Me encanta Dani. Mañana en el museo.

Si me llevo a Dani a una exposición, debería imaginarse para qué es.

No creo que dé tiempo a publicarse antes de la reunión de Dani. Creo que se lo tendré que mandar en pdf, ya … muy cutre, pero la verdad es que creí que ni tan siquiera iba a escribirlo, así que ni tan mal. No por falta de ganas sino porque es una semana muy complicada, para su trabajo, que es el eje de su vida, pero para mí también. Todo es muy difícil ahora.

Pero he llegado de tomar unos vinos, unas risas y como siempre, al final del día siempre está Dani. En mis pensamientos, deseos y anhelos. No es algo muy sensato, pero sí instintivo. Uno sabe dónde se siente bien y donde quiere estar. Y ahí lo tengo claro, es donde esté él.

Dani está fuera una vez más, muy centrado y preocupado en noseque asunto que tienen pero que como siempre parece de vital importancia. Está cansado, han sido semanas muy duras, mucho viaje, mucha tensión y como en todo pura incertidumbre.

Así que ante un mundo incierto, mucho mejor soñar con un mundo ideal. Al meterme el la cama, he pensado que hacer mañana sábado que me guste mucho y he decidido ir al museo de arte contemporáneo. Justo han estrenado una exposición y aunque no sé bien quién expone ni la obra, tengo claro que quiero ir. Ando sedienta de actividad cultural, y me parece el plan perfecto. Dani no tiene tanta ansia de ir a museos ni exposiciones, pero estoy segura que sería capaz de convencerle de acompañarme. Es un tipo educado y aunque le apetezca menos cero ir, si se lo pido con mucha cara de pena creo que vendría con su increíble sonrisa.

Y a mí,  me apetece llevarle de mi mano sala  a sala, sabiendo que no le interesa lo más mínimo, comentando cada pieza. Cada propuesta por difícil que sea, recorriendo todas las instalaciones. Conozco el lugar cómo la palma de mi mano, quiero que se aburra, como intuía. No es su habitat, pone cara de que le interesa, no es cierto. Y a mí, me excita tanto ese esfuerzo que hace… llegamos a la planta subterránea, es donde está la expo más conceptual. Ni yo acabo de pillarla, Dani está desconcertado, unas luces que van y vienen y yo que de un tirón me lo llevo de la mano… sé que hay un cuarto de baño adaptado, de esos amplios, que casi no se usan. Nunca he follado en el baño de un museo. Hoy va a ser el día.

Me imagino su cara de desconcierto mientras cierro el seguro de la puerta y cómo me abalanzo a su cuello. Le rodeo con mis brazos mientras le devoro a besos y a los cinco segundos me mira con esa mirada profunda con la que me deshace pero me dice todo… me arrodillo y abro su cinto, desabrocho sus vaqueros y los dejo caer. Sus calzoncillos no mienten, veo su polla muy dura y marcada tras ellos, me lanzo a besarla y tocarla mientras me deshago de ellos. Ahí súbitamente se despliega la polla que me vuelve loca, la meto en mi boca mientras él coge mi cabeza para dirigirme a ella y apretarme fuerte contra su polla. Me encanta comérsela, es firme, dura, suave, deliciosa, Me vuelve loca cuando me aprisiona sobre ella aunque me ahogue porque es bastante grande y a duras penas me cabe entera.

Sé que a él le encanta que se la coma entera, nunca se la he comido así de rodillas frente a él. Solo de imaginarme allí arrodillada frente a él con su polla entera en mi boca y sus manos en mi nuca metiéndomela bien dentro de mi boca me está poniendo muy muy cachonda. Imagino su sabor, su calor en mi boca, su firmeza, sus manos enredadas en mi pelo llevándome a él, más y más adentro.  De pronto, saca la polla de mi boca, se retira por completo, me alza, me da un beso largo, profundo, donde su lengua llena lo que hasta hace menos de un minuto era donde metía su tremenda polla.

Me dirige hasta el frio mármol del lavabo, frente al espejo. Me apoyo frente al espejo, levanta mi vestido y sin quitarme las bragas, las parta y con una firme embestida me la mete entera desde atrás. Ufffff cómo puede volverme y dominarme tan fácilmente. Una embestida y todo mi mundo se nubla y no puedo hacer más que dejarme llevar a su ritmo, a la tercera embestida me estoy corriendo como solo él sabe hacerlo. Ahí es justo cuando ya pierdo el control, me vuelve realmente loca. Como siempre antes de darme cuenta estoy gimiendo y  pidiéndole más y más polla. Verle en el espejo mientras me folla en el baño del museo es mucho más de lo que mi coño puede soportar.  Mientras me corro por enésima vez y sabiendo él que me tiene entregada entera, me gira y me sube sobre el lavabo, me pide que me abra más para él y mirándome fijamente a los ojos, me la mete de una. Aún no ha entrado toda su polla en mí y ya me estoy corriendo de nuevo. Con su mano izquierda tira de mi pelo hacia atrás mientras me besa muy apasionadamente mientras se está corriendo dentro de mi coño.

Son las tres de la mañana y más que en el final del relato o en mi encuentro con Dani el domingo, estoy pensando en mi coño, lo empapado que está ahora mismo y en cómo voy a disfrutarlo en mi cama, que aún huele a él.

Continuará…