Me convierto en la perrita de mi profesor 2

La alumna que me follé hace un mes hace que las asesorías se vuelvan interesantes. Se ha vuelto mi perrita y su coño está sediento de verga madura.

Las asesorías sin duda se habían vuelto más interesantes desde que la empollona delante de mí se había inscrito. Ya había pasado un mes desde aquel arrebatado encuentro en el salón de clase y fue inevitable volver a repetir, especialmente cuando mi nueva alumna estrella se concentró tanto en la materia. Lo malo es que se pone como una fieresilla y no me deja tocarla hasta haber resuelto todas sus dudas.

Particularmente hoy aquello representaba un problema porque se le había ocurrido presentarse con una falda de cuero negra que se entallaba perfectamente a ese culito moreno que me encantaba dejar rojo. En la parte de arriba traía una sudadera grande, pero con ciertos movimientos se podían notar sus pezones erectos debido a que no usa sujetador. Todo eso lo acompaña con una botas de tacón bucaneras que no hacen más que aumentar las fantasías que tengo con la joven morocha que tengo enfrente.

-¿Me escucha? Le hago una pregunta y solo me está viendo las tetas, profesor - dice fingiendo inocencia, un juego que he notado la excita demasiado.

-No sea impertinente - le reprendo como sé que le gusta -Creo que ya ha entendido bien, puede retirarse.

-No lo sé, creo que necesito más - juega con las palabras y de alguna forma termina arrodillada y acercándose a donde me encuentro sentado.

-¿Qué cree que le falta?

-¿Algo rico? - dice antes de quitar su sudadera dejando descubiertos sus grandes senos y dejándome comprobar que sus pezones están tan erectos como esperaba.

-Entonces gatea hacia mi, perrita, muéstrame que es eso rico que quieres probar.

Se pone en cuatro y me quedo hipnotizado viéndole las tetas ir de adelante hacia atrás al igual que el movimiento circular que hace con su culo al gatear.

Cuando está frente a mi no espera para pegar su boca a mi erección aún con los pantalones puestos. Como la buena perrita que es lame, besa y reparte pequeñas mordidas mirándome a los ojos, tal como le he ordenado desde que empezamos esto.

Después de la cogida del salón de clase nos contactamos por mensaje. Yo quería dejarle en claro que nada de lo que hicimos influiría en sus calificaciones y como respuesta me mando un emoji del dedo medio. Como quise dejarle el culo rojo en ese momento.

Luego seguimos hablando y me preguntó si había hecho esto con otras alumnas en el pasado, lo que respondí en negativa. Además, Marta pensaba que estaba en mis cuarenta cuando realmente acabo de cumplir cincuenta y uno.

Regreso al presente y la tomo de la trenza que estoy a punto de joderle y tiro hacia atrás, la tomó del mentón y me encuentro con su mirada desafiante.

-¿Cuantas veces te voy a decir que la perritas como tu son sumisas y no desafían?

-Tal vez algún día tu polla me convenza - se burla y tiro un poco más de su cabello.

Quito mi mano de su mentón y le meto dos dedos a su boca.

-Cállate y empieza de una puta vez, que para eso sirves más que para hablar - empiezo con la humillación que sé que le llena las bragas de su propia excitación. Ella obedece sin dubitaciones, pasa su lengua por mis dedos mientras desabrocha mi cinturón con rapidez. Sin esperar que la dirija saca mi pene hinchado y se lo mete todo a la boca.

Carajo.

-Eso es perrita, cuanto se nota lo mucho que te gusta tener mi polla en lo más profundo de tu garganta - ella gime y hace un movimiento exquisito con su lengua alrededor de mi hinchada verga.

Ha tenido el control ya por mucho tiempo, así que empiezo por estirarme hasta alcanzar el dobladillo de su falda. La deslizó hacia arriba de manera que al final quedó con la maravillosa vista de su culito desnudo. Le doy una nalgada.

-¡Tan desesperado está tu coñito que vienes a la universidad sin ropa interior - le doy otra nalgada.

-Ahhhh - suelta cuando mi mano desciende a su sexo completamente mojado, capturó su clítoris entre mis dedos y lo pellizco con fuerza, a lo que ella vuelve a jadear.

-Respóndeme zorrita - está vez unto mis dedos con su propia humedad y con ello empiezo a lubricar su culito haciendo que empiece a mover las caderas de manera circular.

-Tenia la esperanza de… ser follada por usted, profesor - meto un dedo en su culo y ella exhala.

Lo que más me prende de Marta es ese culito sin estrenar que hasta ahora se muestra reacia a ofrecerme, solo deja que meta uno o dos dedos mientras la follo o cuando jugamos antes como ahora.

-¿Segura que solo conmigo? ¿O también andas levantado la falda a los niñatos de tus compañeros?

-¿Celoso, profesor? - le doy otra nalgada y le introduzco un dedo más haciendo que mi verga termine rozando sus labios y sintiendo sus labios gruesos.

-Responde y no me retes, Marta.

-De acuerdo, Fabián - dice haciendo que mi verga se estremezca con su respiración agitada - La única verga que ansío en mi coño es la tuya, tu eres el único macho que me llena de leche y me deja satisfecha - le doy otra nalgada, saco mis dedos de su ano y con ambas manos libre me vuelvo a apoderar de su cabello.

-Que buenos que sepas la perrita de quien eres, ahora chúpame la verga hasta que obtengas tu rica lechita - ella logra sonreír con perversión antes de que la empuje hacia mi verga.

Formo dos coletas y con fuerza la hago hacerme la manada más intensa que ha hecho en su vida. Incluso me impulso para que sea más duro. Levanto la vista y me deleito con su rostro enrojecido, sus regordetes labios lo más abiertos para recibir las estocadas de mi polla y la saliva que escurre de ella.

-Mfrfrr - es lo único que sale de su garganta además de las arcadas que aguanta como toda una zorra.

-Joder, te acercas a otra verga y te juro que te follo tan duro que ese coñito nunca se olvidara de a quien le pertenece.

Ella gime y tira de sus pezones a la vez que su otra mano viaja a su vagina necesitada.

-Sí, perrita, quiero que te corras porque ya estoy por alimentarte.

Le digo antes de acelerar tras unas últimas estocadas un poco más lentas la veo correrse y lo hace con tanta fuerza que al bajar la vista veo sobre mi alfombra con una mancha de humedad. Eso es suficiente para correrme, saco mi polla de su cara y dejó mi leche entre sus pechos y en su boca. Ella lo traga sin que se lo ordene y con un dedo recoge lo qué hay en sus tetas para lamerlo sensualmente.

-Ahora limpia - ella obedece gustosa y empieza a pasar su lengua por mi polla sabiendo que volveré a estar duro de nuevo para taladrar su caliente coño.

No obstante, nos sorprende que toquen mi puerta y ella está estupefacta al escuchar la voz de la directora. Sin pensarlo mucho se levanta toma su mochila y su polera para esconderse debajo con mi escritorio.

-Adelante.

Me desconcentro de la puerta mientras entra Katrina para ver a mi estudiante que tiene en su rostro una mirada codiciosa. No me abroché el cinturón así que se le es fácil volver a sacar mi pene para jugar con el.

-Ya tengo lo papeles del divorcio, aunque después de tanto años no entiendo por qué no nos quieres dar otra oportunidad - suelta mi casi ex esposa y siento el calor alejarse de mi verga, sabiendo que tendré que calmar una rabieta después de esta conversación.