Me enamoré a primera vista
En un crucero, conozco al amor de mi vida. aun hoy la recuerdo, pero esos días fueron de amor y lujuria.
Hola
Hubo un año en el que había estado con mucho trabajo, stress a mil por hora. Necesitaba descanso. Hablé en la oficina, y me iba a tomar todo un mes, para recuperarme.
Había ahorrado algo de plata, y además quería darme algún gusto. Decidí hacer un crucero. Busque en diferentes lugares, y me termine anotando en uno que parecía ser solos y solas, saliendo de Bs.As. y llegando hasta Brasil. Listo; comida, bebida, mujeres, ¿qué más?
Fui solo, ni siquiera quería charlar con nadie. Los primeros días me dedique a la pileta, a comer y descansar. El viaje era tranquilo, había mujeres y hombres de todo tipo, la mayoría con buen pasar económico, se notaba al escucharlos hablar o por sus ropas. Yo iba en plan “hippie”, jaja.
Llegamos a Uruguay, estuvimos dos días, y el barco volvió a zarpar. Había hecho algo de amistad con unos argentinos, y se agregaron unos brasileros. Seriamos unos 10, entre hombres y mujeres. Una de ellas tenía un cuerpo que era soñado.
Estuve varios días intentando hacer algo, pero Val (el nombre de la brasilera) estaba de novia, y muy fiel, parecía. Le tire todos los tiros que sabía, pero nada. En fin, sería otra entonces.
Al empezar el periplo por Brasil, se agregó gente que fue subiendo en diferentes puertos. Una noche, me acerque al grupo, y había dos chicas nuevas. Me las presentaron.
-hola, soy Rosemary……-hola, yo soy Josi…
-hola, soy Sergio.
Apenas me presente, Josi (que me había saludado casi sin mirarme) giro su cara y me miro fijo.
Sus ojos verdes, casi de gato, eran perfectos. Sus rasgos suaves, un pelo largo y enrulado, era casi perfecta. No podía ver su cuerpo, porque tenía un vestido muy amplio, pero se notaba que debajo había lindas tetas. Charlamos todos juntos, fuimos a bailar, no hubo mucho más que una sobremesa y al camarote.
Al día siguiente, Sali temprano hacia la pileta. Me encontré con estos amigos, pero no veía a Josi. Casi al mediodía apareció.
Madre de dios…venia caminando hacia nosotros, bikini blanca, los pechos apenas cubiertos, su tanga ínfima, cubría lo que había que tapar y no mucho más. ¡Perfecta! El pelo suelto, caía sobre los hombros, y un sombrero cubría su cabeza.
Vino, saludo y se tiro a tomar sol. Demás está decir que no me pude parar, mi pija se paró antes que yo y así quedo un buen rato. Me invitaron a la pileta y no fui. Josi tampoco. Nos pusimos a hablar.
“de donde sos, que haces, porque en el solos y solas, etc.”. Me puse mis anteojos de sol, para poder charlar con ella, mientras me deleitaba con su cuerpo. Me estaba enamorando.
Como pude y pensando en cualquier cosa, me metí a la pileta. Ella vino detrás de mí. Jugamos un rato con el agua, se notaba que había química entre los dos. El resto del grupo había dejado de existir.
Salimos, fuimos a comer algo. Yo me disculpé, y me fui al camarote. Por mi piel, no podía quedarme al sol, durante el mediodía.
Estaba mirando una película, cuando golpearon la puerta. Era Josi.
-quería saber cómo estabas.
-bien, pero cuidándome del sol.
Entro, se sentó, y charlamos de pavadas. Mi pija otra vez despertó.
-jajá. ¿Y ahora como vas a hacer? Me dijo.
Me hice el tonto. -qué cosa?
-dale, me doy cuenta, se lo que te provoco y me encanta.
Se acerco, me dio un tímido beso en los labios y agarro mi pija sobre la tela. La acariciaba, mientras besaba mis mejillas y cuello. Estaba por explotar.
Me tomo de la mano, y la coloco sobre sus pechos. Se quito su corpiño y pude ver que eran dos melones firmes y jugosos, suaves al tacto. Comenzó a bajar, se arrodillo y me quito el short.
Hizo un pequeño gemido de gusto, y comenzó a lamer mis bolas y mi verga. La escena era yo parado, ella arrodillada y su mamada llevándome al cielo.
-espera, espera…la detuve.
Al pararse note que estaba incomoda. -que paso? -nada, pero no te enojes…
Tomo los nudos de cada lado de su bikini, los soltó y la tela cayó al piso, dejando al descubierto una hermosa pija.
-que?? No.no sabía. Balbucee…
-no te enoja?
-para nada, pero no me esperaba esta sorpresa.
Me arrodille. Estaba totalmente depilada, su verga tenía un lindo tamaño, no muy gruesa, con una pequeña curvatura hacia la izquierda. Su bolsa de huevos olía a perfume, y se notaban llenos. Su cabeza ya se abría paso, buscando el aire fresco. La miré fijamente a los ojos, y con la lengua abrí su pequeño capullo.
Un shock eléctrico recorrió su cuerpo. Abrió sus ojos lo más posible, tomo mi cabeza, y metió su verga al fondo. Yo, con mi experiencia, sabia como salivarla bien, sin tener arcadas. Le llamo la atención.
Manejaba el ritmo, metía y sacaba su verga como una suave cogida. Al sacarla, hilos de baba quedaban colgando, que tomaba con los dedos y los pasaba por el resto del tronco. Así iba lubricándola. El calor iba subiendo, con sus manos se apretaba las tetas, miraba hacia abajo, me veía, y sus ojos quedaban casi blancos, estaba ida.
No quería beber su leche, no todavía. Hice una última y muy profunda mamada, y me pare. La tome de la nuca, y nos besamos apasionadamente.
-me estoy enamorando, susurre…- yo también.
Nos acostamos, fueron largos minutos de caricias, de lengüetear el cuerpo del otro, llegando al pene, y luego seguir hacia el ano. Por momentos quedábamos frente a frente, besándonos, sin tocarnos, y por momentos era un 69 furioso.
Notaba como el sol iba perdiendo fuerza, a través del ventanal. Fui hasta mi valija. Saque un pomo de gel y un preservativo.
-pensé que nunca me harías el amor, dijo
Se acomodo boca arriba, su verga quedaba de lado, abrió sus piernas. Me puse en medio, luego de lubricar su pequeño y arrugado anillo, coloque el preservativo, apoye la cabeza y solo empuje. Suave, sin dolor, solo hizo un pequeño esto de satisfacción, mordiéndose el labio inferior. Noté que no tenía obstáculos, así que seguí penetrándola. Una vez metida toda mi pija, me acosté sobre ella. Eran besos, caricias, yo empujaba, ella se acomodaba. El tiempo pasaba sin fin.
La saqué, y la giré. La puse a 4 piernas. Su bolsa colgaba, intacta. Su pija babeaba. Me metí por debajo, de ella, tomando ese badajo con mis labios. Limpie su cabeza, mientras con una mano apretaba tiernamente sus huevos. Parecía que probaba esa fruta. Comenzó a cabalgar mi boca.
-basta, basta. te quiero dentro mío
Sali, cambie el preservativo. Mi pija estallaba. La penetración fue sutil, me apoye sobre su espalda, giro la cabeza y metió la lengua en mi boca. No duro mucho. Un hielo frio recorrió mi espalda, y algo caliente exploto dentro de Josy. Ambos gemimos. Sentía como mi verga pulsaba sin parar. Se acotos y yo sobre ella. Cuando mi pija se durmió, la quite, quite el forro, lo tire al piso; y abrazados nos dormimos.
Despertamos, estábamos transpirados, pero enamorados. Josy se dio una ducha, después yo. Y salimos del camarote hacia la pileta. Era el atardecer. Estaban nuestros amigos
-uyyy.que paso?, nos decían entre risas. hicimos algunos gestos cómplices, y ahí quedaron las bromas.
La tarde siguió entre tragos, pileta. A la noche nos encontramos para la cena. Ambos vestidos para la ocasión. Yo con un pantalón y camisa, pero Josi estaba para matar. Un largo vestido blanco, que ajustaba la cintura, dejaba al aire una pierna. Una diosa. Y yo estaba enamorado.
Después de la cena, tomamos algo, nos besamos en cubierta. Bajamos a su camarote. Me había confiado que era pasiva, que en su vida había penetrado solo a dos parejas que tuvo, y de ambos muy enamorada.
Nos desvestimos, nos tiramos a la cama. Comenzamos un 69 furioso. Su verga se endureció casi en forma instantánea. Fui a busca run preservativo y lubricante, de mi pantalón. Volví.
Ella estaba acostada boca arriba, abriendo sus piernas para sentirme dentro. Cambio de planes.
-quiero sentirte a vos, le dije.
Y me abalance sobre su cabeza. Amé ese pene, como si fuera el último del mundo. Las venas casi azules, la cabeza morada, era un volcán a punto.
Con mi boca empecé a ponerle el preservativo. Josy se dejaba hacer. Una vez acomodado todo, le tiré un chorro de gel, y con la mano lo esparcí. Cuando note que el gel cubría toda su verga, me monte sobre ella. Apunté a mi entrada, y me senté. Despacio, a pesar de haber recibido varias veces ingresos por mi culo, siempre me gusta disfrutar ese primer momento, donde la cabeza empuja, y abre el anillo. Y luego, relajo mi esfínter, para poder tragar el resto del tronco. Lo he ejercitado mucho, y a mis parejas le encanta.
Así hice. Y de a poco fui bajando, hasta sentir que solo quedaban los huevos fuera. Me acomode, para besar sus tetas, su cuello, llegue hasta su boca. Mezclamos nuestras lenguas de amor, Josi apenas se movía, estuvimos así durante largos minutos, cuando sentía que terminaba, me tomaba de la cintura y me frenaba. Su verga dentro mío comenzaba a aflojar, y ahí retomaba el movimiento.
El tiempo pasaba, peo solo deseaba sentir como mi chica llenaría mi alma de leche. Y paso.
Cerro los ojos, me apretó la cintura, y acabo. Su verga golpeaba el interior de mi cuerpo, cada latido era mejor que el anterior. Cuando termino, me beso y me quito de encima, me acosté a su lado. Ella se agacho, y comenzó a mamar mi verga, yo no había terminado aún. Hubo un par de dedos en mi culo abierto, y me ordeño. ¡Explote!
El primer chorro voló a sus rulos, pero los siguientes fueron atrapados con su boca experimentada. Mi pija entre sus labios, y el semen chorreando por su comisura. Luego se dedico a limpiarla, me mostro su lengua blanca de miel, y luego lo trago.
Se monto sobre mí, para besarnos en forma furiosa. Sentía mi leche, y me gustaba más.
-te amo, me dijo. ¡No quiero perderte!
Fueron días hermosos que pasamos en el crucero, hasta que el ultimo decidimos ver que pasaría con nosotros en el futuro. Ella tenia una empresa en san pablo, y me pidió que me mudara a su casa. Yo tenia algunas responsabilidades laborales y familiares, que no me permitían irme de argentina.
Cuando el barco llego a destino, nos besamos, e intercambiamos teléfonos y mails.
Aun hoy nos seguimos escribiendo, pero ambos sabemos que se ese viaje podría haber sido el comienzo de una hermosa historia de amor.