Me enamore de un chico (vi)

Seguimos tan enamorados y con todo lo que hacemos la gozamos

VI LOS LLEGUESITOS

Anteriormente, indique la manera de cómo al fin Mi Chico se entrego a mí.  Salimos de aquel lugar... Haciendo remembranzas de las situaciones y posiciones más geniales que nos habían ocurrido…  Caminamos sobre los rieles de una antigua circunvalación de tren me dieron ganas de orinar, y en seco me pare para sacarme el pene muy flácido…. Y dirigiéndome hacia él le indique….

Oscar: Ves te soldadito ya esta firmes nuevamente, solo de verte caminar de esa manera… así como apretando  tan  sexy me pones nuevamente.  Jajaja…

Mario: Así… y que más.  Sabes que el exhibicionismo no va conmigo.  Ahora que de saludar al soldadito porque no…

Nos acercamos, nos dimos un besito lapidan –pues estábamos en una vía pública a plena luz del día, que excitante-y quiso agarrarme el pene…. A lo que le indique que no era aconsejable pues ya iba a evacuar la orina de mi vejiga y rindose  me dice:

Mario: Ves, eres tu quien se hace de rogar.  Y no quieres tema.

Oscar: Aja, era yo quien estaba pidiendo piedad, que ya quería más, que me dolía… y casi ahorcabas a este soldadito eh…  YO te dije que a la vez clamarías…. Por más…  Me encanta cabalgarte.

Mario: Huy no, por lo visto… tendrás para recordarlo, es que en efecto me dolía, guapo; me dolía.

Mientras seguimos caminando y riendo, por unos minutos lo tome de las manos y le trasmitía todo el amor que estaba sintiendo por él, en ese simple apretón.  Mientras nos juntábamos con el colega que debía entregarme una encomiendo, me comento las veces que antes de mí había estado con otros hombres.   Trágicamente de niño tubo un percance muy brutal… y entrando a la adolescencia…. Se topo con un par de primos con quienes   logro experimentar el sexo abiertamente.

Oscar: Fíjate que empezamos a crecer,  y ya entre los doce y trece años  nos dimos cuenta que el pene se nos paraba con más frecuencia, nos encantaba tocarnos, y darnos la paja… cada quien con su manubrio… Jejeje y de repente un día cerca del río nos desnudamos para bañarnos y notamos que los dos la teníamos parada… nos empezamos a masturbar y de repente extendí mi mano a su entrepierna se la agarre, le gusto… el sube y baja que le brindaba y cuando sentí, estábamos acostados en el monte, me la empezó a meter,  me dolió, si bastante pues ya la tenía más grande que la mía pero de pronto el dolor se empezó a convertir en placer… y con esa primera vez, iniciamos a coger las veces que podíamos…. hasta tres o más… si era posible… pero nunca hubo romance… solo sexo…   Luego tuve la oportunidad de experimentar con otro primo… y ya en casa, donde nos quedamos solos, o buscábamos la manera de estarlo… para dar rienda suelta a todos nuestros momentos de entrega y  placer.   Con el logre experimentar las mil          y una poses del sexo,  nunca  nos besamos ni nada, pero si le dimos rienda suelta a la hilacha, Jajajaja…  ya que con los quince años solamente pensamos en eso, y parte de nuestros quehaceres que terminaban pronto, luego….  Era cogida tras cogida.   Luego el decidió meterse a la escuela de policía… y de vez en cuando nos podemos ver, y aunque ya no es lo mismo…. Si nos damos nuestros llegues.

Llegamos a un parquecito donde pronto nos encontramos con Cristian mi colega, a quien se lo presente como un amigo intimo.  Cristian sabe de mi rollo, y cuando le dije que era Intimo… sonó en su boca una risa picara y burlona…. Y nos dijo:

Cristian: tan intimo… que hasta la chumpa que traes, viene mojada… va.  No había toalla, a donde lo llevaste que con eso se secaron shucos.

Efectivamente, Cristian le había atinado a la situación.  Me ruborice un poco,  ya que recordé que en efecto la famosa chumpa que cargaba había servido para secar un poco nuestros cuerpos. Y salir pronto de aquel lugar.  Entablamos una corta conversación, nos dirigimos a comer algo, y luego de que me entregara la diligencia que estaba pendiente nos despedimos y prometimos volvernos a encontrar.

Pasaron unos días… llego el día sábado, Mario y yo, nos volvimos a encontrar.  Era uno de esos días fríos de invierno del mes de octubre y por ser nuestra cita en la mañana… había mucho frio y humedad en el ambiente.  Caminamos hacia un centro comercial, pues debía hacer unos pagos, platicamos de todo.   De nuestra infancia, de nuestros amigos, de familiares…. Y entre tanto y tanto, nos sentamos en una banca por donde no pasaba demasiada gente.  Yo se que en ese lugar existe un circuito cerrado de cámaras de vigilancia, pero a pesar de ello, permití que me tomara de la mano. Mientras nos sentábamos, recibí una llamada de Cristian, mi amigo a quien le indique que andaba con mi osito.  Que ya éramos novios, y la tonta empezó a viborear e incluso me pidió hablar con él, para cerciorarse de que no le mentía… hablaron muchas cosas, incluso se atrevió a pedirme el numero de mi amigo, el cual no accedí a  brindárselo pues algo podría ocurrir.    Luego de todo eso, en son como de reproche me reclamaba del porque no le contestaba los mensajitos que me mandaba al móvil.  Preguntándome si me molestaban  o si había algún problema.  Yo le indique que no era así, lastimosamente  no contaba con demasiado saldo para contestarle pero en mi mente y mi corazón estaba grabado todo lo acontecía entre nosotros.  Te amo, mi Osito lindo… Estoy dispuesto a invernar contigo, y a que me hagas tú presa si así lo gustas.  En ese momento me envía al móvil, el siguiente mensaje: “Espero nunca cambies conmigo…, y no te arrepientas de nada, yo me estoy enamorando no me olvidare de ti tan fácil”.  Sentí el vibrar del mensaje y dándole lectura al mismo… le dije: “No te imaginas en verdad cuanto te amo.  Y nada debe cambiar…  algo hay ya entre nosotros que nos une más.  Te quiero, te amo…. Y me alegra saber que tú sientes lo mismo”.

Caminamos un rato, le insinué si podíamos estar un rato en algún lugar para hacernos el amor.  Perdimos la noción del tiempo y de pronto vi que ya se nos había hecho tarde. Tomamos un bus… nos fuimos hasta el último asiento,   y tomándolo de la mano se la dirigí a mi entrepierna.  Notas algo le indague.  Y en efecto sus ojos se  como que se encendieron…  y a la vez, se reía.  Pues estaba notando la tremenda erección que cargaba y aparte de eso, no andaba ropa interior.  Cosa que lo hice adrede… ya que solo andaba con un pantalón de manta, tipo típico semiformal… color caqui.  No vuelvas a hacerlo, me indico. ¿Por qué no? Es solo por  ti y para ti.  Si claro… pero se te nota mucho…. Y qué más da.  A quien quiero lucirle es a ti lindo.  Llegamos a la estación y ahí debía yo bajarme.  El siguió en el bus y solo pude despedirme de él con un guiño de ojo.

En otra ocasión por esa misma parada, nos encontramos a unas amigas… mías.  A ellas le había prometido que donde nos encontráramos y anduviéramos con quien sea, siempre nos saludaríamos.  Ay de quien no lo hiciera… era como uno de esos tontos pactos de amistad que siempre dan risa.  En efecto sucede  que una de ellas era una mi ex pareja, que luego de andar conmigo se enamoro de uno de mis mejores amigos.  Fui hacia donde ellas se encontraban, le rogué me acompañara para saludarlas y presentarlas ya que de no ser así me las vería con ellas. Y luego de todo el protocolo, quedamos de juntarnos en la ocasión más pronta.   Luego le indique a Mi Osito… que ni por ella lo dejaría,  a pesar de que me hizo muy feliz.  Como que no muy le pareció la cosa…

CONTINURA