Me convertí en tu puta por pagar una deuda? 8

Sigue...

Las siguientes semanas fueron como estar en una montaña rusa. Intente dejar de sentir, intente dejar de pensar en Máximo y cuando conseguía apartarlo de mi mente volvía a verlo unos minutos y todo volvía a estar ahí, ante mis narices.

-Hola Alba, como estas?

-Yo muy bien Máximo y tu?

-Voy llevándolo –la tristeza en sus ojos volvían a despertar mis sentimientos-

-Siento que no vaya tan bien como quisieras

-Pues a ti te veo estupenda, se ve que te sienta bien hacer borrón y cuenta nueva.

Entonces volvía a odiarle, además de ser el quien me plantaba para volver con su mujer, me recriminaba que intentara salir adelante.

Le deje plantado en la escalera y subí a casa, allí podía dar rienda suelta a mi desesperación y dejar salir el dolor que hacia sangrar mi corazón primero y después salía la rabia por lo injusto de todo lo que nos tocaba vivir. En el fondo no podía evitar recriminarle para mis adentros que la hubiera elegido a ella y al camino más fácil.

Alberto se iba el fin de semana con una de sus amigas, había descubierto que estaba liado con una colega.

Mientras cogía algo de ropa del armario me di una ducha y mojada me puse una vieja camiseta, Salí a la habitación y el dejo la ropa para mirarme.

La camiseta se pegaba a mis curvas por mi piel mojada, me mire al espejo del armario y vi como mis pezones erectos se transparentaban bajo la camiseta y bajando la vista vi también los rizos de mi pubis claramente bajo el algodón mojado. Mire a Alberto y vi su erección, la puta que había dentro de mi surgió y me tumbe en la cama, al lado de su maleta ya cerrada, me senté encima y abrí mucho las piernas.

-Ya te vas? –le dije casi ronroneando-

-A veces alba ya no te reconozco –me dijo mirando mi coñito sin poder evitarlo-

-Y no te gusta esta Alba?

-Me desconcierta

-Piensas demasiado Alberto, los dos sabemos que esto no va bien, pero mientras pasa el tiempo, que te impide divertirte?

Volvió a mirar entre mis piernas y supe en el momento exacto en que estuvo perdido. Se arrodillo junto a la cama y me devoro la raja con ansia, me penetro suavemente con dos dedos mientras se sacaba la polla con la otra mano. La froto por mi rajita húmeda y me penetro en dos veces. Me arquee sobre la maleta y deje que me follara. Al menos se iría bien exprimido para su amiguita.

Me gire y quedando sobre él lo monte como la mejor de las amazonas solo durante cinco minutos hasta que se corrió. Se limpió la polla y cogiendo la maleta se fue dándome un beso en la frente.

Salió sintiéndose tan raro como yo.

Yo seguía cachonda, pero me vestí y me decidí a ir a tomar café al  bar del centro donde mi suegro quedaba con sus amigos para jugar a las cartas.

Era tarde y en el bar solo quedaba su mesa y yo, mi suegro vino a saludarme y todos miraron sin saber quién era esa chica a la que su amigo saludaba besando las mejillas. El dueño al saber que era conocida se añadió a la mesa a jugar y cerró la puerta, sabía que jugaban hasta media noche y más. Acercándose antes a mi mesa me dijo.

-Ya he cerrado cuando quieras irte me avisas.

-Gracias

Vi a lo lejos que mi suegro perdía y dos manos después se acercaron a mí, todos me habían mirado en algún momento.

-Nena acabo de jugarme una mamada tuya si perdía, que te parece?

-Tú sabrás –le conteste excitada-

Quería olvidar a Máximo saliendo a cenar con su mujer, a Alberto con su amiga, quería olvidarme de todo y me gusto el juego.

Por supuesto perdió y al llamarme me acerque a la mesa.

-Alba podrías saldar mi deuda?

-Ahora?

-Si

Me arrodille y empezando por uno empecé a desabrocharle el pantalón, mientras todos estaban bastante animados con las copas y la situación.

-A quien tengo que pagar?

Me señalo un señor de unos sesenta años, con una prominente barriga y cara colorada por el alcohol y arrodillándome ante él, le desabroche el pantalón y sacando su pequeña polla, empecé a lamerla, en dos minutos el hombre jadeaba ante las atónitas miradas de los otro cuatro. Eran cinco con mi suegro.

-yo también quiero jugar una mano –dijo otro-

Diez minutos después chupaba también su polla y poco a poco las mame todas, se pusieron en un círculo y se las chupe a todos menos a mi suegro que solo miraba.

Solo se oían gemidos, hasta que el dueño del bar le dijo

-Si me la puedo follar tienes barra libre cada vez que quieras

-Echo –contesto mi suegro-

No se hizo derogar y poniéndose detrás de mí me subió las caderas y hurgo con su polla, paseándola por mi raja tras ponerse un preservativo me la clavo en tres arremetidas, estas me hacían tragar bien la polla que tocaba en mi boca.

-No sé de dónde has sacado a esta golfa, pero no recordaba lo bueno que eran los coñitos jovencitos.

Me follo durante un buen rato, hasta que otro puso cien euros sobre la mesa.

-Estos son para que la golfa me monte

Los cogí  abriéndome de piernas me senté sobre esa polla, algo más grande que la del de la barriga pero ni la mitad que la de mi suegro.

Moví las caderas acelerando al oír las sus jadeos, subía el culo agarrado a mi cintura. No paro hasta correrse dentro. Nada más levantarme otros cien euros me rozaron la cara, de nuevo los cogí y cambio de asiento subiéndome a otra polla algo más estrecha, este me sobaba las tetas al tiempo que me movía, subía y bajaba sobre esa polla, mientras los otros dos de pie tiraron de mi nuca y alternando con sus pollas en mi boca, cuando se corrió el segundo, me sentaron en la mesa y el tercero empezó a penetrarme, esta era algo más gruesa y también entró y salió de mí ya escocido coñito, hasta seguir el ejemplo de los otros y correrse. Llevaban más de una hora follándome y todos miraban sin dejar de tocarse. Mi suegro me miraba con ojos de lobo, disfrutaba viendo como sus amigos me follaban. Ya solo me quedaba el gordo, este se sentó en el suelo y tumbándose me puse de pie sobre él y baje mi coñito a su polla, clavándomela bien adentro y moviéndome hasta hacerlo jadear y gemir mientras se corría.

Me levante y el coñito me escocia, todos se habían desnudado y bebían sin dejar de masturbarse, volvieron a follarme todos apoyada en la barra, esta vez duraron más y poniéndose en fila me follaban un ratito cada uno sin correrse, luego de cuclillas volví a chuparles la polla y después subiéndome a la barra me lamian el coñito, las tetas y la boca turnándose.

Me corrí tres veces mientras esas cuatro lenguas lamian y mojaban cada rincón de mi piel.

-Tengo que hacer pipí –dije al ver que aún no se corrían-

-Hazlo –dijo el dueño del bar-

-Aquí?

-Si

Me ayudaron a ponerme de cuclillas y siguieron tocándome y excitando mi sexo y no pude mas, empecé a hacer pis, no dejaron de tocarme y al acabar lamieron como animales en celo los restos en mi vulva.

Luego me bajaron y de nuevo de cuclillas se la menearon mientras lamia lo que se ponía ante mis labios, casi al mismo tiempo empezaron a correrse, un chorro se estrelló en una de mis tetas, otro en mi torso, otro chorro cayo en mi cara y mi pelo y el que faltaba volvió a regar mis tetas. Estaba cubierta de semen por todas partes y me escocia el sexo de las veces que esos salvajes me habían penetrado, olía a sexo, a semen y a pipi.

Entonces mi suegro se acercó, me llevo a la barra y apoyo mis tetas en la misma, se mojaban de la mezcla de fluidos mientras los cuatro agotados se sentaron a mirar como mi suegro desde atrás empezó a sobar mis tetas, a frotarlas por la barra mientras esparcía el semen por mi cuerpo, sentía que corría por mi torso y me mojaba hasta los muslos. Se separó de mí y me dio una fuerte palmada en el culo, luego otra y otra… con el culo enrojecido me excitaba al decirme al oído

-Que puta eres nuera, estas llena de semen y te encanta

-Fóllame por favor, necesito una polla de verdad –dije solo para el-

Su sonrisa lleno el local y me dijo

-puta no voy a follarme ese coño tan abierto ahora, sigues queriendo mi polla

Le mire mientras asentía con la cabeza, paso su mano por mi cara y me dio una bofetada, luego esparció el semen que llevaba aun y después me beso mientras llevaba su polla a mi ano, empujaba el glande y tras entrar este, empujo abriéndome, haciéndome jadear y gemir como una loca sus fuertes arremetidas me aplastaban contra la barra, pero sin piedad siguió empujando hasta que por fin sentí su chorro de leche en mi culo al tiempo que me corría como una posesa chillando de placer mientras mil espasmos sacudían mi cuerpo dolorido, sucio, sobado y follado. Entre en el servicio a asearme y al salir me pusieron una copa, ellos ya se habían vestido y limpiado la barra. Tras media hora me montaba en el coche de mi suegro y nos dirigimos a casa.

A medio camino paro en una tranquila calle y me dijo

-No imaginas como he gozado viendo como esos salvajes te follaban, no se verán en otra así. Nunca les había visto perder así el control, eres una hembra tan caliente que enloqueces nena.

Me metí al ascensor en el garaje y el conmigo, vi que apretaba mi piso y supuse que quería dejarme primero. Pero me dijo besándome en el ascensor

-Nena me invitas a la última?

Entramos juntos y él se sentó en mi sofá, yo me desnude de camino a la cocina y volví con su copa.

-Que buena estas

-Voy a darme una ducha si no te importa

-para nada, es pronto para regresar a mi casa

Me metí en la ducha y le vi entrar, me enjabone lentamente, sentía el corazón entre mis piernas y estaba muy escocida. Deje resbalar la espuma bajo la ducha y luego me seque ante su atenta mirada.

Me puse mi mini camisón y regresamos al comedor, bebimos con tranquilidad y sin hablar

-Alba mira como vuelve a estar mi polla solo dos horas después, vas a matarme. Sé que te escuece y me da mucho morbo follártelo, crees que puedes aguantar?

Como respuesta me subí poniendo mis pies a cada lado de sus muslos y baje para clavármela, me escocia mucho y bajaba despacio, pero él me agarro de la cintura y me bajo de golpe, di un pequeño alarido de dolor y dos lagrimas rodaron por mis mejillas

-Te duele verdad puta?

-Si

-Tu coño es insaciable, recuerdo cuando te metimos dos pollas

Recordé el desconocido que me había follado dos veces

-Y hoy te has follado cuatro pollas más de dos veces cada una y ahora la mía, es normal que te duela guarrilla. Quieres que lo dejemos

-Nooooo

Se rio y agarrándome del culo me movió, yo apenas tenía fuerzas ya, se giró un poco poniéndose en la esquina y me tumbo hacia atrás cayendo mi torso sobre sus muslos y mi cabeza en el sofá, aun sentía su polla bien adentro mientras con las dos manos me acaricio el sexo, el clítoris, lo pellizco y me corrí de nuevo. Me senté a su lado y él se puso de rodillas en el sofá  mirando hacia mí, agarrando mis doloridas tetas y me escape, el cansado apoyo la frente en el respaldo y colocándome detrás de él, le sorprendí agarrando su polla y tras pegar mis tetas en su espalda empecé a meneársela, enseguida empezó a gemir y a mover las caderas, yo lamia su nuca mientras mi mano resbalaba por su polla, el hundía mas su frente en el respaldo suspirando, mordí sus hombros y dio un gritito de placer y agarre con la otra mano sus huevos y apreté, grito fuerte

-Te hago daño?

-Sí, no pares

Eso me alentó y volví a estrujarle los huevos, su polla daba saltos en mi mano cada vez que estrujaba se estaba poniendo a cien, apenas le oía gimotear con la cara hundida en el respaldo, decidí bajar por su espalda y al llegar al final no pare, separe y lamí su raja, volvió a gimotear.

-Dios mío, qué bueno puta, sigue

Seguí lamiendo su culo y lo levanto un poco, me arrodille y vi sus huevos que también intente lamer, mi mano no dejaba su polla mientras mi lengua ahora hacia círculos en su ano, cuando lo relajo la metí dentro y ya casi lloraba de placer

-No puedo más nena me estas matando

Deje de lamerle y metiendo un dedo en mi coñito lo moje bien y busque su ano, subí de nuevo y empecé a empujar, el intento apartarse, estaba tenso, pero aligere los movimientos de mi mano y en un despiste le metí medio dedo, luego el resto y volvió a gritar

-Sigue puta, sigue

Me grito mientras parte de su semen se estrelló en mi sofá y el resto en mi mano y en sus muslos.

-Eres extraordinaria nuera mía.

Me dormí en el sofá de nuevo y desperté al oler el café recién hecho, me levante y fui a la cocina allí mi suegro preparaba el café y sobre la mesa ya puesta hasta con zumo recién exprimido había unos croissants aun calentitos.

-Siéntate princesa y desayuna, estarás agotada.

Me sirvió el café mientras bebía el zumo y devoraba un croissant

-Están riquísimos, de donde son?

-Del centro, me levante tempranito y fui a comprarlos una vez oí que ahí eran superiores.

-Pues no te engañaron –le dije sonriendo, agradecida por su amabilidad-

Desayunamos juntos y luego me mando a la cama un rato, enseguida me dormí y me despertó el olor a comida, mire el reloj y me sorprendí al ver que eran las dos del mediodía, había dormido toda la mañana del sábado.

-Hola perezosa –me saludo mi suegro desde la cocina-

-Hola

-Siéntate a comer nena

-Me tocaba hoy bajar a mí la comida

-Yo ya se la he dado tranquila, come

Estaba todo riquísimo y deduje que la había comprado hecha pero me gusto el detalle, recordé durante un momento la noche anterior, sus amigos turnándose para follarme, mientras el miraba y también  recordé el tramo final en casa. Podría acostumbrarme a ese sexo y seguir adelante, hasta que lo de Máximo fuera solo un recuerdo y dejara de doler.

Por la tarde al poner a lavar mi ropa encontré el dinero en el bolsillo del vaquero, recordé como había llegado ahí. Mientras me lavaba mi suegro entro y los guardo. Desplegué los billetes y enseguida me di cuenta que había más, además de los ocho billetes de cincuenta que me dieron ellos, había otros cuatro de cien, en total ochocientos euros. Llame a mi suegro

-Hola Alba, dime preciosa

-Hay más de cuatrocientos

Tardo unos segundos en saber de qué le hablaba

-Lo se

-Porque pusiste más?

-Porque me apetecía hacerte un regalo, comprarte algo bonito. Recuerda esto Alba, no es un pago por nada es tan solo un regalo de alguien agradecido.

Alberto regreso para volver a salir el miércoles, ahora tanto el como Máximo salían mucho, cada uno se encargaba de una ciudad y el marido de su prima se quedaba aquí llevando los clientes fijos.

El viernes decidí salir y me puse otros vaqueros, una camiseta y fui a gastarme mis ochocientos euros. Cuando regrese a casa estaba molida y cargada de bolsas. Me di una ducha y me puse una bata china hasta los tobillos que a mi suegro le encantaba, no habíamos estado a solas desde el sábado. Llevaba toda la semana sin sexo. Justo después de cenar sonó el timbre y fui abrir contenta pensando que era mi suegro, pero era el marido de la prima.

-Hola Luis, pasa.-Entró y pasamos al salón, se sentó en el sofá.-

A penas habíamos hablado, a pesar de que trabajaba con mi marido y vivía en el mismo edificio. Tenía un par de años más que ella y estaba entre Alberto y Máximo, aunque su aspecto soso le hacían parecer más mayor. Me senté a su lado y me sorprendió cuando sentí su mano en mi rodilla. La aparte alucinada.

-Que pasa Alba que te los puedes follar a todos menos a mí?

-De que estas hablando Luis?

-De lo puta que eres, de como casi todos los machos de la familia han pasado por entre tus muslos menos yo.

Volvió a cogerme el muslo y yo intente zafarme

-Luis no sé de qué vas… -sonó el timbre-

En la puerta mi suegro me miraba sonriendo, mientras le dije flojito.

-Disimula

Entramos juntos al salón, pero antes en el pasillo me dio una palmada en el culo y me dijo al oído

-Me vuelves loco con esa bata, es como un precioso envoltorio que solo te hace desear comerte lo que hay dentro.

Pasamos al salón y se sorprendió un poco al ver a Luis allí sentado.

-Hola Luis qué tal?

-Bien

-Alba tienes o no? –dijo mi suegro disimulando y dando a entender que venía a por algo-

-No hace falta que sigáis disimulando, lo se todo.

-Qué crees que sabes Luis?

-Sé que media familia os la folláis, de lo cual deduzco que debe hacerlo muy bien, cuando arriesgáis tanto, por eso he subido a mi ración del pastel puesto que pertenezco a la familia.

Mi suegro se rio a carcajadas ante esa afirmación, Luis se quedó desconcertado cuando mi suegro acercándose a mí me agarro el cinturón de la bata y tiro deshaciendo el lazo. Este se soltó y enseguida se abrió la bata ante mi pasividad y los ojos abiertos como platos de Luis.

-Crees que mereces una porción de este paste?

Le dijo mi suegro abriendo un poco más la bata, Luis miraba asintiendo con sobradas muestras de que le gustaba lo que veía.

-No has comido jamás un pastel que se parezca a esto y no consentiré que la trates como a una puta que no es. Vete piensa en lo que acabas de hacer y cuando estés más centrado hablamos.

No estaba acostumbrada a ver a mi suegro así de cabreado y pensé que con razón fue un tiburón en los negocios. Cuando oímos la puerta cerrarse se giró y me dijo

-Puta siéntate en el sofá, abre la bata y las piernas que acabo de ganarme ver bien ese coñito que tienes entre las piernas.

Me encanto las diferentes facetas de ese hombre, se había enfadado con él por tratarme como a una puta…

-Quieres follar con él? –pregunto acariciándome la rajita mojadísima-

-No lo se

-Me encantaría ver cómo te lo follas, sin que él sepa que le veo

La situación me excito al momento y sus dedos más aún. Froto bien mi rajita, luego bajo a lamerla y tras provocarme un orgasmo tiro de mi levantándome, me llevo detrás del sofá y apoyando mi culo en el respaldo, me agarro una pierna y subiéndola se sacó la polla y me la clavo, arremetía fuertemente dentro de mi agarrado a mis tetas, estrujándolas mientras me decía.

-Voy a follarte bien y cuando te llene de semen quiero que le llames, quiero que luego te folle él.

Empujaba y estrujaba fuerte mis tetas, casi perdía el equilibrio con cada arremetida por aguantar una pierna arriba, patinaba con la otra y la incomodidad de la postura nos hacía hacernos daño cada vez que empujaba y patinaba y eso a ambos nos enloquecía.

-Me duele la polla de metértela mal zorra y lo peor es que me encanta

La saco, me dio la vuelta y dejo caer mi bata al suelo, me apoyo en el respaldo colocando mis tetas colgando, se puso detrás de mí y me dio un cachete fuerte, con una mano me sujetaba pegada al sofá y con la otra me daba en el culo, me golpeaba con dureza mientras yo suspiraba a cada palmada sin intentar moverme, mi suegro conseguía que someterme a él me excitara.

-Eres una puta Alba, te lo vas a follar y quiero que tenga claro que antes te folle yo.

Seguía palmeando mi culo con una mano mientras se masturbaba con la otra, hasta que tras unos minutos paro, el culo me ardía y el coño se me encharcaba mientras pasaba su dura polla entre mis piernas, buscando la humedad y apuntando me la clavo de un solo golpe en el coño.

-Voy a correrme después de ti zorra

Pasaba sus manos por mi culo rojo mientras empujaba violentamente, busco mi entrada y metió dos dedos en mi ano, los movió al ritmo de su polla haciéndome jadear como una perra, me volvía loca su doble penetración y sin para me dijo:

-Llámale Alba, dile que suba ahora.

A duras penas controlaba mi voz cuando oí

-Si? –Era Luis, estaba en la calle-

-Puedes subir? –pedí tímidamente-

-Sí, dame dos minutos

-Ahora sube

Empujo con más fuerza aun y estrujo con sus manos mi culo dolorido, estrujaba mi piel irritada por sus palmadas y estalle en un orgasmo devastador.

-Voy a correrme nena, quiero que recuerdes quien te folla como te gusta –me dijo mientras gemía en mi orgasmo-

Y se corrió dentro de mí, muy adentro y no salió hasta que oímos el timbre, entonces saco su polla, me ayudo a ponerme de nuevo la bata.

-Abre nena

Fui hacia la puerta mientras vi como giraba un poco el sofá y se escondía en el armarito de las chaquetas. Abrí la puerta y Luis entro enseguida.

-Primero quiero que sepas que siento lo de antes, no debí ser tan rastrero.

-Disculpas aceptadas, siéntate.

Se sentó en el sofá y me pidió por mi suegro.

-Acaba de irse

-Sabe que yo estoy aquí?

-Si

-No le importa?

-Para nada, él sabe quién manda, solo estas aquí porque él quiere que estés

-Lo entiendo

-Te quedas?

-Por supuesto, nada me apetece más.

Abrí mi bata y deje mis pechos al descubierto, él se quedó mirando las marcas rojas que en ellos había dejado mi suegro y me miro.

-Dudas? –pregunte sin moverme-

-Ninguna

Se levantó y acercándose poso su mano en mi pecho, lo froto ligeramente notando el calor, se acercó aún más y beso mi cuello, note sus labios calientes en mi piel y mire a mi suegro.

Luis estaba frente a mí, estire el brazo y desabroche el cinturón, luego el pantalón y este cayeron a sus tobillos, me puse en cuclillas y acerque mi boca a su calzoncillo, mordí el bulto que formaba debajo su polla mojando la tela. Metí la mano por la pierna y subí a tocarla, la meneaba lentamente bajo su ropa interior mientras la mordisqueaba sobre la tela, el suspiraba.

Di un tirón y los baje a medio muslo, la polla quedo erecta ante mis ojos, acerque mis labios y sacando mi lengua lamí el capullo rojo y brillante. Luego la metí en mi boca entera y empecé a mover los labios sobre ella, le daba pequeños chupones cada vez que salía. Me agarro la cabeza para que no parara de mamarle.

-Qué bueno Alba hacia siglos que nadie me mamaba la polla

-Tu mujercita no te lo hace? –Quería cortarle, quería que recordara a quien tenía en casa-

-Ahora ya no, pero jamás lo hizo así.

Le agarre del culo y el movía las caderas metiéndola bien dentro de mi boca, cuando vi que jadeaba demasiado la saque de mi boca y me incorpore, el estiro la mano y fue entre mis piernas, paso dos dedos por mi rajita y noto la humedad, enseguida supo lo que era y saco la mano, se sentó en el sofá y me mío.

-Vuelves a dudar?

-Solo lo asimilo a medida que descubro las cosas. Alba deseo follarte ahora mismo más que nada en el mundo, saber que el acaba de follarte no puede parar mi deseo. Me acerque y separando las piernas baje sobre su polla mientras él se la agarraba.

-Si Alba despacito, llevo demasiado sin hacerlo y toda la vida sin probar algo tan exquisito como tu

Baje lentamente para que notara como mi vagina le apretaba la polla, el gemía, jadeaba y yo empecé a mover las caderas lentamente, acelerando despacio.

-Dios mío esas caderas van a matarme, despacio Alba por favor

Deje caer mi bata sobre sus muslos, para que sintiera la seda acariciándolo, mis tetas quedaron ante el que enseguida las devoro, lamio y mordisqueo demasiado suave para mi gusto, durante un buen rato moví la pelvis con su polla dentro, me calentaba ver que el maridito callado no estaba tan callado, gemía cada vez que me movía. Me levante lentamente, quería que viera mi culito rojo y me di la vuelta dándole la espalda volví a clavármela, él se quedó un momento callado mirando mi culo.

-Dios esta rojísimo Alba, te ha pegado?

-Si

-Con tu consentimiento?

-No lo necesita, él sabe que me gusta

Note su polla moverse dentro de mí y supe que le ponía ver mi culo rojo, baje y subí varias veces, el me acariciaba el culito escocido. Me apoye en sus rodillas y me moví deprisa, muy deprisa. Sus jadeos se oían en todo el comedor.

-Estoy a mil Alba no puedo resistirte más –me decía con voz entrecortada-

-No vas a follarte mi culito? –Pregunte mirándole con cara de pena-

-De verdad niña puedo? –Parecía un niño contento y por un momento pareció diez años más joven-

Me levante y me puse de rodillas en el sofá en la postura que pudiera verlo bien mi suegro, un Luis incrédulo se colocó detrás de mí y agarrándose la polla empujo su capullo que rápido desapareció en mi ano. Me agarro de las caderas y empujo un poco metiéndome media, luego un poco más y me la clavo hasta los huevos.

-Alba es la primera vez, me encanta tu culo, bueno me encantas toda tu

Se agarró a mis pechos y apretando empezó a moverse, a penetrarme cada vez más deprisa.

-Has estado con otras?

-Te pareceré idiota pero es la primera vez

A duras penas le entendía, se movía bien ahora a buen ritmo me perforaba el culito

-Y cómo te alivias?

-Solo o en compañía, pero nunca físicamente.

Me hizo gracia imaginármelo, aunque cada vez me convencía mas sus movimientos torpes tenían su aquel.me sobo los cachetes aun rojos con las manos planas y me dijo

-Estoy a punto, la saco niña?

-No Luis no dejes de follarme

No necesito más, empujo fuerte y sentí un fuerte chorro de semen, y tres más igual de abundantes, gemía como un loco descargando y vaciándose en mi culo. Cayó sobre mi espalda y tardo cinco minutos en salir.

-Siento haber durado poco pero no podía más, estaba muy cachondo.

Me acerque a su oído y tras besarle los labios le dije

-La próxima Luis

-Gracias Alba

Se vistió rápidamente y antes de irse me beso largamente, besar besaba de muerte. Nada más cerrar la puerta sentí a mi suegro detrás.

-Zorra le has vuelto loco no podía resistirse se ha querido correr antes de metértela. Me ha encantado ver cómo te follaba. Pero no te has corrido

-No, estaba pendiente de que lo hiciera el

-Ponte allí en medio a cuatro patas como la perra que eres

Me coloque y vino a mi lado, metió su mano entre mis piernas y en diez minutos hizo que me corriera dos veces.

-Tienes mi semen en tu coñito y el suyo en el culo, golfa me vuelves loco

Le mire y vi que volvía a estar empalmado y follamos en el suelo, empujo en mi vagina hasta hacerme correr y cuando estaba el a punto, me dio la vuelta y la metió en mi culo.

A los dos nos daba morbo saber que el otro se había saciado allí. Me penetro duramente pellizcando mis tetas, el sí sabía el ritmo, el sí sabía la intensidad y sobre todo sabia cuando y como hacer que gritara como la puta en la que me había convertido…