Me encanta Dani. Siempre que él quiera.

Siempre tengo ganas de follar con él, y lo sabe.

Dani vuelve a estar fuera, viaje corto y reunión complicada. Siempre lo son por uno u otro motivo, pero

últimamente

parece que las hayan programado todas juntas. Está acostumbrado a la exigencia, al cansancio y la presión. Pero visto desde fuera su esfuerzo es titánico, y no siempre bien reconocido ni recompensado. Pero esa tenacidad y resistencia lo hace más y más irresistible a mis ojos. Cada día descubro algo nuevo en él, su fragilidad, seriedad, timidez y sensibilidad hacen que mi deseo no deje de crecer.

Llega hoy mismo, a mediodía, y yo voy a entrar en su casa antes de que él llegue. Quiero darle una pequeña sorpresa. Meterme en su cama y esperarle allí, completamente desnuda, lista y preparada para recibirle cómo se merece y cómo más me apetece. Estoy deseosa de oír como abre la puerta de casa con las llaves, escucharle ir al salón a dejar la maleta. Como va al baño, a la cocina a beber un vaso de agua y notar como sus pasos se dirigen al dormitorio. Imagino su cara al verme cuando abra la puerta y como yo sin media palabra iría directa a darle un beso y después sin dejarle reaccionar iría directamente a comerle la polla, recreándome en ella, disfrutándola a cada centímetro.

Hace dos días que no está y ya no es que eche de menos sus besos, su olor, su piel o su voz. Mi cuerpo pide por él, a cada momento viene a mis pensamientos cualquier detalle vivido juntos y al instante mi coño empieza a mojarse, a dilatarse, a ponerse caliente, realmente no veo la hora de que abra esa puerta. Pero parece que se retrasa, habrá sido el vuelo, o tal vez haya tenido que parar en la

ofi

antes de volver a casa.

Así que decido esperarle en su lado de la cama, es mi favorito. La cama está toda revuelta, el otro día nos entretuvimos entre besos por la mañana y tuvimos que salir volando. Pero lo cierto que a mí, me gusta la cama así, toda deshecha, es como está por las mañanas en el momento más bonito. Despertar a su lado, sentir cómo se va desperezando, como nos abrazamos, nos besamos torpemente, nos deseamos grandes y pequeñas cosas para el día que empieza. Mientras su ristra de despertadores van sonando y

él

va posponiendo uno dos o tres minutos más. Es el mejor lado de la cama, huele a él y ahí siempre duermo un poco mejor. Después de que se levante tras mil besos, me encanta quedarme de nuevo dormida en su sitio, con todo el calentón y sintiéndole bien cerca.

Él va a llegar a casa, cansado, deseando irse a dormir una siesta antes de nuestra cita. Hemos quedado en hacer

noseque

historia de bricolaje, una buena cena con un vino fantástico y en follar, los dos lo estamos deseando

, pero

apenas tenemos tiempo y aunque no faltan las ganas fallan las fuerzas. El plan de trabajo es realmente duro.

Las cosas no suelen suceder como uno las sueña y yo esperando y deseando me he quedado totalmente dormida. Pero no he podido tener mejor despertar. Desde que conozco a Dani, siempre estoy cachonda, porque él siempre está en mis pensamientos y eso va directamente a mi libido y a mi coño, que anda siempre pidiéndole polla. Siempre le digo a veces al oído y a veces a gritos en su cama que siempre que

él

quiera va a poder follarme porque yo siempre estoy deseándole y queriendo tenerle dentro. Le repito una y mil veces que siempre estoy mojada y preparada para él. Y hoy al encontrarme desnuda en su cama ha decidido cobrarse ese derecho, porque de pronto he sentido como estaba sobre mi son su polla metida hasta dentro, follándome bien suave mientras me daba mil besos en el cuello.

Uf, imposible olvidar ese momento, en el que he decidido no abrir los ojos y dejarle creer que seguía dormida. Mientras mi coño estaba a punto de estallar del placer y la felicidad que es tenerle dentro de

. Cada vez me embestía con más fuerza y me la metía

más

adentro. Yo la sentía caliente, firme, enorme y moría de ganas de decirle que siguiera, de besarle. Seguro que él sabía que yo estaba despierta y me hacía la dormida, pero seguro que también sabía como lo estaba disfrutando y seguía agarrando mis muñecas como sabe que me gusta.

Solo cuando he sentido que iba a correrse, me he retirado para que saliera de mi coño y ofrecerle mi boca. Porque quería sentir todo su placer recorriendo mi garganta mientras mis labios y mi lengua se deleitan de su sabor.

Continuará...