Me encantan las chicas jóvenes_I

Me he decidido a contar todas mis andanzas, y de esta forma liberarme y poder rememorarlas. Espero que os guste y aceptaré encantado cualquier crítica para mejorar!

Me he decidido a contar mis andanzas. Esto será como un diario, donde poder dejar guardadas todas mis experiencias, liberarme y poder rememorarlas. He de decir que todo es verídico, que algunos nombres o descripciones las omitiré.

Lo primero presentarme, me llamo Sergio, tengo 39 años y soy de Madrid. Estoy casado desde hace 8 años, y con mi mujer llevo un total de 15 años. Para poneros en contexto deciros, que la rutina con mi mujer se ha vuelto tediosa, en todo lo demás tenemos una conexión mágica, pero en el plano sexual ella no busca experimentar nada, y es bastante monótono. Yo antes de estar con ella era muy activo, probé muchas cosas, y sinceramente echo de menos esa sensación de descubrir, de probar cosas nuevas.

Físicamente soy bastante atractivo, siempre me resultó fácil ligar, 1.81 70kg, me encanta el deporte y sobre todo mi arma secreta...  lo bien que les caigo a las mujeres, al principio puedo ser algo tímido, pero en cuanto cojo confianza todo va rodado.

Tengo mi propia empresa que fundé hace 9 años, que me permite viajar por toda la península, y además hace 3 años empecé a dar clases en la Universidad Alfonso X, un paraíso de chicas jóvenes y pijas, que sería el desencadenante de todo.

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Todo empezó cuando después de tanto esfuerzo, por fin conseguí convertirme en profesor asociado. No me lo podía creer, lo había conseguido, era una asignatura troncal  pero yo sólo me encargaría de la parte práctica. No era gran cosa pero era un comienzo.

Allí me encontraba yo frente a la entrada principal de aquella universidad en la que tanto tiempo había pasado.  Eran las 15.50, de un 14 de Septiembre, viernes, especialmente caluroso. Empecé a fijarme y era increíble la cantidad de chicas guapas que había, no sé si era casualidad, pero mirara donde mirara veía una chica atractiva, con la piel morena y radiante, con esa ropa tan ceñida que poco dejaba a la imaginación.

Me dirigí al departamento a buscar a mi tutor de tesis, y profesor principal de la asignatura, para juntos dirigirnos al aula. He de reconocerlo, estaba súper nervioso, no sabría cómo reaccionaría ante los alumnos y deseaba que llegara ya el momento. Una vez pasamos el umbral de la puerta pude descubrir un grupo numeroso de jóvenes, hablando entre sí, gritando, riendo, ajenos a nuestra presencia hasta que el profesor titular alzó la voz e inmediatamente se produjo el silencio. Inició la presentación del curso y me introdujo como el profesor de prácticas. Empecé a relajarme y a poder enfocar la vista en cada uno de esos chicos y chicas.

Recorrí con mi mirada los rostros de esos alumnos y por un momento perdí la noción del tiempo, ....joder que guapas, pensé!, -había 2 o 3 chicas realmente atractivas-, hasta que una voz me saco de mi ensoñamiento,

Profesor: Sergio, Sergio...cuéntales cómo será la parte práctica

No sé de donde saque fuerzas pero tras un breve titubeo inicié una explicación magistral, mostrándome cercano, seguro, incluso por qué no, algo seductor. Era mi gran ocasión, quería mostrarme como ese profesor que influye sobre sus alumnos. La sensación de estar sobre una tarima y sentir las miradas de tus alumnos, interesantes, expectantes, es una sensación indescriptible.

Al terminar el profesor principal se disculpó y me dejó al mando. Para medir el nivel que tenían les repartí una hoja con 2 problemas que debían resolver.  No era para putearles sino para saber el nivel que tenían y de donde deberíamos partir. Yo inicialmente me quedé sentado en la mesa del profesor, pero a los 5 minutos, decidí levantarme e ir paseando para resolver alguna duda que pudiera surgirles y sobre todo, para que mentir, para poder ver de cerca a las chicas. Mientras iba pasando lista y así les iba poniendo cara. Cuando había nombrado a 8-10 alumnos...

Sergio:  Cayetana B.R

De repente levantó la mano una chica de la primera fila, ya había intercambiado varias miradas durante la presentación, había notado un cierto interés por su parte. Ella era morena con el pelo largo y liso, muy morena de piel, vestía unos shorts vaqueros negros que aunque estaba sentada, ya se podía intuir que mucho no le tapaban y una camiseta blanca muy ajustada que le marcaba unos pechos generosos...según me acercaba a ella para saludarla me invadió un pensamiento -un momento, no lleva sujetador- me recriminé a mí mismo por este pensamiento, e intente concentrarme...Ella me saludó simpática y aprovechó para hacerme una pregunta del ejercicio, mientras  contestaba me fije más detenidamente, -no llevaba sujetador, pude notar a la perfección sus dos pezones intentando rasgar la tela....-pero que es eso, me pregunté- estaba claro, el pezón derecho escondía un secreto, bueno más bien, mostraba un secreto, un piercing se marcaba a la perfección tras la fina camiseta. Terminé la explicación como pude y me despedí.

No sé qué me había pasado, siempre he disfrutado de mirar a las chicas guapas por la calle, o en un bar, no tengo problemas incluso en hacerlo bastante descarado si veo que ella tampoco quita la mirada, pero esta chica había conseguido ponerme nervioso, iba a tener que hacer un gran esfuerzo para controlarme.

Continué pasando lista...

Sergio: Helena M. S

Levantó la mano una joven sentada hacia la mitad de la clase, debía ser muy pequeñita porque apenas podía verla tras sus compañeros. Cuando me acerqué para saludarla vi a una chica rubia, con unos ojos verdes impactantes y una sonrisa cautivadora, lo que parecía ser la típica chica que con una mirada conquista a cualquiera...pero nada más lejos de la realidad, me encontré con una chica insegura, de voz entrecortada, como avergonzada de estar hablando conmigo...me produjo una gran ternura, quizá por eso no le hice un chequeo como a otras alumnas, y me limité a sonreírle y darle la bienvenida.

Ya estaba terminando cuando la nombré ella...

Sergio: María Ángeles Z d C. S B

Tenía más apellidos que el listín telefónico, -madre mía, pensé- Se sentaba al final de clase, castaña, con el pelo a media melena liso, unos ojos marrones grandes y almendrados y una boca enorme, llamaba la atención por su tamaño y el blanco de su dentadura...Era muy risueña, y esbozaba un sonrisa al ver mi cara al pronunciar tantísimos apellidos. Parecía una chica extremadamente extrovertida y habladora, simpática reía mientras me explicaba que le pasaba siempre, que menuda retahíla de apellidos tenía, que no le cabían en el DNI,...Tanta conversación me dio pie a mostrarme más seductor, le sonreía e intentaba mostrarle mi atractivo. También pude fijarme en que Marian, como me pidió que la llamara para abreviar, era una chica bastante alta, delgada, pero se percibían curvas peligrosas. A diferencia de con Cayetana, esta vez me sentí a gusto, puedo decir que hasta disfruté de esa situación en la que en una situación convencional le pones algo de picante, miradas, sonrisas, que hacen que esa situación intrascendente adquiera una carga erótica tremenda. Como se suele decir, tuve mucho feeling con esta chica, por lo que pude comprobar yo tampoco le desagradé.

Sergio: Chicos, es la hora! -exclamé- Por favor, id dejando los ejercicios encima de la mesa según vais saliendo.

Me dirigí hacia la mesa del profesor, mientras los alumnos recogían sus pertenencias. Al principio vinieron de forma escalonada, dejando su ejercicio y despidiéndose amistosamente. Cayetana, al estar en primera fila fue de las primeras en venir, verla de pie fue un espectáculo, esta chica era un bombón, pude comprobar que efectivamente, sus shorts dejaban poco a la imaginación y si no fuera por unos hilos a modo de flecos que colgaban por todo el borde, la parte inferior de su culo sería perfectamente visible. Ella, sabedora de su poder se dirigió a mí con paso firme, contoneándose, provocándome ya que sus ojos se clavaron en los míos, intuyo para comprobar de primera mano cuando mis ojos desconectaban de los suyos para deslizarse por su cuerpo...Intenté resistirme, pero fue inútil, no habían pasado 2 segundos cuando  baje la mirada hacia su pecho, recorrí sus abultados pezones, descendí pasando por su vientre, plano, como esculpido...cuando estaba apenas a 1m de mí tuve que alzar la mirada, volvimos a conectar, y, sabedora de lo que despertaba en mí, deslizó sutilmente su lengua por sus labios, y con una amplia sonrisa se despidió de mí.

Parecía como si el mundo se hubiera parado, como si solo existiera ella, no había sido consciente de como otros alumnos se había despedido de mí. Alcé la vista, para recuperar el control, y la vi al fondo, esperando para salir, Helena efectivamente era una chica muy bajita, dudo que llegara al 1.60, podía verla con la cabeza agachada, sosteniendo una carpeta que apretaba contra su pecho. Llevaba un vestido con una falda larga, vaporosa, de las que se deslizan con cualquier brisa. Se apreciaba una chica muy delgadita, apenas una ligera curva se marcaba en la zona posterior, pero...me fije detenidamente, al tener la carpeta apoyada contra el pecho, la tela del vestido se apretaba y permitía ver unos pechos generosos, sobre todo teniendo en cuenta su delgadez....De nuevo fui consciente de mi ensoñación y me exigí evitar esos pensamientos, debía concentrarme.

Quedaban pocos alumnos y la vi al final de la fila, intentando llegar a mi mesa. Era Marian, muy alta, debía medir como yo, o incluso más. Tenía un porte imponente, vestido ajustado, con falda a medio muslo y parte superior con algo de escote, pero nada exagerado, vestía muy elegante, con un bolso  LV...una chica realmente atractiva. Llegó a la mesa mientras apenas quedaban ya alumnos...Se dirigió a mí con una sonrisa, se la devolví, esta chica me generaba una energía muy buena... íbamos a salir del aula cuando...

Marian: Me suena de haberte visto el año pasado por la universidad

Sergio: Es probable, llevo muchos años en un grupo de investigación, y pasaba muchas horas aquí -le sonreí-

Marian: Yo cuando termine también quiero hacer el doctorado

-íbamos caminando por el pasillo y noté como se acercaba un poco más...Sergio, por favor, no le mires el escote, me dije- 3,2, 1 y los ojos fueron directos, fue una mirada furtiva, espero que no la percibiera...

Sergio: Yo siempre lo tuve claro, quería tener una empresa, pero la formación me atrae mucho -y tanto que me atrae, sino como iba poder hablar con chicas como Marian, a escasos cm-

Marian: Como se llama tu empresa?

Sergio: XXXXXXXXX

Marian: En serio? La conozco, hacéis un trabajo genial.

Sergio: Gracias

Llegamos a la altura de los departamentos y me despedí de ella, me hubiera encantado hablar durante horas con ella. Nos despedimos hasta el próximo día y entré al despacho -un cubículo minúsculo que me habían cedido-.

Al llegar a casa estaba entusiasmado, por fin había cumplido mi sueño de ser profesor, y además había sentido un morbo tremendo con chicas súper atractivas. Estaba súper excitado. Al llegar a casa, cené tranquilamente con mi mujer, contándole como había sido la experiencia y como lo había disfrutado -evidentemente omitiendo algún detalle jejeje- Al acostarnos, seguía muy excitado, imágenes del día atacaban mis pensamientos, empecé a acariciar el cuerpo de mi mujer, poco a poco, con las yemas de los dedos recorría su espalda, sus muslos, me recreé ya que sabía que esto la excitaba muchísimo. Cuando alcancé su coño estaba húmedo, metí la mano por debajo de su camisón y pude tocarlo a través de la fina tela de su tanga, ella soltó un leve gemido. Esa fue la señal para saber que tenía luz verde, que hoy, quizás como premio por mi recién estrenada docencia, podía disfrutar de su sexo. Mientras lo hacía, de repente, me imaginé haciéndole eso a una de mis alumnas, no dejaba de imaginarme sus caras de placer mientras las masturbaba, Marian, Cayetana e incluyo Helena, me pedían que no parara que se iban a correr...

En la penumbra de la habitación, tan solo iluminada por la luz que se filtraba por la ventana, sus caras parecían reales al mirar a mi mujer, lo sentía como real, y esto generaba en mí una excitación indescriptible...

De repente, mi mujer me sacó de la ensoñación con un entrecortado METE-ME-LA

Mi pene, estaba erecto como nunca, soñar con aquellas crías le había dado un porte majestuoso, de un golpe la introduje entera, mi mujer soltó un fuerte gemido y apretaba el culo hacia atrás para que entrara hasta el fondo.

De nuevo...aparecieron sus rostros, sus cuerpos...dios, era como si fuera real, se giraban hacia mí y me decía..."VAMOS FOLLAME", o "NO PARES", estaba siendo el mejor polvo en mucho tiempo, y creo que mi excitación se contagió a mi mujer, que no tardó ni un minuto en correrse como pocas veces le había visto hacer.

Mientras tanto yo aguanté como pude, quería retrasar mi orgasmo, ya que la visión de mis alumnas era tan real que no quería que acabara nunca. Después de un buen rato, no pude alargarlo más, saqué mi pene y me corrí sobre el culo de mi mujer, poniéndole pérdida, sobre todo su tanga de encaje.

Había sido increíble, definitivamente, convertirme en profesor había sido un sueño hecho realidad. Y lo que aún queda...

Espero vuestros comentarios, no tengo inconveniente en que me escribáis al email. Espero que os haya gustado! Hasta la siguiente entrega.