Me convierto en la mujer de mi padre Parte II
Como sigue la historia
Hola a todos y todas, hoy os contaré mi segundo relato: soy una mujer de 45 años, casada, con 2 preciosas hijas, soy una mujer la verdad normalita, aunque me gusta cuidarme, soy de cabello castaño claro y lacio, piel blanquita, ojos miel, mido 1.68cm y peso 69kg.
Hoy quiero contaros el día posterior a ese encuentro:
Al día siguiente de atender a papá, me levanté se puede decir en alguien totalmente diferente, ya no sólo era la sustituta de mamá en la casa si no que ahora también era la esposa sustituta.
Eso me hacía mantener otro carácter en la casa, tanto me lo tomé en serio que me pensé en abandonar los estudios mientras mamá se recuperaba y así hice.
Me levanté con la lechecita de mi papá todavía en mi cuerpo desnudo, que placentero era aunque ya no estaba líquida pero se sentía muy rico pues yo me lo tomaba como una marca.
Me levanté en silencio, desnuda y me fui al baño intentando no hacer ruido, me miré en espejo y una sensación de orgullo inundó mi ser. Al reto reaccioné, me metí en la ducha y pensaba en la noche con papá, estaba feliz pero tenía que hacer mis quehaceres antes de que se despertaran. Me vestí y me puse a ello, al rato se levantó mi papá:
Hola papi, buenos días, ¿Que tal dormiste? - le dije mientras le servía el café con las tostadas.
Muy bien hija y ¿Tú? - me contestó
Muy feliz papi, muy feliz - le dije con una sonrisa
Que bien hijita, así me gusta - me dijo empezando a desayunar.
No tenía mucho tiempo para entrar en detalles con mi papá de decirle que quería más pues mis hermanos se estaban empezando a despertar y tenía que ponerles los desayunos, cosa que hice de inmediato.
Mi papá terminó de desayunar y fue a la cocina a pos su fiambrera del trabajo:
Oye papá, como mamá está enferma, para no dejarla sola y ocuparme mejor de mis obligaciones pensé en no ir a clase... - le dije con mi voz angelical
Está bien hija, pero solo mientras esté en cama - me dijo dándome un beso en la mejilla y despidiéndose.
Terminé de preparar la comida del colegio de mis hermanos y empezar a fregar las cosas mientras hacia mi desayuno y el de mi mamá.
Cuando mis hermanos terminaron, recogí y dispuse todo para ir a desayunar con mi mamá:
Buenos días mamá, el desayuno - le dije entrando
Hola hija, buenos días, me dijo incorporándose
Vas a llegar tarde - me dijo mientras le daba su bandeja con el desayuno
No mamá, papá me dio permiso para estar en casa mientras tú te recuperas y así hacer las cosas de la casa
Vaya, veo que te lo tomaste bien en serio - me dijo sorprendida
Sí mamá, hay que satisfacer a los hombres y si voy a clase no me podré concentrar - le dije comiendo
Estuvimos un buen rato hablando hasta que:
Y... Bueno.... ¿Anoche? - Me dijo algo preocupada
¿Con papá? - le dije
Si hija - me dijo tristona
Mamá, si te soy sincera... - me quedé callada- fue maravilloso, no me dolió, y terminó sobre mi tripa y pechos, hoy me levanté y me miré al espejo y me sentí superorgullosa, la verdad... quiero que pase otra vez - le dije feliz
Que bien hija mía, papá sabe hacerlo pero no debes pedírselo tú, debes esperar a que él desee - me dijo ya más relajada.
Estuvimos desayunando y hablando de las cosas de la casa, cómo hacerlas, etc. Al terminar de desayunar recogí todo y me dispuse ha hacer los quehaceres de la casa. Estaba ya terminando, me quedaba el baño y empezar ya hacer la comida, pero mi mamá me llamó:
-Cielo ven - me dijo desde la habitación
Dejé todo para acudir donde mi mamá rápidamente:
¿Que pasa mamá, pasa algo? - le dije entrando en la habitación
No hija estoy bien, pero pensé en ayudarte con algunas cosas con papá.
No sabía a qué se refería pero mi corazón se aceleró
- ¿Con qué cosas mamá? - le dije sorprendida
Ella señaló su armario y con nervios lo abrí
- Allí hay algunos picardías que le vuelven loco a papá- me dijo sonriendo
Me quedé mirando el armario, había bastantes, me sorprendió pero uno me llamó mucho la atención. Era morado, con bastantes transparencia, tenía unos tirantes muy finos.
- Este es precioso - dije sobreponiéndolo sobre mi cuerpo
Mi madre no dijo nada solo sonrió y asintió.
Me quedé mirando más picardías y saqué 5, el morado, uno negro, azul, blanco y azul clarito. Delante de mi mamá me desnudé, ella se me quedó mirando mientras yo me iba probando uno tras otro los picardías, pese a que ella era más corpulenta que yo para ese entonces la estatura era la misma y la verdad me venía superlinda con ellos puestos:
- te quedan muy bien hija, a papá le encantará - me dijo con voz de orgullo
Fue escuchar sus palabras y un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo, tanto que llegue a humedecer mi vagina imaginando a mi papá haciendomelo tras esperarlo con ello puesto.
Estuve hablando con mi mamá de las cosas que le gustaban a papá en la cama, yo con cada palabra me excitaba más pero a la vez me daba miedo pues nunca las había hecho pero mi mamá me tranquilizó diciéndome que no me preocupara que él lo entendería.
Pasó la mañana volando hablando con mamá, terminé de hacer las cosas y de preparar la comida justo cuando mi papá llegó a casa, le puse la mesa y la comida mientras él se ponía cómodo. Terminó de comer y se dispuso a ir a dormir la siesta. Puse la comida a mis hermanos y sin comer me fui a mi habitación y me vestí con el picardías morado por si mi papá quería volver a desfogar conmigo.
Estaba sentada en la cama, esperando a mi papá con muchas ganas, el tiempo pasaba pero mi papá no venía y estaba algo apenada pero de repente, se abrió la puerta de par en par y mis ojos se pusieron como platos al ver a mi papá completamente desnudo entrando en mi cuarto:
No puedo dormir hija necesito relajarme - me dijo entrando y cerrando la puerta
Vaya hija, que... Vaya, estás muy linda y sexy - me dijo al verme
¿Te gusta?, Pedí algunos consejos a mamá para agradarte - le dije poniéndome de pie para que me viera bien
Mi padre se acercó y me dio una vuelta para verme entera
Vaya si me gusta, joder, no te esperaba así... uff me has puesto más excitado - me dijo agarrándome por las nalgas
Gracias papá, solo quiero servirte y que estés bien atendido, mamá me ayudó con consejos
¿Y que consejos fueron? - me dijo sorprendido
Siéntate - le dije sonriendo
Él se sentó en el borde de la cama, me dirigí hacia el y me puse de rodillas frente a él, agarré con mi mano su pene y empecé a morvérselo de arriba abajo, despacio, sin prisas, como me dijo mi mamá. Mi papá suspiraba, parecía que le gustaba y con esa expresión empecé a lamer su pene de arriba abajo mientras le acariciaba los testículos. Mi papá se tumbó dejándome hacer mi trabajo, me metí la punta de su pene en la boca, sabía muy rico, me gustaba y así disfrutaba moviendo la cabeza instintivamente metiéndome su pene lo que me entraba. Mi papá empezó ha hacer movimientos de cadera ayudando a esa penetración, así pues, yo me quedé quieta, con la punta metida en mi boquita apretando con los labios mientras él hacía los movimientos de penetración suaves pero seguido hacia mi boca. Mi padre suspiraba y bufaba, yo, notaba caer mi baba por mi cara impregnando más el pene de mi papá, no solté los testículos de mi papá masajeándoselos. Estuvimos así un buen rato, mis rodillas me dolían pero al ver a mi papá disfrutar de su nueva mujer aguantaba el dolor y me gustaba pues le estaba satisfaciendo. Mi papá me la sacó de la boca, venga hija que como siga así no aguantaré mucho, menuda decepción, la verdad quería saborear su dulce néctar pero debía cumplir:
¿Cómo quieres que me ponga? - le dije siguiendo de rodillas
De perrito pero no te quites el picardías.
Así hice me puse de perrito apoyando mi cara contra la almohada, mi papá se agarró el pene y lo pasó por mi vagina, la cual estaba chorreando esperando al pene de mi papá. Mi padre hiba a tomar posesión por segunda vez de su nueva vagina, pero esta vez no iba a tener cuidado. Puso su pene a la entrada de la vagina y de una la metió entera, mi boca se abrió pero ni un sonido pudo salir, sentí un dolor muy fuerte en mi vagina todavía inexperta, algunas lágrimas bajaban por mi cara mientras mi papá ferozmente hacia penetraciones mientras me daba fuertes nalgadas. Yo, como buena mujer, con la buena educación que me dieron no solté ni un quejido, ni un gemido, solo quería que mi papá disfrutara y si así le gustaba quién era yo para negarme. Notaba mis nalgas ardiendo, mi vagina a punto de reventar, la almohada llena de mis lágrimas, mi boca sin soltar quejido ni gemido, solo se escuchaba las aberraciones sexuales que mi padre emitía y sus testículos chocando ferozmente contra mí. Estuvo así un buen rato, ya no sentía dolor, no sentía placer, solo sentía obligación de cumplimiento de mi deber como mujer. Era mi papá sí, pero como su nueva mujer quería dejar claro mi posición y la suya, él me sometía bajo la fuerza sexual y yo, como buena mujer la aceptaba. Mi papá me agarró por las caderas y si pudo aún más me penetraba más fuerte, sin piedad, mi cabeza rebotaba contra la almohada, mis senos rebotaban contra mi cuerpo, el cabecero de la cama, ya loco de tanto frenesí rebotaba fuertemente contra la pared. De repente, mi papá, se paró en seco sacó su pene de mi vagina, con una de sus manos me dio la vuelta y empezó a terminar sobre mi. Mi tripa, mis senos e incluso en mi cara llegó algún resto de su néctar, me quedé inmóvil, extasiada, dolorida pero feliz de ver a mi papá caer rendido en mi cama. Ahí me quedé inmóvil, con su semen en todo mi cuerpo y cara, con las sábanas empapadas con mi flujo y con el sudor de ambos, la almohada mojada con mis lágrimas pero mi deber se cumplió, mi papá, tumbado, rendido, se quedó dormido en mi cama y yo sin moverme solo podía verle y sonreír.
Espero que os haya gustado, os leo en los comentarios.
Un beso
Leona