Me enamore de mi profesor 1
Un chico lleva medio año de preparatoria observando a su preofesor, pero un dia su suerte cambia y la luna sera el testigo se su amor.
Ahí estaba yo, mirándolo como siempre, por más que buscaba errores en él no encontraba ninguno. Amaba su forma de ser con sus alumnos, su forma de hablar, su forma de caminar, sus músculos, que aunque usara traje siempre se le marcaban, también su forma de verte, esa mirada siempre me agrado, era, acogedora y gentil. Todas las chicas babeaban por él. Con su cabello corto castaño, sus ojos color avellana, su sonrisa, yo quiero que ese hombre de 29 años sea mío, pero…hay un problema, soy hombre.
Hola mi nombre es Josafat, tengo 18 años y curso el 2° año de preparatoria, soy alto de unos 1,75 tal vez, tengo el cabello café oscuro, mis ojos son de color café claro, soy de un tono de piel no muy claro ni muy oscuro, más bien como café con leche, mi cuerpo está marcado gracias a tres meses en el gimnasio, lo que mas me gustaba de mi cuerpo era mi tableta, se podría sentir incluso tocándome por arriba de mi playera. Me di cuenta de que soy gay al iniciar la secundaria y soy feliz como soy y nada ni nadie me hará cambiar de parecer. Como ya se abran dado cuenta estoy enamorado de mi profesor de matemáticas y tecnología. El se llama Carlos y desde el primer momento en que lo vi me enamore, llevo medio año haciendo lo mismo, observarlo en todas sus clases. Nunca le diría que lo quiero ya que él es solo mi profesor y es mucho más grande que yo, por eso viviré con este sentimiento hasta que salga de la preparatoria, con tan solo verlo me hace feliz. Todo me salía bien en su clase, no sabía si él provocaba que mi rendimiento en sus clases sea el correcto pero me gustaba ya que más de una vez me felicito por ello.
Al terminar con la clases de tecnología, nos había informado acerca de una exposición que haríamos, todos asentimos pero nadie se ofreció a hacerla, cuando me dirigía a la salida agarrado de la mano de la mano de mi amiga Zamara una voz en el fondo hiso que ambos nos detuviéramos…
Josafat puedo hablar contigo un momento por favor – mi corazón empezó a latir con fuerza, el profe quería hablar con migo, sabía que no iba hacer de romance pero aun así me inquietaba lo que me podría decir.
Claro – conteste yo soltándome del brazo de mi amiga diciéndole – nos vemos luego si – a lo cual ella solo asintió, ella era la única que sabía que me gustaba el profesor y hace todo lo posible para ayudarme, lo cual me niego que lo haga ya que él es un profesor y yo un estudiante.
Mira Joss este como ya había mencionado la exposiciones de los grupos se acerca y pues quisiera saber si quisieras ayudarme a realizar la presentación. – lo dijo con una sonrisa tan hermosa que no me pude negar, solo asentí por lo nervioso que estaba lo cual lo siguiente que me dijo me puso aun más nervioso – entonces que te parece si después de clases te vienes al salón y ahí planteanmos el trabajo.
Claro – mis voz mostraba nerviosismo pero al mismo tiempo alegría. Iba a estar con el profe solo, no sé cuánto tiempo nos tomo pero tratare de emplearlos bien. Al salir del salón Zamara esperaba afuera con una sonrisa en el rostro.
Y bien ¿Qué paso?
Pues quiere que le ayude con lo de la exposición, así que después de clases tengo que ir al salón para plantearnos el trabajo – tenía una sonrisa de oreja a oreja que podría jurar que me podía ver como un estúpido.
Las siguientes clases no pude concentrarme, mi cabeza daba vueltas con lo que pasaría esta tarde, de seguro me pondría nervioso y empezaría a tartamudear. Mientras más se acercaba la hora de salida me ponía más nervioso. Mi amiga me apoyaba en todo, “veras que todo saldrá bien, tranquilo.”
La inesperada hora llego, me despedí de Zam y me dirigí al salón, al llegar ahí toque la puerta y una voz en el fondo provoco que una corriente eléctrica surcara mi espalda.
Entra por favor Josafat – el profesor estaba sin saco, en la camisa que traía se le notaban los músculos, no puede evitar empalmarme, tan solo de ver lo fuerte que eran sus brazo una imagen de él desnudo atravesó mi mente. “En qué rayos piensas estas aquí por trabajo no por otra cosa” pensé moviendo mi cabeza de lado a lado para eliminar es imagen de mi mente.
Bueno, te vas a quedar ahí parado o vas a venir a ayudarme – su tono de voz no reflejaba enojo sino más bien alegría.
¡Ah! Si claro – al dirigirme hacia donde estaba la otra silla, puede notar que no estaba enfrente de él, sino alado. Mi corazón empezó a latir muy fuerte, creo que hasta fue posible que lo oyeran. Me senté un poco nervioso pero por dentro estaba feliz, porque estaría alado de mi AMOR.
Bueno tengo unas propuestas para la presentación te las enseño y tú me dices que te parecieron ¿vale? – respondí moviendo la cabeza, no quería hablar es esos momentos ya que se notaria que estoy nervioso – Bueno pues mira… - no le prestaba atención, mis ojos recorrían toso sus cuerpo de pies a cabeza, “¿era un sueño?” Pensé, todavía no me lo podía creer, ¡yo estar solo con Carlos! Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz más hermosa que había conocido – hey Josafat jaja no me estás poniendo atención – se había dado cuenta – bueno no te preocupes, bueno en realidad no era para esto para lo que te había llamado.
¿¡Ah no!? Y entonces – pregunte con la voz algo cortada.
Bueno…es que…últimamente me eh dado cuenta de algo – su voz mostraba nerviosismo – me he dado cuenta que…bueno tu…que tú me….que te me GUSTAS – me quede sin habla, la persona que tanto quería, también me quería a mi – lo siento sé que es algo raro no, un profesor con su estudiante, y luego somos hombres, está bien que me odies, lo entenderé si quieres salir de aquí corriendo, solo era para eso para lo que te llame y bueno…
Tu también me gustas – lo corte de repente, quería que el también supiera de mis sentimientos así que me decidí a decirle – tu también me gustas Carlos y mucho desde el primer día en que entre a tu salón, no sabía si esto era correcto, así que decidí no decirte nada.
Entonces ¿yo te gusto? – pregunto todo sonrojado.
Si y mucho
No tenía idea de lo que estábamos haciendo, nuestros rostros se empezaron a acercar, sentía su respiración en mi cara, nuestros labios a escasos centímetros se detuvieron por un instante, pensando que si hacíamos lo correcto, pero Carlos rompió esa incógnita y se abalanzo sobre los míos, su labios y cara estaban tibios, sus manos me tomaron por la cintura y me acercaron más hacia él, yo puse mis brazos alrededor de su cuello. El beso que nos estábamos dando era lo más puro que había sentido, nuestras lenguas se buscaron y se saludaron como si fueran amigas de toda la vida, eso beso provoco que el tiempo se detuviera, no me importaba si se hacía tarde o si nos descubrían, solo me importaba estar cerca de él.
“Te amo Joss, te amo” me dijo esto en un leve susurro, que después se transformo en besos y mordidas en mi oreja, Carlos me levanto de la silla y me puso encima de su escritorio. Su boca pasó de mi oreja a mi cuello, sus dientes me pellizcaban pero sin lastimarme, su lengua recorrió todo mi cuello dejando todo un caminito de saliva, la ola de placer se apodero de mi, le empecé besar su cuello, su barbilla, sus orejas. Cuando se despego de mi para tomar aire me miro con ternura y me dijo.
Quiero hacerte mío, claro si me dejas.
Si, si quiero pero…es que no traigo condón
No te preocupes es mi primera vez con alguien – no podía creerlo, Carlos no había tenido a nadie – entonces me dejas hacerte mío - Yo no respondí, solo le plantee un beso que el tomo como respuesta que sí.
Me quitaba la playera que traía con una delicadeza, como si fuera un objeto que se puede quebrar en cualquier momento. Sus labios recorrieron tomo mi torso, empezó con los pectorales mientras jugaba con mis pezones que los mordía y lamia con toda la delicadeza del mundo, esa acción provoco que mi amiguito despertara, ayude a Carlos a quitarse la camisa que llevaba dejando así al descubierto su hermoso cuerpo, yo lo bese, jugué con sus pezones mientras que con mi boca labia uno mi mano apretaba el otro, baje recorriendo su desnudo cuerpo con mi lengua, haciéndolo suspirar, recorrí cada centímetro de sus abdomen con mi lengua, dejándole un pequeño caminito de saliva, baje por su “v” que se la marcaba a los costados, desabroche sus pantalones los baje hasta los tobillo, mire con agrado el pene de 20 cm que se le marcaba con un poco de precum. Mis dedos deslizaron esa fina tela para descubrir el juguete de mi amado, al acercarme a él pude oler ese olor a macho, el liquido pre seminal salía en una abundante cantidad, la cual yo probé y me dedique a jugar con su glande rosado, no lo pensé dos veces y me metí ese manjar a la boca, recorrí cada centímetro de ese bello pedazo de carne con mi lengua, lo metía y lo sacaba provocándole a Carlos unos gemidos que a mí también me ponían, baje por el tronco de su pija hasta llegar a sus huevos, los cuales me los metí uno por uno a la boca, su sabor era inigualable, los mordí pero sin lastimarlo, me los metía a la boca y los sacaba, empecé otra vez con su pija, estabas con un movimiento más rápido, lo veía de reojo, tenía los ojos cerrados y suspiraba o gemía lo cual me encendió.
- Para…ah…para que me corro.-
Yo pare, no quería terminar ya, así que me dirigí hacia su boca y nos volvimos a besar con pasión.
- Ahora es mi turno.
Carlos me cargo en brazos, me pego a la pared y me beso con tanta pasión que mi amiguito semi-erecto volviera a despertar. Carlos paro, me acostó en el piso y empezó a recorrer mi cuerpo con su lengua dándome leves mordisco, bajo por mi obligo siguiendo el caminito de vellos hasta llegar a mis pantalones los cuales bajo de un tirón con todo y bóxers, su lengua se poso sobre mi palo erecto, sin dudarlo se lo metió completo a su boca, era como un niño con su paleta, lo lamia y besaba que provocaba que gimiera de placer, para ser la primera vez de Carlos lo hacía como todo un experto. Mientras seguía con mi pene yo jugaba con su cabello. No paraba de gemir Carlos mordisqueaba mis pelotas de una manera que hacía que te dejara sin aliento, paro por un momento para tomar aire y volver con el juego.
Para Carlos…que…me corro…- tras esto como yo paro, se acerco a mí y me beso, su boca sabia al precum soltado por mi pene.
Hazme tuyo por favor – le pedí el cual él no se negó me abrazo y me dirigió hacia la ventana, la luna seria testigo de nuestro amor.
Carlos me abrió las piernas y con su lengua busco mi hoyito, lamia mi culo con lentitud y delicadeza provocándome que me retorciera de placer, estaba pegado al vidrio el cual se empezó a empañar por mi aliento, Carlos seguía lamiendo mi culo, en eso siento un dedo explorar mi agujerito, lo movía de un lado a otro provocando soltar gemidos de placer, metió el segundo haciendo lo mismo que con el primero, después metió el tercero, mi culo ya estaba más que dilatado. Carlos se levanto del suelo y me susurro al oído “Si te lastimo me dices y me detengo, que no quiero que te pase nada vale” yo solo asentí. Sentí su glande meterse por mi esfínter, el cual provoco una ligera chispa de dolor que inmediatamente se convirtió en placer.
- ¿No te lastimo? – Me pregunto a lo cual yo negué con la cabeza.
Metió su pene con toda la delicadeza del mundo, se quedo ahí por unos segundos para que me acostumbrara. Cuando estaba listo comenzó un va y ven lento y suave, mis gemidos se oían por todo el salón, Carlos me estaba tomando de las caderas, sus movimientos empezaron a hacerse más contantes y rápidos, yo solo veía a la luna la cual era hermosa como el hombre que me estaba penetrando, sus gemidos se confundían con los míos, sus movimientos eran mas rápidos, yo solo sentía sus huevos chocar con mi culo y mis gemidos no se hacían callar, por más que los retenía no podía, el placer era extremo.
Joder me corro…ahh…
Hazlo…ahhh…dentro de….mi…por…favor.
Ahh…no aguanto – terminando de decir esto sentí una ola de calor dentro de mi cuatro potentes tallazos de semen fueron los que propino Carlos, no tenía fuerzas de hacer algo más, sentí como su pija salía de mi haciendo que los restos de semen salieran por mi culo, me agache y chupe todo rastro de semen de su verga. Su sabor era exquisito, tenía un sabor entre dulce y salado.
Nos acostamos juntos en el suelo frio todos bañados de sudor, nos abrazamos y él me beso.
Te amo como no tienes idea – me dijo dándome un beso en mi frente.
Yo también te amo y gracias por la noche fue maravillosa – le di un tierno beso en sus pectorales.
Me llevo cargando hacia su auto, me acostó en la parte de atrás y cerró la puerta, no sabía a dónde me llevaba, escuche las llaves abrir una puerta y después descubro que estoy en su casa. Me llevo en brazos hasta su recamara me quito la ropa dejándome solo en bóxer, me metió en las cobijas y se acostó a mi lado dándome un beso en la mejilla.
- Descansa amor, mañana será otro día – dijo esto y me abrazo, yo me voltee para quedar en sus fuertes pectorales, estaba feliz muy feliz….
Bueno este es mi primer relato así que por favor comenten que les parecio para asi poder mejorar.