Me enamore del papá de mi alumna
Maestr@ joven de 25 años de primaria se enamora de un imposible: el papá de una de sus alumnas, ¿qué es lo que podrá hacer para que se fije en la maestr@?
Llevó varios años trabajando en un colegio para niñas. Recientemente me promocionaron para ser docente de planta, que involucra más paga pero más responsabilidad. El cómo tener juntas con padres y madres de familia.
A pesar, de qué empecé mi transformación en mujer con hormonas y ejercicio hace dos años, oculto mi cuerpo femenino todavía en el colegio, así que aún trabajo como hombre. Este sería mi último ciclo escolar y así el próximo año podría ya salir a conseguir trabajo como maestra. Con todos mis documentos en regla y lista para vivir mi nueva vida.
Sin embargo, en estos últimos meses, me paso algo imprevisto. Totalmente fuera de mis planes. El día de la primera junta de padres y madres, regularmente solo vienen las mamás a hablar de sus hijas. Pero ese día, llegó un padre, que digo un padre, un papacito. Un hombre muy varonil, alto como de 185cm, barba cerrada, ojos cafés y pelo castaño, hombros anchos y muy amable. Me trato muy bien, yo no podía quitarle la vista de encima, sentado junto a mí, preguntando cosas de su hija. Fueron los veinte minutos más intensos de mi vida. Creo que simplemente me enamoré. Pero sabia que era un imposible, su esposa es madre de una de mis alumnas, y aunque no los conocía antes, no era nada ético hacer algo así. Lo decidí dejar como un amor platónico.
Entre mis fantasías y locas ideas, el resto de mi vida fuera del colegio seguía normal. Vivía como mujer, a excepción del tiempo del colegio. Mis papás me aceptan como su hija, y no hay problemas con nadie ni nada más. Mi cuerpo después de mi decisión de cambiarlo, estaba ya muy bien formadito. Mido 1.65mts, peso solo 60kilos. Piel clara, ojos avellana, pelo rojizo. Nalgas redonditas, caderas anchas, cintura estrecha. Gran parte de mi rápida transformación fue que me quité mis testículos, haciendo que las hormonas funcionarán más rápido y mi pene más pequeño. Mis pechos crecieron muy bien, aunque mo tanto como hubiera deseado, así que podríamos decir que tengo un cuerpo tipo pera, con mucha pierna, cadera, cintura estrecha pero pechos chicos. Aunque se que eso se arregla con una cirugía, también hubiese sido muy difícil para mí ocultarlos entre que ya conseguía trabajo como mujer.
Mi vida con mis amistades y uno que otro pretendiente estaba bien. Sin mucho de que preocuparse solamente dejar que las cosas se dieran en mi vida naturalmente. No contaba, con que este hombre estaría en mis pensamientos día y noche.
Hace algunas semanas hubo una noche de gala organizada por el colegio. Esta fue con el fin de recoletar fondos para la parroquia. Como maestro me reporte enfermo, pero dije que iba a invitar a una amiga en mi lugar. Así que esa noche me fui de gala, con un vestido negro escotado de la espalda, ajustado que dejaba ver toda mi hermosa figura de mujer. Aumente un poco mis pechos con un push up, que los hacía ver enormes. Zapatos de tacón altos, collar y aretes perfectos, y con un maquillaje que pasé tres horas para terminarlo. Me puse finalmente una peluca tipo rubio cenizo, haciéndome de una mujer hermosa a una diosa.
Al llegar a la cena de gala, todas las miradas estuvieron sobre mí. Me invitaron a tomarme fotos, y a sentarme con varias personas, pero ya tenía asiento reservado así que solo llegué a mi lugar.
Para mi sorpresa, en mi misma mesa estaban algunas parejas de papás de mis alumnas. Y ahí, en esa misma mesa, justo frente a mí, estaba él. Estaba él con su esposa, pero no hacía platica con ellos por estar lejos de mí. Se abrió la pista de baile, y todos salieron a bailar con sus parejas, excepto yo, que no sabía que era cena baile. Me sentí terrible y quise irme enseguida.
Note que el papá de mi alumna y su esposa no bailaban. Pensé que a lo mejor no les gustaba. Resultó que cuando nos quedamos los tres solos en la mesa, ella alzando su voz, me preguntó "¿quieres bailar?", luego me hizo señas para mostrarme que tenía un tobillo enyesado y que no podía ni caminar bien, luego me dijo entre risas, "te presto a mi marido, solamente me lo regresas".
Sentí su respiración en mi cuello mientras bailabamos. Sin palabras, danzamos toda la noche, su cuerpo, grande y varonil. Me encendió su olor a hombre, como nunca antes lo había experimentado. Sentía sus brazos gruesos apretando mi cintura y espalda. Estaba sin lugar a dudas sumamente encendida, con fiebre de 40o, sudando y moviendome tan sexy y sensual como si nadie nos viera.
Llegó la hora de la cena, y nos sentamos a descansar un poco. Después de terminar, su esposa dijo que se sentía muy mal y que se iba a retirar con una amiga, pero que me iba a dejar a su marido hasta la última hora, pues es cuando rifarían un viaje en crucero. Esto para cerrar la velada y recolectar todo el dinero posible.
El hombre y yo nos quedamos como si fuéramos marido y mujer. Seguimos bailando, ahora más pegaditos, la música era ahora de más intensidad y requería más contacto físico. Estuvimos comiéndonos con las miradas y acaraciando nuestros cuerpos hasta cansarnos. Él no dejaba de mirar mi cuerpo, mis pechos, mis caderas, y yo me perdía en sus ojos y en sus brazos. Seguimos así, casi sin palabras, solo pura atracción física.
Al cerrar la noche, volvimos a la mesa para escuchar quien ganaría el crucero. Salió el número ganador: 13 45 7. Lastima, que no era de él ni el mío. Ya me había soñado en un crucero, solos los dos, a él en traje de baño viendo su cuerpo grueso y fuerte de hombre, y a mí en bikini enseñando mis mejores atributos con mi piel suave y bronceada bajo el sol.
¡El dueño del número no apareció! Se vuelve a rifar: 14 33 1. ¡Increíble! ¡Es mi número! En medio de aplausos y mas envidias, me dan el certificado, y después de unas fotos, se acaba la velada. La noche era mía sin lugar a duda. Él, ahora, después de tantas horas, comienza a hablar conmigo, diciéndome que soy muy afortunada y que gracias a él había ganado. Su voz, me intoxicaba y me elevaba. Voz muy de hombre.
Mientras me acompañaba al estacionamiento, le confesé diciendo que la suerte la había traído su esposa, así que les regalaba el certificado del crucero para ellos, después de todo ers para dos personas y yo estaba sola. Sin decir más palabras, él solo me tomó fuerte de la cintura, me atrajo hacia su torso, y me plantó un beso muy largo y delicioso, que tuve que corresponder.
Enseguida, nos subimos a su carro, y mientras nos besabamos, con mis traviesas manos baje su cierre y pantalón para dejae libre a su herramienta. Para, mi sorpresa, no era tan grande como imaginé, pero estaba muy gruesa. Me encantó, y la comencé q besar y a chupar, mientras me llevaba a un motel de paso.
Llegando a la habitación, le pedí me diera unos momentos para asearme. Él se acostó en la cama, quitándose la ropa. Y yo, deslizándonme el vestido, me fui quitando todo, excepto mi brassiere y mi tanga. Había, hace tiempo conseguido un aditamento que solo funciona si no tienes testículos como yo, y este es como una mariposita gancho en el cual se acomoda toda la piel del escroto para formar unos labios y vulva. El resultado es una muy buena réplica de genitales femeninos. Sin embargo, ésta partecita no se puede penetrar, así que limpié muy bien mi anito y vertí dentro de mí con un aplicador casi medio litro de lubricante vaginal.
Salí después de unos minutos al encuentro com mi imposible amor. Solamente usando brassiere negro de encaje, tanga negra pequeñísima, liguero, medias negras y zapatos de tacón. Él ya estaba desnudo, con su amigo bien firme y listo. Pero, en lugar de agarrarme como un animal salvaje, se acercó a mí muy lento y lindo.
Estando de pie los dos,. e vio, me dio un beso tierno, luego bajo a mi cuello, y siguió besando cada parte de mis hombros, pechos y vientre. Sentía como su respiración se aceleraba mientras pasaba de besos a leves mordidas. Me hizo sentarme, me quitó el brassiere, y ahora concentró su energía en chupae, besar y acariciar mis pechos recién formaditos. Sentía como me prendía a mil. Gimiendo cada vez más de placer, estando sin freno total, solamente quería que me hiciera suya, y no podía aguantar más las ganas.
Luego, me quitó mi tanga, bajo a mis partes, quiso besarlas y morderlas, pero no lo dejé. No quise que algo por ahí se saliera de orden, así que mejor me puse en cuatro, y estando él de pie al lado de la cama, me metí su pene hasta lo más profundo de mi garganta.
Estaba que ya no podía más, me voltee de espaldas a él, enseñándole mi gran cadera y redondas nalgas. Tomé con mi mano su cosa, me la acomodé en la entrada de mi ano, y me la encajé apretando con mis nalgas su cuerpo. Ufff, aquella cosa se me hizo ahora tan gruesa y largs, que sentí que me partía en dos. Yo misma seguí moviendome fuerte contra él, no lo deje ni siquiera que hiciera algo, el simple movimiento de mis caderas hacían todo el trabajo.
Él solo gimió de gran placer. De seguro no se espera nada de esto. Llegó al punto de querer explotar, pero me detuvo, dejándome como fiera enojada y salvaje. Con mis ojos llenos de deseo y pasión.
Cambiando el ritmo, me acostó de espaldas, volvió a recorrer con su boca y dientes toda mi espalda, hasta llegar a mis nalgotas, cuales se fue comiendo y besando. Me metió un dedo dentro de mi anito, buscando mi punto g, creo yo, luego me volteo boca arriba y subiendo mis caderas sobre una almohada, sin decir nada me dejo enterrar toda su cosa hasta sacarme gritos de gran placer.
¡Wow! Sí que lo sabes hacer papi, le dije entre mis gemidos de ahhh, ahhhh, ahhhh, ¡ahí, ahí! Él y yo nos veíamos cara a cara mientras nos besabamos, entre gemidos y gritos, y me penetraba cada vez más duro, buscando en su mente rozar con mi punto g. Siguió luego rápidamente hasta que me hizo gritar y el explotó todo su amor dentro de mí.
Terminamos con muchos más besos y caricias. Nos cambiamos y me regreso a mi casa. Dejando mi carro en el estacionamiento del evento.
Sin lugar a duda fue mi noche.