Me encanta ser su zorra, MASAJE A 4 MANOS

Cómo mi amo me sorprende de nuevo haciendo que me retuerza de placer.

Normalmente se echa en la camilla después de abrigarla con la toalla, pero en esta ocasión, mi amo, me ordenó que me tumbara.

  • Boca abajo, zorra.

Es interesante observar cómo mi cuerpo reacciona sólo con oír su voz. La piel se me eriza, los pezones se me aprietan... mis pupilas se abren y siempre, siempre, el coñito se me empapa de ganas.

Me postré boca abajo, tal y como me pidió, esa y otras tantas cuando me folla duro agarrándome del cabello mientras me azota... mmm, pero esta, en una camilla, era la segunda vez, aunque hoy, le noté con ese toque perverso y juguetón.

Esgrimía una sonrisa, eso me pone nerviosa, me inquieta, me excita.

  • Hoy el masaje te lo doy yo. ¿Algún problema zorra?

  • No amo (me encanta).

Notaba cómo caía el aceite por la zona baja de la espalda y decidí abrir mis piernas para dejar paso y sentir esa cascada untuosa deslizarse por mi sexo. Delicioso.

Sus manos paseaban por toda mi piel mientras comentaba algo. Estaba tan abstraída con semejante deleite, que no entendía lo que decía. De pronto me asusté pensando que podría estar indicándome una orden y no ejecutándola (el sólo hecho de no obedecer, no entra en mi pensamiento, mi amo controla todo, mi cuerpo, mi voluntad...)

  • ¿Has dicho algo amo?

  • ¿Te gusta, zorra? ¿Te gusta cómo tu amo te masajea?

  • Sí amo. Me gusta.

  • Sigue boca abajo y disfruta, eso es lo que más le gusta a tu amo.

Entonces cerré los ojos con suavidad mientras visualizaba el baile de sus manos recorriendo todo mi cuerpo, su cuerpo, empapada de aceite y de placer.

  • Ahora. -dijo

¿Ahora? pensé, no sabía qué quería decir con... “ahora”.

En ese instante todo mi cuerpo quedó petrificado. Sorprendida, trataba de entender, de saber... quería controlar qué ocurría... y cuántas manos notaba en mi piel.

  • Disfruta, zorra

¿Disfruta? quién puede disfrutar cuando te sientes desbordada. ¿Cuántas manos había? ¿Cuántas personas? ¿Hombre? ¿mujer?

Perverso y lascivo, dulce y maquiavélico seductor, disfrutaba por verme inquieta, sabiéndome excitada y rabiosa, descontrolada y sumisa.

Me sentía como una cría, nerviosa... pero curiosa.

Agudizaba mis sentidos para entender, qué estaba ocurriendo en aquel cuarto medio oscuro, cuando en realidad sensibilizaba decodificando en mi piel, el roce de sólo una persona más, tocándome.

Un extraño o... extraña, exploraba mi cuerpo palpando con agilidad cada centímetro, sin levantar sus manos, al ritmo que marcaba mi amo.

Era diferente... y sí, mi amo tenía razón. Mi amo, siempre tiene razón... mmm comencé a disfrutar de manera consciente aquel sinuoso y ágil paseo a cuatro manos.

Morboso dominante, me tenía a su merced bajo su consigna y dirigiendo a otra persona a su antojo.

Mi amo sabe que soy bien bonita y compartirme para ver cómo otros, otras, me desean, le pone cachondo.

No debo resistirme... rabio al perder el control, y mi coñito... (sonrío ruborizada) palpita hinchándose con ganas de... lo que desee mi señor, porque mi coñito, es suyo. Por eso, y bajo su magnánima presencia, aquellas manos empezaron a rozarlo, y fue entonces, cuando escuché una voz masculina, justo, cuando adivinaba que era un hombre.

Cuando mi señor me notó más receptiva, me dijo:

  • El masaje debe seguir contigo boca arriba.

  • Claro amo

Al girarme, le vi, no su cara, no me gusta hacer contacto directo con personas desconocidas, esto es sólo sexo y... yo, soy cariñosa... dulce, pero sólo con mi amo, es a él a quien busco, a quien miro, en quien pienso cuando me masturbo y me doy placer en silencio (uf), fantaseando con sus manos, con su boca, con su polla... con sólo su roce, porque él es mi fantasía. Soy suya y él lo sabe (y al escribir estas líneas, me noto completamente mojada).

Boca arriba, de pronto me sentí devorada. Mi amo disfrutaba de su coñito mojado, succionándolo, relamiendo cada labio, palpando con la lengua el clítoris, mirándome casi desfallecida de placer (Dios, me encanta tenerle entre mis piernas de todas las maneras que existen). Es en ese instante, al hacer contacto visual entretanto me da placer, cuando completamente entregada, su mirada se torna satisfecha pero no saciada, observándome rendida a todo su ser, mientras incide en seguir, hasta provocarme extenuada.

Con los pezones como piedras, aquel muchacho seguía masajeando mi cuerpo de arriba abajo, dándome calor y estimulando mi sensibilidad al tiempo que me comían el coñito, despacio... mmm, mi amo.

Hay dos sonidos que le... nos seducen... a los dos, el chapoteo de mi coñito encharcado de placer y mi gemido... es como un suspiro de sexo que sobrepasa mi ser en cada soplido. Rebosa desde mi interior y me sorprende... no puedo pararlo. A mi amo le encanta, a mi, me fascina llegar tan lejos (uf, me pone tan cachonda. Él).

Lo que daría porque me follara o follase a lo bestia en estos momentos... atada, azotada... obediente... estoy temblorosa para goce de mi amo y él sigue decidiendo cada paso.

¿Enroque? ¿De verdad? ¿Cuándo pasamos de bailar a jugar al ajedrez?

Mi amo hizo un cambio sutil y de pronto, tenía su polla rozando mi boca de putita.

... mmm

Aquel muchacho sumergía su cabeza entre mis piernas dándome ligeramente la espalda, desde arriba, y no podía ver nada... sólo sentir, volvía a estar nerviosa.

  • Disfruta zorra y cómeme la polla.

Entretenida lamiendo la polla de mi amo, provocándole con la mirada y su pollón en mi boca, comencé a relajarme de nuevo. Fue entonces cuando aquel muchacho deslizó su mano por mi sexo y empezó a hacerme un dedo en el coñito... rozándome el ano con otro y a ratos con su lengua.

Me comía con ansias un desconocido sujetándome con las manos el coñito hinchado, palpitoso, encharcado... sustrayéndome con sus dedos gritos de placer, al tiempo que le deleitaba una gran mamada a mi amo.

Mi cuerpo flotaba fuera de mi alcance mientras mi amo me hacía disfrutar. Le sentía en todas partes. Me follaba la boca con su mano apoyada en mi cabeza... y le lamía con afán cuando me dejaba respirar, sedienta, deseando que siguiera, que siguiera follándome la boquita... hasta la garganta.

  • Eso es, disfruta puta. Muy bien. Ahora, voy a follarte.

Sentí una fuerte corriente de electricidad desde mi coñito hasta la boca del estómago. Era él, siempre me pasa. No existe ni una sóla vez donde mi amo al penetrarme no me haya hecho sentir ese latigazo de adrenalina. Me gusta tanto ser su zorra...

Me follaba con posesión y goce, mientras el muchacho se acercaba hacia mi cabeza.

Quería provocar una buena corrida a mi amo y, agarré la polla de aquel tipo, para excitar a mi señor con ojos de puta lasciva... así, inicie una mamada suave, con mirada desafiante.

Es delicioso notar cómo crece la polla de mi amo dentro de... su coñito... mmm.

Me concentraba disfrutando de aquella verga pensando que era la de mi amo y al hacerlo, mis sentidos, más sensibles, notaban su capullo dentro de mí, cada centímetro, cada movimiento.

Él me follaba mientras seguía juguetona fijando mis ojos en los suyos, con picardía, incitándole al orgasmo.

Entonces se acercó a mi boca y desmontó todo aquel maquiavélico plan, metiéndose aquel pene en la boca.

En aquel momento entré en shock y mi cuerpo electrizado por tanta sensualidad comenzó a temblar drenando un río de placer a golpe de una buena follada.

Mi sexo chapoteaba, y mi garganta gemía con ganas de seguir, enmudecida sólo por la boca de mi amo y la polla de aquel tipo.

Nos estábamos comiendo una polla juntos y, aunque fueran unos segundos, sentí paralizarse el tiempo, mirándonos y devorándonos, con aquella verga en medio.

(Siempre gana por goleada, es un provocador nato, no deja de sorprenderme. Me encanta todo de él.)

Se incorporó levemente y con la sonrisa de quien se sabe victorioso, se dejó ir hasta llenarme el coñito de leche, uf.

Con los pezones como piedras, chorreaba una mezcla de semén y flujo, manifestando lo putita que soy cuando mi amo me lo ordena.

Obvio, como sumisa complaciente, relamí cada gota que aún rezumaba del capullo de mi amo y, agradecida (como él me ha enseñado, subordinada y obediente), deleité a aquel sin rostro, una mamada que no olvidará en su vida... provocadora, con mi amo observando y satisfecho, porque soy la mejor zorra que jamás ha conocido.

Siempre a su servicio.

Excitada y preparada, para cuando decida, con el coñito mojado cuando le pienso, como ahora... a punto de correrme de nuevo