trabajar, hablamos.
Me bajé y me fui caminando a casa toda sucia, me había pasado la toalla, pero era de esas telas que no secaban bien, me desparrame mas su leche.
Mientras caminaba, pensaba, que lastima que terminó así, se puso incomodo, con el comentario que dijo, tal vez si hubiera dicho algo, cortaba el momento incómodo, pero me dejó sin palabras también.
Esa tarde ni me bañé, quise acostarme aún con el semen seco de Osvaldo en mi cuerpo.
Me metí a mi red social, pero no había mensajes de el, y lo peor, al día siguiente dio de baja su perfil o me había bloqueado.
Me deprimió no poder volver a ver su miembro, me daba mucho morbo y me hubiese encantado seguir en contacto y aprender mas cosas de el, pero no se dio.