Me enamoré de una travesti (1)

Me enamoré de ella sin saber que tenía un secreto...

Luego de terminar los estudios secundarios continué en la facultad estudiando medicina, pero la medicina resulto no ser lo mío y abandone la carrera tan solo a los 4 meses y ya estaba pensando en que estudiar al año siguiente, que terminé optando por abogacía. Pase el resto del año buscando algún trabajo para ganar algo de dinero antes de que tuviese que volver a la universidad. Conseguí trabajo faltando solo dos meses para el inicio de la cursada en un kiosco bastante surtido que vendía además comidas rápidas como panchos, hamburgueses y sándwiches, y también tenia cafetería. Mi trabajo ahí era de cocinero, no tenia experiencia pero no era necesaria, solo tenia que preparar panchos, hamburguesas y freír papas. El trabajo era en negro pero no me importó, no tenia pensado trabajar mucho tiempo allí. Mi turno era de 14 a 22hs, y mis compañeros en ese horario eran una cajera que vendía todo lo que era golosinas, otra chica a cargo de la cafetería y una moza. Me llevaba bien con todos los de más empleados, con los de mi turno y con los demás también, había muy buena onda entre todos.

Mis compañeras de turno eran Lucrecia, Florencia y Magali. Lucrecia y Florencia tenían mas de 25 años y ya estaban en pareja desde hacia tiempo, Magali tenia exactamente mi edad, en realidad yo tenia 19 recién cumplidos y a ella le faltaban 2 meses para cumplirlos. Con Magali era con quien mas hablaba cuando no estaba ocupado, era muy simpática y además me atraía. Era una chica de 1.65 aproximadamente, poco mas baja que yo que mido 1,70, era de complexión delgada, de senos naturales no muy grandes, mas bien pequeños pero no mucho, siempre se notaba su busto bajo la ramera, suéter o lo que llevase puesto. Su cola era lo que mas se destacaba de ella, era perfecta, todos los empleados varones hablaban de su cola. Tenia pelo castaño, tirando a rojizo y lo llevaba de largo un poco por debajo de los hombros, con un flequillo largo que llevaba tirado al costado, y las puntas desmechadas, en fin, era el corte a la moda para las chicas de su edad. Sus ojos eran verde claro, nariz pequeña y recta, su cara no era ni ancha ni delgada, y sus dientes blancos, ni desparejos ni del todo parejos. No era lo que se dice una mujer hermosa, era una chica de aspecto normal, que para mi gusto era bonita. Era muy simpática y divertida, solía hablar de todo con ella, pero solo éramos amigos, hasta que a los dos meses de conocernos la invite a salir. Le dije de ir al cine, dejando en claro que se trataba de ir solo los dos. Ella acepto.

Era mi primera cita con una chica. Mi vida social era bastante triste. Faltándome cuatro años para terminar la escuela mis padres me cambiaron porque no estaban de acuerdo la política de la escuela. Me seguí viendo con mi amigos hasta mi ultimo año de escuela cuando por una discusión estupida me pelié con ellos, hubiera bastado un llamado y una disculpa para que se solucione todo, pero éramos todos muy orgullosos para eso, el tiempo paso y ya era muy tarde para una disculpa. En mi nuevo colegio me llevaba bien con todos pero solo los veía en la escuela, no iba a sus casas ni me invitaban a salir con ellos. En la facultad solo cursé 4 meses así que ni tiempo tuve de entablar relaciones. No tenia amigos ni amigas, no salía a boliches, estaba solo, pero no me sentia mal por eso, ya conocería gente en la nueva universidad, eso pensaba. Por tanto no había tenido oportunidad de conocer alguna chica, ni siquiera en forma casual, por lo tanto era virgen, pero sí había besado alguna que otra chica en alguna que otra fiesta.

Quedamos en vernos un sábado a la noche, día en que ella tenía franco, mi franco era el día jueves pero logre hacer un cambio por esa vez. Me arregle bien, me perfume y me vestí con un jean y la mejor camisa que tenía. Nos encontramos en un kiosco similar al nuestro donde comimos unas hamburguesas. Ella estaba vestida con un jean y una remara de manga corta, pegada al cuerpo y con un escote algo grande. Estaba bien arreglada y usaba un perfume que olía muy bien. Mientras comíamos tuvimos una charla muy jovial acerca de diversos temas, luego fuimos al cine a ver Shrek 2. Los apoyabrazos eran compartidos, yo apoyé apenas mi codo pegado a los asientos para dejar que ella apoyara su brazo en el resto del apoyabrazos. Durante la película hice como que acomodaba mi brazo, pero lo extendí junto al suyo hasta tomar su mano, ella no se soltó sino que entrelazó sus dedos con los mío. La mire de reojo para ver si me estaba mirando pero seguía concentrada en la pantalla. Yo me tranquilicé un poco ya que estaba nervioso ante la posibilidad de que corriese su mano y terminar sintiéndome un tonto. No nos soltamos hasta que termino la película, y una vez en la calle yo me arriesgué nuevamente y tomé su mano, ella me miró sonriendo, yo también le sonreí. Era la 1 de la madrugada, temprano para una noche de sábado, que en realidad ya era domingo, así que decidimos ir a un boliche para pasar el rato y tomar algo. Allí conseguimos asiento junto a la barra, pedimos una cerveza cada uno y conversamos por un rato, la charla llevo a un tema y a otro, nosotros nos habíamos ido acercando el uno al otro disimuladamente hasta que estando nuestras caras a muy corta distancia la besé. Ella me correspondió el beso y lo continuamos por unos minutos, al principio solo era un beso de labios, pero luego dimos lugar a que nuestras lenguas entraran en contacto. Era la primera vez que besaba a una chica que conociese de antemano, solo había besado unas 5 o 6 chicas que había conocido en las pocas fiestas a las que me invitaban. Luego de besarnos nos abrasamos, pasamos un rato largo entre besos, abrazos, mirarnos a los ojos, todo sin decir nada. Hasta que rompí el silencio diciéndole que me gustaba mucho y ella me dijo que yo también le gustaba mucho. Al salir del boliche la acompañe en el taxi a casa y yo volví a la mía.

En el trabajo mantuvimos la misma relación de amistad, sin contar nada a nadie, aunque aun no habíamos acordado que éramos pareja. Ambos salíamos a las 22hs, desde ese día yo la acompañe siempre a donde tomaba el micro, caminábamos de la mano o tomados de la cintura, y aprovechábamos a besarnos en cada oportunidad que tuviéramos. Al mes desde nuestro primer beso el encargado la despidió, le dijo que la veía cansada y que no estaba rindiendo bien, pero la verdad es que el encargado había estado encima de ella desde que entro a trabajar y ella nunca había mostrado interés en él, así que cuando se canso de intentar ligar con ella la despidió. A ella de todas formas no le afectaba la perdida del trabajo, vivía con sus padres y sólo estaba trabajando durante sus vacaciones, estudiaba en un instituto privado para recibirse de enfermera y estaba por comenzar su segundo año. Yo trabajé dos meses más hasta que renuncié porque me quedaba muy poco tiempo para los estudios y para verme con Magali. Ambos seguíamos muy interesados el uno en el otro, y si no podíamos vernos al menos nos hablábamos por teléfono. Luego de renunciar tuve mucho tiempo libre para mis estudios y para verme con ella, aprovechando que en adelante tendríamos tiempo para vernos decidí que quería formalizar nuestra relación, y le propuse que fuera mi novia, ella aceptó sin dudarlo y estaba muy contenta.

Al cabo de 5 meses como novios nuestra relación iba mejor que nunca. Aun no habíamos tenido intimidad, no habíamos pasado de besos y chupones en el cuello que solían dejarnos marcas. Yo estaba muy enamorado, era la primera vez que tenia un vínculo con una mujer, y Magali me encantaba por su carisma, su ternura, su simpatía, su inocencia, su sencillez, su feminidad, y además cada vez me resultaba mas linda. No le había presentado a mis padres, desde hacia tiempo no tenia buena relación con ellos y la verdad es que no quería que supiesen nada de mi vida, y mucho menos de mi vida íntima. Aunque ellos se preocupaban por mi no me preguntaban mucho, así que no sabían nada acerca de Magali. Ella tampoco me había presentado a sus padres, pero me decía que me los presentaría mas adelante. Un día me invitó a que fuese a su casa el viernes por la noche, y añadió que sus padres estarían de viaje todo el fin de semana, ella era hija única al igual que yo, así que era una clara invitación para que tengamos nuestro primer momento de intimidad. Ya habíamos tenido algunas charlas íntimas, yo le había confesado mi virginidad, y ella me dijo que también era virgen y que al igual que yo esta era su primera relación en pareja. A mi sorprendió que no hubiese tenido pareja antes, pero me gusto, los dos nos iniciaríamos juntos y enamorados, no me lo podía imaginar mas perfecto.

El viernes fui a su casa alrededor de las 20hs, me recibió vestida con una remera manga larga ajustada y escotada color rosa, una pollera color crema que le llegaba hasta las rodillas y les colgaban unos flecos, tenia el pelo recogido, que en el ultimo tiempo le había crecido hasta la mitad de la espalda. Pedimos unas pizzas que las acompañamos con cervezas. Su casa era muy linda, limpia y ordenada, por lo que sabía sus padres eran médicos los dos y tenían buenos ingresos. Luego de comer vinos una película en la tele, estábamos sentados en un sillón mientras la veíamos, abrasados, y de vez en cuando nos besábamos. Al terminar la película hicimos algo de zapping hasta que ella se levanto y me dijo que ya vendría. Cuando volvió tenia el pelo suelto, me tendió la mano, sonriendo, y me condujo a su habitación. La habitación era muy linda, pintada de blanco y tenia una cama de dos plazas con sabanas rosas.

Ni bien entramos ella cerró la puerta y comenzamos a besarnos con mucha pasión. Sin dejar de besarnos nos movimos a la cama y nos subimos en ella. Ambos estábamos arrodillados abrazados y besándonos sobre la cama. De a poco le fui subiendo la remera, ella hizo lo mismo conmigo. Cuando se la quité por completo vi que llevaba un sostén blanco, lindo y erótico además. Era la primera vez que tenia tal contacto de piel con una mujer, yo estaba muy excitado y ella seguramente podría sentirlo el bulto de mi pene erecto pegado a su vientre. Note que se estaba poniendo tensa, supuse que estaba nerviosa por ser su primera vez, así que no la apuré, después de todo yo también estaba nervioso. Nos acostamos y continuamos besándonos, ella comenzó a desabrochar mi pantalón, entonces yo comencé a bajar su pollera y luego le quite el sostén. Ella ya solo tenía un culote blanco y yo un bóxer gris. Estábamos besándonos y acariciándonos todo el cuerpo pero la note tan tensa que me detuve para preguntarle si estaba bien. Se quedo callada al principio, hasta que dijo que tenía que confesarme algo. Yo no tenia ni idea de que se podría tratar pero le dije pero podía decírmelo fuese lo que fuese. Se arrodilló a mi lado a la altura de mi cintura, estaba demasiado nerviosa y me pidió que por favor no me enojara. Yo no entendía que le pasaba, pero traté de tranquilizarla diciéndole que yo nunca me enojaría con ella. Con mucha timidez y nervios se bajó el culote, debajo tenia una colales blanca también, que no dejaba ver bulto alguno, luego se la bajo muy despacio y dejo ver algo que me dejó pasmado. La colales era rígida, debía tener algo bajo la tela que evitaría que se formara un bulto. Al bajarse la colales se dejo ver un pequeñísimo pene, algo aplastado y amorsillado por tenerlo tan escondido. Sus testículos apenas se veían como una pequeña loma detrás del pene, estaba completamente depilada. Yo no sabía que pensar ¿Era una travesti? ¿O seria hermafrodita? No podía creer que fuese una travesti, ella era tan femenina, su voz, su manera de ser, su rostro si bien no era el de una mujer hermosa, no tenia rasgo masculino alguno. Sus pechos parecían bien desarrollados, quizás era posible que un masculino los obtuviese con la ingesta de hormonas, pues yo sabia que no eran operados. Pero luego mis pensamientos se dirigieron a otro aspecto, todo este tiempo me había estado besando con una travesti, de echo estaba profundamente enamorado de ella. Me di cuanta que no sentia asco, ni por los besos, ni por las caricias, ni tampoco de seguir adelante con el acto sexual. Habían pasado casi 10 segundos en los que todos estos pensamientos pasaron rápido por mi cabeza, ella estaba ahí arrodillada mostrando su sexo y temblando de nervios. ¿Qué iba a ser? Me pregunte a mi mismo si me importaba que Magali fuese en realidad una travesti, la verdad era que no, me pregunte si podría seguir amándola, si podría seguir esta relación con ella, y decidí que si. Entonces extendí mi brazo para tomar el suyo y la tire sobre mi, puse mi mano tras su cabeza y la besé.

Al principio ella se quedo quieta, solo moviendo sus labios, pero enseguida me abrazo al cuello con mucha fuerza e introdujo su lengua dentro de mi boca. Me abrasaba con mucha fuerza, estaba emocionada ahora que sabía que la amaba sin importar que no fuese una mujer enteramente. Nos besamos por una par de minutos y luego nos detuvimos a mirarnos, ella sonreía y tenía los ojos llorosos por la emoción. Se termino de quitar la colales quedando completamente desnuda y nos continuamos besándonos. Estábamos acostados, ella encima mío, yo le acariciaba toda la espalda, la cola y los muslos. De a poco ella bajó a mi cuello, y muy lentamente fue besándome mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna. Comenzó a acariciar mi bulto, yo me estremecí, era la primera vez que alguien me acariciaba ahí. Me besaba el bulto por sobre el bóxer, el cual yo ya tenia algo mojado por el liquido preseminal. Incline mi cabeza para mirarla, tenia sus ojos cerrados mientras besaba mi bulto con pasión, note que lo disfrutaba mucho. Me bajó el bóxer y ahí estaba mi pene erecto, de 16x5, no muy largo pero si ancho, a diferencia de ella yo tenia algo de pelo, no me depilaba pero si me sacaba el exceso de pelo porque me parecía antiestético, así que solo tenia una capa de pelo cubriendo la superficie de la piel en mi ingle. La tomo con sus dos manos y comenzó a darme besitos en los huevos, a mi me producía muchísimo placer, yo jadeaba y suspiraba, sin gemir, la verdad es que soy bastante callado en la cama. Con una mano me masturbaba lentamente y subió sus besos por mi falo hasta llegar a la punta, abrió su boca y comenzó a succionarla. Todo esto con sus ojitos cerrados, yo no dejaba de mirarla, me producía tanta satisfacción observarla como la sensación de placer que su mamada me producía. Aun no podía creer que fuese travesti, era tan femenina, y verla ahí mamando, ella parecía disfrutar más que yo de la mamada. En un momento abrió los ojos y vio que la estaba observando detenidamente, yo extendí mi mano y le acaricie el pelo. Ella cerró sus ojos y continuó mamando y yo continué acariciándola, hasta que sentí que me estaba por venir, entonces la tome de los hombros para levantarla y que se detuviese, no quería eyacular en su boca, no quería eyacular aun. Subió rápido hasta mi boca y nos besamos nuevamente. Sentí su pene junto al mío, sobre mi vientre, pero estaba duro y erecto, por como lo sentí supe que no era mucho mas chico que el mío. No me produjo repulsión alguna el su pene tocando mi piel, es más, me gusto saber que estaba bien excitada. Sus piernas estaban juntas, sobre las mías, yo con mi manos se las abrí para que quedara una a cada lado de mi cintura.

Nos besamos un rato más hasta que ella se incorporo, se puso en cuatro patas sobre mí y se movió hacia la mesa de luz donde había un pomo de crema lubricante. Yo me incorporé también para colocarme detrás de su cola. Ella mantuvo su posición adivinando lo que yo quería hacer. Estaba en cuatro patas ella, y yo veía su cola desde atrás que como ya mencioné era perfecta, aunque la vista era algo distinta de lo que me había imaginado, en lugar de una vagina había solo piel y donde debería estar el clítoris había unos huevos algo pequeños y firmes, no colgaban. No veía su pene, pues éste estaba erecto y apuntando hacia delante en lugar de caer hacia abajo. Puse una mano en cada una de sus nalgas, las separé levemente, y me acerqué a lamer su ano. Lo primero que sentí fue un agradable aroma, se había puesto perfume, y eso me gusto. Su ano se veía muy cerrado y apretado, yo saqué mi lengua y comencé acariciarlo con ella. El primer contacto le hizo gemir, luego se quedo callada. Yo lamí su ano por un rato, le daba besos en las pompas, pasaba la lengua por debajo y por arriba del ano. Cuando aparte mi cara note un hilo de líquido que colgaba de su pene. Me incline y vi su pene erecto, sería unos 2cm mas corto que el mío y medio centímetro mas angosto. De la punta de su pene salía un liquido transparente y pegajoso que colgaba hasta la cama, solo habría 10cm de distancia. Era líquido preseminal, y dado que el semen es pegajoso, espeso y viscoso, se mantenía ahí colgando sin terminar de caer. A mi no me produjo asco como le debería ocurrir a un chico heterosexual, sino que me excito aun mas, no por el pene en sí sino por el echo de saber que ella estaba muy excitaba. No quise masturbarla con mis dedos, sabía que eso la ayudaría a dilatar el ano y así le dolería menos, pero no quería hacerlo. Me recosté y ella se coloco de nuevo sobre mí pero con una pierna a cada lado de mi cintura, nos besamos, ella se puso en cuclillas y comenzó a embadurnar mi polla con el lubricante. En este cambio de posiciones parte del hilo de su líquido preseminal que seguía pegado a su polla cayó sobre mi cuerpo, pero no me importó. Dejó el pomo a un costado y colocó su cola sobre mi polla, yo con mis manos ubiqué mi polla mirando hacia arriba, ella puso sus dos manos en mi pecho para no caerse y comenzó a bajar la cola sobre mi polla. Al principio parecía que no iba a entrar, con mis manos yo mantenía fija mi polla y separaba sus pompas para que su ano se abriera fácilmente. De golpe cabeza se deslizó hacia adentro, ella emitió un gemido de placer muy profundo. Tenía sus ojos cerrados y no paraba de mover su boca, la abría, la cerraba, se mordía los labios. Ella controlaba la penetración, bajaba su cola y la volvía a subir, muy lentamente hasta ya teniendo media polla dentro de ella se debió haber acostumbrado al dolor porque termino de bajar lentamente pero a ritmo parejo y sin pausa. Una vez que mi polla estuvo por completo dentro de ella cambió su posición de estar en cuclillas y puso sus rodillas sobre la cama, cada una a un lado mío. Yo la tenía tomada de la cintura pero no me había movido aun, quería dejar que su ano se dilatara bien para que no le doliera. Al rato comencé a moverme lentamente empujando hacia arriba, a cada moviente mío ella gemía, sus gemidos eran tan femeninos que todavía me costaba creer que fuese travesti, pero ahí estaba su pene, erecto con sus huevos apoyados cobre mi abdomen. Yo sentia muchísimo placer también, dentro de su cola estaba muy caliente, y sentia mi polla ser acariciada muy suavemente en toda su superficie. De a poco fui subiendo el ritmo pero la verdad es que no me movía mucho, ella mantenía su peso sobre mi por lo que yo solo podía empujar hacia arriba pero no conseguía sacarla para volverla a introducir, de todas formas por ser nuestra primera vez ambos lo gozamos mucho. Ahora ella tenía sus ojos abiertos y nos mirábamos a los ojos, ella gemía constantemente, yo estaba más callado, pero nos podíamos a ver a los rostros que expresaban el placer que sentíamos. En un momento ella tomo mis hombros y los apretó con fuerza a la vez que presionó su cola contra mi polla, arqueó su espalda hacia atrás y bajo su cabeza en un movimiento brusco dejando caer parte de su cabello hacia delante y largo un solo gemido largo y fuerte. Estaba eyaculando, primero dos chorros de lefa espesa que cayeron ahí nomás, sobre mi pecho izquierdo, un tercero cayó sobre mis costillas y dos chorros más brotaron de su polla chorreando hacia mi vientre. No era mucha leche pero si espesa y bien blanca. Tampoco me produjo asco eso, sino que me gustó presenciar de esa manera el momento de su clímax. Ella se quedo en esa posición jadeando de placer, yo mantuve mis moviéndonos aunque un poco mas rápidos esta vez. Un minuto mas tarde sentí que estaba por venirme, le apreté fuerte la cintura y presioné su cola contra mi polla, hasta que me vine. Ella sintió mi leche caliente dentro suyo, abrió la boca tomando una bocanada de aire que sonó como un suspiro. Sentí que había eyaculaba mucha mas leche que ella. No nos movimos por unos segundos, luego ella se tiro sobre mi y nos besamos. Nuestros cuerpos se encastraron de su leche que estaba sobre mi pecho. Comenzó a recitar frases diciendo lo mucho que me amaba las cuales respondí diciendo que yo también la amaba. La moví un poco hacia arriba para que mi polla se saliera del todo de su cola, ya estaba perdiendo al erección. Sentí una gotas caer sobre mi pene, era mi propia leche que se salía de ano.

Estuvimos así abrasados por un rato, luego la moví hacia costado y nos miramos a la cara. Le dije que quería saber su historia, quería que me cuente todo lo que no sabia de ella. Ella me sonreía, y me contó su historia.

Se había sentido así desde que tenia memoria, solo que al ser tan pequeña ni siquiera era conciente de que lo que le pasaba era que se sentia mujer. De chica tenia unos pocos juguetes que le habían comprado sus padres, pero que no le interesaron, eran juguetes para chicos como autitos o muñecos de algún superhéroe. Ella quería tener muñecas, pero pedir una muñeca a sus padres le daba vergüenza, puesto que se suponía que era un chico, así que solía entretenerse con unos muñecos de peluche que había conservado desde que era bebé, hasta dormía abrazada a ellos. En el jardín de infantes no hizo ni amigos ni amigas, no se sentía a gusto jugando con los chicos, y las chicas la rechazaban por ser un chico físicamente. Ya en la primera con nuevos compañeros/as y ya mas grandes hizo algunas amigas, iba a sus casas donde jugaba a las muñecas con ellas, a sus amigas les gustaba, los padres de ellas deberían verlo muy raro, pero nunca nadie le dijo nada. Sus amigas también iban a su casa. A los 7 años sus padres ya habían notado el raro comportamiento de Magali, solo se juntaba con chicas, aun conservaba sus peluches, y en la tele solía miraba dibujos animados para niñas. Así que un día se pusieron a hablar con ella, le preguntaron mucho acerca de sus gustos, en algunas preguntas le daba vergüenza responder pero sus padres le insistieron. Finalmente se dieron cuenta que su hijo no estaba cómodo en su cuerpo, así que la llevaron a un psiquiatra para que confirme lo que ellos creían. Ya a los 9 años el psiquiatra aprobó el tratamiento para un cambio de sexo, era muy pequeña aun, recién comenzaba desarrollarse, eso produjo que el cambio fuese rápido y muy efectivo, por eso no había ningún rastro masculino en ella. Hasta tenía pensado hacerse la operación de cambio de sexo, que implicaba la extirpación del pene y la construcción de un clítoris y un orificio vaginal, pero lo iba decidir luego de su primera relación sexual. Pero ahora estaba segura de no hacer eso, pues nunca había tenido una erección antes de esa noche, nunca había estado tan excitada, había probado la masturbación anal alguna vez pero sin excito alguno, y además la extirpación del pene significaba que no volvería a tener ninguna clase de orgasmo. Así que esto de la erección y la eyaculacion era un mundo totalmente nuevo para ella, y a mí me puso contento saber que había descubierto todas esas cosas nuevas conmigo. Cuando comenzó su cambio se había cambiado de colegio, y en el nuevo colegio nadie sabía su secreto, así que en la actualidad además de su familia solo sus tres amigas mas intimas, a las cuales conocía de su primera escuela, conocían su secreto. Me sentí algo raro, ella me había presentado a sus amigas, y yo me preguntaba si ellas sabrían que Magali no me lo había contado aun, quería saberlo pero no me pareció que debiera preguntárselo a Magali. Luego me pregunto que sentia yo al respecto, le respondí diciendo que la amaba profundamente y que nada mas importaba, ella se emociono y me beso. Empezó a disculparse por no habérmelo dicho, por haber llegado tan lejos mintiéndome, le dije que no tenía nada que disculparse. La verdad es que no había sido tan feliz en toda mi vida hasta que la conocí a ella.

Había pasado un buen rato desde que lo habíamos echo. De nuevo estábamos besándonos y abrasándonos con mucha pasión, no dejábamos de movernos, cruzábamos y descruzábamos las piernas, nos acariciábamos todo el cuerpo con nuestras manos, nuestros penes ya estaban erectos otra vez. Entre tanto movimiento ella termino de espaldas a mí, estábamos de costado así que yo la puse boca abajo y tumbé sobre ella. Le besaba el cuello y la acariciaba por sus costados. Metía mis manos entre las sabanas y su cuerpo para acariciar sus pechos mientras movía mi pene entre su raya. Tomé el lubricante que había quedado a un lado nuestro, me arrodille y puse una pequeña cantidad en su ano y presioné con el dedo hacia adentro, ella hizo una gemido ahogado y apretó sus pompas. Luego esparcí mucho lubricante por mi polla, abrí bien sus piernas con mis rodillas, coloqué la punta de mi pene en su ano, me recosté sobre ella poniendo mi cara junto a la suya y comencé a presionar. Estando tan cerca de su cara podía oír bien sus gemidos, suspiros y jadeos. Tuve que trabajar un poco, pero conseguí penetrarla lenta y suavemente evitando producirle dolor. Cuando mi polla entró por completo la abracé tomando sus manos y cruzando sus brazos y los míos delante de su cara. Ella puso su cara de costado y uso nuestros brazos de almohada. Esta vez estaba más relajada, con su ano ya dilatado y desvirgado ahora solo sentia placer, nada de dolor. Yo me movía esta vez sacando más mi polla que la vez anterior, para luego volverla a introducir hasta el fondo. Magali estaba en las nubes, gimiendo mas fuerte que antes, pero no solo gemía esta vez, ahora decía frases como: "AY, AYY AAY, SII SII… AY LAUTY AY LAUTY SII SII SII.. AAH AH" (Lauty es como ella me decía, por Lautaro, mi nombre). Tal vez parezcan muy morbosas esas frases, pero ellas las decía con mucha sensualidad mezclada con su vos que denotaba mucho placer. Yo comencé a besarle y lamerle la oreja, eso la puso como loca. Tome un poco mas de ritmo en mis movimientos pélvicos, por momentos le besaba el cuello, y ella me besaba en mis brazos y los chupaba también. Suponía que aun ella no había eyaculado, por sus gemidos, así que me puse de costado junto con ella sin dejar de penetrarla. Me fije en su polla y estaba erecta, y extendí mi mano para masturbarla pensando que eso le gustaria, y así fue. Con una mano le masturbaba la polla y con la otra que pasaba por debajo de su cuerpo, pues estábamos los dos de costado, le acariciaba un pecho a la vez que la follaba. No paso más de un minuto hasta que eyaculo gimiendo como una loca. De nuevo no era mucha leche, pero si blanca y espesa. Ni bien termino de eyacular volví a acomodarnos en la posición anterior, esa posición me era más cómoda y yo ya estaba por venirme. Ella estaba rendida, echada sin mover músculo alguno. Finalmente me vine llenando su cola de leche nuevamente. Me quede besándole la nuca hasta que mi pene dejo de estar duro entonces lo saque de su ano, me incorpore para ver como mi leche brotaba de su ano. Me acosté junto a ella y nos besamos.

Después de eso nos quedamos abrasados hasta que nos dormimos, pero antes de dormirme tuve tiempo para reflexionar. La seguía amando a pesar de todo, de echo sentía que la amaba aun más, el sentimiento de amor había sido mas fuerte que el echo de que ella no fuese una mujer enteramente. Me dormí abrasado a ella, era la primera vez que dormía abrasado a alguien. Magali fue la primera persona por la que sentí algo, como ya conté no tenia buena relación con mis padres y no sentia nada por ellos. Muchos podrían pensar que soy un monstruo por algo así, pero estoy seguro que no lo soy. Esa solo fue mi primera noche de amor con Magali, nuestra historia continuó y nuestro amor también. Continuará