Me dominaron por primera vez (2)

Maria me domina otra vez.

Me dominaron por primera vez (2)

Habían pasado dos semanas desde mi primera vez cuando María me dominó, desde ese día había tratado de comunicarme con ella en varias oportunidades pero siempre colgaba el teléfono cuando se daba cuenta que era yo el que la llamaba, o se negaba con el portero de su edificio las veces que me animé a ir hasta su apartamento, mientras tanto yo no hacía mas que pensar en ella y solamente podía masturbarme a cada rato viendo las páginas porno de sado, acordándome de cómo me había sometido e imaginando que la de las fotos era María.

Un día al volver del colegio y llegar a mi casa me encontré en la sala de mi casa a María conversando con mi madre, me quedé paralizado y muy nervioso en la puerta al verla, mi mamá al verme entrar me saludó y me dijo:

–Mira Juan quien ha venido a visitarnos, ven y saluda a María-

Lentamente me acerqué y en voz baja le dije hola, mientras me quedaba viéndola, estaba espectacular, tenía el pelo suelto una camiseta negra ajustada, la cual le forraba sus tetas increíblemente y tenía puestos unos jeans negros muy ajustados. Sonriéndome se levantó, me abrazó y le dijo a mi madre, -tu hijo es encantador, no sabes todo lo que me ayudó cuando me estaba mudando, no se como podré agradecerle- yo seguía en silencio sintiendo sus enormes tetas pegadas a mi cuerpo mientras me abrazaba, -no fue nada- fueron las únicas palabras que logre musitar mientras mantenía baja mi cabeza sin ser capaz de mirarle a los ojos, como pude me voltee y me dirigí hacia mi cuarto sin saber que pensar.

Al poco rato sentí que mi madre me llamaba, bajé y vi que María ya se marchaba, me acerqué hacia ella para despedirme en la puerta me abrazó efusivamente pegando nuevamente sus tetas contra mi, y mientras mi madre le abría la puerta me introdujo un papel entre el bolsillo, finalmente se despidió de mi mamá y se marchó. Me dirigí a mi cuarto para ver el papel, aunque la excitación no me dejaba leer, cuando por fin me calmé, solo vi que el papel decía "mañana 8 p.m. ni un minuto tarde", a partir de ese momento no pude concentrarme, ni pensar en cualquier cosa que no fuera en lo que pasaría el día siguiente donde María, en la noche no pude dormir bien y cuando lo lograba me soñaba con ella.

Esa mañana me levante temprano para prepararme, me encerré en el baño y me afeite la verga y las bolas como sabía que a María le gustaba, no le pasé al teléfono a ninguno de mis amigos ese día y le dije a mi mamá que no estaba para nadie porque tenía mucho que estudiar, durante todo el día estuve encerrado en mi cuarto pensando en que sería lo que iba a pasar con María, que me iría a decir por haberla buscado a su casa y por llamarla, si me dominaría otra vez o si me diría que no la molestara nunca mas, al fin después de esperar durante horas que me parecieron siglos vi que se acercaba la hora y me marché.

Obviamente llegué a su apartamento un poco antes, pero esperé afuera hasta que fueran las 8, a esa hora timbré en su edificio y me hizo subir a su apartamento, al tocar a su puerta mi corazón estaba muy acelerado, de repente abrió su puerta y me quedé petrificado, tenía puesto un vestido entero con minifalda de cuero negro, tacones, el pelo recogido en una cola de caballo y tenía una mirada que me congelaba la sangre, -sigue- me ordenó, lentamente fui ingresando con la cabeza baja y me dijo, -veo que llegaste a tiempo, eso me gusta esclavo, ahora a cuatro patas que tengo que aclarar las cosas contigo-, en ese momento me quedé frío y voltee a mirarla para saber que pasaba, ella me miró fijamente y mandó su mano a mis bolas apretándolas bastante duro lo que me tumbó del dolor.

-te dije que te arrodillaras, no oíste?-

Desde el piso solo pude decir-si, lo lamento- mientras me ponía a cuatro patas como me había ordenado, en ese momento volví a sentir el apretón en mis bolas –lo lamento que??-

-lo lamento mucho mi ama, no volverá a suceder, se lo aseguro-

-eso, así esta mucho mejor, ahora ven detrás de mí- me dijo en un tono más calmado, ella se dirigió hacia la sala donde se sentó, mientras yo la seguía a cuatro patas, cuando estuve a sus pies me dijo:

-vamos a dejar algo muy en claro, yo soy tu ama y tu mi esclavo, por lo tanto solamente yo decidiré cuando nos veremos, así que no te atrevas a llamarme o a venir aquí sin mi permiso, lo entendiste??-

-si mi ama- le contesté

-me imagino que sabes que te voy a castigar por haberte atrevido a venir sin que te lo hubiera ordenado?-

-si mi ama, la verdad me lo imaginaba-

-muy bien perrito, eso me gusta, ahora para no alargar mas las cosas desnúdate de una vez-

Inmediatamente me comencé a desnudar, mientras mi ama me observaba sentada en el sofá y sonreía, ella se daba cuenta que ni siquiera tenía que gritarme o alzarme la voz, pues yo sería incapaz de desobedecerla, simplemente no tenía la fuerza de voluntad para resistirme ante una mujer así, cuando estuve desnudo me dijo –veo que te afeitaste como a mi me gusta, eso te ahorrará algo de tu castigo- en ese momento respiré aliviado, -date la vuelta- me ordenó y quedé de espaldas a ella, sentí como sus manos acariciaban mis nalgas y luego me las abrían

-vaya vaya, se te olvidó depilarte el culo, definitivamente siempre tengo que hacer todo yo, ponte en cuatro- me volvió a ordenar, y así lo hice, creo que ella esperaba esto porque ni siquiera se paró al baño a recoger nada sino que inmediatamente sentí como me untaba una especie de cera en el culo y de un jalón me arrancaba todos los pelos, el dolor fue bastante fuerte, no pude aguantarlo y grité, en ese momento sentí un azote en el culo, al cual siguió otro y luego otro mas, en total fueron alrededor de treinta azotes los que me dio María, aunque fueron bastante fuertes me contuve y no grité ni una sola vez.

-ya vas aprendiendo, dame las gracias por el castigo que te acabo de dar esclavito-

-gracias ama- fue lo único que pude decir mientras el ardor en las nalgas me mataba

-aunque no creas que ya se acabó tu castigo, sígueme- me ordeno mientras se dirigía a su habitación, una vez allá me ordeno que me tumbara boca arriba en su cama, así lo hice y ella me amarró las muñecas y los tobillos a las esquinas de la cama, ella al ver mi erección se sonrió y me dijo –sigues igual de pajizo mi perrito, me voy a encargar de que entiendas que de ahora en adelante solo te correrás cuando te de permiso-

En ese instante se levantó y se dirigió hacia una gaveta, de allí saco una vela, se quitó el vestido de cuero quedándose tan solo con su ropa interior negra y se sentó sobre mi pecho, prendió la vela y comenzó a regarme la cera caliente en el pecho y a reírse mientras me hacia eso, el dolor era bastante intenso, pero lo aguante como pude, pero por otro lado mi erección seguía gigante al sentirla encima mío y verla semidesnuda, su cuerpo era espectacular y su brasier casi no podía contener las tetas que parecía que se le fueran a salir, además sentía su tanga mojado sobre mi abdomen, por lo que supuse que ella también estaba disfrutando este juego. Al comienzo me regó la cera caliente sobre mis tetillas, pero poco a poco fue bajando, al llegar a mi ombligo pensé que pararía, pero no sucedió y siguió bajando hacia mi verga, en ese momento se detuvo y me miró con una sonrisa maliciosa y me regó la cera en la verga, el dolor fue terrible y no pude contener el grito, mientras ella solamente se reía.

-espero que hayas aprendido la lección-

-si mi ama, le juro que no volverá a pasar- le dije

-bueno ahora déjame ver que tenemos aquí- me dijo mientras me acariciaba y me besaba la verga, con cuidado me quitó la cera y tras ponerse crema en la mano me empezó a masturbar, debido a lo excitado que estaba no me demoré en volver a tener la verga a mil y a comenzar a retorcerme, -no se te ocurra correrte- me dijo mirándome a los ojos, me concentré para durar el mayor tiempo posible pero a los pocos minutos le advertí –ama me corro, por favor- a lo que ella solo respondió apretándome las bolas tan duro que inmediatamente me contuvo la eyaculación.

-bueno perrito ahora si me vas a demostrar si eres un verdadero esclavo- me dijo mientras me desataba, -si no aceptas lo que voy a hacer te dejaré ir pero nunca mas te volveré a ver, es tu decisión- me dijo mientras acercaba un hierro a la llama de la vela –te voy a marcar el culo con mis iniciales para que siempre sepas que seré tu dueña, que dices?-

-acepto mi ama- le dije casi sin pensarlo, esa era la mujer mas excitante y que mas placer me había dado y no iba a decirle que no a nada.

-me encanta tu respuesta perrito, solo por eso te voy a volver mi putita, cierto que quieres ser mi putita esclavo?-

-si mi ama, quiero ser tu putita-

Sonriendo me hizo ponerme boca abajo y cuando el hierro con sus iniciales estaba rojo me lo puso en la nalga derecha, el dolor fue insoportable pero enterré mi cabeza entre la almohada para no gritar, cuando pasó sentí que mi ama me ponía una crema humectante en la marca y me decía –me encanta tu obediencia, ya vas a ver el premio que te doy- me dijo y me volteó nuevamente boca arriba, tras eso comenzó a besarme el pecho y fue bajando lentamente hasta llegar a mi verga, la cual me empezó a mamar como una diosa, me la chupaba muy fuerte y mientras me comenzó a meter un dedo por el culo, a mi me gustaba bastante por lo cual me relajé y ella me lo pudo meter completamente, luego de un rato de estarme chupándome la verga y chuleándome con su dedo me metió otro mas, yo ya estaba gimiendo y a punto de correrme cuando Maria se detuvo y me dijo:

-no creas que te vas a correr todavía, siempre está primero tu ama, lo entiendes?- asentí con mi cabeza y ella se quitó las tangas dejando su coño rasurado ante mis ojos, yo ya sabía que debía hacer por lo que me abalancé sobre ella para lamerla toda, enterré mi lengua en su vagina y chupé como un maniático –eso perrito, tu sabes como complacerme- me dijo mientras se pellizcaba los pezones y se retorcía, yo seguía recorriendo con mi lengua todos los rincones de su vagina y presionando su clítoris, tras un rato concentrado en mi labor, sentí como María convulsionaba y se venía en un orgasmo enorme, yo bebí todos sus jugos y seguí chupando hasta que no quedaba nada.

Tras semejante corrida creí que ella quería descansar un momento, pero cual sería mi sorpresa cuando la vi ponerse boca abajo y levantar sus nalgas y con una voz ronca de la excitación me ordenó –cómeme el culo, rápido- yo le cogí suavemente sus nalgas y las abrí, ante mi estaba su ano, rosadito y totalmente cerrado, de solo verlo casi me corro, acerqué mi lengua a el y comencé lamiendo lentamente sus bordes, besando sus nalgas mientras que con mis manos jugaba con sus tetas y su clítoris, al oír sus gemidos, aceleré el movimiento de mi lengua alrededor de su culo y ligeramente presioné para que el esfínter cediera, cuando se abrió metí completamente mi lengua y la moví en círculos mientras que mis manos trabajaban en sus pezones y en su vagina con una mayor fuerza, no pasaron ni cinco minutos de estarle comiendo el culo a mi ama cuando la sentí retorcerse como una posesa y mientras gritaba con todas sus fuerzas -me corro, me corro…- se vino en otro orgasmo mas fuerte aún que el anterior.

-excelente esclavo, ahora si te mereces una recompensa por complacer a tu ama como se debe- me imagine que terminaría la mamada que me estaba dando hace un rato, pero ella me dijo:

-te acuerdas que me dijiste que serías mi putita?-, -si, mi ama- le dije, -pues tienes que verte como una, ven acá- me ordenó, me levanté tras ella, con la verga a punto de estallar cuando la vi coger sus tangas y su brasier, -póntelos- me dijo, la verdad no me lo esperaba pero solo con verla desnuda no fui capaz de negarme, me los puse y mi excitación creció al sentir sus tangas mojadas y mi verga erecta que no cabía bien en ellas, nervioso y sin ser capaz de quitarle la mirada de su vagina depilada que goteaba todavía sus jugos, temblaba con la idea de que quería penetrarla de una vez por todas. En seguida María se dirigió a su closet y sacó un vestido de flores para que me lo pusiera, era bastante holgado por lo que me lo puse fácilmente, después se dirigió al baño con su estuche de maquillaje, me pintó los labios de rojo, me puso sombras en los ojos de un color que realmente me hacían ver como una puta, finalmente me puso unos tacones y aretes. Mirándome y sonriendo me dijo:

-ahora si eres mi putita, y como mi putita, te voy a culear, quieres que te culee, dime perrito?-

De lo excitado que estaba solo le pude decir -culeame ama, por favor- le dije temblando y con la verga a mil excitado por todo lo que me estaba haciendo, sonriendo se dirigió de nuevamente a su closet y sacó un arnés con un dildo de unos veinte centímetros, se lo puso diciéndome mira bien con lo que te voy a culear, yo lo vi y aunque me asustó el tamaño que tenía, quería sentir como María me follaba nuevamente, cuando ya lo tenía puesto cogió el tarro de vaselina se untó bien los dedos y me dijo:

-ahora si putita abre bien las piernas y pon las manos sobre la cama- así lo hice quedando a espaldas de ella, en ese momento sentí que me alzaba la falda y con su mano me corría el hilo dental del culo mientras que con la otra me untaba la vaselina en el ano, así estuvo por un momento metiéndome sus dedos lentamente, después de que tenía tres dedos adentro los sacó y me introdujo el dildo poco a poco, al principio dolió pero tras dos empujones suaves entró completamente y María comenzó a culearme y a masturbarme al mismo tiempo, mientras bombeaba me masturbaba sobándome la cabeza de mi verga, y mordiendo mis orejas mientras me decía en voz baja en el oído, -yo se que te encanta que te culee perrito, cierto que si?-, -si mi ama- le dije jadeando, en ese momento María aceleró el ritmo con que me culeaba y me masturbaba y no pasó ni un minuto cuando me empecé a convulsionar y a correrme como nunca antes, el semen alcanzó varios metros al salir de mi verga, -eso esclavo córrete que te lo has ganado- me dijo al tiempo que me sacaba el dildo, -ahora limpia todo y vete-, me ordeno, -si te necesito te buscaré-.

Gracias por cualquier comentario o a gente que le interese la dominación femenina, especialmente en Colombia

xlavex2003@yahoo.com