Me creen semental

Es preciosa alta, morena clara, unas preciosas y enormes piernas bien hechas, unos muslos que están para acariciarlos, unos senos bien formados, redondos, deliciosos, para chuparlos. Su cabello precioso. Tiene un cabello negro hasta media espalda, que se desliza por sus senos. Es lacio y brillante. No creo que nadie, al observarla, no la desee. Sus ojos son azules y su cara demuestra que es toda una mujer apasionada en la cama. Tiene cara de desasosiego sexual, es preciosa. Además posee un culo enorme.

Me creen semental

Laura está convencida de que soy un semental reproductor, todo por que a ella la dejé embarazada a la primera vez que nos revolcamos en su cama, a pesar de llevar tres años de casada con su marido y este no lo había logrado, a pesar de ser cubierta por este a lo menos dos veces a la semana, además de haber estado sometida a tratamientos por médicos y no pasaba nada, me trae amigas que ella sabe que quieren tener un hijo, me las provee, solicitándome hazlas felices y déjalas preñada igual que a mi, yo feliz las agasajo con mi pene satisfaciéndolas y satisfaciéndome.

Hoy circula por este dormitorio Estela, una amiga de su infancia de Laura, está casada con un individuo egoísta y maduro que no le da importancia a la descendencia. Estela desea un bebé y por eso esta con depresión, casi llegando al suicidio y a la separación de su marido, su única solución es un embarazo que finalice con un bebé.

Recurre a su amiga para ver la solución, la amiga no encuentra más lógico que presentármela para que la monte y la preñe.

Me presenta a Estela me diciéndome, esta mujer de 30 años es mi mejor amiga así que debes darle todo lo que desea y dárselo bien, ya que su marido viejo no le hace ni cosquilla.

Sus órdenes son leyes y debo cumplirlas: Casada con un hombre de edad madura, el cual es un marido protector y abastece a la casa de todo, menos de lo que ella espera, orgasmos sexuales; vino a la casa de su amiga, aquí la esperaba, unos días antes había estado conversando Estela con Laura, insistió que con su marido, no pasa nada, Laura la preparó para el siguiente paso y complacencia de su feminidad y que yo le iba a dar, esos orgasmos y pasión que ella tanto deseaba..

Conversamos los tres y luego de la conversación no tengo la menor duda. No la satisface en la cama. Nunca sintió, ella, que estallara dentro de si la locura del orgasmo, además a su marido no le interesa tener descendencia, ella se encontraba perturbada, agitada, ansiosa.

Es preciosa alta, morena clara, unas preciosas y enormes piernas bien hechas, unos muslos que están para acariciarlos, unos senos bien formados, redondos, deliciosos, para chuparlos. Su cabello precioso. Tiene un cabello negro hasta media espalda, que se desliza por sus senos. Es lacio y brillante. No creo que nadie, al observarla, no la desee. Sus ojos son azules y su cara demuestra que es toda una mujer apasionada en la cama. Tiene cara de desasosiego sexual, es preciosa. Además posee un culo enorme.

Su cuerpo comenzó a temblar, cuando mis dedos y manos comenzaron a recorrerla, su cuerpo se enardeció, cerró sus ojos, se dejó llevar por el momento. Sentía claramente mi mirada en su espalda, en sus caderas, no sé porqué, pero casi me solicitaba que se las tocara, fue una sensación de coraje, pero a la vez su cuerpo sintió algo contrario a lo que su mente le decía, sentía un chorro de sus líquidos salir por su vagina, oh! ¿Cómo podía ser eso? las ideas comenzaron a cruzar su mente, por un lado estaban sus sentimiento de mujer casada y por el otro sus sentimientos de mujer casada insatisfecha, los cuales afloraron y comenzó a besarme, a cooperar conmigo, sus nervios y sus temores se fueron desvaneciendo, sus sentimientos comenzaron a traicionarla, logrando vencer la breve resistencia que al principio me opuso. Además no tenía escapatoria, de todas formas yo quería cogerla y no me iba a detener hasta hacerla mía.

Fui tierno, sus temores se fueron desvaneciendo poco a poco y luego su entrega fue total, mis manos subiendo y bajando, arrastrando la tela de la falda, moldeando sus exquisitas piernas la desnudé, atrás quedó la ropa interior, sus pechos ya estaban desnudos por completo, sus pezones, de apretarlos y juntarlos para poder llegar con mi boca a lamerlos mientras mi pene salvaje se encargaba de acariciarle su vagina, su cuerpo la urgía y la admiré sin ropa era agraciada.

La acomodé en la cama. Separándole las piernas al máximo, sus vellos eran cortos, sus labios eran grandes y su clítoris también, Enseguida me echo encima de mi, con mi cabeza a la altura de su monte de Venus, metiendo la nariz completamente entre su mata de vellos, no era una mujer velluda, pero como no se depilaba tenía un monte bastante revuelto. Y comencé a lamerlo. - "Pero preciosa si tú también tienes deseos y ganas de ser disfrutada mira como estas de mojadita".- Era cierto, su cuerpo estaba reaccionando a lo que sucedía. El sentir mi lengua ahí hizo que abriera aún más sus piernas para recibir toda mi lengua. – "¿Te esta gustando verdad? Desde que te vi, me di cuenta que eras una mujer sexy encerrada en un cuerpo de señora seria".- Se enderezaba ayudada de sus codos para ver como metía mi cabeza entre sus piernas y lamía vagina, es que su marido nunca se lo hacia, pero se fue tranquilizando llevándola suavemente al orgasmo con mi lengua, ella quería mas, quería comerse todo, hacía que sus piernas temblaran, su cabeza cayo hacia atrás con un grito de placer.

Acerqué mi pene a la entrada de su vagina y enloquecía su agujero con la pelada y roja cabeza, me dejó que lo recorriera en círculos, acaricié el clítoris una y otra vez y cuando ella estaba casi inconciente de placer, mis manos guiaron el pene y de un solo empujón lo enterré en su interior. Cada empujón mío era un nuevo movimiento que la clavaba en la cama, pero nada le importaba, excepto la sensación de plenitud que la invadía con ese miembro dentro, Estela facilitaba al máximo la penetración, abriendo sus piernas casi paralelas a mis hombros, elevando sus caderas. Comencé a moverme, rápido, con un mete y saca que la ponía loca, hasta que logré hacerla alcanzar los inicios de un delicioso orgasmo, fue fenomenal, comenzó a gritar, a mover su pelvis, a rotar sus caderas de un lado para otro, hasta que la sentí explotar en un orgasmo fenomenal, mi pene dentro de su vagina vaciaba por borbotones chorros de semen que la recorrían hasta el fondo de su matriz.

Se relajó después de esa lucha cayendo en un sueño. Aproveche de recorrerla entera, con mi miembro, sus senos, sus caderas, sus piernas, su sexo al cabo de una media hora estaba nuevamente con mi pene en posición de combate, tieso mirando hacia el cielo, curvo en su extremo, -ella me mira y dice " en verdad quieres mas, mi cuevita aun esta adolorida, pero métemelo"-. No necesite nueva orden, cogí sus piernas las acomodé sobre mis hombros y la penetre profundamente sacándole ayees de dolor y placer, comencé a moverme de una forma rítmica, deliciosa, haciéndola gemir, cualquiera que la hubiera escuchado no creería que estaba siendo forzada, pero ¿lo estaba? me acomodé arriba de ella hasta alcanzar con mi boca sus tetas, se las mordisqueo, que placer sentía.

Nuevamente la tuve al borde del delirio comenzó a gritar como loca, movía su pelvis tratando de rotar sus caderas de un lado para otro en un ocho, hasta que nuevamente la sentí explotar en su orgasmo arañándome mis hombros y apretándome con sus piernas en contra de su cuerpo, casi impidiéndome moverme, hasta que la rocié con mis ríos de semen en el interior de su rendija sexual. Con gran placer se relajó cerrando sus ojos y abrazándome contra ella al tiempo que emitía un ronco resuello de placer… Luego me susurra…"no solo voy a tener un bebé contigo, quiero tener dos".

Reposamos un poco nos levantamos y nos retiramos en su vehículo, antes de bajarme de este en el centro de la ciudad, me dio su número celular particular para que la llamara en unos diez días más,…esto es parte de otra historia.