Me convirtieron a la fuerza en una nena
Conoci una chica y por intentar ligar con ella acabe siendo su perra chantajeado.
Capitulo 1.
Todo empezaba una noche de sábado, de fiesta en una discoteca, yo, junto con dos amigos mas, pasaba la noche de local en local, en uno de ellos conocí a una chica, se llamaba jessica, fui yo quien se le acerco, me llamó la atención lo guapa que era, morena de pelo largo y liso, ojos marrones y unos labios preciosos, era delgada y bonita.
Ella se mostró simpática, lo que hizo que mis amigos desde atrás me incordiaran susurrándome que a esa tenía que tirármela, que tenía pinta de ser una guarra y chuparla bien y que se yo la de burradas mas. Burradas que sospeché ella escuchó. Después de hablar un rato me dijo que debía marcharse, a lo que yo sugerí que nos viésemos otro día ya que vivíamos en la misma ciudad, se me quedo mirando de arriba abajo y en unos segundos respondió.
- ¿porque no?
Pedí un bolígrafo al camarero y detrás de una consumición de la discoteca ella anoto su número de móvil.
No me hice mucho de esperar, pues al día siguiente, domingo la llame después de medio día.
- hola ¿jessica? Soy jose, ¿me recuerdas?
-si claro, dime, veo que te has acordado de mi jejeje
-desde luego, me preguntaba si esta tarde podríamos quedar
-mmm si te apetece podemos quedar en una cafetería de una amiga
(la verdad me sorprendió su iniciativa)
Hablamos durante unos minutos, y me comentó por donde quedaba aquella cafetería.
Me arregle para la cita y salí para aya, no fue difícil encontrar el lugar.
Entré y aya estaba ella sentada, me pareció mas guapa aun con la luz del día, me acerqué a ella y le di dos besos, me senté y al momento su amiga llego para preguntarnos que tomaríamos, antes de que yo dijera nada, ella dijo
-ana pon dos cervezas.
-¿Sueles quedar así a menudo con chicas? (preguntó)
-en realidad de vez en cuando si, cuando conozco a una chica que pienso merece la pena (dije yo para que no sonara lo arrogante que había parecido)
-¿así que eres el típico ligón verdad?
-bueno, no me llamaría a mi mismo ligón, pero si, la verdad es que tengo bastante éxito. Después de esa parrafada bebí mi segunda cerveza casi de un trago.
Empecé a encontrarme algo mal, de repente me entro sueño, y al mismo tiempo mareo, le dije a jessica que no me encontraba bien, y ella me dijo que podía subir a su casa que estaba a la vuelta de la esquina para lavarme la cara o descansar, no me pareció mala idea puesto que me costaba tenerme en pie. Ayudado por ella caminé calle abajo entramos en un portal y bajamos a un sótano, me recostó en un sofá y sin darme cuenta en unos segundos cerré los ojos y caí dormido.
Abrí los ojos poco a poco, ¿Dónde estaba? No era el lugar en el que me había dormido. En seguida eso paso a un segundo plano, de repente mire mi cuerpo, me ví con un cinturón de castidad, una faja muy apretada, medias negras hasta medio muslo, uñas postizas, sostén y además al separar mi cabeza de aquel sillón una larga peluca lisa y caoba caía sobre mi espalda.
Mire hacia mi alrededor y solo vi una puerta, intente forzarla pero no hubo manera de abrirla. Acto seguido me arranque las medias, estire de la peluca, pero no salía, ¿quien me había hecho esto? , me entró el pánico.
Al momento se abrió la puerta y me eche atrás. Apareció jessica y desde fuera se dejaron entre ver dos tipos que la esperaban. Ella entro a esa habitación.
Hola, ¿que tal despertaste?
¿¿¡¡Que coño me estas haciendo perra.??!!
Creo que resulta evidente, desde que te conocí en la discoteca pensé que eras el típico hombre que degradaba a las mujeres. No fue difícil hacer que mi amiga drogase tus bebidas en la cafetería y traerte aquí. Ahora tu vas ser mi perro, o mejor, mi perra.
¿ piensas que haré algo de lo que me digas? Dije yo
Si, lo harás si quieres volver a salir alguna vez de aquí.