Me enamore de mi profesor 2 (final)

Josafat decide estar con Carlos toda su vida sin importar lo que suceda en el futuro...

La luz del sol entraba por la ventana con una fina ráfaga de viento. El ruido de las persianas hiso que me despertara, la cama en la que me encontraba era cómoda, el color de la habitación era de un verde pistache, definitivamente esta no era mi habitación, lo único que recordaba era que ayer…en ese momento entro Carlos con una bandeja en la mano la cual contenía un jugo, unos sándwiches y una rosa, al verme me dedico una tierna sonrisa y mientras dejaba la bandeja en un mueble me dio un tierno beso en la mejilla.

  • Hola, ¿Cómo amaneciste? – me pregunto poniendo una de sus más grandes sonrisas.

  • Pues bien, oye que hago en tu casa.

  • Pues ayer te quedaste dormido y te tuve que traer en mi carro y como no sabía en donde vivías pues decidí que lo mejor sería traerte a mi casa – en ese preciso recordé lo que había sucedido la noche anterior, Carlos me había dicho que me quería y estuvimos juntos – espero que tus padres no estén molestos porque si lo están yo me cargo con la responsabilidad.

  • No te preocupes, yo vivo solo así que no hay problema, y oye lo que paso anoche…

  • Lo sé, se que fue una locura pero no lo aguantaba más – su rostro estaba alegre y al mismo tiempo triste, no entendía el porqué pero aun así se veía todo lindo – oye Joss bueno desde ayer te quería preguntar una cosa…

  • Dime.

  • Pues bueno yo quería saber si tu…si tu quisieras… ¿si tu quisieras andar con migo? – me puso todo colorado, no sabía que responder, mi corazón empezó a acelerarse por la emoción, me sentía feliz, el hombre que me gustaba me pedía andar con él, el hombre por el cual había estado trabajando tan duro en clases, aparte de ser el hombre que me gusta era mi profesor, lo vería diario y eso me hacía sentir aun más feliz. Con voz entre cortada le conteste.

  • Si, si quiero ser tu novio

Al terminar con esa frase él se abalanzo sobre mí y nos fundimos en beso, nuestras lenguas se volvieron a encontrar, nos comíamos nuestras bocas, explorando con nuestras lenguas nuestras bocas, se separo de mi para tomar aire y en un susurro me dijo “no sabes cuánto esperaba este momento amor, no voy a dejar de quererte nunca tu me has hecho muy feliz, por ti fue que empecé a dar clases, solo por ti” al terminar me levanto en sus fuertes brazos y nos fuimos besándonos hacia el baño, se veía que conocía bien su casa ya que nunca aparto su boca de la mía y aun así llegamos al baño a salvo.

Estando en el baño me empezó a quitar la poca ropa que traía, y con delicadeza me llevo hacia la tina, abrió el grifo para que el agua empezara a caer y cuando la tina ya hacia llena me metió en ella volviéndonos a fundirnos en otro beso. Ese beso duro más que los otros, me encantaban sus besos, los hacía con tanta pasión y delicadeza que me ponían al mil. Al separarse de mi me di cuenta que se estaba quitando toda la ropa que traía y se metió en el agua quedando yo a delante de él.

  • Hoy quiero pasármela todo el día contigo, claro si tú me dejas.

  • Claro que te dejo amor, pero hay ay clases y pues…

  • Eso no importa un día al año que faltemos no nos hace mal, aparte hoy quiero consentirte como tú te lo mereces – al terminar su oración me dio un beso en mi mejilla, no podía creer que esto estuviera pasando, no podía creer que soy novio de Carlos, el hombre más apuesto del mundo. Mientras él me enjabonaba el cuerpo con una mano y me besaba jugando con mis pezones con la otra reflexione acerca de nuestra relación, no permitiría que nada en el mundo nos separara, se que un hombre de 29 no podía estar con uno de 17 pero que más de daba si los dos éramos felices no veía cual era el inconveniente. Su dulce voz me saco de mis pensamientos, alcance a sentir una ola de placer, causada por el contacto de sus llevas de la mano en mi pene, sentía como me estaba pajeando.

  • Ahora que estamos juntos, ¿te gustaría vivir con migo? – en su cara se reflejaba un poco de vergüenza, agacho su cabeza evitando que lo viera apenado y sonrojado. Al oír eso no puede evitar ponerme más feliz y abrazándolo mientras le plantaba un beso en sus dulces labios le respondí.

  • Claro que me gustaría vivir contigo amor, no sabes lo feliz que me has puesto, solo déjame ir por mis cosas y ya ¿vale?

  • Vale, si quieres yo te acompaño y así me presentas tu casa.

Con una risita le conteste – es que no es mi casa, estaba rentando un pequeño departamento ya que no alcanzaba para una casita – no pude evitar sonrojarme, me daba pena que supieran eso.

  • No te preocupes, a partir de ahora no tendrás que rentar más, yo te voy a cuidar y no dejare que vuelvas a esa vida de acuerdo, ahora me tienes a mí y no dejare que mi novio ande por ahí rentando cuartos que quien sabe para que los usaron ¿vale?

La palabra NOVIO resonaba en mis oídos, aun no podía creerlo, pensaba que estaba en un sueño, en un sueño del cual nunca despertaría. Al salir de la ducha nos fuimos a cambiar, me puse la misma ropa de ayer ya que la ropa de Carlos me quedaría enorme, ya que estaba un poquito más alto que yo. Al salir de su habitación me tomo de la mano y nos dirigimos hacia su garaje, su carro de era último modelo pero era hermoso, me abrió la puerta del copiloto y antes de que entrara me dio un beso en mis labios, al cerrar la puerta se dirigió hacia el asiento del piloto, ahí sentados me toma mi cara con sus manos y me mira fijamente a los ojos.

  • De verdad me haces muy feliz Josafat, nunca te dejare y si eso implica perder mi trabajo lo hago de acuerdo, solo quiero que tú seas feliz y permanezcas a mi lado – pude notar una lagrima surcando su rostro.

  • Pero ¿por qué dices eso?, yo nunca te voy a dejar amor, yo te amo y me has hecho muy feliz estas horas que hemos pasado juntos.

  • Es que…- su voz estaba entre cortada, su brillo de felicidad se había esfumado, su rostro reflejaba tristeza y otras lagrimas recorrieron sus mejillas – es que mi padre me vio…ayer entrando a mi casa contigo en brazos…y me dijo que yo era una deshonra para su familia, que él no había criado a un puto…y que hablaría con el director para que me…para que me despidiera, ya que te vio y vio que estabas desnudo y que eras menor de edad, por eso tengo miedo a perderte.

  • Carlos, amor no llores veras que todo saldrá bien, y si te despiden no importa yo seguiré contigo, no me importa si eres mayor que yo, yo te amo y tú me amas y si eso no lo ve la gente pues no importa ya que nosotros nos amamos y eso será para siempre.

Carlos dirigió sus labios a los míos, nos volvimos a fundir en otro beso, “gracias” fue lo único que dijo, nos dirigíamos hacia mi apartamento con nuestras manos unidas. No me importaba nada más que Carlos, si era necesario que yo dejara de estudiar para que él siguiera con su trabajo lo haría no importaba cual difícil la prueba la haría para estar felices, pero lo único que no quisiera hacer es dejarlo, por nada en el mundo cambiaria mi relación con él.

Al llegar a la dirección por medio de señas Carlos busco un lugar para estacionarse, no quería que entrara a mi casa ya que estaba toda sucia y no quería que se llevara una mala impresión de mí.

  • Gracias, enseguida…

  • Pero que dices, yo te acompaño – me puse todo colorado, tuve que aceptar ya que no quería ocasionar una pelea entre nosotros. Al meter las llaves en la cerradura lo dude por un segundo. No quería ver la reacción de Carlos al ver mi cuchitril.

  • En verdad puedes esperar aquí.

  • Que va, estamos juntos y te acompañare a donde sea.

Tuve que resignarme, al encender la luz pude ver montañas de bolsas de basura apiladas en el fondo, un olor medio desagradable inundo el lugar. Me moría de los nervios pero la reacción de Carlos me impacto.

  • ¿De qué te ríes? – pregunte con un poco de enfado.

  • No puedo creer que tus seas un cochino, todos tus trabajos me los presentas impecables y mira la realidad a través de eso – su risa se hacía cada vez más fuerte y no pude notar un poco de rubor en mis mejillas – lo siento, no era mi intención, ahora recojamos tus cosas y llevemos la basura al contenedor de afuera – yo solo pude asentir, lo dirigí había mi habitación mientras él me agarraba por la cintura, la faceta protectora de Carlos me agradaba, ahora sabía que en su casa no aceptaban su condición y por eso hacía todo lo posible para protegerme y cuidarme. Al entrar en mi cuarto, agarre una maleta del fondo de mi cama, le dije a Carlos que me ayudara a guardar las cosas del mueble donde estaba la computadora. Tardamos como 2 horas en recoger la casa y subir las cosas a su auto. Al terminar nos dirigimos a un centro comercial.

  • ¿Quieres comer? – me pregunto con una enorme sonrisa en su cara.

  • Claro amor.

  • Y como que se te apetece.

  • Lo que tú quieras está bien.

  • De acuerdo – su carro avanzo hacia el estacionamiento de un restauran italiano, al entrar pedimos la orden y nos sentamos en una mesa alejada de las demás, ahí Carlos me beso de una manera que provoco que  mi amiguito despertara.

  • Espera Carlos que nos pueden ver.

  • No me importa, que vean que somos felices – al llegar nuestra orden ambos compartíamos de la comida del otro, por dentro una llama de felicidad encendía mi corazón, me agradaba estar con Carlos, con mi novio, ya no me importaba que las demás personas nos vieran, en esos momentos me importaba Carlos y nadie más. Terminando de comer nos dirigimos hacia un parque, eran las seis de la tarde, en ese lugar no había ya casi gente por lo cual nos tomamos de la mano y estuvimos andando dejando todo lo malo atrás, pero sabíamos que tarde o temprano tendríamos que volver hacia allá otra vez. Nuestras bocas se juntaron en escasos momentos, aunque los besos duraran milésimas de segundos aun así eran placenteros. Se nos había ido el tiempo muy rápido, y agarrados de las manos nos dirigimos hacia nuestra casa. Al llegar Carlos me ayudo a bajar las cosas del carro.

Nos fuimos a nuestro cuarto fundiéndonos en un peso apacional nos despojamos de las prendas que teníamos y nos metimos debajo de las cobijas, como estábamos tan cansados que nos dormimos al instante abrazados.

A la mañana siguiente cuando nos dirigíamos al colegio nos detuvimos un instante unas cuadras antes.

  • Recuerda que no nos deben ver juntos – me dijo Carlos poniendo cara de tristeza.

  • Tranquilo veras que todo saldrá bien – dándole un pequeño beso en sus labios me salí de su auto y me puse andar hacia la escuela.

Entando por esas rejas de color amarillo, vi acercarse el director hacia el estacionamiento, temía lo peor, en ese instante Carlos entro en su carro y vi como claramente el director se acercaba hacia él, en unos instantes después ambos se alejaron en dirección contraria al salón de Carlos. Los nervios me invadían, tenía miedo que le pasará algo malo a Carlos, temblando me dirigí a mi salón de clases. Entrando es este Zamara se vino sobre mi haciéndome millones de preguntas, ella sabía perfectamente que me gustaba Carlos por eso no tuve más remedio de contarle todo los que sucedió, más que nada quería una opinión femenina en todo lo que había pasado.

Al terminar la historia mire a mi amiga que tenía una cara de terror y asombro, no me dijo nada ya que las clases habían comenzado ya. A la hora que teníamos matemáticas no hubo profesor, según el director está inconforme con algo y se tuvo que ir. La desesperación me invadió, que le había pasado a Carlos. No pude evitar desbordar una lagrima, no quería que le pasar nada. Al terminar las clases salí corriendo hacia casa de Carlos, su carro se encontraba afuera de su casa. Al entrar lo busque en todas partes de la planta baja pero al haberlo encontrado me dirigí hacia las escaleras fue ahí que lo vi bajar las escaleras, traía los ojos hinchados. “estaba llorando” pensé.

  • Me despidieron, Joss me despidieron, según el director no quería hacerlo ya que respetaba mi decisión pero que el enrollarme con un alumno eso si no me lo iba a permitir – lagrimas surcaron mi rostro no podía creerlo.

  • Lo siento de verdad, lo siento.

  • No fue mi culpa, ahora que voy hacer, esto quedara en mi expediente.

  • No te preocupes ya lo solucionaremos – me lo lleve agarrado de la mano hacia la cocina, ahí le prepare un té y algo de comer, me dijo que me acercara y eso hice, no soportaba verlo así. Le bese la mejilla y el correspondió mi beso pero en los labios.

  • Quiero que me hagas tuyo.

  • Ahora.

  • Si por favor.

Mis ojos lo miraron directos a los suyos, nos besamos de una manera salvaje que despertó algo en mi entrepierna. Los besos y caricias se hacían cada vez más fuertes, mis dientes mordían los labios y lengua de mi amado. No podía parar, era como si toda la rabia que llevaba dentro despertara en mí ese instinto salvaje. Le mordí a mi amado uno de sus labios con tal fuerza que provoque que sangrara, el no se quejo solo gimió, parecía como si eso le hubiera gustado, despoje a Carlos de sus prendas que provoco que su bóxer se desprendiera del resorte con el que se ajustaba al cuerpo, yo también me quite la ropa, nuestros penes se rozaban de una manera sutil que provoco en ambos leves corrientes eléctricas en nuestra espalda, esta vez me tocaba a mí llevar la iniciativa, quería hacer disfrutar a Carlos como me hiso disfrutar a mí ayer por la noche. Mis labios recorrían todo su torso libre de vello, mordía los pezones de Carlos de una manera, que sus gemidos provocaron que me pusiera a mil, mis labios y dientes recorrían cada centímetro de sus abdominales, yo solo podía oír como le daba placer a mi novio. Baje por su “v” que se formaba a sus costados, tenía un objetivo, llegar a su verga de 20 cm. Cuando llegue a ella, la olí, me agradaba ese olor que soltaba, con mis labios rozaba su exquisito paquete, lo cual despertó en el otro gemido más fuerte que los anteriores, su pene circuncidado me llamaba para que me lo metiera a la boca, lo cual empecé por chuparle el precum que soltaba, su sabor era inigualable, con mi lengua empecé a recorrer su glande  con movimientos circulares mientras lamia los rastros de liquido pre seminal que emanaba su verga.

  • Que esperas…ahh…métetela por una vez por dios.

Las suplicas de mi novio no me hicieron pensarlos dos veces y metí a mi boca ese manjar que tenía tiempo queriéndolo probar, al igual que su precum, el sabor de esa pija era delicioso, su olor a sudor, jabón y hombre despertaron la lujuria que traía dentro, era como un dulce para mi chupaba mientras veía la cara de excitación que tenia Carlos, eso me había darle más placer, mordía levemente su pija haciéndolo retorcer de placer, sus gemidos se hacían cada vez más altos, por un momento pare con su verga y me dirigí a sus huevos sin vello alguno, me los metí a la boca uno por uno, quería disfrutarlos, mi lengua daba giros circulares en ellos, mis dientes los mordían cuidadosamente para no provocarle dolor, sentía contracciones en su verga, no faltaba mucho para que se corriera, me acerque nuevamente a su falo, el cual anunciaba que se venial, lo empecé a morder y lamer y cuando las contracciones ser hicieron más fuertes cerré los ojos, me trague su semen, y lamiendo nuevamente su capullo para no dejar rastros de semen me acerque a la boca de Carlos y lo bese aun con pequeñas gotas de su semen el cual el probo sin disgusto.

  • Como coges eh cabrón, no sabía eso de ti – me dijo con su cara toda sudada.

  • Eso no es todo.

Hice que subiera un pierna sobre el comedor, me agache para quedar a la altura de su culo, el cual se abría con facilidad por la posición en la que estaba, metí mi lengua para explorar un poco ese túnel oscuro, un leve gemido salió de la boca de Carlos, metí más adentro mi lengua, el sudor que emanaba le fue grato a mi lengua la cual probo con gusto, tenía un sabor salado, metí un dedo a mi boca el cual termino en su agujerito, lo movía de un lado a otro para hacer disfrutar a mi amado, solo podía gemir por el placer que le estaba provocando, metí el segundo y luego el tercero, cuando su esfínter estaba más que dilatado acerque mi capullo rosado a la entrada de lo desconocido, a entrar en él sentí toda mi saliva pegarse a mi glande, le escupí para facilitar las cosas, Carlos se hiso para atrás de forma que hiso que todo mi falo entrara, por dentro estaba húmedo pero eso me hacía sentir aun más placer, empecé con embestidas lentas subiendo el ritmo hasta llegar a ser más rápidas y bestiales.

  • Oh si…vamos…ahh…que bien coges.

Solo eso podía escuchar de Carlos, sus gritos de placer hicieron que me prendiera aun más, cambiamos de diferentes posiciones pero siempre estábamos en la mesa, hubo un momento que me asuste ya que pensaba que la mesa se rompería, pero que más me daba solo quería llenar de placer a mi novio.

Trabajo cumplido ya que nuevamente se corrió en la mesa, la cantidad fue menor a la primera y no tarde en llenar su culito con mi lefa, cinco tallazos potentes, caímos rendidos sobre la mesa con la respiración entre cortada. Vi como mi un liquido blanco salía del culo de Carlos.

  • Fue la ostia joder…nunca…pensé que...eras…tan bueno amor – geminando de decir esto en envolvimos en un abrazo y un beso, esta vez un beso tierno y gentil. Carlos me levanto, se veía que no tenía fuerzas pero aun así hiso un sacrificio por llevarme en sus brazos, nos acostamos en la cama y dondome un beso en la frente me pregunto.

  • Oye, ¿te puedo preguntar algo?

  • Claro.

  • Tú ¿te irías a vivir con migo al extranjero? – su pregunta, me saco de mis pensamientos, nunca había pensado en eso, me dio miedo pero felicidad, por una parte quería estar con Carlos y por otra aquí ya que aquí estaban mi familia y amigos – entonces ¿sí? – Fue en ese momento que iba hacer cualquier cosa por él, y también me agradaba la propuesta.

  • Claro amor, contigo me voy a donde sea – dándole un beso un sus labios, nos acostamos yo arriba de él poniendo nuestras frentes unidas – aparte un cambio de aires no me vendrían nada mal….

Los preparativos estuvieron listos tres días después. Después de convencer a mis padres que era feliz con Carlos y esa era mi decisión, ellos terminaron aceptando, dándome así mi pasaporte, mis padres le dieron la bendición a Carlos y este les prometió quererme y cuidarme siempre.

Zam estaba feliz por la noticia, nos deseó toda la suerte del mundo y nos abrazo.

Ahora llevo dos años viviendo con Carlos, el trabaja como administrador en una empresa, y yo sigo ahora estudio la Facultad, quiero ser actor o novelista. Ambos nos amamos y eso vale para mí todo, no me importa si tenemos comida o casa mientras estemos juntos nada nos va a separar.

Fin

Bueno puesa gracias por leerlo nuevamente, estoy pensando en hacer un relato más largo. GRACIAS nuevamente por leerlo aqui les dejo mi Twitter y mi face para alguna aclaracion o ayuda ahi estare Gracias.

OkuFer Ram y @OkuFer