Me dominaron por primera vez

Una amiga de mi madre me domina y me hace su esclavo.

Todo comenzó cuando tenía 14 años; como es normal en esa etapa vivía pensando en sexo cada momento que podía y me masturbaba cada vez que tenía la oportunidad viendo páginas porno en Internet y con las revistas que nos prestábamos entre los amigos. Aunque físicamente me desarrollé bastante rápido y parecía bastante mayor de lo que era en aquel entonces, todavía era muy inexperto con las mujeres y mi experiencia con ellas se limitaba a las veces que me había besado con una ennovia del colegio y a lo poco que pude manosearla por encima de su uniforme.

Un día que estaba solo en mi casa viendo páginas porno por Internet, me llamo la atención una que mostraba fotos de hombres siendo sometidos por mujeres, así, eran varias fotografías con hombres en posición de perrito, con una cadena al cuello y lamiendo los pies de sus mujeres, también había varias en las que les lamían la vagina y el culo y otras en las que eran amarrados por sus amas para que les hicieran todo tipo de cosas. Al principio esto me sorprendió pues nunca había visto este tipo de cosas, pero luego al seguir buscando esta clase de material me excitó mucho y en las noches no podía dejar de pajearme pensando en todas las cosas que había visto.

La verdad nunca fui capaz de contarle a nadie lo que me llamaba la atención, menos aun a mi novia de ese momento pues nuestros encuentros se limitaban a besarnos y muy de vez en cuando que lograba meter mi mano entre su falda para tratar de excitarla o entre su camisa para sentirle sus senos, sin embargo mi interés por la dominación femenina crecía a medida que veía mas páginas porno, leía relatos al respecto y me metía en chats de sado y de bondage donde hablé con varias personas que compartían mis gustos, aunque todas vivían en otros lugares por lo que tener algún encuentro era muy difícil.

Un día mi madre me pidió el favor de ayudar a una amiga suya que acababa de mudarse a Bogotá, ella aunque era colombiana, venía de Estados Unidos donde vivió algunos años hasta que se divorció y volvió al país para volver a empezar sus cosas, a mi no me agradaba mucho la idea porque iba a desperdiciar toda la tarde del sábado moviendo cajas y muebles, mientras todos mis amigos se estarían divirtiendo. Cuando llegue a su nueva casa me saludó, yo la verdad no me acordaba bien de ella porque hacía mucho que no la veía, pero ahora me llamó mucho la atención.

-Hola Juan que bueno que viniste a ayudarme, hacía mucho que no te veía, ahora ya estás hecho todo un hombre- me dijo mientras me abrazaba cariñosamente.

Yo la saludé torpemente porque me quedé bastante nervioso al verla, Maria, se llamaba; tenía unos treinta y cinco años, era de piel blanca, pelo castaño, ojos verdes y tenía un cuerpo espectacular, muy buenas tetas, el culo parado y firme y su mirada transmitía cierta malicia que llamaba mucho la atención, yo estaba medio hipnotizado viéndola sin saber que decir, hasta que me hizo pasar y me mostró su nuevo apartamento, y todos los muebles y cajas que le acababan de llegar.

Estuve toda la tarde ayudándole a organizar las cosas, pero a cada momento que podía me quedaba viéndole el culo que se le marcaba en los jeans tan apretados que tenía y que cuando se agachaba dejaban verle las tangas que tenía puestas, también cuando se agachaba su camiseta le dejaba ver por el escote las tetas mas espectaculares que había visto, así pasó el tiempo hasta que ya era de noche y llevábamos bastante adelantado el trabajo, en un momento ella se me acercó y me dijo:

-Juan, tu debes estar cansado, que pena haberte arruinado todo el sábado-

-No te preocupes lo hago con mucho gusto- le dije, -es mas si quieres mañana puedo venir a ayudarte para terminar de arreglar todo- me sonrió y me dio las gracias.

Así ya me había asegurado de volverla a ver el día siguiente en la mañana, esa noche me masturbé varias veces pensando en María, en su mirada e imaginando que me hacía su esclavo y me obligaba a hacerle toda clase de cosas.

El domingo llegué a las diez de la mañana a su casa, Maria estaba espectacular, tenía puesto unos pantalones que se le pegaban y le forraban el culo completamente y una camiseta blanca ajustada que dejaba ver la silueta de sus tetas y la forma de su brasier, me quedé viéndola por un rato mientras me sonreía con esa mirada que me tenía loco, obviamente se dio cuenta de que me quedé embelesado con sus tetas, ella apenas se sonrió y me hizo pasar, mientras me ponía rojo de la vergüenza al darme cuenta de que me había descubierto como la veía. Le ayudé a instalar los electrodomésticos, a armar su cama y a cuadrar unos muebles, a eso del medio día me dijo que saldría a comprar comida ya que tenía la nevera funcionando y que iba a aprovechar para comprarme algo para comer, cuando salió terminé de instalarle su televisor y me fui a conectarle su PC, como conozco bastante de computadores lo hice rápidamente y aproveché que tenía un tiempo a solas para buscar entre sus cosas, abrí sus cajones y encontré sus tangas, así como varias fotos de ella en la playa, no podía mas estaba muy excitado y tendría que masturbarme en ese instante, así me senté frente al PC abrí la página de dominación que siempre veía y me comencé a masturbar con sus tangas en mi nariz y mi boca.

Estaba con los pantalones en los tobillos, masturbándome con los pantys de Maria, viendo unas fotos de un hombre amarrado a las esquinas de una cama mientras la mujer, que tenía puesto un antifaz y un vestido de cuero lo sodomizaba con un vibrador, cuando sentí que me tocaban en el hombro, rápidamente me voltee y vi a María que había entrado sin que me diera cuenta, me quede paralizado mientras ella me veía con los ojos muy abiertos, en ese momento no pude decir nada, porque no había ninguna disculpa posible para lo que pasaba

-Así que eso es lo que te gusta??

-p p… perdóname- fue lo único que se me ocurrió decir

-No me has contestado mi pregunta Juan, eso es lo que te gusta?-

-si- me limité a decir sin ser capaz de mirarla a la cara.

-Que conveniente, hace rato que no tenía la oportunidad de ver una cosa de estás- me dijo

-levántate y desnúdate- me ordenó

Muy lentamente lo hice, hasta que estuve de pie frente a ella, con una erección enorme pero temblando de los nervios, ella se me acercó y me dio la vuelta examinándome, -no estás nada mal- me dijo mientras me tocaba las nalgas y agarraba con fuerza mi verga, se me acercó al oído y me dijo:

-te voy a hacer mi esclavito, harás todo lo que te diga, si no tendré que castigarte, cierto que no me harás castigarte??-

-no- le contesté, de repente sentí un apretón en mis bolas que me dolió bastante.

-no, mi ama, entiendes esclavito pajizo?- -si, mi ama- corregí, me miró asintiendo con su cabeza y sonriendo maliciosamente, sus ojos verdes con su pelo castaño la hacían ver mucho mas imponente

-haré todo lo que usted me ordene, mi ama- le dije, ella me miró a los ojos y me dijo:

-muy bien perrito, entonces vamos a mi cuarto para prepararte-

Me tomó de la mano y me llevó hacia su cama donde me ordenó que me acostara y no me moviera, me dijo que cerrara los ojos, de los nervios lo hice pues no deseaba incumplir ninguna de sus ordenes, de repente sentí algo frío en mi verga, traté de reaccionar, pro oí su voz que me decía –ni siquiera lo pienses perrito- entonces seguí acostado en su cama, con mis manos y piernas abiertas y los ojos cerrados, luego me di cuenta que ese frío era espuma de afeitar y que me estaba quitando todo el vello púbico, luego me ordenó que me pusiera de espaldas y sentí como abría mis nalgas y me arrancaba los pelos del culo, no se como pero pude aguantar el dolor, lo cual debió haberle gustado a mi ama porque luego me puso un lubricante en toda esa zona.

-ahora puedes abrir los ojos esclavo- abrí mis ojos y me di cuenta que estaba como un bebe, sin ningún pelo en la verga ni mis bolas, pero totalmente excitado y también vi como mi ama se había quitado todo menos su ropa interior y esperaba sentada al frente de la cama en un sofá. –ven, esclavo, como el perrito que eres al frente de tu ama- baje de la cama y me fui a cuatro patas hasta donde Maria se encontraba, -perrito limpia bien los pies de tu ama- me ordenó, me puse a lamer sus pies como me había dicho mientras la excitación ya me hacía doler la verga, traté de mandar una mano a mi verga para masturbarme pero María se dio cuenta de ello y solo sentí un golpe en el culo y su voz que me decía –niño malo, tendrás que ser castigado, súbete a mi regazo y no hagas de esto algo peor- como pude me puse en su regazo con el culo hacia arriba, -dame tus manos para que estas cosas no vuelvan a suceder- diciendo esto me ató las manos a la espalda y comenzó a azotarme con un cinturón.

Al principio pensé que iba a ser una especie de juego, pero sus azotes me estaban doliendo bastante, me quejé y solo sentí que me introducía una media en la boca para que me callara, -eso te va a costar 30 azotes mas, y entre mas te quejes mas te daré- así contó cuarenta azotes mientras me retorcía del dolor, pero el roce de mi verga con su pierna me excitaba y casi me hacer correr, cuando terminó, tenía mi culo rojo y ardiendo, pero mi erección seguía enorme y difícilmente podía controlarme para no eyacular.

María se levantó y me tiró hacia su cama, -ahora hazme gozar esclavito, tu culo depende de ello- se quitó las tangas y se puso a horcajadas sobre mi cara, -lámeme bien cabrón- me dijo y me puso su vagina en mi boca para que se la chupara, yo estaba como un enloquecido chupándole y comiéndome todos sus jugos, aunque me dolía la posición en que tenía las manos, atadas a mi espalda soportando todo mi peso, no me importaba y le seguía comiendo el coño, enterrándole mi lengua y el clítoris como un demente, de pronto se giró y puso su ano contra mi cara, igual lo chupe con la misma intensidad que antes lo hacia en su vagina, María se empezó a mover muy fuerte y se vino sobre mi cara en un orgasmo enorme, trague todos sus jugos y relamí hasta que su ano y su cuca quedaran muy limpios, se levantó de mi cara y me observó con cara de estar complacida –muy bien perrito, sabes como poner feliz a tu ama, ahora te daré un premio- me volteó boca abajo y se fue hacia el baño, como estaba atado no vi cuando llegó, pero sentí que sus manos me acariciaban, subieron por mis piernas hacia mi espalda y me levantó el culo haciéndome apoyar la cabeza contra la cama, María comenzó masturbarme suavemente, mientras yo disfrutaba, -te gusta?- me dijo al oído, -mucho mi ama- le contesté, -ok ahora si te voy a dar tu regalo- quede un momento en duda, pues creí que la paja era el regalo.

De pronto sentí húmedo mi culo, María me estaba untando vaselina en el ano, esto era algo totalmente nuevo para mi, pero me estaba gustando bastante, mientras me acariciaba introducía levemente su dedo, luego lo estaba metiendo y sacando del todo, me estaba culeando con su dedo pero a mi me gustaba, luego me metió otro y mas tarde otro y seguía follándome con sus dedos, -te gusta- me susurró en el oído, -si mi ama- contesté.

-dime que te encanta como te culéo perrito-

-me encanta como me culeas ama-

-pues ahora si te voy a culear- me dijo, Maria me volteó, ató mis manos a la esquina de la cama y sacó un vibrador con un arnés y se lo puso, acomodó un cojín bajo mis nalgas y levantó mis piernas hacia el techo, apuntó el vibrador a mi culo y me lo metió de un solo movimiento, al principio me dolió un poco, pero como ya me había culeado con los tres dedos, el dolor pasó rápido y dio paso a un placer enorme, me sentía totalmente suyo mientras estaba embelesado viéndole sus tetas y su cara de depravada mientras me culeaba, un espejo que había tras ella me dejaba ver como se metía el dedo en el culo al tiempo que me penetraba con el dildo, con su otra mano me empezó a masturbar con fuerza, me dolía algo, pero la excitación era tan grande que no iba a poder aguantar mas.

-me voy a venir ama- le grite

Se sonrió y me dijo –córrete tranquilo perrito, te lo has ganado- ahora si con su orden me vine como nunca antes lo había hecho y tuve el orgasmo más fuerte que recuerde.

Esa noche me fui para mi casa y aunque me dolía un poco el culo no veía la hora de volver a donde mi nueva ama Maria, pero eso será en otra ocasión.

Pd: si te gusta la dominación femenina o quieres decirme algo acerca de mi relato, escribeme a xlavex2003@yahoo.com