Me encanta Dani. Cocinando en su casa.

De alguna de las cosas que haría en casa de Dani.

Vuelven las reuniones nacionales, siempre hay contratiempos y el de hoy tiene que ver con la incompatibilidad de sus decisiones y las preferencias desde gerencia. Espero que todo salga bien porque si no una vez más se añadirán más desencuentros a un ambiente ya bastante caldeado. Yo a él le veo seguro, decidido y no voy a mentir, me encanta verle tan determinado.

Mañana hemos quedado a su vuelta, no sé bien que plan haremos pero me da igual, pienso follármelo sí o sí. Porque esta semana me he quedado varios días a dormir en su casa. Y él estaba desbordado de trabajo y agotado, con lo cual no hemos follado nada y yo me he llevado más de un calentón. Me despierto a menudo en mitad de la noche y tenerle ahí tan cerca, su olor, sentir su respiración, su calor, es mucho para mí. De pronto estoy absolutamente mojada y noto como mi coño se va calentando y dilatando, como mis pezones se endurecen y como me cuesta reprimirme de acariciar su polla hasta ponerla bien dura y despertarle sobre él desnuda y a punto de meterme su polla en mi coño. Imagino su desconcierto inicial y cómo en pocas embestidas estaría absolutamente entregado y tomaría las riendas, me encanta calentarle para que sea él quien domine la situación. Los despertares no son más fáciles. Él siempre madruga mucho y se levanta para trabajar mientras yo me quedo una hora más durmiendo. Me gusta moverme a su sitio en la cama, huele a él y me hace sentir que estamos más cerca. Ese momento es brutal, me pone muchísimo la situación y siempre estoy tentada de masturbarme y correrme allí mismo. Pero nunca me atrevo, por un lado me moriría de vergüenza si me pilla, por otro siento que es tomarme un exceso de confianza. Así que cada mañana me duermo de nuevo con ese calentón y suelo tener sueños muy locos, casi siempre sale él aunque para mi desgracia casi nunca son tan sexuales como a mí me gustaría.

Uno de esos días, me vine arriba y decidí cocinar algo allí, él estaba trabajando en la oficina que tiene montada en el salón y yo me quedé en la cocina, con una copa de vino, escuchando música y pensando en lo cerca que estábamos. Como es inevitable siempre que pienso en él, acabo sintiendo un gran deseo. Empecé a pensar lo que me gustaría hacer y que nunca hago, está siempre tan ocupado y es tan serio y correcto que mis ideas siempre me parecen descabelladas. Pero tenia la idea, pensaba en cómo me gustaría mandarle un mensaje breve y contundente: Deja de trabajar, me muero de ganas de comerte la polla. Él no vería el mensaje en ese momento, lo leería después o al día siguiente; y se sonreiría al recordar cómo fue todo. Justo después de enviarle el mensaje iría al salón, le daría un beso en el cuello y le susurraría: ¿no te gustaría que te chupara la polla ahora mismo? y sin dejarle contestar, giraría su silla hacia su izquierda, me pondría de rodillas frente a él y empezaría a recorrer su polla con mis manos y mi boca sobre su pantalón, en pocos segundo empiezo a notar cómo va creciendo y ya entonces subo la mirada y noto el brillo en la suya, le bajo el pantalón y el calzoncillo y los dejo en sus tobillos y ahí ya me acomodo sobre mis rodillas y empiezo a lamerle el glande, es realmente muy apetecible, empiezo suave rodeándolo con mis labios mientras sujeto firmemente el resto de su polla que crece y se endurece por momentos. cada vez la voy metiendo más adentro y al sacarla la lamo entera como un delicioso helado, chupándola sin parar hasta que se pone tan dura como un mástil. En ese momento, la metería entera en mi boca mientras con mis manos acariciaría sus testículos y caderas. Es bastante grande y a duras penas me entra entera en la boca, pero sé que en ese momento a Dani le encanta apretarme sobre ella con sus manos en mi nuca y le imagino empezando a follarme la boca con todas sus ganas. Me gusta mucho cuando está dentro de mi boca apretaría con mi lengua, así voy notando su excitación y podré intuir cuando a a correrse para poder abrir más aún mi boca para que entre bien entera y apretar bien mis labios entorno a su tremenda polla mientras cada vez que aprieta más fuerte con sus manos y noto perfectamente ese momento justo en el que empieza a correrse y siento su cálido semen recorriendo mi garganta y llenando mi boca hasta que ceden sus manos en mi cabeza y se deja caer en su silla, satisfecho, mirando como limpio su corrida con mi lengua.

Continuará...