Me deje penetrar por mi perro
Queria saber que se sentia.
Hola, esto que voy a contar ahora es mi gran secreto. Me anime a escribir esto al ver que yo no era el único que hacia estas cosas. Me cuesta redactar bien, pero haré el intento de que se pueda leer bien.
De partida soy hombre, soy delgado y no muy alto, esto empezó hace mucho tiempo, no recuerdo la edad que yo tenia, pero creo que debo haber tenido 11 o 12 años. En casa teníamos en ese tiempo un perro que se llamaba Dogy, era café y de tamaño mediano, era una mezcla de muchas razas, en algunas partes el pelo se le ondulaba, era un perro bastante bonito.
Un día estaba yo jugando con el en el patio trasero de mi casa, era verano, yo estaba vestido con una polera y un traje de baño, yo luchaba contra el perro y lo trataba de hacer caer al suelo, cuando de pronto, cuando yo estaba de rodillas sobre el pasto, el perro apoya sus patas sobre mis hombros, y empieza a tratar de sujetarse con ellas de alguna parte de mi. Pude ver que el perro movía las caderas, lo que me hizo percatarme de que el perro quería "Cruzarse" conmigo.
Yo sabia como tenían sexo los perros porque una vez habían traído a casa a una perra para que se cruzara con el dogy. Me causo risa que el perro quisiera cruzarse conmigo, pero a la vez me dio una sensación extraña, como de hormigueo en el cuerpo, que no había sentido nunca.
Para mi no tenia nada de malo esa sensación en ese momento, era placentera, así que seguí jugando con el perro. Riéndome me puse en cuatro patas imitando a un perro, y el Dogy fue hacia atrás mío, y luego dando un brinco con las patas delanteras me tomo de la cintura, lo sentí mover las caderas, pero se bajo de mi, y luego volvió a subir. Lo hacia muchas veces el perro, eso de subirse y bajarse de mi a cada rato, y cada vez que me montaba, yo sentía que los pelos se me erizaban, y también sentí como mi pene empezaba a crecer y endurecerse, llegando a la mayor erección que yo había tenido asta ese momento. Sentia mi pene super sensible, los casi imperceptibles roces de mi pene con mi ropa yo los sentía deliciosos.
Fue por esa relación placentera, que me mantuve en esa posición, con una mano comencé instintivamente a acariciarme mi pene. De pronto comencé a sentir el pene del perro golpeando mi trasero, lo sentía pasar rozando toda mi raja, el perro ya no volvió a bajarse de mi, me abrazo con fuerza y empezó a rozar su pene en mi pantalón. Mientras yo seguía acariciando mi pene.
De pronto sentí como que me orinaba, todo mi cuerpo se puso tenso, y eyacule, fue la primera vez que tenia un orgasmo, fue delicioso. Al rato sentí al perro parar de moverse, se quedo quieto arriba mío mientras yo respiraba agotado por mi primera eyaculación. Y se bajo.
Cuando me recupere tome consciencia de que allí en el patio alguien me podía haber visto, me levante rápido mirando para todos lados, pero no había nadie. Fue en ese momento también que tome atención de lo que había pasado, mi mano había quedado con un liquido blanco, con un olor raro.
También sentí mi trasero muy mojado, al tocarlo lo sentí resbaloso. Me acerque a una llave de agua del patio y me limpie la mano, luego entre a la casa y me cambie pantalón, el pantalón quedo con un olor muy raro, así que lo metí en la lavadora.
A los días después comencé a descubrir la masturbación, con las que pude disfrutar unos años.
Cuando cumplí sus 14 años, ya sabia muchas cosas acerca del sexo. Fantaseaba mucho con tener sexo con mis compañeras de colegio, en general cuando me masturbaba.
Un día, llegue del colegio y como siempre no había nadie en casa. Viendo televisión me vino una erección, y me comencé a masturbar mientras pensaba, y se me vino a la cabeza pensar que sentirán las mujeres cuando uno les mete el pene, pensando eso recordé que los homosexuales lo hacen por el ano. Yo ya había pensado una vez dejar que el perro me metiera el pene, pero había sido un pensamiento fugas que había tenido una vez. Ahora producto de la excitación que tenia mientras me masturbaba, me puse a pensar en que si nadie me veía cuando el perro me cogía no había nada de malo en hacerlo, era nada mas para probar que se sentía.
Me levante y abrí la puerta del patio, me empezó a dar nervios por lo que iba a hacer, tiritaba y no podía pensar bien... el dogy se acerco a la puerta moviendo la cola, yo lo deje entrar a la casa y cerré la puerta. Fui al living, sobre la alfombra y me arrodille, comencé a acariciar al perro, estuve haciéndole cariño un buen rato, no me atrevía a hacer nada mas, aunque yo tenia una enorme erección, pero no me atrevía a hacer nada. El perro se echo de espaldas en el suelo y abrió las piernas, yo comencé a acariciarle el estomago al perro, mientras le miraba el pene, no resistí la tentación de tocarlo, nada mas para ver como era, pero quite la mano rápido, producto de los nervios. Al ratito lo toque de nuevo, esta vez lo toque bien, lo acaricie un poco, después corrí la mano de nuevo... y al rato lo toque de nuevo, esta vez fue harto rato, al quitar la mano el perro se levanto, y para sorpresa mía hizo exactamente lo mismo de hace algunos años, apoyo sus patas delanteras sobre mi tratando de agarrarse con ellas de algo.
Yo medio temeroso me fui poniendo en 4 patas, el perro se monto detrás mío y me abrazo las caderas. Allí me di cuenta que tenia puesto todavía el pantalón de colegio, yo recordaba que la vez anterior el perro me había mojado el pantalón. Me levante sacándome al perro de encima y me quite el pantalón quedándome en ropa interior. Y volví a ponerme en 4 patas, el perro me volvió a abrazar de las caderas, y empece a sentir el pene del perro golpeando mis nalgas. Estaba tan excitado que ya no resistí, y me baje un poco el calzoncillo, dejando solo mi trasero descubierto. Sentí el pene del perro resbalando por mis nalgas lo que me dio un escalofrío, el pene se sentía caliente y resbaloso, aunque muy flácido.
Cuando pasaba cerca de mi ano se sentía rico, además que me asustaba un poco porque pensaba que en cualquier momento me podía penetrar, eso te aceleraba el corazon, pero el perro se bajo de encima mío, y para mi sorpresa metió el hocico entre mis nalgas olfateando, y comenzó a lamerme el ano, eso se sintió fabuloso, al sentir la lengua del perro lamiéndome el ano desee que me penetrara luego, porque se sentía muy rico. El perro volvió a subirse encima mío, esta vez arquee la espalda y levante mas el trasero, sentí el pene del perro mas duro, pero bastante delgado, rozaba mis nalgas y no lograba encontrar mi agujero. Empece a mover un poco el trasero tratando de que el pene entrara, pero no lograba apuntarme bien, el perro volvió a bajarse de mi, y volvió a lamerme el ano, yo abrí las piernas, arquee nuevamente la espalda y levante el trasero, esta vez quede mas bajo. El perro me monto y al mismo momento sentí una puntada al lado del ano, era el pene del perro que era puntudo y duro el que me había golpeado, me dolió bastante, tuve que tirarme en el suelo de lado, mientras con una mano me sobaba al lado del ano.
Pero lo volví a intentar, esta vez me saque completamente el calzoncillo, me puse en 4, con las piernas abiertas y el perro me monto, agarre con una mano el pene del perro y lo acerque a mi ano, de pronto el perro volvió a enterrarme el pene al lado de ano, me dolió de nuevo, pero a la segunda envestida me penetro, cuando lo sentí entrar volví a apoyar mi mano en el suelo. El perro me abrazo mas fuerte y comenzó a culiar rápido. La verdad el pene del perro se sentía molesto, daba como ganas de ir al baño, no era lo placentero que yo me imaginaba que era, pero eso fue al principio luego me acostumbre y ya no sentía ganas de ir al baño. Se sentía rico, el pene acariciaba los bordes de mi ano al entrar.
Mi pene se endureció al máximo por el morbo que me daba estar siendo cogido. No debe haber pasado mucho rato cuando empece a sentir que el pene del perro me penetraba muy profundo, también estaba mucho mas duro y grueso, lo que me comenzó a molestar un poco, luego me entro como una desesperación y me pare rápidamente, el pene del perro salió completamente de mi, al darme vuelta a mirarlo pude ver un pene inmenso, mas grande que el mío, era de un color entre rojo y rosado, mas grueso en el centro que en la punta.
El pene del perro expulsaba de repente chorros de liquido, los que caían en la alfombra, la excitación ya se me había pasado, así que con algo de trabajo eche al perro al patio, y me volví a colocar el pantalón. Sentía mi ano dilatado y con algo de ardor, estaba muy húmedo y era molesto eso, así que me fui a dar una ducha... mientras me duchaba pensaba en la estupidez que había echo, y me dije a mi mismo que no lo volvería a hacer.
Después descubrí que podía hacer que el dogy me lamiera el pene, por lo que al masturbarme siempre dejaba primero que el perro me lamiera el pene y los testículos, aveces también le dejaba lamer mi ano. Era fácil hacer que me lamiera, era cosa nada mas de untarme con algo que al perro le gustara lamer. Me desnudaba y me acostaba de espaldas en el suelo, habría mis piernas y dejaba que el perro me pasara su lengua caliente por todo mi sexo, lo que era muy relajante.
Luego de un tiempo, deje que el perro me montara otra vez, fue con la intención de devolverle el placer que me daba al perro, total no perdía nada con dejarlo cogerme. Esta vez el perro se corrió dentro mío, pero eso lo voy a tener que dejar para el próximo relato, porque este ya esta muy largo...