Me desnudo para artistas

Desear que me miren desnuda, despertar el deseo y tener sexo sin mesura con quienes yo quería. Algo que repetiré.

Ha sido una experiencia que seguro que repetiré; posar desnuda, como modelo para pintores, ha sido algo genial. Soy una chica a la que le gusta la transgresión,  provocar me encanta y exhibirme también; por eso posé, “del modo como yo soy”.

Vi un anuncio en mi facultad que habían puesto los alumnos de la facultad de bellas artes, decía así: Se busca modelo femenina para academia privada de refuerzo de pintura. Nada más verlo se despertó mi curiosidad y, mientras estudiaba en la biblioteca de la Uni, me fui calentando yo sola imaginándome desnuda delante de una clase entera de estudiantes de pintura. Al día siguiente llamé y me dijeron que fuera a una entrevista esa misma tarde en la sala de pintura de un edificio a las afueras de la ciudad, al llegar vi que estaban esperando cinco candidatas más, pero ninguna era tan bella como yo (la verdad). Me había puesto la minifalda celeste, la blusa blanca y mi melena pelirroja colgaba en una trenza sobre mis pechos. Llamaron a tres chicas, después entre yo. El profesor particular me habló, visiblemente atraído por mí; me hizo dar una vuelta para ver mi figura, (no me pidió que me desnudara); pero yo me desabroché la falda y me la quité. Ese día no me había puesto las braguitas, jajaj, por eso, aunque no me lo pidiera el profesor, me quité la minifalda para exhibir ante él mi sexo recién "arreglado”: solo me había dejado una cinta de pelos rojos en el centro. Di otro giro dejando que viera mi firme y clarito culo desnudo, bajo mi cintura de atleta y también los pliegues de mi sexo luchando por salir “a saludarlo”. Después de dos vueltas con solo mi cortita blusa blanca, el profesor, visiblemente alterado, salió afuera y les dijo a las demás que el puesto ya estaba  ocupado, a mí me dio dos besos en las mejillas y me citó en ese mismo edificio en el aula de pintura al día siguiente, a las cinco de la tarde, sería una sesión de dos horas con un descanso. Me dijo antes de irme:

_Los alumnos de esta academia son todos estudiantes de bellas artes, hombres y mujeres de todos los cursos, aquí profundizamos en el desnudo. Todos los estudiantes tienen que ser mayores de dieciocho años para matricularse en esta academia privada, todo será muy respetuoso, pero será desnudo integral Margarita.

La noche antes casi no dormí, la emoción de saber que posaría desnuda como modelo de artistas hizo que mis manos rozaran mi sexo pensando que, al día siguiente, muchos ojos al mismo tiempo me verían desnuda. Por la mañana me retoqué el sexo con la maquinilla de afeitar, perfilando más finamente la línea de vello pelirrojo en el centro, el resto, labios mayores incluidos, me lo rasure nuevamente para estar preciosa; al acabar me lavé el sexo y me di crema.

Al llegar a la academia vi que era un aula bastante grande, el silencio sustituyó al alboroto que había escuchado desde el pasillo. Me desnudé en una pequeña habitación junto al lugar de posado, como un pequeño camerino… después me expuse a las miradas y me recliné sobre un sofá de terciopelo azul. Me puse en la postura que me había indicado el profesor, pero dejándome las braguitas puestas. Vi como los ojos de más de cuarenta alumnos y alumnas se clavaban en mi blanca piel; el profesor detuvo su mirada en mis braguitas con decepción. Recordaba que él me había dicho el día antes que sería un desnudo integral, pero quise aparentar que se me había olvidado para poder quitarme las braguitas delante de todos, porque me excitaba hacerlo así, jajaj. Me puse de pie, no utilicé el camerino y, mirando al aula, me bajé las braguitas blancas muy despacio y aparentando sentir vergüenza, cuando lo que sentía era una gran excitación. Las saqué por los pies y las dejé sobre una silla bien dobladas; me recline sobre el sofá nuevamente y como me habían indicado: una pierna flexionada y la otra estirada y colgando fuera del sofá; los brazos detrás de la cabeza. Al tener alzada la pierna derecha y algo separada la izquierda (como dijo el profe), mi sexo miraba a la sala de frente. Mis pechos son grandes, aunque muy tiernos y muy claros; mi cuerpo es atlético, pero sin excesos.

Las miradas de alumnos y alumnas estaban "clavándose" en todo mi cuerpo. La sensación que sentí era mayor que como lo había imaginado el día antes, sentía un hormigueo de excitación en mi piel bajo la luz de los focos. Mi vista se posaba en un punto del fondo de la sala, sin mirar al alumnado a los ojos, en la estancia sonaba una sinfonía de Mozart que me encanta, pero con poco volumen. Escuché algunos comentarios en la sala en voz baja, pero que mi buen oído captó; algunos ejemplos: que guapa es, que pelirroja más bella, que piel tan clara, que preciosa trenza pelirroja. Yo, excitada como estaba por estar desnuda y ser el foco de atención, sentía como las aureolas de mis pechos se erizaban y como los pezones, grandes y rosados, iban creciendo como montículos de arena en la playa, ¡hasta dolerme! Escuché varios suspiros entre los alumnos al contemplar como mis pezones de tres centímetros los apuntaban al crecer.

No me sentía incomoda ni me parecía mal mi excitación, para mí solo era un intercambio de miradas y desnudez deseada. Mi trenza caía sobre mi hombro derecho y descansaba sobre mi pecho, también derecho; sentí como mis pliegues íntimos se empapaban dentro de mi grieta y ardían. Apreté los muslos, para que se juntaran los labios menores de mi sexo y no los viera brillar el público, pero sin conseguirlo, ya que al retomar la postura de la pose, como caracol, salieron buscando el calor de los focos. La primera sesión transcurrió algo tensa para mí, porque, aunque me había exhibido anteriormente, nunca antes de ese modo: en total quietud y ante un público tan concurrido.

En la segunda sesión me sentía pletórica; mi vientre se distendía y contraía al ritmo de mi excitación. Me fijé más al detalle en un corro de cuatro pintores muy jóvenes, no tendría ninguno más de diecinueve años; vi que tres de ellos se burlaban del cuarto, al ver ellos como el me miraba visiblemente embelesado... le decían en voz baja:

_Esas carnes no son para ti, la pelirroja necesita un hombre "más hecho"... ect.

Realmente, aun siendo crueles ante la visible timidez del joven, parecían hacerlo como una broma sin maldad. Ese tímido era Tony, el más guapo de los cuatro, tenía expresión sensible y parecía el más joven de ellos, ¡me gustaba! En otro extremo de la sala había una chica muy bonita con el pelo moreno en melenita corta, Elena, un bombón... si la miraba fijamente a los ojos sus mejillas se encendían y apartaba la mirada, pero si la observaba de improviso la descubría recorriendo todo mi cuerpo con una mirada excitada. Aunque mis ojos deambulaban por toda la sala cruzando miradas con hombres y mujeres, a los que más me gustaba mirar fijamente era a Toni y a Elena.

En la tercera sesión me sentía muy cómoda, mi posado había mejorado; me dijo el profe:

_Margarita, no te mueves casi nada y mantienes muy bien la postura, por no hablar de la belleza de tu cuerpo.

_Gracias señor.

El profe no se daba cuenta de que, para mí, su excitación no quedaba oculta, varios signos corporales que conozco bien eran palpables en él. El profesor de pintura era un hombre muy apuesto, algo mayor, unos cuarenta años; pero tenía un aspecto tan limpio y elegante que, mientras posaba desnuda, más de una vez, había fantaseado imaginando que él me metía el miembro allí mismo, ¡delante de todos! Mis fantasías para mí son muy importantes, porque casi las vivo. Ese tercer día de posado, en el descanso, me puse mi bata y di un paseo por la sala mirando los cuadros a medio pintar sobre los caballetes; había de todo: cuadros buenos y muy malos para mi gusto... me fijé en los cuadros del grupo de Tony, el de Toni me dejó boquiabierta: con trazos enérgicos había plasmado mi cuerpo con un realismo tan grande que deseé que me hiciera el amor en ese momento y delante de todos. Él se me acercó y me dijo:

_Señorita, es usted preciosa.

_Gracias, que bien pintas, ¿cómo te llamas?

_Tony.

Lo que Tony pintaba era muy bueno, mucho mejor que lo de sus compañeros, le dije:

_ ¿Has pintado a muchas modelos, Tony?, por cierto, me llamo Margarita; pareces muy joven para pintar tan bien.

_Tengo dieciocho años, gracias y solo la he pintado a usted; no me puedo permitir pagar todo el año la academia esta, y solo vendré este mes. Creo que solo la tendremos a usted dos semanas;  Margarita, mire estos bocetos a lápiz de usted.

El joven pintor abrió una carpeta azul de la que sacó varios dibujos a lápiz de mi cuerpo, enérgicos; sentí como mi sexo se abría bajo la bata observando sus dibujos; le dije:

_Si me regalas un dibujo dedicado posaré para ti en una sesión privada.

_ Estaré encantado de que pintarla y de regalarle varios dibujos

_Me parece perfecto, por favor Tony, no me hables de usted que solo tengo veinticuatro años.

_ Por supuesto, te hablaré de tu, perdona Margarita.

Al terminar esa tercera sesión me dijo Tony, rodeado de sus tres "amigos" pintores:

_Margarita, mis compañeros me han preguntado si pueden venir esa sesión privada cuando poses para mí.

_No pueden venir Tony, solo posaré para ti; me gusta como pintas tú.

Los otros tres me miraron con desagrado, igual hice yo con ellos. Se alejaron los tres y Tony me dijo al oído:

_Yo tengo muchas dudas respecto a mi sexualidad, aun gustándome las chicas he tenido alguna experiencia con hombres, por eso soy más temeroso de lo normal cuando se que voy a estar a solas con una chica, aunque sea pintándola, porque no tengo muy claro que es lo que más me gusta.

_Seré cariñosa, no te preocupes Tony.

Ese tercer día, cuando todos los alumnos y alumnas salieron de la sala, Al final de las dos horas de pose de ese tercer día me levanté y fui a cambiarme a mi cuartito. Esa pequeña sala aledaña tiene un váter y un lavabo; estando allí y mientras escuchaba el ruido exterior que hacia el alumnado al salir, me senté a hacer pis en el váter. Mientras un gran chorro de orines, debido a mi excitación, salía de mi chocho, escuché llamar a la puerta...po, po, Po.

_¿Quién es?

_El profesor.

_Adelante _dije sin dejar de hacer pis.

Al entrar el profesor de pintura en el cuartito sus ojos se clavaron en mi coño, mientras mis orines se estrellaban en un chorro continuo contra la taza del váter. Él no articulaba a decir palabra, con los labios entreabiertos no dejaba de seguir mi pis con la mirada; le pregunté:

_ ¿Quería verme para decirme algo?, o solo para verme orinar.

_Si, a decirte algo; perdona Margarita; es que después de estar viéndote la rajita toda la tarde, ver como orinas me ha dejado pasmado, sin palabras. Es excitante verte orinar.

_Cierre la puerta y límpieme el chocho con mi toallita mojándola.

_Pero...

_Sí o no, sin peros, si es que no, ¡largo!

Me senté en una silla con las piernas muy abiertas y los talones apoyados en el asiento de terciopelo rojo. Mis muslos estaban tan abiertos como los de una rana. El profesor se arrodilló delante de mí, con la toallita recién mojada en el lavabo en su mano derecha temblorosa. Sus nudillos rudos y algo arrugados rozaban mis muslos con aspereza, mientras su mano apretaba mi coño aplastándolo y mojándolo con agua fría. Al hacerlo de rodillas su barba canosa estaba a la altura de mi sexo. Me secó el coño con el otro extremo de la toalla, ¡me estrujaba la raja!, que placer, ¡casi me corro!... dije loca de lujuria:

_Cómemelo, ¡cómemelo!

Sin demora puso su cara de medio lado y sus labios comenzaron a succionar los recién lavados pliegues de mi sexo. Miré hacia abajo y vi como su barba canosa se restregaba contra toda la superficie de mi suave chocho. El contraste de su barba hizo que me temblaran los muslos. Le dije:

_Póngase de pie y bájese los pantalones, que le voy a limpiar el pene yo a usted.

_ ¡Pero Margarita!, me da un poco de reparo.

_No le dé, que ya tengo veinticuatro años; soy mayor de edad y se lo que quiero.

Se puso de pie, se desbrochó el cinturón frente a mi cara; después bajó su cremallera y con una mano se sacó el miembro por la bragueta. Yo alargué mis manos, solté los botones de su cintura y la baje el pantalón y los calzoncillos. ¡Asombrada me quedé! Su polla era un tronco torcido a la derecha muy grande y rugosa por las venas y por la fuerte erección. Cogí la toallita por la parte húmeda y restregué su miembro, el cual no se doblaba al apretarlo, que duro para su edad. Al acabar con su pene agarré sus huevos apretándolos un poco con la toalla... se la sequé muy bien, luego comencé a pasarle mi lengua por el brillante glande, con dulzura, dijo el:

_Margarita, uffffff.

Luego me agarró la cabeza con las dos manos y me la metió en la boca casi de golpe; ¡me dolía la articulación de la mandíbula! Comenzó a moverse, yo la apretaba con los dientes y el paraba, soltaba el bocado y el seguía. Sentada como estaba me corrí sobre el terciopelo rojo de la silla. Me la saqué de la boca y me puse de rodillas en el suelo alzando mi culo.

Sentí como su miembro se apretaba contra mi chocho y de un solo golpe me la metió entera. Me galopaba sin cesar, su pene torcido me apretaba más en un lado de mi vagina, su erección era total. Sus huevos golpeaban el interior de mis muslos. Antes de correrse la sacó, me escupió en el ano, metió en el glande y, ¡se corrió dentro de mi culo!

_Perdona Margarita, deseaba follarme el culo también.

_No pasa nada, me ha gustado _ dije mientras su semen brotaba de mi ano al ponerme de pie chorreando por mis muslos. Nos vestirnos fuimos a su casa y cenamos y volvimos a hacer el amor, esta segunda vez me cabalgó el culo un buen rato, confesándome haber tenido como amantes hombres y mujeres. Antes de salir de su casa le arranqué la promesa de hacerme un favor en clase el día que yo le pidiera.

El cuarto día intenté hablar con Elena, pero era tan tímida que apenas se atrevió a decirme:

_Te veo desnuda cada día, y ahora me da vergüenza estar tan cerca hablando contigo.

_Somos dos chicas, ¿qué más da si me ves desnuda?

_Es verdad, es que soy tímida; tú eres muy bella Margarita. Es que me gustas, aunque la verdad es que nunca he estado con una chica, aunque me atrae la idea.

_ ¿Has salido con chichos Elena?

_Si, pero sobretodo con hombres maduros, otra debilidad.

_ ¿Elena, a que es guapo este profesor?

_Es muy guapo Margarita, tanto que algunas noches me he masturbado pensando en él.

_ ¿Quieres pintarme fuera del horario de clase?

_Eso sería el no va más, ¡en serio!, ¿cuándo Margarita?

_Yo te aviso, serás solo tu y Tony, otro chico de esta clase, el que pinta tan bien. No se lo digas a nadie de aquí.

_Vale, Tony me cae muy bien; vamos, ¡que me gusta!, y pinta tan bien; será un placer, ¿porque yo Margarita?

_Porque me gustas mucho Elena.

Ese cuarto día, en el descaso, le dije al oído a Tony que al acabar la clase no se marchara, que se quedara el último. Me acerqué a Elena y le dije lo mismo.

Al acabar la clase los dos tardaron, luego fueron al aseo y volvieron. Cuando el profesor iba a hablar con ellos me acerque a él y le dije:

_Hoy es el día del favor, al salir dígale al conserje que no moleste, que es una sesión de pintura privada.

Extendí la mano y él puso en ella la llave de la sala. Lo acompañé a la puerta y cerré con llave tras él. Les dije a mis dos "pupilos".

_ ¿Os gustaría hacer bocetos de mí mientras hago el amor?

Los dos dijeron que si moviendo la cabeza sin decir palabra y con los ojos muy abiertos. Dije:

_Vele, primero toma apuntes tú, Tony, de nosotras dos y después tu Elena de Tony y de mí. ¿Os parece bien o no?

_No sé, me da vergüenza, pero sería mi primera experiencia lésbica, ¿no os reiréis verdad?

Los dos dijimos que no.

Vale Margarita _dijo Elena excitada.

_ ¿Tú que dices Tony?

_Es muy excitante, tanto que me asusta un poco, pero sí, me parece bien también, intentaré no decepcionarte _dijo Tony entusiasmado y algo asustado de verdad.

Desnudé a Elena, me puse de rodillas y chupé su sexo peludo, moreno y salado; mientras Tony movía el lápiz sobre el papel de forma enérgica. Hice tumbarse en el suelo de la sala a Elena y puse mi sexo sobre su cara mientras devoraba yo el suyo... ¡su lengua era una culebrilla jugando con mi sexo! Le lamí el ojete del culo, ella hizo lo mismo; le metí la lengua dentro del culo, ella hizo lo mismo, pero moviendo su lengüecita dentro de mi ano. Sentada yo encima de su cara me corrí sobre su boca con un chorro expandido que le humedeció hasta los cabellos. Me dijo Elena:

_Ya no tengo ganas de pintar, quiero tocaros mientras "te lo hace" Tony

Dije yo a Tony:

_Ya has oído, suelta el lápiz, desnúdate y ven aquí con “tu brocha”.

Tony no tardó en desnudarse, su cuerpo delgado y suave parecía algo femenino, pero su miembro, muy rosado, era muy largo y suficientemente grueso, pero de aspecto suave, daban ganas de chuparlo. Anduve a gatas por el suelo hasta llegar a él; cogí su polla con una mano y me la metí en la boca hasta la garganta, moviendo mi cabeza con energía... se la chupé un buen rato, tenía ganas de él. Después me puse de rodillas con el culo en pompa y le dije a Elena que hiciera lo mismo; le hablé a Tony:

_Tony, fállanlos a las dos, ve alternando de chocho.

_ ¿Te parece bien Elena?

_No sé Margarita, no sé qué decir, me da vergüenza, pero vale, lo que tú digas.

Me folló a mi primero, como un bárbaro, me dolía el coño, me la sacó y se montó en Elena. Sus muslos hacían ruido al chocar con los cachetes de Elena. Al final nos folló a las dos cambiando de raja a intervalos de pocos segundos. Nuestros coños hacían ruidos de pompas al entrar y salir de ellos como le daba la gana.

Mientras nos follaba a las dos con ese frenesí se escuchó la puerta abrirse y entró el profesor, preguntándonos:

_ ¿Puedo participar? (ya le había dicho yo que al rato entrara y que intentara unirse).

Yo dije al momento que sí, ellos dudaron pero yo les dije que lo dejaran participar, que lo hicieran por mí y dijeron también que sí. El profesor se desnudó mostrando "su estaca" ante nuestros ojos. Tony se paró y se quedó mirándole la polla. El profesor se puso detrás de Elena y se la folló clavándole los dedos en la cintura a la vez, los dos jadeaban; Tony retomó las embestidas sobre mi chocho. Al poco el profesor se salió de Elena y, manchada como la tenía, me la metió en la boca, me cogió la cabeza y aceleró.

Yo estaba en pompa como una perrita, Tony metiéndomela por detrás y el profe delante de mi cara metiéndomela en la boca. Tenía dos pollas dentro de mí, esto ha sido novedoso para mí... El profesor de pintura me sacó el pene de la boca y erecto frente a la cara de Tony situado detrás de mí le dijo:

_Tony, te gusta mi pene, solo como observación tuya, joven.

_Si, me gusta mucho señor, es muy robusto.

El profesor situó sus muslos sobre mi espalda rozando mi cabeza con sus testículos, mirando yo hacia arriba y el en dirección opuesta. Al acercar su pene a la boca de Tony y, sin dejar este de penetrarme, Tony atrapó con sus labios la polla del profesor.  Toni me penetraba como un animal mientras chupaba y chupaba la polla del profesor que daba gritos de placer. Después dijo el profe:

_Poneros los tres de culo.

Sin demora, Tony, Elena y yo nos situamos los tres en pompa rozándose nuestros glúteos. El profesor se la metió a Elena en el chocho, después penetró mi coño y por último, y más rato, penetró el culo de Tony, ¡lo machacó!, su ritmo era algo grosero, mientras Tony daba alaridos de placer. Después me la metió a mí también por el culo y por último se metió en el ano a Elena y la cabalgo como si ella fuera una marioneta. Se “apeó” de Elena y, situándose delante de los tres, que seguíamos de rodillas, se corrió sobre nuestras caras, moviendo su mano de arriba a abajo y de izquierda a derecha para abarcarnos a los tres. Su semen colgaba de mis labios cuando le sonreí, atrapé su miembro y lo meneé arrancándole un último chorro dentro de mi boca. Besé a Elena depositando parte de ese seme en su boca, después besé a Tony depositando en su boca el resto del semen del profesor, les dije a los dos.

_ ¡Venga, a tragar! _Y tragaron los dos.

El profesor, mirándome a los ojos, me dijo:

Margarita, eres tremenda.

_FIN_

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