Me enamoré de una travesti (Parte dos) (Final)

Continuación de mi historia de amor con Magali...

A la mañana siguiente nos costó levantarnos, solo queríamos quedarnos ahí abrazaditos, sin soltarnos. Finalmente, después de despertarnos entre caricias y besos, nos levantamos faltando poco para el mediodía. Habíamos dormido complemente desnudos los dos, Magali se puso su colales ni bien se levantó y luego su bombacha blanca. Nunca la vi usando ropa interior y dejando ver un bulto, siempre mantiene oculto su miembro excepto cuando se desnuda por completo para hacer el amor.

Comimos pizza que había sobrado la noche anterior, en silencio pero sin parar de intercambiar sonrisas picaras que delataban que ambos estábamos rememorando lo que habíamos echo durante la noche. Luego de almorzar no sentamos abrazados en el sillón, besándonos de vez en cuando y hablándonos entre susurros acerca de lo acontecido durante la noche. Sin darnos cuenta ya eran cerca de las 16hs, el tiempo había pasado volando.

Como sus padres no volverían hasta el domingo a la noche, me invitó a quedarme una noche más, yo por supuesto acepté. Así que me hice una escapada a mi casa para traerme nuevas ropas y antes de salir de su casa Magali me dijo que me esperaría para bañarnos juntos cuando volviera. Cosa que me dejó muy entusiasmado así que fui rápido a mi cosa, junté algunas ropas e inventé alguna excusa a mis padres por volver a ausentarme toda la noche. Antes de conocer a Magali no solía salir por las noches, pero cuando lo hacia no solía dar explicaciones a mis padres, simplemente les avisaba de mi ausencia y nada mas, ellos ya estaban acostumbrados así que no me interrogaron demasiado por esta nueva noche que pasaría fuera de casa.

Al volver a su casa nos bañamos juntos. El baño era lindo y limpio, tenía una bañera común y corriente pero que daba la impresión de ser nueva por lo resplandeciente de su color blanco. Comenzamos a desnudarnos mientras la bañera se llenaba de agua tibia. De nuevo estábamos los dos desnudos uno frente al otro, yo entré primero en la bañera sentándome y luego ella acurrucándose entre mis piernas ya que no había demasiado espacio. No pude evitar tener una erección, cosa que no quería que pasara pues solo nos íbamos a bañar, ella sintió mi polla dura en su espalda y se recostó sobre mí, dejando mi polla apretada entre su espalda y mi vientre. Yo la abrace y le di un beso en la mejilla, pues ella tenía su cara inclinada hacia un lado dejándome ver una sonrisa en su rostro.

Estuvimos así quietos por unos minutos, luego nos enjabonamos lentamente el uno al otro, para esto Magali se puso de frente a mi y ambos nos sentamos como chinitos. Éramos como niños divirtiéndose con algo simple, pues solo nos enjabonábamos, sin insinuación sexual. Finalmente nos enjuagamos y salimos de la bañera para poder secarnos y vestirnos.

El resto del día lo pasamos conversando, esta vez de diversos temas, dejando de lado nuestra reciente iniciación que nos había tenido embobados casi todo el día. Para la cena cocinamos un pastel de papa entre los dos, nos divertimos bastante, y luego de cenar buscamos una película para ver en la televisión mientras hacíamos la digestión.

Durante la película nos dimos algunos besos, pero estábamos esperando a que esta terminara para dar rienda a suelta a nuestros más íntimos deseos. Aunque no había por que ver la película hasta el final, igualmente esperamos a que terminara. Ni bien terminó ella que tenia el control remoto apagó la tele y nos besamos. Ella se subió encima mío, poniendo una rodilla a cada lado mío y comenzamos a besarnos apasionadamente. Estábamos muy ansiosos los dos, esta vez seria muy diferente que la noche anterior, no por que ya tuviésemos experiencia, obviamente aun no la teníamos. Pero ya no teníamos los nervios de la primera vez, Magali ya no tenía miedo de que yo la rechace por su secreto, y yo no acaba de recibir la sorpresa de mi vida como me había sucedido la noche anterior.

Ella estaba encima mío mientras nos besábamos, ella comenzó a acariciarme la espalda bajo la remera y yo hice los mismo con ella hasta que ambos nos quitamos la remera uno al otro. Ella me deba unos ricos chupones en el cuello mientras le quitaba el sostén, y luego continuó sus besos por mi pecho, me vientre, mi ombligo, hasta llegar al bulto que tenia en mi pantalón. Me quito el pantalón y luego me bajó lentamente el bóxer. Ni bien se dejó ver mi polla toda dura y erecta ella la tomó suavemente con sus manos y comenzó a mover la piel que recubre mi falo, luego la introdujo en su boca y comenzó a mamarla suavemente. Paulatinamente fue aumentando la intensidad de su mamada, yo la veía y era como si se estuviese drogando y no lo pudiese dejar. A mi me producía un placer irresistible, ella succionaba con mucha fuerza y ansia a la vez que movía su cabeza de arriba abajo. Mis manos estaban agarradas del sillón para sujetarme por que sus mamadas me hacían moverme involuntariamente hacia delante, hasta que sentí que mi eyaculacion era inminente. Por el ansia con la que mamaba me pareció obvio que quería que eyaculara en su boca, y así lo hice. Sentí muchísimo placer, su garganta se cerraba a medida que tragaba mi leche, con sus labios y su lengua me presionaba el falo a la vez que succionaba y con sus manos tibias acariciaba mis testículos. Sentí que eyacule mucho, pero no vi ni una sola gota, ella se la tragó toda.

Cuando mi pene volvía a su flacidez habitual ella me subió el bóxer y se subió sobre mí para besarme nuevamente. Recostó su cabeza sobre mi hombro, yo la abracé fuerte y le di besos en su cuello como muestra de agradecimiento por el placer que me acaba de proporcionar. Dejé pasar unos pocos minutos y me levanté, me di vuelta y la coloque en cuatro patas con su cara hacia el respaldo del sillón, era mi turno de hacerla gozar. Le bajé el pantalón muy lentamente, le besé las pompas, luego le baje la bombachita dejándola solamente con la colales, la cual también le quité muy lentamente. De nuevo su pene cayó, que en ese estado de flacidez parecía un micropene, lo cual debía ser por encontrarse tan apretado bajo la colales. No tardó en erectarse mientras yo besaba su ano con suavidad. Me ensalivé bien los dedos e introduje uno muy despacio. Magali gimió y se tomo con las manos del respaldo del sillón, temblando levemente por lo excitada que estaba. Moví mi dedo con suavidad hacia adentro y hacia fuera, luego introduje otro dedo, y con ambos presionaba hacia abajo, donde yo sabía se encontraba su próstata, le produjo un placer riquísimo, sus gemidos se vieron ahogados porque estaba mordiendo el sillón. Le mantuve esas caricias por varios minutos, quería hacer tiempo para recuperarme y tener nuevamente una buena erección, además ella se excitaba mucho, y decidí hacerla esperar, no por maldad, pero creí que así disfrutaría más cuando por fin la penetrara para calmar ese fuego que recorría todo su cuerpo. Sentí que mi pene ya estaba bien duro, así que me detuve, la levante y tomados de la mano fuimos rápido a su pieza, pude ver que su pene estaba bastante mojado con líquido preseminal.

Una vez allí comenzamos a besarnos y a despojarnos de los que nos quedaba de ropa. Nos tiramos sobre la cama, moviendo nuestros cuerpos imitando una penetración mientras nos besábamos de lo excitados que estábamos. Ella se encontraba acostada boca arriba, yo arriba de ella, con sus piernas abrazaba mi cintura.

Dejé de besarla y me levante para buscar el gel que habíamos usado la noche anterior, que se encontraba sobre la mesa de luz. Ella me miraba mientras yo cubría mi polla con gel, luego puse un poquito en la punta de mi dedo y lo introduje en su ano, igual que la noche anterior, sólo que esta vez ella me veía. Separé bien sus piernas con mis rodillas, acomodé la punta de mi polla en la punta de su ano, tome sus piernas, una con cada mano, y comencé a penetrarla. Era hermoso ver sus facciones a medida que mi polla se adentraba en ella, y con sus manos se agarraba fuertemente de las sabanas. Cuando la hube penetrado por completo me recosté sobre ella dándole besitos en sus pezones. Comencé lentamente a mover mi pelvis, sacando y metiendo mi polla. Muy despacio, para que no le doliera, ella gemía. Me abrazó con sus piernas, y yo subí mi boca de sus pezones a su boca para besarla. Mantuvimos esa posición típica para hacer el amor por poco tiempo, a mi me costaba introducir mi ano en profundidad si quería mantener mi cara cerca de la suya, por que su ano se encontraba muy atrás. Así que tome sus piernas con mis manos, y enganche el lado interno de mis codos con el lado interno de sus rodillas, dejando así sus piernas junto a su cuerpo, ella era flexible así que la posición no la incomodó. Esto hizo que su ano se levantara un poco, y además que se abriera un poco más. Esta vez pude sentir como mi polla entraba por completo en su ano, incluso más que las veces anteriores, y por la expresión en su rostro supuse que ella también lo sentía. Puso sus brazos alrededor de mi cuello y me acerco a ella para besarme, y no me volvió a soltar.

Yo aceleré un poco mis movimientos pélvicos, pero no mucho, no quería lastimarla. Sus gemidos eran entrecortados, pensé que quizás por su posición, pero ella me tenía sujeto, así que no había duda de que quería mantener esa posición. Sentir mi polla por completo en su ano era muy lindo, casi sentía su ano apretar la base mi falo. Por momentos le daba chupones en el cuello y también ella a mí. Después de unos diez minutos (aproximadamente) de placer, sus ojos se pusieron en blanco y sentí algo caliente en mi vientre, era su leche que brotaba de su pene que se encontraba aplastado entre nuestros vientres. Me acerqué a besarla, y no dejé de besarla hasta que yo acabé dentro de ella, tan solo un par de minutos después que ella. Me desplomé sobre ella. Luego nos pusimos de costado nos miramos y nos quedamos abrazados, descansando.

Esa noche hicimos el amor una vez más, la segunda vez fue en la posición en la que ella se sienta sobre mí mientras yo estoy recostado, que es la posición con la que no iniciamos. Esa posición y otra en la que ella se recuesta boca abajo y yo obre ella (las dos posiciones que hicimos la noche que nos iniciamos) son hasta el día de hoy nuestras preferidas para hacer el amor. Y la clásica posición en cuatro patas y yo fallándomela por detrás nuestra pose preferida para cuando deseamos más bien un sexo salvaje lleno de lujuria.

De nuevo dormimos hasta tarde. Ese día, que era domingo, volverían sus padres. Nosotros decidimos salir por la tarde, a caminar simplemente, y tomar aire fresco, disfrutando de nuestra compañía.

A la noche, solo en mi cama, tratando de conciliar el sueño, ya estaba pensando en cuando la volvería a ver. Pero no pude evitar pensar acerca de su condición sexual, estaba decidido a que nuestro seguiría a pesar de todo, pero así como una lesión muscular (pongo esto como ejemplo, no es para nada una comparación) puede doler más cuando el músculo se enfría que en el momento de la lesión, que probablemente el músculo estaría caliente por la actividad que uno estuviese desempeñando, la revelación de su sexo me trajo nuevamente a un estado de confusión ahora que me encontraba solo y con la cabeza fría, así que me costó conciliar el sueño mientras acomodaba mis pensamientos.

Durante la semana nos vimos todos los días, ella estaba muy contenta, les había hablado a sus padres de mí. Durante este tiempo ni les había mencionado que estaba de novia porque sus padres no aprobarían que saliese conmigo sin haberme contado su secreto, de echo la retaron luego de saber que lo había echo. Pero aclarado todo el asunto, sus padres estaban muy ansiosos por conocerme, y muy contentos por enterarse que su hija estaba enamorada y que ese amor era correspondido. Me invitó a cenar el sábado por la noche en su casa, con sus padres claro. Yo estaba muy nervioso, era la primera vez que tenía suegros, era el padre lo que me ponía nervioso, no porque fuese malo, ella hablaba muy bien de ambos, pero me sentía como un intruso que le manoseaba a la nena.

Resultaron ser personas muy agradables, y ambos estaban muy contentos de conocerme, se sintieron orgullosos de su hija por tenerme a mí. Enseguida se me pasaron los nervios y pude relajarme, su padre me trataba con mucho cariño, y hasta como si él me debiera algo a mí. En un momento en que quedé a solas con su madre ella me dijo que estaba encantada conmigo, no solo por mi persona sino por el bien que le hacia a Magali. Ya desde hacia meses habían notado que estaba mas alegre y jovial, y ahora entendían a que se debía. Yo me sentí muy bien con ese comentario, casi como alagado.

Sus padres me invitaron a que me quedara a dormir, yo no esperaba tal invitación, pero ante su insistencia no pude negarme. Obviamente dormiría con ella. Al acostarnos yo solo la abracé, sin animarme a ir mas lejos estando sus padres en la casa. Pero ella insistió con caricias y besos y yo cedí. Hicimos el amor en silencio y muy tranquilos, esa noche solo lo hicimos una vez, y luego nos dormimos placidamente.

De ahí en adelante pasaba mucho tiempo en su casa, sus padres no dejaban de invitarme a que volviera a visitarlos, eran muy buenos conmigo.

Comencé a salir con su grupo de amigos, pues yo no tenia siquiera un amigo. Con el tiempo se convirtieron en mis amigos/as también, incluso me veía con ellos sin necesidad de Magali de por medio, y solía juntarme con sus amigos varones a tomar cerveza, ver fútbol, y demás tipo de reuniones entre hombres. También con sus amigas me veía, y solía consultarles cualquier duda que tuviese en cuanto a relación o a Magali, pues ellas la conocían desde hacia años antes que yo.

Yo nunca le presenté a mis padres, le expliqué las razones que nada tenían que ver con ella y me comprendió.

Hacíamos el amor en cada oportunidad que teníamos en su casa, cuando sus padres no se encontraban y cuando me quedaba a dormir. Lo cual promediaba nuestras relaciones entre 1 y 3 veces a la semana.

Unos seis meses después de nuestra primera vez yo me decidí a hacer algo que hasta el momento no había echo, mamársela. Lo había pensado desde nuestra primera vez, pero era algo que debía meditarlo con tiempo. Finalmente sentí que debía hacerlo, no podíamos amarnos si había tabúes en nuestra intimidad, además estaba seguro que le gustaria, y a mi me excitaba la idea de mamar su sexo. Lo único que me había frenado de hacerlo era la duda de que quizás no le gustara, no en cuanto a placer sino que vería el acto como poco femenino para ella y poco masculino para mi, pero la verdad es que no era así.

Una noche, estando en su habitación, la hice sentarse al borde de la cama, abrí sus piernas y las levanté un poco para poder besar su ano, ella colocó los pies sobre la cama así no tenia que sostenerla yo. Su cola estaba bien al borde así que podía pasarle la lengua sin problemas. Con mis manos tome su falo que estaba bien erecto y duro y comencé a masturbarla, algo habitual en nuestras relaciones. Introduje un dedo y presione su próstata, cosa que siempre hago para que sienta mas placer. Ella ya jadeaba de placer, yo lentamente pase mi lengua por la piel que dista del ano a sus huevos, y así por sorpresa tomé sus testículos con mis labios y succione con fuerza. Eso le produjo un largo grito ahogado, la había sorprendido por completo y le había gustado mucho. No dejó de jadear y gemir en ningún momento, era su primera vez para ella. Besé todo su falo hasta llegar a la punta y la introduje en mi boca. Sentí el sabor del preseminal, era agradable, sin sabor en especial, diría que es el sabor neutro del semen. Comencé suavemente a mamarla, pensando en como me lo hacia ella para hacérselo de la misma forma y que le de muchísimo placer. Me gusto mucho, era más entretenido que lamer su ano, cosa que aunque me encantaba hacer, siempre hacia que se cansara mi lengua. Empecé a succionarla con fuerza, me sentia motivado por sus gemidos de placer, de haber estado callada no habría sido lo mismo. De golpe la sentí hincharse, ella emitió un gemido intenso seguido de un "AY AY POR DIOS AAY AAHH" y sentí su leche llenar mi boca, como era habitual en ella no era mucha pero si espera, y bien blanca, aunque en esa ocasión no pude verla porque me tragué toda su leche, que tenia el mismo sabor neutro que había sentido en su liquido preseminal. Me gustó sentir su eyaculación y tragar su leche, era su néctar para mí, fruto de su placer, placer que yo le había causado.

Ella jadeó por unos segundos y se dejo caer de espaldas, yo me recosté sobre ella y la besé. Me abrazó y con un sonrisa en el rostro me dijo "ay Lauty, no dejás de hacerme descubrir nuevos placeres" y seguido nos besamos profundamente.

De ahí en adelante nuestras relaciones se hicieron mucho mas placenteras, empezamos a experimentar nuevas posiciones como la clásica 69, y ambos nos dábamos el gusto de eyacular en la previa a la penetración.

Han pasado 5 y medio desde que la conocí, nuestro amor sigue tan vivo como el primer día. Ella se recibió hace un año de Licenciada en Enfermería, con muy buenas calificaciones, y pronto consiguió trabajo gracias a sus padres, que son médicos, y lograron introducirla en una clínica en la que trabaja también su madre y donde gana bien. De no ser por sus padres seguramente le hubiera costado conseguir empleo debido a su condición sexual, cosa en la que no podría mentir al momento de conseguir trabajo, pero por suerte no tuvo que esperar para comenzar a trabajar. A mi aun me queda un año, calculo, para tener mi titulo de abogado, pero desde principio de año estoy trabajando como secretario ayudante de un abogado ya recibido y con años de experiencia en la profesión. Me ayuda mucho en mis estudios este trabajo, además de tener un sueldo, el cual ahorro, al igual que Magali. No lo hemos hablado seriamente aun, pues es muy pronto, pero nos encantaría irnos a vivir juntos en cuanto tengamos el dinero para un departamento.

Hoy en día sin falta expresamos nuestro amor los fines de semana, siempre salimos a un boliche y luego a un hotel, que antes nos era difícil pagar debido a que no teníamos ingresos. Y también una o dos veces durante la semana en su casa. Nuestra pasión en la intimidad sigue intacta, pero nuestro placer aumentó ya que ahora estamos más experimentados. Nos gusta amarnos en la intimidad, tranquilos y sin apuros. No nos hemos sentido tentados a tener sexo en lugares públicos ni a introducir a una tercera persona, tal como nos amamos nos bastamos el uno al otro para complacernos y satisfacernos.

Hace un par de años se hizo dos sutiles cirugías faciales que ya tenia planeadas desde antes de conocerme, por lo que no pude interceder en sus deseos, pues la verdad es que no las necesitaba. Su nariz que era pequeña y recta ahora es levemente respingada, y también se ha levantado los pómulos, pero apenas. Sus retoques son muy sutiles y no hay rastro alguno de la cirugía. Consiguió verse aun más femenina y bonita, así que me sentí a gusto yo también luego de su operación. En cuanto a sus pechos, operación muy típica en su genero, ninguno de los dos lo desea, sus senos son de tamaño normal tirando a pequeños, pero normales al fin, así que ambos preferimos la naturalidad a que la plasticidad de la silicona.

Esta es nuestra historia hasta el día de hoy. Si bien cada momento intimo que comparto con ella es único para los dos, contar otras de nuestras relaciones seria repetitivo, por eso he decidido contar las primeras y mas significativas.

Me alegra haber compartido mi historia, pues me siento muy afortunado de haber encontrado el amor, cosa que muchas personas tienen la desgracia de no encontrarlo en su vida entera. Gracias por haberme leído. Adiós.