Me ducho junto a mi sobrina
Follar en la ducha...vaya delicia!
Mi esposa Carla se levanta muy temprano para estar a primera hora en su nueva oficina que está bastante alejada de nuestra casa. Aunque yo empiezo la jornada más tarde, me levanto con ella y cuando se va al trabajo salgo a correr un rato antes del desayuno.
A primera hora solo nos tomamos un café bien cargado, luego ella se va zumbando y yo mas relajado, me voy a hacer un poco de ejercicio. Al volver, una buena ducha, me visto, desayuno tranquilo y me voy a la oficina. Los niños se levantan con mi sobrina Davinia y justo coincidimos en el desayuno los cuatro.
Hoy he tenido que acortar el recorrido porque llovía con bastante intensidad. He vuelto empapado y con frio, por lo que la ducha con agua tibia me ha sabido a gloria, me ha devuelto el equilibrio térmico al tiempo que me ha puesto las pilas.
Mientras me enjabono doy un repaso mental a lo que tengo que hacer durante el día. Por un instante se ha cruzado por la cabeza la imagen de mi sobrina, lo morboso de tenerla bajo el mismo techo, y lo juguetona que es. Me siento un hombre muy afortunado y estoy dispuesto a disfrutar al máximo de mi suerte.
La verdad es que Davinia es una chica maravillosa, bonita, simpática y cariñosa, y por lo que a mí respecta una amante sensacional que me sigue, me estimula y comparte momentos maravillosos conmigo.
Tiene un tipazo que me “levanta el ánimo”, tanto es así, que con solo recordar los momentos que hemos compartido desnudos, los besos y caricias que hemos intercambiado, mi pene se anima y toma consistencia.
Con el jabón por todo el cuerpo me doy unos meneos para mi autocomplacencia. Lo dejo rápidamente pues sé que si sigo voy a terminar irremediablemente haciéndome un pajote a su salud. Y eso no es lo que se merece en esta fase de la relación.
Me sigo enjabonando pasando la esponja por todo el cuerpo, y mi polla, la condenada, no tiene intención de bajar. Me vuelvo a tocar y la descapullo suavemente, uhmmm que gustito. Cuanto me gustaría poder darme unos cuantos meneos fuertes y terminar con esta excitación reprimida y así poder ir al trabajo bien relajado.
Con este embrollo dentro de mi cabeza, siento que desde hace unos minutos alguien me está observando. La verdad es que la puerta del cuarto de baño esta entreabierta, pero a estas horas los niños y mi sobrina todavía duermen, asi que no tomo ninguna medida.
Me ducho ahora de espaldas a la puerta. Miro hacia algunos adornos cromados hasta que consigo descubrir en uno de ellos el reflejo de una sombra que me espía desde el pasillo. Vuelvo a mirar y compruebo que alguien sigue ahí, espiándome. Por fin puedo distinguir que es Davinia que viste una de sus simpáticos pijamas.
Veo que se asoma con mucha cautela por el hueco que deja la puerta para poder verme desnudo en la ducha. Sentirme observado por mi joven sobrina me excita mucho, y no puedo reprimir el que mi polla termine de desperezarse u empiece a coger un buen tamaño. Solo me faltaba eso. Antes con recordarla, ya me ponía bien, ahora que sé que está a un par de metros espiándome, me excita mucho.
Voy a darle motivos para que su observación sea placentera. Me pongo a hacer posturitas, de lado, de espaldas, para que disfrute con la vista. De vez en cuando me vuelvo con la cara llena de jabón para que pueda ver mis genitales con la tranquilidad de no ser descubierta. Tengo la polla a media carrera y ya se presenta hermosa.
Una de estas veces, me la cojo y empiezo a dar unos meneos. Enseguida se pone a tono y empieza a crecer y crecer hasta alcanzar una erección muy respetable. Durante unos instantes me subo y bajo el pellejo, haciendo salir el capullo que ya está completamente hinchado.
-“Ejem, ejem…carraspeo”. “Davinia, sé que estás ahí, si quieres mirar, no te cortes…por mí no hay problema si miras”, le digo en voz baja invitándola a venir.
Después de unos instantes aparece media cara tras el marco de la puerta. Sin decir ni media palabra me mira de arriba abajo y espera a ver que sucede a continuación. Lleva el pelo alborotado de recién levantada, la camiseta del pijama es corta, se ve su barriguita desnuda, debajo se adivinan un par de buenos melones que tiene como pechos. Tras el pantaloncito corto me imagino su rico sexo y su culete respingón.
Ella manteniendo la distancia me observa cómo me toco, unas veces lenta y suavemente, y otras de forma enérgica y rápida. Mi cuerpo se contrae mientras siento las sacudidas de placer que recorren mi espalda. Permanece inmóvil, absorta, mirando el sube y baja de mi mano, esperando con anhelo para ver la explosión de leche que seguro se producirá en breve.
-“quieres tocar un poco?”, le pregunto mientras acompaño con mi mano el pellejo arriba y abajo. No responde pero percibo su deseo. “ven acércate, toca, toca lo que quieras” le digo saliendo del plato de la ducha a su encuentro.
Es tan joven que la vergüenza la contiene. Me acerco, le tomo la mano y hago que la cierre abrazando mi polla. La acompaño hasta que consigo que me de unos cuantos meneos.
En cuanto puede, se deshace de mí y vuelve a su posición de espectadora. Yo sigo meneándomela frente a ella. Para completar la estimulación alargo la mano hasta que mi dedo medio se coloca encima de su entrepierna y se le escapa un gemido de emoción.
Ya estoy que no puedo aguantar más, y mi mano va al encuentro de sus pechos. Los tiene bien duros, potentes y con unos pezones erizados por la excitación. Se quita la camiseta y me los muestra para mi deleite.
Nos damos un beso en la boca que certifica nuestro deseo de fundirnos en uno solo. Nuestra pasión explota… ya nada puede pararnos
De un manotazo le bajo los pantaloncitos, hago que se siente sobre el lavabo y rodee mi cintura con sus piernas. Busco su sexo, mi polla entre sus piernas y encuentro su raja ardiente y mojada.
Empujo y toda mi polla se pierde dentro de su coñito. Guau!!! Eso es superior!!
Ella se inclina aún más sobre el lavabo. Ahora mi polla entra y sale como un zepelín. Alargo las manos para alcanzar sus pechos, los acaricio al tiempo que bombeo con fuerza contra las nalgas.
Después de un mete y saca frenético que dura varios minutos, ella empieza a gemir como una loca. Temo que nos escuche alguien, pero eso no me detiene y sigo empujando fuerte y con ritmo.
Estoy a punto de correrme, ella culea con mucha fuerza buscando con ahínco ese último estimulo que le provoque su orgasmo. Yo ya no puedo continuar más sin correrme, no quiero que esto termine así… quiero que ella se corra también…
Cambiamos de postura, me siento sobre la tapa del inodoro, con la polla bien parada orientada hacia el techo. Veo a mi sobrina como se acerca, como pone su vientre a la altura de la cara, apoya sus manitas sobre mis hombros, separa las piernas y se sienta sobre mi regazo como si fuera una diosa.
Mi polla ha encontrado la entrada a su vulva y se ha ido clavando al tiempo que ella iba descendiendo su pubis. Nos volvemos a encontrar en un largo beso, que termina al echarse un poco hacia atrás para ponerme las tetas delante de la boca.
Una rápida lamida de los pezones, da prólogo a un lento e intenso sube y baja de las caderas de mi sobrina. Pronto se convierten en un intenso galope, valiéndose de que tiene apoyados los pies firmemente en el suelo y que con sus manos se agarra a mi cuello.
Ahora es Davinia la que lleva las riendas, quien marca el ritmo y la amplitud. La veo saltar y brincar sobre mi, sus tetas se bambolean justo delante de mi ojos. Se inclina hacia delante, y luego hacia atrás haciendo un movimiento acromático mientras se sujeta cogiéndome del cuello.
Pongo las manos debajo de las nalgas y le ayudo en el movimiento ascendente, permitiendo que se deje caer sobre mi con fuerza, para luego repetirlo una y otra vez, hasta que empieza a gemir, sacudir la cabeza descontrolada y a gritar que está viniendo su orgasmo.
Cuando llegan sus contracciones, y sus gemidos más profundos, aprieto los muslos y dejo que mi semen salga hacia su vagina. Mi sobrina se abraza a mi cabeza, me besa compulsivamente en las dos mejillas, en la boca repetidamente. Uhmmm que experiencia tan rica!!!
Tras reposar unos minutos abrazados, mi polla se va retrayendo lentamente, liberando la presión sobre su sexo. Es el momento de darnos una ducha para empezar un nuevo dia con mucha energía y alegría.
Deverano.