Me encanta Dani. Mi nuevo sostén

El sexo empieza antes de estar juntos, a veces comprando un sostén.

Pues sí, Dani y el resto de su equipo consiguieron el liderazgo de la convención. Aún está en una nube. No

tenía

nada claro lograrlo, tanto es así que incluso con lo hermético que es, me prometió que si lo conseguía me haría algunas confidencias que estoy deseando escuchar. Verle tan exultante con lo comedido que suele ser es un regalo. Pura inspiración para seguir adelante en mis momentos más bajos.

Apenas llegó y ya se ha ido de nuevo, ahora es algo local, apenas un par de noches fuera y comparado con lo conseguido esto parece cosa pequeña pero sé que no lo es. Increíble la presión a la que está sometido, aunque creo que más que un sometimiento, está absolutamente enganchado a esa adrenalina y esa constante necesidad de superación. No hemos tenido mucho tiempo para vernos, pero ha sido delicioso, muchos besos, abrazos. Me encanta cuando me abraza fuerte y todo se detiene por unos segundos. Su mirada y siempre esa sonrisa… Y esos besos, suaves, pequeños, dulces e incitantes.

Está agotado pero sigue dispuesto a dar lo mejor de sí mismo. Y yo estoy deseando que hoy no vaya muy mal, no debería, pero llega con poca batería. Sea como sea, yo estoy esperando que vuelva, deseo olerle, acariciarle, besarle y mostrarle la última cosita que tenía preparada para su victoria.

Ya hablé de esas braguitas negras de encaje que me compré y con las que me colé en el hotel, pero para la vuelta tenía preparada una

sorpresita

que no llegamos a compartir. Le encantan mis pechos, me lo ha dicho muchas veces y el modo en que los mira y los agarra me lo hace sentir sin lugar a duda. Pensé que se merecía verlos muy bien enmarcados.

Yo antes de conocerle hacía mucho que no tenía una historia. Un par de tropiezos pero nada relevante. Mi trabajo ahora con la pandemia está tremendamente dañado pero a cambio me está dando tiempo para vivir esto con Dani. Todo tiene su parte buena, los años anteriores, han estado volcados en mi trabajo, demasiado. No me daba ni la oportunidad de conocer a nadie, nada podía distraerme de mi objetivo principal que era y sigue siendo vivir del modo que más feliz me ha hecho. He llegado a simplificar todo lo que no es trabajo a extremos alucinantes, en mis compras domésticas y

sobre todo

en la gestión de mi oficina y en mi forma de vestir. Pocas prendas, todas combinables y que sirvan para todo tipo de situaciones. No quiero cargar peso en mis constantes viajes ni tener que pensar en lo más apropiado. Con la ropa interior la simplificación es extrema, varios sujetadores y braguitas de

lo más cómodos

y todos iguales para una vida fácil en la que no se esperan sobresaltos.

Pensé que me apetecía comprarme un sujetador sexy, tengo un pecho bastante grande y siempre tengo que comprarme la lencería en una tienda especializada en Madrid que tiene modelos

más

sensuales y especiales. Estuve en Madrid hace un par de semanas por trabajo y estaba deseando de ir a comprar algún modelo para sorprender a Dani. Pero estoy intentando tener cuidado con la maldita pandemia y cruzarme Madrid para comprar un sujetador con el único propósito de excitar a Dani me pareció una frivolidad. Así que pensé que por muy de provincias que sea nuestra ciudad me negaba a no encontrar algo y me recorrí todas las tiendas con el mismo resultado. No hay talla para ti en nada medianamente apetecible hasta que di con una corsetería muy muy atrevida que está junto a mi oficina. No tenía nada que perder y realmente estaba deseando tener algo especial para la llegada de Dani.

No soy muy recatada pero sí muy aburrida para los colores o estampados, allí había prendas para montar un

peep

show. No me atrevía con casi nada porque soy bastante aburrida para colores o formas extrañas y de repente la dependienta me mostró uno tan diferente a mí que no me hubiera comprado jamás pero que me sentaba como un guante. De color negro, con tirantes transparentes y flores rojas bordadas. Con un lazo muy

kitch

que unía las dos copas. No tuve duda, hace unas semanas que he salido de mi normalidad y no me va nada mal. Ni con Dani ni escribiendo aquí.

Así que antes de ayer me presenté en casa de Dani con las braguitas y mi nuevo sostén pero estábamos tan absolutamente cansados que nos quedamos dormidos entre besos y abrazos. Fue una noche muy especial, es más creo que el hecho de no acostarnos le dio una emoción distinta a la que solemos compartir y creo que ambos la disfrutamos. Yo no la voy a olvidar.

Cuando vuelva voy a ponerme mi nuevo y carísimo capricho, creo que le va a encantar, por inesperado y porque realmente realza mis tetas de un modo realmente apetecible. Le imagino lanzándose a besarlas y acariciarlas, es suave al tacto y sueño con Dani sobre

empezando a besarme el pecho, subiendo a mi cuello, dándome la vuelta y volviéndome loca con sus besos y caricias en mi nuca.

De repente clic, ha desatado mi sostén con la intención de comerme los pechos con mucha pasión pero suavemente, me imagino acariciándole el cabello, recorriendo su clavícula con mis labios, tiene una piel muy suave, muy apetecible. Nos

imagino

acariciándonos tranquilamente.

Le imagino besándome entera llegando a mi sexo y besándolo con ternura. Voy viendo como se va excitando y voy hacia su polla para besarla y comerla muy despacio, quiero que dure mucho… disfrutar cada vez que entra en mi boca y notar cada centímetro que entra en mí. Lamer con suavidad su glande mientras veo cómo me desea más y más.

Me siento sobre él introduciendo su polla en

poco a poco,

él

se incorpora y estamos frente a frente sintiéndonos muy profundo y pudiendo seguir besándonos y acariciándonos. Todo muy suave, lo estoy disfrutando mucho. Así es justo cómo voy a pensar cuando esta noche me masturbe pensando en

él. Sintiendo cada vez que entra en mí y notando su aliento y sus ganas frente a

. En esta ocasión solo quiero correrme una vez. No quiero algo frenético, quiero dejarme llevar cuando no pueda más mientras me clavo en su polla y noto su mirada a punto de correrse. En ese momento la sacaría de

para comérsela suavemente justo en ese momento delicioso en que empieza a correrse para aún estando sintiendo mi placer poder notar el suyo en mi boca.

Continuará…