Me convertí en tu puta por pagar una deuda? 9

Final

Espero que os guste este último capítulo y lo siento por todos a los que les ha parecido algo largo, yo me he divertido. Gracias por leerme y espero vuestros comentarios. Besos a tod@s

La semana anterior fue una auténtica locura, pensé mientras entraba en el portal de casa. Me encontré a  Máximo en la puerta, ambos nos quedamos mirándonos el uno a otro, cogimos el ascensor y casi podía oír palpitar mi corazón. El impasible a mi lado parecía cansado y sus ojos estaban terriblemente tristes.

Sentí el impulso de pasar mi mano por su cara, sentir el calor de sus mejillas y apretarme contra su cuerpo que tantas veces habían recorrido mis manos, mis ojos y mi boca.

El ascensor paro y el m miro antes de salir, desde fuera su mujer me saludo más simpática de lo normal.

-Hola Alba como estas?

-Yo bien y tú?

-Mejor que nunca –contesto contenta-

Me despedí con unas tremendas ganas de arañarle la cara. Mire a Máximo antes entrar de nuevos en el ascensor y me fui.

Alberto estaba de nuevo de viaje con su amiguita, pensé en lo sola que estaba en esa casa tan vacía siempre. Me prepare algo de cena y me metí en la cama.

El día siguiente lo aproveche para arreglar los armarios y solo salí por la mañana a comprar un par de cosas, vi a Máximo a lo lejos con su mujer entrando en un restaurante.

Por la noche cene solo como casi siempre y a eso de las diez sonó el timbre, mi suegro entro y me siguió pegadito a mí.

-Esta incendiaria con esa camiseta y en braguitas, pareces una tierna adolescente

Metió su mano en mi braga y enseguida lo noto.

-Madre mía Alba –me dijo separando un poco mi braga para mirar mi sexo depilado por completo-

Allí en el pasillo con su mano dentro de mi braga me acaricio, separo los labios de mi sexo y me penetro con dos dedos, yo apoyada hacia atrás me abandone a esas caricias que pronto me llevaron a un orgasmo, antes de que volviera del todo a la tierra dijo.

-Ponte de rodillas golfa

Me arrodille en el pasillo y pronto note su polla en mis labios mientras notaba como tapaba mis ojos atándome su corbata. Seguí mamando su polla aun después de oír la puerta y sentir que entraba alguien.

-Ya la tengo ocupada, es que me enloquece esta puta con su boca. Vamos Alba hoy vamos a follarte en tu habitación.

Me guiaron hacia allí y me sentaron en la cama, sentí la polla del otro rozar mis labios y empecé a acariciarla con mi lengua, mientras mi suegro separo mis muslos y de rodillas ante mi aparto mi braga.

-Mira que coñito, parece una adolescente verdad? –El otro suspiro-

Mi suegro me bajo la braga, me la quito y separando mis piernas empezó a lamerme, su boca estaba matándome, su lengua recorría cada rincón de mi sexo, calentándolo, excitándolo y volviéndome loca. El otro se aprovechaba de mis jadeos metiéndome la polla bien adentro de mi boca. Me corrí de nuevo en la boca de mi suegro que no dejo de lamerme en ningún momento.

Tiro de mí y me puso de rodillas apoyada a la cama, el segundo aprovecho para sentarse donde yo y seguir haciendo que se la chupara, mientras mi suegro detrás de mí me la iba metiendo lentamente en el coño. Jadee y suspire sobre la otra polla el placer que me daba mi suegro preguntándome aun quien seria.

Mi suegro me follaba duramente como a ambos nos gustaba, el otro pellizcaba mis pezones mientras yo le chupaba la polla que ya estaba durísima. Tras un rato así mi suegro me levanto y sacándome la polla me empujo sobre el otro y yo apoyando las rodillas en la cama me clave la otra polla, movió las caderas mientras mi suegro acariciaba mi culo y me dio un azote.

-Muévete más puta, menea bien esas caderas

Otro azote más fuerte me escoció y al separar la mano esperaba el siguiente cuando sentí su lengua en mi culo, lamio y mordió mi carne caliente, separo mis cachetes y mojo con su lengua primero y luego me penetró con un dedo, lo metió suavemente y una vez dentro lo movía al ritmo de mis caderas.

-Así niña frótale ese coñito sin pelo

Saco su dedo y agarrándose a mis caderas empujo con su polla y pronto consiguió meterme el glande, empujo más y metió el resto. De nuevo estaba doblemente penetrada y volvía a retorcerme de placer.

Durante más de una hora me follaron doblemente intercambiándose entre ellos y cambiando de posturas, yo me había corrido dos veces más y ellos no paraban. Empecé a sospechar que habían tomado Viagra. Por qué no aflojaban en todo momento dos pollas me follaban deshaciéndome. Me pellizcaron los pezones y el sexo, me lamieron y me mordieron. Hasta que ya no podía ni moverme, ellos me movían como una muñeca de trapo. Hasta que tras mi orgasmo… ni me acordaba, me dejaron en la cama y note como ambos se corrían por mi cuerpo.

Luego a lo lejos note como me pasaban una toallita y se fueron dejándome allí derrotada, dolorida y completamente saciada.

No volví a ver a mi suegro en toda la semana a solas, solo nos habíamos encontrado un par de veces con gente, cuando el sábado siguiente había una cena. Baje pronto a preparar parte de la cena que me tocaba a mí, entre en la cocina a preparar las cosas cuando oí una voces fuera en la terraza.

Pronto me di cuenta que eran mi suegro, su hermano, el “padre” de Máximo y el marido de la prima de Alberto, estaban todos los hombres de la familia menos Máximo y Alberto.

Escuche la conversación y casi me caigo de espaldas al oír a mi suegro hablar de mí.

-Ya os dije que la putita de mi nuera no nos defraudaría –dijo mi suegro-

-Nunca pensé que no se daría cuenta que éramos dos desde el principio –dijo el hermano de mi suegro-

-Pues no lo noto ni al principio ni la semana pasada –dijo el marido de la madre de Máximo-

-Vaya tres viejos verdes estáis hechos, con razón tuvisteis que arrimar la sardina los tres sino esa os mata, no veis que casi podéis ser sus abuelos? –Se reía el marido de la prima y yerno del hermano de mi suegro-

Se me cayó el plato y en un momento mi suegro entro.

-Eres un cabrón –le dije saliendo hacia la puerta de la calle-

El me siguió y no pare hasta el parque allí me alcanzo. Y me pidió que parara que dejara que me lo explicara.

-Alba…

-Quiero saber toda la verdad, toda o me voy

-De acuerdo

-Quien me follo las primeras veces? Es cierto que erais los tres?

-Si

-Joder pero si el padre de máximo tiene casi setenta años

-No es su padre, es más joven que mi hermana, tiene sesenta y seis

-Joder porque me habéis hecho esto? Que os he hecho yo?

-Es culpa mía, enteramente mía.

-Todo, es tu última oportunidad.

-Bien empiezo por el principio

-Vale

-Sabes que no me caías bien, lo que no sabes es por que

-Si lo se queríais a la otra

-Sí, es cierto. Pero no había razón para que te tuviera tanta rabia, si acaso la decisión era de mi hijo. Todo empeoro cuando te vi con Máximo, cuando vi tu cara mientras él te follaba ya no pude borrarla de mi mente, al principio solo os miraba a veces y me masturbaba de rabia, convenciéndome que solo lo hacía por mi hijo, pero sé que no es verdad.

Un día me cazó mi hermano y también os vio, entonces se aficiono y entre los dos cubríamos vuestros encuentros, os vigilábamos y os grabábamos. Los convencí a los dos, al marido de su madre también de que si os grabamos tendríamos pruebas en tu contra por si tirabas de la manta, pronto los convencí que necesitábamos más, atacarte para que lo dejaras y empezó el chantaje.

Solo debíamos hacerlo ese día y grabarte, ellos así lo creyeron pero yo estaba obsesionado y seguí a escondidas. Luego cuando mi sobrino lo corto y tú y yo nos entendíamos me cazaron y quisieron participar. El resto ya lo sabes.

Intento cogerme del brazo y le dije:

-No vuelvas a tocarme nunca más. Al menos por tu hijo has que esto no se sepa.

Me excuse ante todos y subí a casa, allí rápidamente hice mis maletas, mientras ellos cenaban abajo. Cuando Alberto subió se quedó mirando las maletas

-Me voy Alberto, esto se ha acabado

-Que ha pasado Alba parecía que íbamos tirando, las últimas veces nos ha ido muy bien –se refería a los últimos polvos-

-No funciona, no podemos seguir así y lo sabes. No podemos follar como animales en el suelo y luego irte con tu amiga. Eso nos terminara pasando factura

-Lo sabes?

-Si Alberto. Aceptémoslo las cosas pasan y el amor se acaba. Tú no me quieres y yo no te quiero. Creí que podía con lo que teníamos pero no puedo, necesito alejarme de todo esto

-Te vas ahora? Tenemos que hablar de todas las cosas

-No quiero nada Alberto, solo mi ropa, pide los papeles y te los firmare

Me acerque y le bese los labios, el respondió a mi beso y al momento ambos nos separamos.

Dos meses después había firmado todos los papeles, tenía un nuevo trabajo y con eso y mis ahorros salía adelante bien.

Alberto quiso pasarme dinero, pero solo acepte mis cosas. Cambie el número de móvil y solo él lo sabía. No volví a ver a nadie.

Pasaron tres meses más y todo en mi vida era distinto, seguía echando de menos a Máximo pero me acostumbre hasta a eso.

El sábado iba a una boda de una compañera de trabajo y mi amiga y su marido pasaron a recogerme. Me había puesto un vestido rojo y negro que era como un kimono, con mil botoncitos y cuello alto. No enseñaba nada pero insinuaba mis generosas curvas. Mi amiga silbo al verme.

-Anda la sosita, estas muy guapa.

-Gracias

Llegamos al sitio, la boda se celebraba en casa de los padres del novio, en los jardines. Era precioso hasta que se acercó a recibirnos el padre del novio y para mi sorpresa era uno de los amigos de mi suegro del bar.

-Hola preciosa, cuanto tiempo –se acordó de mí, me agarro la mano y me la beso-

Intentaba escapar cuando desde atrás apareció mi suegro, me quede helada cuando lo oí.

-Hola Alba, cuanto tiempo, estas preciosa.

-Gracias

Tuve que presentarlo como mi ex suegro a mi amiga y su pareja y pronto apareció Alberto con una mujer a su lado.

-Hola Alba cuanto tiempo

-hola Alberto, como estas?

-Bien

La de al lado tiraba de su brazo y él nos presentó, enseguida la reconocí por alguna foto, era su primera novia. Qué curioso, la dejo por mí y al dejarle vuelve con ella. Me cayó mal desde el principio. Y yo a ella.

Enseguida se llevó a Alberto con una sonrisa y me quede de nuevo con mi suegro.

-No me has perdonado?

-Si

-Gracias, eres muy generosa Alba.

Pasó la noche y note como me miraba, al final ya estaba muy nerviosa y pensé irme, me despedí de todos e iba a coger un taxi, no permití que ellos, mis amigos se fueran antes por mi culpa.

Cuando fui a salir me encontré con mi ex familia política que también se iba. Nos despedimos dentro y me vieron esperar fuera.

-Con quien te vas? –Pregunto mi suegro-

-Espero un taxi

-Te llevamos mujer, a estas horas no vayas sola por ahí

-Cabemos todos? –Pregunto molesta la novia-

-Claro nos apretamos

Dentro del coche les dije que me sabía mal que vivía muy lejos y ellos cerca. A lo que la novia aprovecho para decir.

-Pues suegro podrías dejarnos primero? Me muero por llegar

-Bien

Llegamos enseguida y mi suegra le dijo a el

-Yo creo que me quedo si no te importa, así me tomo la pastilla ya.

-Claro quédate, a lo mejor tardo un poco voy a pasarme a ver a los colegas que tenían cena

-Vale. Esperadme –les dijo a ellos que se iban después de que ella se despidiera de mi suegro efusivamente-

-Alba siento sus modales

-No te preocupes. Veo que al final has dado con la nuera que querías

-Touché, que mala eres

-Quieres un café?

-Vale –me apetecía-

Paramos en un bar de carretera, aparco en un rincón el todoterreno y bajamos, me cedió el brazo por los tacones tuve que aceptarlo.

Entramos y había gente, todo el mundo a  su rollo, charlamos de cosas intranscendentes hasta que me pidió.

-Alba alguna vez te acuerdas de lo nuestro?

-Claro hubo muy buenos momentos, me quedo con eso. Y tú?

-Casi a diario

-Te puedo hacer una pregunta sin maldad?

-Claro

-Como canalizas el lado ese?

-A solas. Tú tienes a alguien?

-No. Creo que deberíamos irnos

Pago y salimos a la calle, espere en mi puerta a que abriera y dio la vuelta, creí que venía a abrirme, pero se acercó peligrosamente y antes de darme cuenta su boca devoraba la mía, no me moví, no hice nada de nada.

-Eres consciente que desde que te vi me muero por deshacer cada botoncito de ese vestido?

-No me toques

-No quieres que haga esto Alba?

Empezó por los del cuello y fue soltando los botones de mi vestido, intente pararle y escapar pero su cuerpo me mantenía apretada al coche y a él.

-Déjame, no vuelvas a tocarme

-Calla puta va a oírte todo el mundo

-Pues deja que me vaya

-Donde vas a ir a esta hora?

-Lejos de ti

-Tienes miedo a esto?

Desabrocho los botones has mi cintura y lo abrió, suspiro y enterró su cara entre mis pechos, mis pezones reaccionaron. Mientras seguía mordiendo y chupando siguió desabrochando todo el vestido.

-Me recuerda a esa bata –dijo abriéndolo-

-Déjame por favor

-No voy a dejarte, no puedo evitarlo Alba, sacas al animal que hay en mi

-Eres un salido –quería ofenderle-

-No lo soy, después de ti solo yo he tocado esta  –me cogió la mano y la llevo a su polla-

Sus palabras y saber que estaba durísimo me excito, llevaba siete meses sin sexo y quise culpar a eso. Metió su mano en mis braguitas y toco los rizos de mi pubis, mis pezones estaban a tope, me dolían de duros y sus dedos hurgaron en mi rajita y pronto me penetro con dos.

-Putita estas a tope, no puedes evitar excitarte, aunque no quieras tu cuerpo si quiere

Devoro mi boca mientras entraba y salía de mi vagina y en ese momento salió una pareja, me giro un poco sin sacar los dedos y siguió más duramente

-Calla nena o te oirán

-Déjame

-Sabes que no lo hare, ahora mismo nada podría impedirme esto.

Mordí su hombro mientras me corría y el cogió la mano y la llevo a su paquete, se froto con mi mano, sentí el calor de su polla y desee tenerla dentro de mí, de mi coño, de mi boca, de mi culo…

Desabrocho su pantalón y saco su polla, subió mi pie al parachoques del coche y doblando las rodillas, aparto mi braga un poco y me penetro, yo ya solo podía gemir, jadear y hasta sollozar cuando la sentí.

-Dios preciosa mía que placer volver a estar dentro de ti. No te imaginas las veces que me he masturbado pensando en ti.

Empujo sin poderla meter de todo, pero me daba mucho placer y me corrí de nuevo, allí en un sucio aparcamiento detrás de su coche me estaba follando. Abrió el coche con el mando y me tumbo en el asiento y me quito las bragas antes de separar mis muslos para enterrar su cara en mi sexo, lo lamio, lo mordió, lo succiono como sabía que me gustaba y yo gemía ya totalmente entregada al placer que me había negado durante meses. Volví a córreme en su polla y subió al coche se colocó entre mis piernas y me penetro, esta vez me la metió hasta los huevos, entraba y salía de mi cuerpo como un salvaje, me pellizcaba el clítoris volviéndome loca, sentía latigazos de placer que recorrían mi cuerpo.

-Ponte de rodillas y prueba tu sabor de mi polla

Se la lamí mientras estrujaba sus huevos, más grandes que nunca, los metía en mi boca y succionaba y luego seguía con su polla

-Si nena, sí. Jamás había sentido esto, nadie me ha chupado así. Me matas de placer

Me tumbo con la cara pegada al asiento del coche y me la metió de nuevo, estaba mojadÍsima pero el empujaba con furia y le sentía destrozándome, volví a correrme, era tan fácil con él.

Mientras me corría paso su dedo por mi vagina y dilato mi culo, me separo los caches y apretó, empujo y metió el glande.

-Me duele, llevo demasiado tiempo y está muy dura

-Me va a estallar y quiero que estalle en tu culo

Empujo más y me escocia, me dolía, me excitaba y jadeaba, otro empujón

-Ya la tengo dentro más de media, ahora voy a abrirte del tos agárrate al asiento preciosa mía

Lo hice y empujo fuertemente y llore de dolor, de placer, de añoranza, de rabia por dejarme doblegar por una polla, por él y mi ya ex suegro enjuago mis lágrimas mientras me follaba sin piedad el culo.

-Te duele verdad?

-Si

Me giro la cara y lamio mis lágrimas, pero no paro metió su mano entre mi cuerpo y el asiento y me acaricio, note el calor subir, mas y más hasta que sentí su tensión y un fuerte chorro lleno mi culo mientras me corría como una loca.

-Si mi niña, saca hasta mi última gota, es todo para ti

Se apoyó sobre mí jadeando como yo, durante unos minutos no podíamos hablar, luego colocamos nuestras ropas y volvimos a entrar a tomar café.

Descansamos un rato mientras charlábamos relajados, una hora después me dijo.

-Nos vamos?

Salimos de allí y en la carretera paró dos minutos antes de llegar a casa y volvimos a follar como salvajes, luego me despidió con un largo beso que sabía a despedida.

Al llegar a casa pensé que mi suegro sabía bien como saciar mi cuerpo y que a lo mejor tampoco estaría mal de vez en cuando un encuentro ya que no quería ninguna relación amorosa, amaba a Máximo y eso dolía demasiado.

Durante las siguientes semanas le di vueltas al asunto, sin demasiada convicción, cuando de repente un día al llegar a casa le vi en mi portal.

-Hola Máximo

-Hola Alba

Estaba más delgado y la tristeza en sus ojos le hacía parecer más mayor.

-Podemos hablar?

-Sí, sube. Como has sabido donde vivía?

-Me lo dijo tu suegro, me lo ha contado toda Alba.

-Todo?

-Sí, que él era el del chantaje, los demás que se agregaron…

-Y a que has venido? –Por un momento pensé que también venía a pedirme su ración de sexo-

Le odie al pensarlo, pero más me odie a mí misma al reaccionar y darme cuenta que le daría cualquier cosa que me pidiera.

Colgué mi abrigo en la entrada y el hizo lo mismo con el suyo, pegándose a mí por detrás, sentí su aliento en mi nuca, su olor me atrapo y me paralizo su cercanía.

-Que bien hueles Alba

-No me he puesto perfume –dije tontamente-

-Lo sé, hueles a ti y es embriagador –me dijo abrazando mi cintura con un brazo-

Me pego aún más a su cuerpo, mientras me dijo al oído

-Te deseo Alba, no puedo pensar con claridad cuando te tengo cerca.

Por favor ya no podía respirar, mi cuerpo entero temblaba.

-Alba tu suegro me abrió los ojos y vengo a pedirte otra oportunidad, sé que lo nuestro fue algo raro y tremendamente inusual, pero quiero más.

-Cuanto más?

-Todo,  Alba

Me hablaba mientras sus dedos acariciaban mi cintura y con la otra mano apoyo unos papeles en el mueble del recibidor donde estaba apoyada, la vista se me nublaba por el deseo, pero abrí mucho los ojos al ver que era su petición de divorcio.

-Esto es?

-Si Alba, ella me dijo que jamás me harías feliz, que solo estaba encoñado contigo sexualmente, que yo necesitaba la estabilidad que ella me proporcionaba, pero no es cierto quiero vivir contigo en una montaña rusa, porque jamás me he sentido tan vivo como a tu lado.

Sus palabras me mataban de placer, al igual que sus manos recorriendo mi cintura.

-Sé que debería pedirte esto en una cena romántica, pero te deseo demasiado y solo puedo pensar en volver a poseerte, porque además tengo tanto miedo a que me rechaces que se me ha cerrado el estómago –dijo con una sarcástica sonrisa-

Me gire y tras besarle puse mi culo en el mueble del recibidor y cuando separe los muslos se colocó entre ellos al tiempo que le decía.

-Tampoco tengo mucha hambre

Pego su boca a la mía y ya no había marcha atrás, en unos segundos no

Devoramos impacientes mientras yo le desabrochaba el pantalón el me subía la camiseta, sacaba mis pechos y bajaba a lamerlos, saque su polla y la sentí dura y caliente en mis manos, el desabrochaba mis vaqueros y metía su mano dentro buscando mi rajita, levante el culo y me los saco junto con mis bragas.

-No puedo esperar pequeña

Me dijo antes de clavármela de un solo empujón y la cabeza me daba vueltas, su polla me llenaba y acariciaba mi vagina que se acoplaba a la perfección a sus duras embestidas. Me follaba con desesperación y yo agarrada a su cuello subía las caderas mientras mi espalda golpeaba la pared.

-No pares Máximo

-No podría hacerlo pequeña te he echado tanto de menos. Este año sin ti ha sido el peor de mi vida

No paraba de metérmela y sacármela mientras hablaba entrecortadamente.

-Quería convencerme de que solo eras un buen polvo, pero en el fondo sabía que siempre fue más que eso.

Sentía su polla tan dentro de mi cada vez, rozaba las paredes de mi vagina y me volvía completamente loca con sus palabras. Sentía como si mi cuerpo entero fuera de gelatina bajo sus manos que me acariciaban los pechos, me pellizcaban los pezones mientras arremetía cada vez más duramente hasta que me corrí.

-Así nena no imaginas lo que es sentir como aprietas y como se humedece mi polla cuando te corres con ella dentro.

La saco entre jadeos y se arrodillo entre mis piernas, separo los labios de mi sexo y empezó a lamerme primero, luego succionaba y mordisqueaba mi carne caliente, para volver a lamerla llevándome al éxtasis total con su boca, hasta que volví a correrme, se levantó y me levanto con él, yo quería coger su polla pero no me dejo.

-Nena ahora no podría aguantarlo, me muero por correrme.

Me dio la vuelta pegándome a la pared y desde atrás volvió a metérmela, me golpeaba cada vez que me hundía su polla, pero no me importaba le necesitaba tanto…

Acerco una silla que había allí y subió mi pierna, doblo un poco las rodillas y de nuevo me penetro haciéndome chillar del placer de sentirla dentro hasta los huevos. Moví las caderas y me clavo los dedos en la cintura

-Te amo Alba –me dijo justo mientras se corría- te amo pequeña

Y entonces volví a correrme con su polla y su semen bien dentro de mí. Ese día fuimos a cenar y después volvimos a casa, más tarde dormimos abrazados y a media noche me despertaron sus caricias y volvimos hacer el amor.

Dos meses después vivíamos juntos, no éramos la típica pareja, pero jamás había sido tan feliz. Una noche mientras me follaba como una bestia, estando yo atada me dijo

-Nena me vuelves loco. Nunca había sentido nada parecido. Te amo tanto,  pequeña mía. Se me ha ocurrido algo…

Dos noches después fuimos a una cena con la familia, todos iban poco a poco aceptando lo nuestro. Ninguno quería enfadar a Máximo y él les dejo claro que el primero que se pasara conmigo… hasta me dijo que podíamos vivir en otro sitio, pero yo no tenía problemas habíamos empezado de cero.

Después de la cena nos cruzamos con mi suegro y Máximo le dijo:

-Sube un momento me han regalado una botella que quita el hipo, quieres probar?

Mi ex suegro lo miraba con recelo, desde que me había mudado a penas teníamos contacto, todo cordial pero alejados.

La mujer dijo que se iba a dormir y el subió con nosotros, se sentó en el sofá mientras Máximo le preparaba la copa y yo fui a la habitación.

Les oía hablar, Máximo le agradecía sus palabras que le llevaron a ir a buscarme, le contaba lo bien que estábamos y lo mucho que me quería, sonreí mientras dejaba mi bata larga de seda que tanto le gustaba a mi suegro abierta.

Cuando entre al salón mi suegro alucinaba, solo llevaba la bata y mis braguitas, entonces Máximo le dijo

-Quieres hielo? –Mientras le hablaba se acercó a mí y tras coger un hielo lo paso por mis pezones y después de chuparlo lo metió en su vaso-

-Que…

-Si quieres hielo, sírvete tú mismo –le dijo de nuevo Máximo-

Entonces yo me acerque y le pase el bol, el cogió un hielo sin saber muy bien que hacer, entonces yo arquee la espalda y la bata se abrió un poco más.

-Tienes que hacer lo mismo que el si quieres el hielo –le dije yo-

Sin dejar de mirar a Máximo que lo alentaba, paso su hielo por mis pezones como había hecho el antes y lo lamio antes de meterlo en su vaso sin dejar de mirarme. Vi la excitación en sus ojos y después de mirarles ande despacio hacia la puerta mientras les decía

-Venís chicos?

Mi suegro atónito miro al otro que le dijo

-Vamos no?

Me siguieron por el pasillo y yo deje caer mi bata a mitad de camino y los lleve a la habitación que había preparado, los dos miraron la cama con dosel que dominaba la habitación cubierto de unas sábanas rojas de seda, el resto de la habitación estaba decorada en rojo y negro, una mesa, un par de sillones y alfombras.

Me senté a los pies de la cama y subiendo los pies me corrí hacia el centro. Dos minutos después cuatros manos me tocaban y dos bocas me besaban.

-Alba te has lucido es tan sexi todo... –dijo Máximo que no la había visto aun-

Y mi ex suegro asintió mientras hurgaba entre mis piernas y dos dedos me penetraban, jadeaba muy excitado.

-Solo hay dos reglas… no tolerare encuentros a escondidas y no quiero que nadie más sepa esto. De acuerdo?

-Te lo prometo Máximo, gracias por compartir esto conmigo

-Dáselas también a Alba los dos queríamos un poco más de morbo y al pensar en alguien más los dos pensamos en ti.

-Gracias Alba por seguir regalándome momentos inolvidables

-Gracias a ti por mandar a Máximo

-Te lo debía

Fue lo último que hablamos, ya solo pude gemir cuando me ataron a las cintas que colgaban de techo y entre los dos me follaron hasta que casi olvide mi nombre