Me dieron mi posada

Me dejé llevar por la lujuria y el alcohol, y terminé en brazos de mi suegro.

Me dieron mi posada

Gracias por el espacio para este relato y disfrútenlo. Esto que les cuento sucedió el viernes 19 de diciembre 2003 en casa de mis suegros donde vivimos con ellos; fue una posada familiar y con algunas amistades. Todo sucedió como corresponde a una buena posada: baile, comida, piñatas, etc.; todo salió normal y muy padre

Al paso de las horas unos se van otros se quedan, en fin. Las bebidas y el baile comenzaron hacer efecto en nosotros, y como a las cuatro de la mañana, quedábamos mi esposo y yo, con mis suegros. Ellos son jóvenes, tienen 41 y 48 años; mi suegra es la clásica mujer caderona y muy nalgona, y él fue luchador de lucha libre; es muy fornido y fuerte, y casi siempre quiere demostrar lo fuerte que está.

Pues ahí estábamos tomando tequila y whisky cuando mi suegra se fue quedando dormida en el sillón, cansada de tanto bailar y el tequila ingerido. Mi suegro procedió a tomarla entre sus brazos y la subió a su recámara para dejarla descansar; al menos eso pensamos pero no fue así… Como hacia un poco de frío, después de unos minutos en que mi suegro subió, le dije a mi esposo Felipe:

Voy por un suéter, ¿quieres que te traiga uno?... –

No-

Así que comencé a subir las escaleras, y me costó algo de trabajo por que la verdad ya me sentía algo peda. Para llegar a nuestro cuarto tengo que pasar por el de mis suegros, y al pasar estaba la puerta entreabierta, cuando de pronto escuché:

Ahora si mamita, este culito va ha probar verga… -, dijo mi suegro, nalgueando a mi suegra.

Al escuchar eso, me regresé muy despacio y en silencio me asomé por la orillita de la puerta y ¡guau!, mi suegra estaba acostada sobre la cama bocabajo, con el vestido a la cintura y con una almohada debajo de su cadera, bien empinada y mostrando su redondo trasero. Mis ojos se abrieron por completo y no pude gemir un poquito, pues ella inconsciente, estaba esperando a su macho con las nalgas empinadas… Mi suegro con los pantalones en los tobillos tomó la pantaleta de ella y se la arrancó de un jalón, mi suegra ni signos de vida dio. Nunca había visto a mis suegros así, y la verdad lo que veía no lo creía

Ella tenía un culote más grande de lo que imaginaba, pero bien duro nada flácido, mi suegro le dio dos sonoras nalgadas, e imagínense el tamaño de sus manos por ser luchador; eso sonó muy duro:

¡Flojita y cooperando, cabrona, que ahí te va la verga!... -, le abrió esas tremendas nalgotas y le escupió el ano a mi suegra.

Con sus dedos le expandió el anillo trasero y me dejó pasmada cuando liberó su increíble verga, una maravilla como de 12cms pero del grueso de una botella de cerveza o más; mis ojos se abrieron por la sorpresa y de mi boca salió una exclamación muy suave… Mi cosita empezó a lubricarse en cosa de segundos.

Mi suegro tomó su falo y lo dirigió al suculento ano de mi suegrita, que al sentir la gruesa ñonga de su marido, que se la clavó de un solo golpe, exclamó algo entre balbuceos y gemidos. Él comenzó a darle duro, jalándola de las caderas para hundirle todo su palo hasta la empuñadura, en un vaivén frenético y lujurioso, cogiéndosela como un loco de verdad, con furia y calentura… Ya para ese momento tenía mi cuca escurriendo y sin siquiera tocármela; estaba en ese punto en donde no quieres otra cosa que una verga bien parada, clavada en tus entrañas.

Así que seguía y seguía viendo, y él, cogiéndosela a todo vapor. Era un espectáculo de locura, y veía claramente como entraba esa cosota en el culo de mi suegra; hasta que de pronto gritó mi esposo:

¡Tráeme un suéter también!... -, mi suegro volteó hacía la puerta y me vio ahí con media cabeza observando como se cogía a su esposa.

Me quedé helada y mi vista se fue directo a esa vergota que oscilaba con vida propia; ahora la podía ver en toda su plenitud, y era increíble lo que veía, pues jamás había visto algo parecido, y sobre todo que entrara en un orificio tan estrecho, como es el culo. Comenzó a caminar hacia a mí, de inmediato caminé aprisa hacia nuestro cuarto y le respondo a mi marido que en un momento bajaría

Abrí la puerta y la cerré rápido, mi corazón esta a mil por hora, mis tetas paradas y puntiagudas, mi panocha escurriendo néctar y ahí me quedé callada y sin moverme. Sin embargo quería bajar, así que abrí la puerta y nada, el pasillo vacío cierro, voy al baño me levanto el vestido, limpio mi raja aún estaba muy excitada; tomé los suéteres y salgo muy lento, sin hacer ruido. Bajé como pude y llegué nuevamente a la sala. Me tomé mi copa de un jalón, me serví otra igual, y de un jalón me la bebí.

Mi esposo ya estaba perdido en su sueño, y en esos momentos me entraron unos nervios de solo imaginarme que estaría a solas con su padre. En eso veo que baja mi suegro, rápido me siento al lado de mi marido y mi suegro con una mirada muy cachonda que nunca le había visto, se servio una copa y se la tomó:

¿Quieres que lo subamos a dormir?-, dijo refiriéndose a su hijo.

Ahí fue cuando todos los nervios me invadieron, todo me temblaba y todavía contesté que sí. Lo levantó igual que a mi suegra, y como si de una pluma se tratara lo cargó y lo llevó a nuestro cuarto. Me quedé sola y con el corazón a punto de salirse de mi pecho. Me serví otro tequila y adentro, luego unos tragos más, hasta que sentí que él ya estaba de regreso.

Listo, ya esta en su cama y bien dormidito-

Todo me comenzó a dar vueltas, todo me temblaba; mi vagina escurría a todo lo que daba. Él se sirvió otro whisky y me dijo:

¿Quieres que te lleve a tu cuarto?... –

Si por favor, ya que me siento muy mareada-

Me jaló con un solo brazo, me cargó y vamos para arriba, solo veía el techo de la escalera y luego el del pasillo. Llegamos al cuarto me baja a la orilla de la cama, me voltea y me acuesta igual que a mi suegra. « ¡No esto no es posible!... » , pienso yo.

Acercó una almohada, me levantó el trasero y la metió debajo de mi cadera quedando con mis nalgas al aire; me subió el vestido, veo la expresión de lujuria reflejada en su rostro al ver mis ricas nalguitas enmarcadas por mi pantaleta y la protuberancia de mi pubis. No estoy tan nalgona como mi suegra, pero tengo lo mío; sobre todo unas pompas duras y apetitosas que despiertan los más bajos instintos en mi marido; quien en la misma cama completamente perdido, ignora lo que su papá pretende conmigo.

Ahora te tocará a ti sentir lo que viste-, dice mi suegro y me arrancó la tanga de un zas

Me jaló hacia él, que se desabrochó el pantalón, se los baja y volteo de reojo y veo esa vergota apuntándome. Me abrió de piernas y la colocó en la entrada de mi pucha, cuyos labios hinchados y ansiosos como nunca, esperaban el contacto. Sentí una energía que me invadía todo el cuerpo, yo ya escurría mucho y mis deseos eran ser traspasada por esa tranca. Cuidadosamente apuntó la cabezota y a dentro, su palo comenzó a invadir mi cavidad. ¡Misión imposible, era demasiada verga para mí!...

Le di una mordida en la colcha de la cama y mis uñas se agarran a las sábanas mientras sollozo como una puta; él sigue entrando y mis gemidos los doy a todo lo que mis pulmones dan, claro, amortiguados por las sábanas; siento su pelvis y huevos pegar con mi redondo trasero y me complazco al saber que fui capaz de comerme semejante verga. Mi suegro sigue en lo mismo, cañoneándome con su cosota como loco furioso y caliente

Tengo un mega y súper orgasmo que no tiene ninguna salida debido a ese tremendo pito que no deja salir mis fluidos. Pienso lo rico que debe sentir mi suegro, al sentir como le exprimo la verga con mi rajita, él saca su verga y así puedo terminar rico.

¡Ay hija, mira nada más!, ya me mojaste los pantalones-, no sé hasta donde llegó mi orgasmo, pero ahí quedé muerta; y si así es la muerte, me morí algunos instantes.

Vuelvo a la realidad cuando vuelvo a sentir su estaca y comienza otra vez duro, duro, rápido y fuerte; y me parecía que con todo esto, estábamos arrullando a Felipe que no se movía ni decía nada, completamente perdido de sueño. Mi suegro seguía con su labor, cogiéndose muy rico a su nuera. Tengo otro orgasmo, pero ahora no me sacó, si no que me la metió más y más rápido, recargando todo su cuerpo sobre mí… La fricción de su verga sobre mi clítoris, hizo que volviera a morder la colcha y a gemir y gritar entre dientes; la verdad creo que hasta me comí la colcha; pero él seguía y seguía cogiéndome

Nena, date la vuelta pues ahora si ese culito va hacer mío-, me volteo como puedo y le digo:

¡No, por favor, por ahí no!... –

Con una sola mano me tomó de la cabeza y quedo con la cabeza clavada en el colchón y con mi redondo culo a su alcance. Me escupió las nalgas y comenzó a sobarme el ano con sus dedos y saliva; me soltó la cabeza y se afianzó a mis caderas y colocó su grueso cabezón en mi culo, ¡me la metió de un golpe!... Ahí si grité, pero una vez que estuve bien enculada, sentí como su pelvis y huevos estallaban en mis nalgas; con eso me retorcí presa de lujuria. Repitió la dosis duro fuerte y rápido, así tuve mi tercer orgasmo, con el golpeteo de sus huevos en mi concha. Hasta ahí me acuerdo… ¿Qué es lo que pasó, que se desmayó?... ♪♫

Sí, así fue… Desperté a mediodía con un dolor en todo el cuerpo, pero lo más increíble fue que seguía con la sensación de seguir bien trabada, como si aún me estuvieran cogiendo; con todo mi culito abierto y lleno de semen. Mi ano destilaba semen hacia mi raja, la almohada también tenía rastros de esperma y sangre

Cómo puede me paré y caminé hacia el baño, tambaleándome y dejando un rastro de semen por toda la alfombra; llegué a la regadera la abrí y dejé caer agua tibia por toda mi espalda, nalgas y culo; todavía me seguía saliendo semen de mi culo. Fue algo que lo escribo y recuerdo y me pongo chinita. Estuve ahí como unos 40 minutos, regresé a la cama por mi bata, moví a mi esposo que seguía perdido, me metí a la cama pero mi culito no cerraba, era un dolor con placer que no hay palabras que lo describan.

Me dormí profundamente, hasta que Felipe me despertó como a las dos de la tarde, y eso porque mi suegro tocó la puerta, se asomó y dijo:

Hijo, ya está la barbacoa… Apúrense a bajar-, me sonrió tan pícaramente que pensé: ¡Ah, qué bárbaro, todavía viene a ver su obra!

Espero les guste y sea de su agrado, y por aquí nos vemos. Vamos a comenzar en la onda SW y ya les contaremos que tal nos va.

Muchas gracias, besitos hasta pronto.

Sonia

swonia31@yahoo.com.mx