Me desvirgó mi mejor amigo (2)
Empezó mi entrenamiento, empezó mi disfrute. sencillamente mi amigo sembró en mi la semilla del placer y el amor.
Me desvirgó mi mejor amigo.
Como les relataba mi amigo se dirigió a la habitación de sus padres, dejándome a mi en la sala, expectante y excitado muy excitado solo de pensar lo que se venía, ahí aguardé por pocos minutos, cuando mi amigo regreso y me dirigió al cuarto de sus padres, indicándome de nuevo que mi entrenamiento como su hembra empezaba hoy, y que como iba a ser su hembra me tenia que empezar a comportar como tal, por lo tanto en la cama iba a conseguir la indumentaria necesaria para que el me poseyera por completo; al oír esto sentí mas excitación que nunca, no solo era seguro que había conseguido macho, sino mi macho al que yo quería y me iba a volver su hembra.
Entré en la habitación y sobre la cama mi amigo había puesto un brasiere, unas pantys, medias pantys que llegaban a la rodilla, y un baby doll negro de la mamá, cosa que confirmó lo que mi amigo una vez me contó que su madre era toda una perra en la cama, y que los padres para matar la calentura compraban películas xxx y ese tipo de cosas; yo entre indeciso y nervioso decidí no echarme para atrás y me mentalice, en que debía complacer a mi hombre, y si eso lo hacia feliz pues yo no me quejaría y lo haría gustoso.
Comencé a ataviarme con la indumentaria y la verdad el verme con todo eso puesto me calentó mucho mas, deseaba que llegara el momento en que mi amigo me desvirgara, en que me convirtiera de su propiedad, de complacerlo y mimarlo como siempre lo había querido hacer, como nunca pensé que lograría hacerlo. Me dirigí a la habitación de mi amigo y ahí me esperaba el arriba de la cama con unos boxers negros, que me permitían no solo apreciar su cuerpo entero sino que destacaban el paquete que en breves instantes sería parte de mi.
Me dirigí hacia el pero con una seña me indicó que me detuviera, yo lo mire expectante y nervioso, por mi cabeza pasaban miles de posibilidades, pero una me congeló pensando que todo había sido una trampa. Sin embargo el me tranquilizo diciéndome que quería que me desvistiera poco a poco, que me contoneara, que demostrara lo puta que era, que lo calentara. Yo ni corto ni perezoso me empecé a contonear a insinuarle mi trasero, me sentía una perra, y el sintió que lo era. Me quite el baby doll y me indico que me detuviera, y que me acostara boca abajo en la cama, yo como la puta que me sentía lo obedecí, me acosté y recibí una nalgada muy excitante, luego me empezó a acariciar, describió lo que repensaba a hacer me pidió que me quitara el brasiere, y como si yo fuera una chica empezó a sobarme las tetillas y a lamérmelas, si antes me tenía en sus manos, ahora me podía poner donde quisiera, me entregue totalmente al papel de su mujercita.
Por segunda vez ese día tuve contacto con ese maravilloso instrumento que muchas veces me inspiro pajas, al cual imaginaba poseyéndome, lo empecé a besar por encima del boxer, y de nuevo empecé a mamarlo con un poco mas de propiedad por la experiencia previa, mi hombre empezó a gemir, pero en el momento en el que yo estaba mas inspirado sintiendo su esencia, me paró, la verdad era un maestro en excitarme; en manejarme a su antojo, en dejarme deseoso de él.
Me ordenó que me pusiera en cuatro, y yo sabía que no había vuelta atrás, que era ese momento que había estado esperando por mucho tiempo, me dijo que jamás había sentido lo que estaba sintiendo por alguien, ya que siempre se había acostado por sexo, pero que aunque esto había comenzado así, la entrega total a la cual yo me había sumido provocaba en el sentimientos de deseo, y un placer que jamás nadie la había otorgado, mi respuesta se limitó a un beso con el cual le expresé todo lo que sentía por el, y fue la firma del momento que estábamos a punto de vivir, en el cual no se distinguía quien estaba mas nervioso; ya que el me aclaró que no quería hacerme daño, pero deseaba de manera desesperada que fuera suyo, pero jamás lo había hecho con un tío. Mi respuesta fue clara y terminó de entregarme, ya que le dije:
-Sencillamente sigue tus instintos y déjate llevar, en este momento quiero consumarme a ti, y el dolor no me importa- nos besamos y mi amigo empezó a darme el mejor beso negro que jamás abre de recordar, ya que aunque era un poco torpe estaba lleno de expectativas, y en mi caso de cierto amor.
Ya estaba algo dilatado y mi amigo colocó la punta de su miembro en la entrada de mi ano, yo estaba preparado para sentir dolor, pero jamás de la manera que lo sentí, ya que sentía que un fierro me atravesaba el trasero y me partía en dos, sentía que me desgarraba poco a poco, sentía que el tiempo pasaba súper lento, que jamás terminaría esa sensación, sin embargo el comentario que tuvo mi hombre conmigo hizo que mi mente se despejará un poco y que me relajara mas, y aunque me seguía doliendo el saber que lo estaba complaciendo y que el estaba disfrutando, aunado a que por fin mi sueño de pertenecerle se había hecho realidad alivianaron un poco la situación.
Mi macho poco a poco iba penetrándome, metiendo y sacando su miembro poco apoco, mientras yo iba pasando el dolor aunque seguía sintiendo un profundo ardor, yo gemía y mi macho repetía cosas como:
-¡Que puto eres no!; ¡Que culo tan rico tienes!; ¡De ahora en adelante me perteneces al igual que tu culo!; ¡Te deberías dedicar a puta!- Estos comentarios me exitaban más, y con mi ano dilatado y mi esfínter recibiendo tan deliciosas estocadas me olvide por completo de cualquier incomodidad, y me dedique a disfrutar tan glorioso momento.
Cambiamos de posición por que la verdad estaba cansado de estar a cuatro patas, y mi amigo colocó mis piernas en sus hombros y ahora si era embestido como la puta que me sentía, mi hombre me estaba cogiendo con mas rapidez, y yo estaba disfrutando cada vez mas, sintiéndolo dentro, fusionándonos en un solo cuerpo dedicado solo al placer, cada vez sus embestidas iban acelerando el ritmo, cada vez me sentía mas de su propiedad, hasta que en una estocada se quedó dentro de mí y sentí como su miembro estallaba en mi culo, que gran sensación, me sentí su hembra, me sentí de su posesión, era magnifico sentir su semen inundándome, calentando mis entrañas, cerrando el pacto que acabábamos de hacer.
Se tumbo sobre mi y me besó de manera lujuriosa, mi hombre me había poseído y yo no podía estar mas feliz, eran apenas las cinco y media de la tarde faltaban apenas tres horas para que su padre llegara y estábamos súper felices. Me ordenó que llenara la tina del cuarto de sus padres, y yo me sentí feliz, primero por que lo estaba complaciendo y segundo por que ahora me sentía como su mujer, fantaseaba en ese momento mientras cumplía con mi cometido, con que yo era su esposita que esperaba a su hombre para complacerlo y hacerlo feliz; aproveché para limpiar la sangre y el semen que de mi ano salían en hilos como la prueba mas fehaciente de que mi hombre me había poseido.
La tina no estaba completamente llena cuando mi hombre entró y vio mi cara de felicidad al recibirlo con un beso, el sin decirme palabra alguna se metió en ella, y en seguida me ordeno que lo bañara con mi mano, no podía estar mas feliz, no me cabía en la mente una escena mas parecida a la sumisa mujercita y su poderoso macho. En seguida lo obedecí y fui lavando una a una las partes de su cuerpo dejando para el final la mejor, que era ese trozo de carne por el cual me desvivía, en seguida empecé a acariciarle la herramienta a mi macho el cual como buen hombre respondió con un:
-Ah ¿es que todavía quieres más no?, no te preocupes que tu macho le va a dar a su hembra lo que quiere- y me invitó a entrar a la tina.
Yo me quite las medias pantys que todavía me vestían y al entrar me senté de una vez en su miembro, quedando así de frente a el, y en posición de cabalgata; aunque ya estaba dilatado sentía igual un profundo ardor mientras me iba penetrando, pero en ese momento nada me importaba, por ello fui bajando hasta sentir sus testículos rozar mi ano, empecé a moverme de manera circular, y disfrutaba por partida doble primero por que estaba disfrutando la penetración y segundo por que estaba viendo su cara de placer lo cual me complacía de sobremanera.
Luego mis movimientos fueron cambiando de arriba hacia abajo, y cuando bajaba caía con fuerza, el efecto del agua hacia que todo se hiciera mas placentero, estuvimos así un rato, sentí sus espasmos su respiración, me acariciaba las tetillas como si fueran las senos de una chica bien dotaba. Me llamaba hembra, me reclamaba de su propiedad, y se vino de nuevo en mi, aunque en poca cantidad debido a las dos corridas anteriores.
Mi macho me besó y me dijo que era lo mejor que le había pasado, nos abrazamos nos terminamos de bañar y me advirtió que quería que me depilara por completo, y que conmigo iba a llevar a la realidad sus mayores fantasías, y así fue de ahí en adelante vivimos muchas cosas las cuales relatare poco a poco.