Me despido de mis lectores con mi cuerpo.
Carta abierta (de piernas) de la autora donde reflexiona sobre los relatos publicados mientras le ofrece a sus lectores su cuerpo serrano masturbándose en su cama. ¿fin?
Hola canchond@s, soy Inma, la autora. De nuevo os hablo de mí después de que en el relato nº 100 os contara un poco de mi vida sexual. Y lo hago para despedirme de vosotr@s disfrutando de mi cuerpo serrano.
¿Qué por qué? Por intimidad, porque ya creo que he expresado y exhibido lo suficiente mis fantasías sexuales y porque me sale del coño (sin ánimo de ofender).
Toda mi vida he estado escribiendo relatos eróticos, primero a mano, de los que como ya dije algunos se publicaron en los años ochenta en Las cartas privadas de Pen, y ahora en ordenador. Seguramente cuando esté inspirada y cachonda vuelva a escribir para mí sola, porque es algo que me gusta, guardar por escrito mis fantasías.
Y quiero despedirme gozando de mi cuerpo de cincuentona y haciéndoos participes de él en vuestra imaginación. Voy a exhibirme y pajearme reflexionando y recordando un poco sobre mis relatos y mi cuerpo.
Hoy es lunes 27 de septiembre de 2021, estoy sola en casa, actualmente no trabajo, mi marido en la oficina y mi hijo en la universidad. Acabo de cagar, soy un poco estreñida por lo que a veces suelto un mojón bastante gordo y duro, eso hace que se me dilate el ano ¡y me da gusto!
Cuando pasa eso se me queda vacio el culo y me entran ganas de pajearme y meterme algo dentro. Voy a la cocina y cojo mis consoladores favoritos de toda la vida, un pepino y un calabacín.
Me voy a la cama que aun no he hecho y me tiendo, llevo puestos unos vaqueros ceñidos y una camiseta, me quito las chanclas y me tumbo poniendo mis consoladores en la mesita de noche.
Desabrocho el vaquero y me lo quito, ¡joer qué trabajo me cuesta!, últimamente he engordado y se me han quedado muy estrechos. Ahora me quito la camiseta, no llevo sujetador, solo las bragas que también me las saco. Las huelo, efectivamente están mojadas ya de mi flujo, me calienta aun más.
Pues aquí tenéis mi cuerpo:
Siempre me he considerado y también me lo han dicho que soy una tía buena. Tengo una cara atractiva, algunos dicen que guapa, yo diría más bien llamativa con unos ojos bonitos. No soy ni alta ni baja, 1.68 concretamente.
Mis tetas siempre han sido normalitas, ni grandes ni pequeñas, con unos pezones oscuros y gordetes. Cinturita estrecha, no muchas caderas pero con un buen culo respingón y lo que más le gustan a mis pervertidos vecinos son mis piernas. Yo que de pequeña tenía complejo de tener las pantorrillas muy gordas y resulta que a ellos les encanta. Unas columnas de carnes tersas gorditas y llamativas. Siempre he presumido de ello utilizando vaqueros ceñidos.
Me acaricio mis caderas, me encanta sentir mi cuerpo de mujer, las caderas es lo que más me gusta de una mujer. Acaricio mi pubis poblado, siempre me ha gustado llevar pelo en el coño, aunque últimamente con las modas me lo haya depilado alguna vez.
Mis dedos se pierden entre los rizos de mi pelambrera, algunos se desprenden y los tiro en la cama, me tiro de vello púbico, me pone.
Ahora con la otra mano me toco los pechos, nunca los he tenido tan grandes como ahora, ¡lo que hacen los kilos! Unas tetas gordas y ya caídas con la edad. Umm, los pezones, los tengo ya duros, me los acaricio con las palmas de las manos. Ya sabéis que soy bisexual, me gustan las tías y me gusto yo.
Me tiro de la teta derecha y con mi lengua chupo el pezón. Se me abren las piernas, el chocho me pide guerra. Mientras con una mano sigo con mis tetas, con la otra empiezo a tocarme la vulva. Ya tengo la pipa grande. Meto un dedito en la entrada de la vagina, me lo huelo, me encanta como huele mi coño. Lo chupo metiéndomelo en la boca entero y con la saliva empiezo a frotarme el clítoris, lo agarro y aprieto con dos dedos, se me cierran los ojos de gusto.
Meneo mi pipa como si fuese una pollita. ¡Qué me gustaría tener una polla!, es una de mis fantasías por ello he escrito relatos de mujeres con polla, ya sea transexuales o la fantasía futanari. Me gustaría tener un rabo gordo y grande y poder llegar a chupármelo yo misma. Sí, me gustan más las pollas que los coños, aunque me gusten más los cuerpos de las hembras que los de los machos. Son más sensuales.
Mientras me hago un dedo empiezo a recordar los relatos que he publicado y de esa forma me excito más. Han sido cinco años y medio de escribir relatos para vosotros, me ha encantado exhibirme. Relatos en su inmensa mayoría ficticios pero inspirados en personas reales de mi entorno.
186 relatos, mas éste, generalmente catalogados en la categoría de amor filiar, pues siempre me ha puesto mucho las relaciones entre familiares, especialmente entre padres e hijos, como habéis podido comprobar. Además creo que es la categoría de Todorelatos donde más se publica, ¿por qué será?
Tengo que parar, no quiero correrme tan pronto. Me cojo uno de mis pies gordetes y como tengo mucha flexibilidad me lo llevo a la boca, lo huelo y me entretengo lamiéndome mis dedos, otra cosa que me encanta, como habéis visto en los relatos soy un poco cochina, qué le voy a hacer!
Perdón, tengo que levantarme al váter, tengo ganas de mear. Me siento y como estoy caliente meto mi mano entre mis piernas mojándomela con mi pis calentito y luego lo chupo metiéndome los dedos en la boca. ¡Guarra!. Si me viera mi marido…
Vuelvo a la cama y empiezo a pensar en los relatos, la mayoría han sido series de relatos, desde aquella larga serie inicial de aquella Barbará que no paraba de tener hijos todos los años hasta, la última sobre la insaciable y buenorra Eva, sus hijos y sus padres.
Tengo que meterme algo ya en el culo para ello elijo el pepino, lo meto poco a poco, es gordo, pero más abierto tengo el ano. Me encanta sentirlo dentro después de cagar. Sí, he dicho dentro porque lo que hago después de meterlo y sacarlo varias veces es introducirlo entero en mi recto.
Me froto rápidamente el clítoris y llego a mi primer orgasmo. Bufff, que gustazo, tengo que poner una mano en mi chocho para no manchar las sábanas con los chorros de caldos que salen de mi vagina. Me chupo mis propios flujos, están muy buenos, otra cochinada. Cojo una toallita de bidet y me seco los muslos empapados.
Sigo pajeandome y pensando en los relatos. Según las estadísticas de Todorelatos los más leídos han sido:
En primer lugar “Mi marido es mi hijo”, con dos entregas sobre una mujer con un gabinete de estética sexual que gestiona con su marido que resulta ser que es su hijo. No sé porqué es el más leído pues yo tengo otros favoritos, pero para gustos colores y además recuerdo que cuando lo escribí me dio mucho morbo.
Después están otros relatos como “la calentura de mi hija preñada”, “enviciando a mi nuera en la zoofilia” , “amante de mis dos hijos”. Naturalmente supongo que en el número de lecturas en Todorelatos influyen varios factores.
En mis preferencias, para los que me habéis seguido están las sagas siguientes:
- Barbará, la inicial donde traté e imagine todas mis fantasías sexuales completas.
- Cuatro hermanas y la familia de Paca que al fin y al cabo son dos series con los mismos personajes inspirados por las personas más cercanas a mi familia, muchos relatos, muchas pajas, mucha perversión.
- María, adolescente cochinona; la única basada en parte en la realidad, fue un placer contar las aventuras de la loquilla amante adolescente que tuve y que era compañera de instituto de mi hijo, fue una locura y un bombón para mí que ya acabó. María sigue igual de salida pero ya está casada y con un hijo y otro a la espera.
- Y otras series muy cachondas como las de la gorda madura Roció y su familia, la lujuriosa Tere, la golfa mamá Chary y sus cuatro hijos viciosos, la joven madre Ana que no sabía decir no a nadie, mi amiga Auxi con su sexualidad zen y su bombón de hija, la salida Luisa dominando a sus padres, Fina la fuente de caldos, la Isa con su hija, la desvergonzada familia Porreta o las aventuras de Noe la tetona y su cachonda abuela.
Mucha imaginación y mucho deseo expuesto en esos relatos que quedarán ahí en la memoria de los más cachond@s de mentes sucias y de la mía pervertida. Si tuviese que elegir una saga sin duda sería la de “la pervertida familia de Paca ” por su diversidad de perversiones y diferentes personajes de una misma familia y el putiferio que tienen en su piso.
Estoy caliente de nuevo mi clítoris se ha puesto de nuevo duro, sigo masajeándome las tetas que se desparraman a ambos lados de mi cuerpo. Por cierto no os he dicho mi profesión, aunque estudié psicología he trabajado siempre en mi otra faceta que es peluquería y estética, la cual influyó en la seria Mi marido es mi hijo, pero como he dicho en la actualidad estoy parada.
Expulso el pepino de mi culo, lo huelo, ummh, me pongo mas cachonda, siempre me ha excitado oler los culos sucios, soy guarra y en mis relatos a lo mejor me he pasado a veces con la escatología.
Pido perdón si he herido la sensibilidad de algunos lectores, aunque a otros muchos os guste mis marranadas. También pido perdón a aquellos que valoran la calidad de la redacción o la calidad literaria, la verdad que mi intención simplemente era evitarme y excitaros, escribiendo sin interrupción y bajos los efectos de la calentura. Al fin y al cabo son relatos para calentaros no para demostrar belleza literaria.
Me vuelvo a meter el pepino en el culo como la que se pone un supositorio, ahora tengo que atender mi pepe, lo toco, está gordo como nunca, la culpa la tienen los kilos de más que tengo, pero eso me pone a mi edad.
Me abro los labios y mojando previamente el largo calabacín con mis babas me lo meto despacio, mi chocho se abre como una almeja y se traga el largo cipote verde, en verdad que a base de pepinos, calabacines y berenjenas a mi edad me he puesto un buen coñazo.
Entra y sale con facilidad debido a la lubricación de mis flujos espesos. Siento un gustazo tremendo. Me hace falta algo en la boca, ojalá pudieras meter tu rabo dentro, te lo comería sin contemplaciones, o tu coño chorreante del que me bebería todos tus jugos. Pienso en ti, querido y desconocido lector o lectora, en tu pollón en tus curvas, en tu boca junto a la mía.
Y así moviendo frenéticamente el calabacín dentro de mi coño y pellizcándome fuerte los pezones me corro como una burra, saliendo disparado el pepino de mi culo.
Aaaaahhhgg, ahhh, ahh, que gusto dios! Jo, se me ha escapado un chorro de orina mojando las sábanas, da igual luego las cambio.
Te lo dedico a ti.
Me quedo derrengada en mi cama tocándome el coño mojando mis dedos de flujos y llevándomelos a mi boca, y me despido de ti. Ha sido todo un placer compartir estos años, me ha calentado mucho exhibirme y que algunos de los tíos o tías os hayáis pajeado con mis fantasías. Os deseo mucha salud y sexo longevo.
Soy Inmaculada una sevillana madura y cachonda en la intimidad. Un beso para ti en la polla, el coño o en la boca, donde más te guste.
Hasta siempre, (aunque nunca se puede decir de éste agua no beberé y más siendo una viciosa como yo) os estaré merodeando por Todorelatos.
Viva el instinto básico del sexo.
Postdata: espero comentarios de despedida, gracias a todos y todas.