Me derretí en la boca de una joven... inesperadame
Esa tarde hacía calor, me metí en un sex shop, una jovencita me comió la polla hasta secarme entero.
Era una tarde de verano, el calor era tremendo, como siempre en la ciudad, paseando por una de las principales calles, y cercano al pasaje que une a esta con la calle Tetuán, paseé por ahí pretendiendo disfrutar un poco del fresquito de ese pasaje, me entretuve mirando el escaparate, del que apenas se ve nada, de un sex shop que hay allí escondido en tan recóndito lugar y... como sé que en esa tienda, que alguna vez he utilizado para darme placer hacía fresquito, penetré en el local, me secaba los sudores con un pañuelo que llevaba, mientras observaba los distintos videos, entre los cuales había unos más excitantes y otros menos... de los menos... mejor no hablo...
Me entretuve en un stand donde se mostraban a mujeres haciendo cosas a perros, pura zoofilia, alguna vez visioné un video de esos, muy excitante, por cierto, pero ya estaba saciado, los tenía a manojitos desde el ordenador de casa, siempre que podía y estaba a solas, me ponía algún retazo de ellos... y... “me ponía”, jajaja.
Mientras se iba secando el sudor de mi cuerpo, escuché el sonido de acceso a la tienda, entró una joven que casi tenía mi misma estatura, de unas medidas muy hermosas, de tetas bien torneadas y pezones bien tiesos, parecía excitada, era evidente que había entrado a adquirir algo, o a buscar algo o... alguien... o a que se le secase el sudor, como hice yo...
Yo seguía en mi entretenimiento, la polla se me iba poniendo por momentos gorda, cada vez más gorda y dura... en un trance empecé a imaginar que me metía en una cabina y me llevaba a esta chica conmigo... donde la hacía disfrutar de todo lo indecible...
Estaba en esos pensamientos pero al mismo tiempo observaba a la chica, lo que hacía, lo que miraba y lo que adquiría, su cuerpo era diabólico, pedía ser follado, y yo ansiaba tenerlo bien penetrado... su minifalda era especialmente corta, y una de dos, o no llevaba bragas, o su tanga era lo más pequeño que se despachaba... en una de las ocasiones que la estaba observando detenidamente, me agaché para alcanzar un video que había en la zona baja del stand y me puse a mirar en dirección a la joven... vi como le salía un reguero entre los bajos... ¿Se estaría orinando? ¿Serían los flujos de su coñito que estaba chorreando? Fueran lo que fuera, no le haría ningún asco a la hora de poner mi lengua en sus muslos para saborear esas gotas que le corrían por la piel.
El detalle de esa gota me terminó de poner malo, al levantarme era evidente lo evidente, mi polla ansiaba salir de su guarida, como pude me la acomodé, pero al hacerlo golpeé otro de los stands, instantáneamente miró la joven en mi dirección, y se percató de la situación, mi polla iba a reventar... yo sin pudor, me acerqué a donde estaba el dependiente y la chica, a la que le estaba vendiendo un pequeño consolador para el ano, y le pedí que pusiera un número de película... me indicó la sala y me dirigí en dirección a la misma... la chica le hizo gracia y sonrió a la vez que me miraba y me guiñaba un ojo...
Entré en la sala y me puse a ver la película solicitada, salían soldados, que se iban poniendo calientes, y ninguna chica... era una película de tíos, sólo de tíos... cosa que no había pedido, ya estaba con la polla dura, bien erecta, empezando a bajarme la piel, a punto de reventar... tuve que salir de la sala, tras reponerme un poco los pantalones, e informar al dependiente del equívoco, era evidente que también lo tenía loco la chica... al moverme se me cayeron los pantalones, qué situación más ridícula, y mi pene como un resorte saltó hacia arriba saliendo de su sitio, totalmente erecta, la chica, evidentemente, miró en esa dirección... vi que puso cara de asombro... no sé porqué realmente, tengo un tamaño normal... y yo todo rojo me volví hacia la cabina, mientras escuchaba al dependiente el típico, “ahora voy a la cabina y le aviso de que he cambiado el cd”.
Me senté en el sillón, tratando de darme placer para que no me bajara la erección y al cabo de dos minutos... siento que se me abre la puerta por detrás y en vez de escuchar una voz masculina, la oigo femenina, después de unos segundos, “que la cinta ya está cambiada, que la disfrutes”, a lo que yo... sorprendido y tratando de ocultarme lo que no se podía ocultar le di las gracias mientras miraba hacia atrás. Daba la impresión de que había metido la cabeza para indicarme tal hecho.
La verdad es que no fue solo la cabeza lo que metió, sino que fue ella enterita la que se puso a mis espaldas, entró en la cabina, mientras observaba como me hacía la paja mientras una chica se la chupaba a otro joven, yo disfrutaba de la escena y ella, se comenzaba a dar masajes en su clítoris...
Parece ser que había sido aconsejada por el dependiente del espectáculo que podía observar si le apetecía, entrando en mi cabina y viendo lo que yo me hacía...
Entró en la cabina, se empezó a masajear su clítoris, comenzó a respirar con dificultad... y yo comencé a escuchar respiraciones, tanto por delante, por los jadeos de la película, como por detrás, por los jadeos de la chica que sin saberlo, tenía a mis espaldas...
Yo seguía atontado con mi maniobra pajillera... me estaba volviendo loco, sentía que me llegaba el placer... tenía todavía cincuenta minutos de película por delante, la sesión en la cabina suele durar una hora... y estaba a punto de correrme... así que me detuve, y esperé a que se me bajara un poco la erección para continuar con la paja.
Seguía sintiendo la respiración, escuchaba los jadeos, lo achacaba a la película, pero en cierta ocasión, en que disfrutaba tanto, que eché la cabeza hacia atrás, en cuanto abrí los ojos vi que allí estaba la joven, detrás de mi, la miré bien, volviéndome mientras me masturbaba, allí estaba, con la minifalda levantada, sin bragas, chorreando su coño, sus dedos masajeando a toda pastilla sus dilatados labios, su emergente clítoris, en definitiva, a punto de alcanzar el orgasmo, cuando vio que me volví, se volvió más loca todavía, con más rabia empezó a darse masajes... yo la calmé, la atraje hacia mi, abriendo sus piernas, acerqué mi cara a su vagina, de la que comencé a comerme su fruta más rica, el preciado clítoris que a todo el mundo nos gusta, despacio, muy despacio, pero ella asió mi cabeza por detrás y la apretó para que la devorara, viendo la situación comencé a devorarla fuerte, me comí todo su coño, metí la lengua hasta el fondo, ella se movía como si estuviera follando, pero no sentía una polla, sino mi lengua que alcanzaba muy profundo, estaba disfrutando, se le notaba, se acariciaba sus pezones, estaba como loca definitivamente... tan loca que no pudo mucho más y se derritió en mi boca, sintiendo como me mojaba toda la cara con sus flujos.
Detuvo sus movimientos con las manos, es más, me separó la cara de su sexo, se agachó, y sin dudarlo, empezó a pajearme suavemente, observando como lo hacía la actriz de la película, se la metió en la boca y empezó a lamerme por la zona del frenillo, eso me enloquecía, me enloquece y me enloquecerá siempre de por vida, acarició mis huevos con otra mano... levemente tocaba mi ano sin llegar a meter nada en el.
Me estaba haciendo una felación inolvidable, una boca que parecía muy experta, y con una paciencia y delicadeza inigualable, su caliente boca me llevó al orgasmo alrededor de quince minutos, la corrida fue sensacional, tremenda, hacía tiempo que no derramaba tanta leche, gemí bajito, al igual que ella había hecho mientras mi lengua profundizaba en su cuerpo, me mostró el interior de su boca, una lengua que parecía blanca, y a continuación... se tragó todo el contenido... se acercó a mi oído tras acicalarse un poco y ponerse bien sus ropas y me confesó... “esta ha sido la primera vez que me meto una polla en mi boca, también la primera vez que me dejo comer mi clítoris por un auténtico desconocido”... no sólo era la primera vez que hacía eso, sino la primera también que alguien se derretía ahí dentro en tan calentito lugar.
Yo le agradecí tal tarea, hacía mucho que no me daba nadie una mamada de tal calibre, a continuación salió por la puerta, dejándome allí solo, totalmente amamonado..., las piernas me temblaban, me puse a ver la película de nuevo, pero ya no tenía cuerpo para volver a correrme, me había dejado literalmente... seco.