Me duele… pero me gusta

colocaba los platos y demás útiles en el interior del lavavajillas, como algo obvio incline mi cuerpo hacia delante al tiempo que seguramente se me debía de haber subido mi minifalda hacia arriba, sin acordarme en ese momento precisamente...

Me duele… pero me gusta

Hola, me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis escrito. Agradezco de corazón, que os haya gustado e incluso que os haya sido tan placentero, como a mí relatárosla.

Ante todo me debo disculpar, pues no siempre puedo responder a todos los que me habéis mandado vuestro email, pero os aseguro que los leo con el mayor de las satisfacciones y os contestare, en la manera de lo posible. También me debo disculpar, por todos aquellos que me quieren poner en contacto conmigo, sobre todo cuanto enciendo el Messenger, pero os comento que me es imposible contestar a todos, aun más cuando aumentan el número de pestañas elevándose. Os recordaré que soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 23 años, morena, de ojos castaños, de 1.75m de altura, 90/59/88 aprox., y bisexual. Me considero una chica simpática, abierta (a veces muy abierta), extrovertida, atractiva, inteligente, en otras palabras una sin vergüenza integral, muy buena gente, simpática y bastante loca... vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato (joder, pido algo más de 15 minutos…). Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico de una chica de mi edad (tengo una manera especial de ver la vida). Me gusta salir, hacer locuras, aunque me sea difícil de reconocer que me gusta beber demasiado (joder, no soy alcohólica… pero debería controlarme). Si queréis saber más sobre mí, me lo decís en un email y quien sabe que más os cuento.

Bueno no me enrollo mas… comenzare a narraros esta nueva confesión. Este hecho me ocurrió hace hoy día hace tres años y rondaba por ese entonces los 20 años, os diré que por ese tiempo tenía novio (uno mas en mi larga lista), aunque llevábamos poco tiempo saliendo, considerábamos la relación ya estable y formal. Perdón por mi falta de respeto hacía el pues no lo os he presentado aun, mi chico de entonces se llamaba Oscar, era seis años mayor que yo y aunque yo soy de Sevilla el era de Madrid, nos conocimos en una fiesta de cumpleaños a través de una amiga común, y desde ese momento congeniamos tanto que continuamos nuestra amistad y más tarde una relación más estable, ya sea por Internet, móvil e incluso en algún encuentro u otro cuando el bajaba desde Madrid (ya sabéis para que, no creo que haga falta explicaros). Obviamente a Oscar no le conté palabra alguna de mi pasado, naturalmente aun menos referente a mi padre, aunque en una de mis visitas mi psicólogo me aconsejo que se lo contara… más por evitar futuras barreras. Os debo de mencionar, que hacía ya al menos un año que vivía sola en mi piso, el cual gracias a la ayuda de mi padrino vivía de forma independiente de mis padres, al cual hacia precisamente un año que este no me ponía su mano encima, por no deciros una extremidad.

Comenzare ya, todo comenzó de forma casual, estábamos de compras mi chico y yo por un centro comercial, entrando en una tienda o otra, caminando a lo largo de las galerías, cuando de forma casual nos encontramos de frente con mi madre. La cual entre las oportunas presentaciones, nos invito a tomar unos cafés mientras continuábamos hablábamos. Recuerdo que mi chico no dejaba de mirar a mi madre, pero no creáis que la miraba mal sino todo lo contrario, su mirada desprendía deseo. Antes de marcharnos quiso invitarnos a almorzar un día, quedando al final precisamente para ese domingo a almorzar en casa de mis padres. Recuerdo como horas más tarde con total descaro, me comento lo buena que estaba mi madre, que no se extrañaba de donde provenía tanto mi belleza como el cuerpo de bandera que teníamos. Comentaba que se notaba que mi padre la tenia no solo desaprovechada sino hasta abandonada, continuando por decir que posiblemente mi padre por la edad había saltado el charco o mejor dicho se había cambiado de acera (como se notaba que no conocía a mi padre).

Mientras hacíamos el amor comenzó de nuevo los comentarios, pero esta vez os puedo asegurar que mientras me follaba comencé a notar como su miembro se endurecía y agrandaba aun mas dentro de mi, mientras gozaba le comente que le haría a mi madre sí tuviera la oportunidad (joder, no se como coño hizo aquello, pero me arranco tal orgasmo que solo volverlo a pensar, me mojo completamente). Bueno sigo, a medida que nombraba a mi madre me bombeaba con mas fuerza y ansias, comentando que le haría lo que ningún hombre le ha hecho (…de eso estoy segura), al tiempo que aceleraba sus embestidas siendo sus penetraciones de lo mas profundas y satisfactorias, haciéndome alcanzar varios orgasmo. Como sí hubiera sido un juego, le deje caer "que no tendría huevos de hacerlo", dejándolo ahí la cosa. Bueno continúo que me enrollo yéndome por los cerros de Úbeda... Llego el ansiado Domingo ambos estábamos nervioso, Oscar quizás por ver nuevamente a mi madre, y en cambio yo precisamente por evitar ver a mi padre. Recuerdo que antes de salir se me ocurrió comentarle a mi chico una propuesta, que nos podríamos ir temprano de casa de mi padre, de manera que pudiera irnos al cine ya sea a sesión normal o la sección golfa, mientras le comentaba mi propuesta me iba vistiendo delante de el, a modo de hacerle llegar con mas profundidad la idea.

Recuerdo lo que me puse ese día, no solo por tenerlo anotado en mi diario sino por lo que ocurrió más tarde, me puse sexy pues la idea era provocarle pues nada más verme como me colocaba por ejemplo las medias era visible su erección. Por haceros a la idea me puse una mini falda azul marino, un suéter blanco de tirantas, unas medias blancas con encajes y bordados, y como ropa interior me puse un tanga blanco y un sujetador de media copa y sin tirantas (coño, la idea era agilizar a la hora de poderlo hacer en cualquier parte, sin llegar a quitarme prenda alguna). Sigo, bueno nada llegar a casa de mis padres, tras comentarnos que estaríamos los cuatro solos (más por que habían dado a la chica/ama de llave/criada/etc., pues le habían dado el día libre), mi padre tras dar la mano a Oscar aprovecho por llevárselo mientras comenta que debían de hablar de cosas de hombres, yo en cambio ayude a mi madre a poner la mesa. Bueno la velada estuvo todo lo bien que se podría dar… demasiado bien, llegando a ver incluso como mi padre y Oscar se llevaban tan bien como sí fueran amigos de toda la vida y eso que solo se conocía de horas. Recuerdo como mi madre me comentándome que suerte había tenido, pues el chico les había caído bien a ambos, tras el almuerzo me dispuse a recoger la mesa pues como he comentado antes, no trabajaba la chica (ama de llave/criada/etc.).

Comencé a preparar el café, mientras me encontraba recogiendo la cocina mi madre me comento que se llevaba a Oscar de tour por la casa, que como buena anfitriona le debía de enseñar todo sobre todo mi dormitorio, llevándoselo de lo más entusiasmada, mientras Oscar antes de desaparecer por la puerta me guiño un ojo al tiempo que me soltaba un comentario "me dejas" (joder, sabia lo que pretendía el muy cabron). Mientras colocaba los platos y demás útiles en el interior del lavavajillas, como algo obvio incline mi cuerpo hacia delante al tiempo que seguramente se me debía de haber subido mi minifalda hacia arriba, sin acordarme en ese momento precisamente de mi padre. Cuando escuche la voz de mi padre desde el salón, venia hablando hasta entrar en la cocina, comenzó por preguntarme sobre Oscar, el típico interrogatorio de padre a hija (ó para ser mas precisa de ex amante). Sus comentarios comenzaron desde su edad, pues me comentaba que no entendía como que me había fijado en un chico tan mayor y no en un chico de mi edad, divagando entre las posibles opciones hasta al final posiblemente por mi silencio (mi silencio era mas por mi ignorancia hacia el). Comenzó al final a acabarse sus opciones a comenzar en referencia al sexo, como preguntar por sí era acaso por el tamaño, por la experiencia de este, la técnica… la verdad no me sorprendió, aun mas creo que esperaba este tipo de preguntas.

Mientras mi padre continuaba hablando, este se había colocado detrás mía, sentándose en una de las sillas que tenemos (pues como la cocina es grande, mis padres tienen dentro de la misma decoración de esta una mesa con cuatro sillas). Bueno sigo, seguramente este estuviera observando como se me subía la falda nuevamente (coño, a modo de telón de un teatro), mientras yo continuaba colocando las cosas en el lavavajillas, inclinándome una y otra vez hacia delante sin acordarme de mi padre, mostrándole sin darme cuenta y la verdad sin intención alguna por mi parte mis desnudas nalgas (pues como he comentado antes llevaba unas braguitas tipo tanga y precisamente de hilo). Sin dejar hablar sus comentarios fueron convirtiéndose cada vez más jocosos y malintencionados, llegando a preguntarme ya directamente en como se comportaba Oscar en la cama, sí era bueno y sí me dejaba satisfecha o acaso llegaba e incluso a disimular mis orgasmos más por no herir sus sentimientos, o quizás lo pudiera haber echado de menos, acabando sus comentarios por mi forma de vestir… pues más parecía una zorrita calienta pollas. Mientras hablaba hubo un silencio de minutos, para volver a continuar al tiempo que noté no solo su presencia detrás de mí sino sentí una de sus manos en mis hombros y su aliento en mi oído (sentí nauseas).

Me pregunto de nuevo que le comentara como de bueno era en la cama, que si mi silencio era motivo por no decirle que no le había olvidado, recuerdo que me rehuí enfurecida llegándole a amenazar. Mientras mi padre colocaba una de sus manos, sobre uno de mis pechos mientras con la otra había comenzado a magrear mis nalgas, me comentó sí le había confesado mis inicios con el (Joder, me hizo sentir de lo más sucia al tiempo que sentí un escalofrió que me quedé petrificada, no supe que hacer y aún menos como actuar). Me comentaba que nada más verme entrar por la puerta con semejante atuendo, se le había puesto tan dura que esperaba la ocasión para poderse saciar conmigo como en los viejos tiempos, pues mi madre como que no lo haría. Pero creo que llego la pregunta inevitable, os comento me pregunto si Oscar practicaba conmigo el sexo anal… en otras palabra si me daba por mi estrechó culito, a lo grave error por mi parte le respondí… y le respondí negativamente, que no era una práctica que a Oscar le pusiera sino todo lo contrario, pues llegaba incluso a bajarle su erección, y casi entre susurros acabe por comentar, que la verdad yo la echaba de menos.

Mientras una mano descendía desde mi pecho hacia mi cintura y la otra ascendía desde mis nalgas, colocándose de manera que estuviera una a cada lado de mi cintura, comenzó primero a presionar su bulto sobre mis nalgas continuando por simular muy lentamente unas olvidadas penetraciones, notando la presión de ese bulto a lo largo de mis nalgas incrustado entre mis glúteos. Casi sin fuerza y tartamudeando le pedí que por favor me dejara, que nos iban a descubrir pero con el que escucha llover, como sí la cosa no fuera con el. Pues echo su cuerpo sobre el mío, obligándome por su peso a echarme hacia delante… recostándome sobre la fría encimera de mármol de la cocina, de forma que mis nalgas quedaran hacia atrás expuesta y a la espera, aguantando semejante dureza. En voz baja casi en susurros le reprochaba su actitud, pidiéndole que me dejara que no quería lo que pretendía, mientras mi padre sin oír mis peticiones levantaba mi corta faldita hacia arriba, asombrado observaba como me quedaba mi tanga, el cual se encontraba ya entre mis glúteos. Mi respiración era agitada y mi corazón latía muy deprisa como si esperara lo inevitable, casi se me sale el corazón del cuerpo cuando en ese preciso momento, note como su bulto duro presionaba sobre mi orificio anal al tiempo que me comentaba al oído, lo que íbamos a disfrutar.

Recuerdo que me quede inmóvil, mientras fui notando como una de sus manos tras abandonar mi cintura, descendió en busca de mis nalgas comenzando a manosearlas, bajándola aun mas hasta poderla introducir por mi entre pierna, acariciando en toda mi totalidad mis glúteos. Apenas pude decir palabra alguna, pues ni pude acabar cuando le llamaba pa… pa…, aun mas tras sentir como iba introduciendo sus dedos entre mis glúteos hasta mi orificio anal, facilitado por el uso de ese nefasto día del tanga, que mi le molesto el hilo de este pues comenzó a pasar su dedo a lo largo de este, finalizando por presionar sobre mi orificio anal. Volví a suplicarle pero de poco me sirvió, pues creo que lo excito aún más, hasta que muy a pesar mío me fue introduciendo uno de sus dedos, hasta con cierto dolor note como su nudillo traspasaba mi orificio. Mientras el muy cerdo no dejaba de decirme, lo cabrona que era pues lo tenía de lo más estrecho… cerrado para entendernos (joder, no sabéis el dolor que me hizo sentir, hacia al menos un año que mi orificio no era utilizado nada mas que para uso personal), continuaba comentando que se notaba no solo el poco uso por no decir por mucho tiempo e incluso me comento que seguro que yo lo habría echado de menos (joder, os debo confesar que tenía razón).

Continuo si apartarse de mi, echo su cuerpo hacia atrás al tiempo que retiro una de sus manos de mi sintiendo como alzo su brazo a modo de coger algo, mientras que su otra mano pude notar la había colocado entre mis nalgas y su bulto, que por unos movimientos pude intuir que tras bajar su cremallera saco del interior de su pantalón su miembro. Tras sisearme a modo de pedirme silencio, continuo tras sujetar mi tanga tiro de el hacia abajo al tiempo que note, como algo líquido resbalaba desde el inicio de mis nalgas hacia mis muslos, diluyéndose entre mis glúteos, dejándome toda pringosa de ese liquido. Que ante mi ignorancia por saber que coño era, eche mi vista hacia atrás como pude, observando como el muy cabron tras haber cogido una aceitera, la había vertido en su totalidad en mis nalgas. Cuando mi padre se me acerco de nuevo, sentí nuevamente sus manos directamente en mi cintura, le comente nuevamente que me dejara, que si estaba loco o que pues en el piso de arriba estaba mi chico y mi madre… su mujer (seguramente follando). Sin haber escuchado ni tan siquiera una palabra mía, me comento que si ya a olvidado lo bien que lo habíamos pasado en el pasado, comentándole que lo que paso en su momento fue un error, además eso pertenecía al pasado. Sus manos abandonaron mis cinturas dirigiéndola hacia mis nalgas, mientras me las manoseaba e incluso había comenzado a pasar sus dedos por mis glúteos aprovechando el aceite.

Volvía a comentarme refiriéndose a ese "error" como según el yo lo llamaba, recordándome el inmenso placer que me daba, aunque en un principio no me gustaba y al final acabe gozándolo, llegándolo a pedírselo en más de una ocasión (ostias, como siento como me humilla, cada vez que me lo recuerda). Recuerdo que le comente a mi padre que no quería, además y si nos pillan... se van a enterar, mientras mi padre colocaba su otra mano sobre uno de mis pechos, acabo por comentarme que mejor entonces seria callarse, a no ser que quería que mi chico supiera lo que ocurrió entre nosotros. Recuerdo como le comente que no seria capaz de hacerlo, al tiempo que comenzó a presionar mi cuerpo hacia delante contra la encimera, le pedí una y otra vez que me dejara en paz que no lo hiciera, pero note como mi padre había colocado esa cabezota en la entrada de mi dilatado orificio anal, mientras me comentaba que no alzara la voz a no ser que quería que mi novio se enterara, acabando por decirme que me relajara que se notaba que hacia tiempo que nadie usaba la puertecilla trasera. Mientas casi en susurros le comentaba que me dolía, dios se me soltaron las lagrimas mientras que este hijo de puta iba presionando, sintiendo como a medida que su miembro me iba entrando mis lagrimas caían.

Os lo juro, mientras el muy hijo de puta me presionaba hacia delante con su cuerpo, para continuar por dejarse caer hacia atrás, me comentaba que no estaba siendo una buena hija, pues no había razón como para dejarle tanto tiempo en ese estado, con lo mucho que me quiere y con las ganas que deseaba tenerme así. Mientras mi cuerpo estaba curvado hacia delante (me tenia doblada… echada hacia delante), me tenia prácticamente sobre la fría encimera de la cocina, le pedía entre gemidos que parara por dios, que me dolía mucho que sentía que algo se me rompía dentro. Joder, era evidente que hacia tiempo que mi padre no lo hacia, pues estaba realmente dura e incluso note por un descuido como le pesaban los testículos, obviamente llenos de semen. Nada mas ir adaptándome no solo a la posición sino a esa barra de carne (olvidada no solo en mi memoria sino por mi orificio anal), comenzó a penetrarme los primeros minutos despacio a modo lubricar aun más mi orificio, pero a medida que notaba como su miembro entraba con facilidad en cada una de sus embestidas, llegando incluso yo misma al notar sus testículos chocar contra mis nalgas. Comentándome de nuevo el muy cabron en plan jocoso lo dilatado que lo tenia ya, comenzando a acelera sus embestidas, alternando sus golpe de pelvis marcando las penetraciones, de dentro hacia fuera.

Notando como no solo mí cuerpo había cedido, sino como me iba entregando al placer, mientras me iba penetrando dirigió sus brazos hacia mis hombros, colocando sus manos sobre los tirantes de mi suéter al tiempo que los desplazaba hacia mis brazos, bajándose solos al compás de las embestidas. Mientras gozábamos ambos, había comenzado por mi parte en dirigir una de mis manos hacia mi pubis, hacia mi caliente y húmedo orificio vaginal de manera de poder masturbarme, y llegar a alcanzar unos orgasmos más satisfactorios. Como mientras gozaba, sentí como una caricia mi camiseta posarse sobre mis manos, las cuales aun estaban reposadas sobre la fría encimera, aguantando las brutales penetraciones de mi padre. Mientras que continuo por bajar camisa hasta dejármela en la cintura, tras esto continuo con mi sujetador, colocando rápidamente las palmas de sus manos sobre mis pechos, amasándomelos, sujetándolos como si fueran saco de harina, colocando sus dedos sobre mis pezones, frotándomelos con la yema de sus dedos, para continuar por pellizcármelos. Os debo confesar que aunque me tenia donde el quería (…que yo la verdad dicha lo deseaba), y como el quería… dócil y sumisa a sus actos, sin sacármela fue apartándome de la encimera para dirigirme hacia el suelo.

Como el muy cabron sabia como llevarme, pues al tiempo que me penetraba hincaba sus rodillas en las mías, haciéndome ceder e inclinarme hacia abajo hasta arrodillarme sobre en el frió suelo de la cocina, continuando sus embestidas como el me comentaba como una perra. Fui notando como se iba a venir, pues no solo por la presión de sus manos hincadas en mis carnes, pues aquellos dedos eran como clavos hasta llegue a pensar, que llegaría a clavármelos en mi cintura, al tiempo notaba en mi interior como su miembro se le hinchaba. En ese preciso momento, gracias al destino escuchamos las voces de mi madre y de Oscar, aunque un poco lejanas nos dieron la sensación que comenzaban a bajar por las escaleras, por lo que nos daba tiempo para que me la sacara y arreglar un poco las ropas. Aunque mi padre, no son de esos hombres que tratan a las mujeres con dulzura y cuidado, pues al sacarla de mi lo hizo tan torpe como si se tratara de su primerizo, haciéndome tal daño que me costo levantarme algunos minutos, mientras mi padre me maldecía al tiempo que me comentaba que parecía una puta pidiendo guerra, pues aun continuaba a cuatro patas con mi trasero expuesto (joder, no comprendía el muy cabron que era tal el dolor que sentía, que no me podía ni tan siquiera poner de pie).

Recuerdo que las voces estaban cada vez más próxima a la entrada de la cocina, donde mi padre una vez más me pedía por favor que me levantara, que no había tiempo para más… si eso pretendía (como no era un hombre, que más iba a pensar si solo piensa con la cabeza que tienen entre sus piernas). Pero la indignación fue a mayor, cuando coloco la planta de su pie sobre mis nalgas, ejerciendo tal fuerza que me desplazo hacia delante, limpiado no solo con mis pechos las baldosas de la cocina sino incluso con mi rostro, al tiempo que me decía que me levantara y que arreglara mis ropas, pues parecía una pordiosera. Me comento que mientras yo me arreglaba, de manera para hacer tiempo el iría a recibirlos y los conduciría hacia el salón, para yo poder llevar los café. Antes de irnos el cerdo de mi padre, me comento que no respirara tan tranquila pues el deseaba acabar, pues no se podía quedar de esa manera y que debía de acabar la faena, mi peor recuerdo de ese día no fue lo que ocurrió en la cocina, sino lo que me obligo hacer luego mas tarde, donde arrodillara no solo me trague sus líquidos sino que saboree ese vástago que sabia a aceite entre otros sin sabores.

Mas tarde cuando salimos de casa de mis padres, ambos coincidimos en no ir al cine que mejor nos quedaríamos en casa, en Oscar se le notaba la cara de felicidad que tras preguntarle como le fue, me comento que no sabia lo blanda que era mi cama y lo buena que era mi madre sobre ella, el muy hijo de puta se la había beneficiado. No quise pedirle explicaciones, pero el muy cabron no dejo de comentarme con todo tipo de detalles lo que hicieron. Me comentaba que al principio creyó que mi madre era una estrecha, pero a medida que el insistía mi madre iba cediendo poco a poco, hasta tal punto que cuando se la saco y enseño esta tardo mucho en agacharse, y comérsela un rato para mas tarde acabar en mi propia cama. Bueno quisiera narraros como al final pude acabar con mi padre, pero eso lo dejare para otra ocasión, a raíz de este echo acabe con Oscar, más por que me lo pidió mi madre la cual comento tanto a mi padre como a mi, que la llevo a la fuerza a la cama e hizo con ella, lo que no había en los escritos, imaginaros cual de ellas seria la verdad. Bueno os dejo de momento, quisiera que mi próxima confesión no tardara tanto, pero la verdad últimamente estoy muy liada.

Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil. Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. A aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email susanabix@hotmail.com.

O si queréis pasaros por mi blogs, aunque se que no esta actualizado, si os muestro con varias fotos susanabix-misconfidencias.blogspot.com