Me encanta Dani. Deseos

Tengo muchas fantasías con Dani, entre ellas ir a comer a un conocido restaurante.

Pues esta vez sí, todo salió según lo deseado y se mantienen en la lucha por liderar durante un año una cuenta de esas que dan prestigio. Aún quedan un par de escollos pero no van mal encaminados.

Hoy todo va de deseos, Dani está contento. La misión más importante está lograda, no quedarse fuera de la quiniela final; pero lógicamente a él no le vale y va a ir a muerte hasta el final. Solo espero que sepa disfrutar del triunfo ya conseguido y que a partir de aquí todo sean sueños cumplidos. Deseos. Pequeñas fantasías que todos tenemos en nuestra vida y que deseamos poder realizar. Las de Dani tienen que ver con sus logros profesionales, sobre todo esta semana. Las mías le tienen como protagonista a él y a muchas de las cosas que me gustaría hacer con él.

Apenas tenemos tiempo para vernos, en este momento no conozco a nadie que trabaje más que él. Jornadas maratonianas sin apenas día de descanso. Eso da muy poco margen. Apenas cenar algo en casa, follar juntos y algún día excepcional dormir. En su caso muy muy pocas horas. Y si bien disfruto cada instante. Cuando estamos besándonos o follando a mil. También me gusta cuando le veo recogiendo en su casa o verle trabajando en su ordenador hasta las mil. Pero no puedo dejar de imaginarme otras situaciones cotidianas para los demás y ciencia ficción en nuestro caso que por excepcionales se me antojan de lo más sugerente.

Hay un restaurante en nuestra ciudad que nos encanta a los dos. Está a medio camino de casa de los dos. No hemos ido juntos, pero yo nos imagino allí. Es un sitio bullicioso, muy divertido, tiene diferentes ambientes. Nos imagino tomando un vino a la entrada. La música siempre está muy alta y tanto la gente que curra allí como muchos de los clientes me conocen (supongo que a él también) y la entrada siempre es de muchos saludos y promesas de vinos futuros. Sería nuestra primera salida, sin contar nuestra primera cita. Nadie se extrañaría de vernos juntos, tengo tantos amigos y compromisos de trabajo que nadie pensaría que es una cita. Imagino cómo nos acompañan a la mesa, nos cuentan las opciones de la carta… y me entretendría a ver la carta de vinos.

Y justo cuando venga el camarero a pedir nota, le mandaría un whattsapp a Dani, le instaría con la mirada a leer su móvil. Allí un mensaje simple: “No llevo bragas y estoy absolutamente empapada”. Muero por ver qué cara pondría, con lo serio que es. Yo actuaría con normalidad ante todos los demás e incluso con él. Conversación suave, fluida sobre lo fantástico del sitio, las ganas que teníamos de ir. A los 15 minutos, otro mensaje. “Estoy tremendamente cachonda y creo que podría correrme sin tocarme ahora mismo”. Mientras tanto hablaría con el sumiller sobre la buena elección que ha hecho y le daría las gracias con mi sonrisa más encantadora. No estoy yo muy segura de que le haga mucha gracia mi ocurrencia…. Pero yo seguiría con ella. Al poco otro mensaje: “No dejo de pensar en cómo me voy a comer tu polla en cuanto salgamos de aquí”. Llevo una falda de tul negra con apenas un forro debajo. Le imagino poniéndose muy caliente, su polla es grande, indisimulable en esos vaqueros.

Mientras estoy escribiendo, me está mandando mensajes  sobre cómo le ha ido el día, cómo se plantea mañana toda su presentación. Mañana es otro de los días clave. Le he dicho que estoy escribiendo para él. No sé si imaginará lo mojada que estoy ahora mismo aquí en mi oficina y las ganas que tengo de llegar a casa para poder tocarme y correrme pensando en nuestro próximo encuentro. Acaba de cambiar su foto de perfil de whattsapp, está tremendo, quiero que me folle ¡ya!… en fin, sigamos.

Así no menos de media docena de mensajes sobre como estoy deseando sus embestidas y ver su cara cuando está justo a punto de correrse.

Acaban de servirnos otra copa de vino de postre aunque hemos acabado la cena. Y otro mensaje que va: “Pide la cuenta ahora mismo. No aguanto más. Nos vamos”. Él sigue serio, es taaaan poco expresivo, que me siento siempre al filo de la navaja. No sabiendo si está deseando de follarme allí mismo o bien quiere pagar para largarse a su casa pensando que ha quedado con una tarada. Pide la cuenta, paga rápidamente sin darme opción y se dispone a salir, le sigo. Nos despedimos con prisas, damos las gracias a todos y seguimos con nuestra conversación sobre que bien habíamos cenado y yo le digo que si podemos ir a su casa que estoy cansada pero me apetece dormir con él. Me mira desconcertado y me dice que sí. A los pocos minutos pasamos por un pequeño parque precioso que hay en el camino. Los días que duermo en su casa paso por allí y me parece un sitio encantador. Y le llega un nuevo mensaje: “Necesito correrme ahora mismo” le tomo la mano y me dirijo al parque, me sigue. Empieza a besarme en la oscuridad y desliza su mano bajo mi falda. Hace frío pero estoy a mil. Mete sus dedos en mí y tal y como sabe hacerlo hace que me corra en menos de 30 segundos, sigue y yo vuelvo a correrme hasta dos veces más. En ese momento le aparto de mí, veo su mano viscosa reluciente, le doy un beso, le doy las gracias y emprendo el paso hacía su casa. Me sigue, imagino que muy excitado y un tanto desconcertado. Yo voy todo el camino bostezando y contándole sobre noseque chisme de uno de los novios de las chicas de la ofi. Mientras recibe un último mensaje: “¿Quieres que te coma la polla?”

Hasta llegar a su casa, saca las llaves, sigo bostezando y justo cuando está abriendo la puerta le susurro al oído… “No me has contestado”. Me mira con media sonrisa y me dice…obvio. No espero más, cierro de golpe, le arrincono en la puerta y sin más preámbulo le bajo los pantalones del tirón y me dispongo a chuparle la polla con todas mis ganas hasta que estalla dentro de mi boca.

Continuará…