Me convertí en tu puta por pagar una deuda? 6
Todo termina descubriendose... ...ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos
No me lo podía creer, nunca imagine que pudiera ser el, a duras penas me soportaba, seria precisamente por eso que quiso castigarme?
Me dormí envuelta en un mar de dudas, necesitaba un apoyo pero no podía contarle eso a nadie, ni siquiera a Máximo, él ni siquiera sabía que había habido una segunda vez. Además estaba de viaje toda la semana.
Habíamos salido a comer y en mitad de la comida se me escapo sin poder frenar la pregunta.
-Alberto porque me pediste aquel día que fuera yo a hablar con tu primo Máximo?
-Y ahora, que te pasa?
-No se acaba de venirme a la cabeza
-Sabía que si alguien podía convencerlo serias tú
-Porque Alberto?
Estaba incomodo, no le gustaba el tema
-Por qué Alberto? –volví a preguntar-
-No te va a gustar mi respuesta
-Lo sé, pero quiero que me contestes
-No sé porque precisamente necesitas saber eso ahora que ya ha pasado
-Porque tengo dudas con respeto a porque pensaste que yo conseguiría convencerlo.
Joder Alba por que le gustas, eso querías que te dijera?
-Me usaste como el que paga una puta a sus clientes para hacer un buen trato? Y si hubiera ido a más?
-No lo pensé, solo pensé que podías convencerlo y salvarme de la ruina total y absoluta.
-Y si me hubiera pedido algo a cambio Alberto, que hubieras hecho?
Bajo la mirada y con ese gesto me contesto, hubiera aceptado que su primo me follara por salir del atolladero en el que se había metido.
Seguí comiendo tranquilamente sin volver hablar del tema, en el fondo algo más dolida al darme cuenta que tampoco él me amaba ya, pero también más liberada mentalmente de la carga de serle infiel.
Esa noche medio dormida sentí como acariciaban mi cuerpo, abrí las piernas y un cuerpo se colocó entre mis muslos y me penetro. Desperté de golpe para ver que era Alberto quien me follaba. Era suave casi no notaba sus arremetidas acostumbrada ya a otro tipo de sexo. Máximo me follaba con una mezcla de desesperación y ansias de poseerme y mi cuerpo vibraba a cada arremetida, en cada caricia. Por otra parte el otro me follaba con rabia y aun así sentí más placer en esas dos únicas sesiones que en todo el tiempo con Alberto. Era triste reconocerlo pero no podía negarme la evidencia.
Intente ponerme encima, llevar yo el ritmo y solo sirvió para acelerar su orgasmo que llego en cinco minutos de cabalgar sobre su polla. Me di la vuelta y me dormí de nuevo haciendo oídos sordos a la necesidad de mi cuerpo.
Dos días después llego Máximo y quedamos en el hotel del centro donde a veces quedábamos, el llego la noche antes de viaje y fingió que llegaba el domingo. Me escape de casa por la mañana cuando se fue Alberto según el a comer con un cliente.
Llegue al hotel y le dije al chico que había olvidado la llave dentro y que mi marido dormía, le di el número de habitación y el número de identidad de Máximo y este me entrego la llave.
Entre y le vi estirado de espaldas en la cama, estaba desnudo y profundamente dormido pensé al ver las pastillas en la mesita.
Me quite el vestido, las bragas y el sujetador y me puse un mini camisón de seda y encaje que apenas cubría los caches de mi culo desnudo.
Me acerque a la cama lentamente y agarrando su miembro empecé a acariciarlo de rodillas al lado de la cama, baje mi boca y lamí el glande, notando como crecía entre mis manos y mis labios poniéndose en posición de guerra. Me subí muy despacio a horcajadas y agarrando su polla la coloque en la entrada de mi vagina, fui bajando hasta metérmela del todo, muy lentamente y con cuidado de no despertarlo, un gemidito se escapó de su garganta, pero no le despertó.
No me movió simplemente con los músculos de mi vagina apretaba su polla y la sentía ponerse cada vez más dura en mi interior.
Me incline hacia adelante y bese sus labios, se despertó y me miro.
-Hola Alba –se dio cuenta entonces que le tenía dentro- como has conseguido esto pequeña? Que placer despertar dentro de ti.
Subió las caderas y agarrándose a mi culo me apretó pegándome más a su polla. Acariciaba mi culo entre la seda y el encaje.
-Que suave, que sexi y erótico. -sus manos resbalaban de la tela a mi piel- no sé qué es más suave nena, si tu piel o la seda.
Me tiro sobre la cama cuando su respiración se aceleró por el movimiento de mis caderas y separando mis muslos lamio mi sexo sin dejar un milímetro de mi piel sin recorrer con su lengua.
Note los espasmos justo antes de estallar con su cabeza entre mis piernas. Sin dejarme de lamerme y aun con espasmos de placer, me dio la vuelta y metiendo un dedos en mi vagina empezó a lamer mi culo, luego lo mordió y finalmente lo penetro con el dedo que antes había estado en mi vagina, siguió besando mi espalda, mi cuello, mis hombros y se colocó sobre mí con las piernas abiertas, agarro su polla y la coloco en mi ano, me cogió de los hombros y estirado sobre mi empezó a penetrarme lentamente, notaba como me abría, como mi ano se amoldaba a esa polla conocida, me mordía los hombros mientras llegaba al final.
-nena que gozada follar tu estrechito culo, estas caliente y me noto tan apretado que a duras penas puedo moverme. Llevo tantos días sin follarte…
Lamia mi cuello moviéndose lenta pero profundamente, paso una mano entre el colchón y mi cuerpo y busco el botón para encender una hoguera entre mis piernas, lo froto, lo pellizco y con una fuerte arremetida nos llevó al paraíso a los dos, me corría como una loca sintiendo su semen llenar mi culo mientras gemía en mi oreja
-Si nena, me encanta hacer que te corras así, no lo dejes
Saco su polla de un golpe de mi culo y aprovechando aun su tamaño la metió en mi coño y volvió a pellizcar, volvió a morder mi carne y volví a correrme. Cayo a mi lado en la cama y ambos nos dormimos, desperté sola en la cama dos horas después.
Él estaba duchándose, yo le había dicho antes de dormir que no tenía hora de regreso. Me acerque al baño y le vi bajo el agua apoyado en las baldosas, entre en la bañera detrás de él y me pegue a su cuerpo, mientras lamia el agua de su espalda y bajaba hacia su culo, seguí lamiéndolo y baje a sus muslos, a sus piernas y luego se dio la vuelta, su polla quería ponerse en forma de nuevo.
-Chúpala Alba
La mame durante más de diez minutos hasta ponerla dura, me subió y dándome la vuelta me follo pegada a las baldosas, sentía el frio de estas en los pezones, en mi cara cada vez que arremetía duramente.
-Córrete puta, te gusta que te folle así de fuerte?
-Si
-No me basta ese sí, suplícame Alba, quiero oírtelo suplicar o te la saco
-Por favor Máximo fóllame como un salvaje, métemela hasta el fondo de mi coño, fuerte hasta que note golpear tus huevos
Mi frase le hizo gemir y empujar con todo su Alma y yo me corrí gritando bajo la ducha, nos duchamos y mojados me la volvió a meter sentado en el baño. Tras unos minutos y las respiraciones entrecortadas salimos de nuevo a la habitación y subiéndome una sola pierna a la cama volvió a follarme con dureza mientras sus dedos pellizcaban mi carne abultada y sensible hasta hacerme correr de nuevo.
Se sentó derrotado en la cama, con la polla bien dura y poniéndome de rodillas se la mame.
-Si Alba chúpala, mamela como en la oficina
Y así lo hice, durante diez minutos, lamí, mordí y le penetre con un dedo hasta que decidí ser mala como él. Solté su polla y se quejó.
-Máximo luego enfádate y castígame la próxima vez, pero ahora si quieres que siga suplícamelo
Torció la sonrisa y sin un ápice de resentimiento me agarro la cara entre las manos y bajando su cabeza lamio mis labios antes de decirme.
-Alba cariño, te lo suplico chúpame la polla y los huevos como solo tú sabes mientras me penetras. Por favor cielo mío.
Madre mía casi me corro ante esa suplica, baje la cabeza e hice lo que acababa de pedirme de la misma manera que habría ido a la luna si me lo hubiera pedido. Lamí su semen aun en mis labios, tras limpiar con ellos cualquier gotita que hubiera quedado.
Cuando dos horas después Máximo salió primero, me di unos minutos para terminar de vestirme cuando recibí una llamada. Era el chantajista y descolgué.
-Alba escúchame bien no salgas de la habitación, no me pidas como pero me he enterado que la mujer de Máximo sospechando de él le ha seguido la pista a este hotel, está afuera
-Joder
-tranquila no le ha visto salir tenía el coche en el aparcamiento y ha salido por detrás, pero si sales te vera. Voy a despistarla y te digo cosas
-Gracias
Una hora después llamaron a la puerta con los nudillos, fui abrir y allí estaba.
-Hola Alba, alguien me conto lo que estaba pasando y supe que la que había quedado con el serias tu
-Porque me has ayudado?
-Porque prefiero que me debas una
-Te debo una pues, se ha enterado de algo él?
-No, aunque dile que te ha llegado algo y que vaya con más cuidado, llego a su casa una factura de este hotel, puede fingir que es un cliente.
Hable con Máximo y las cosas se pusieron feas, él estaba muy controlado y podíamos vernos poco hasta que pasara la tormenta y se convenciera que no había otra.
Desde el hotel no volví hablar con ese hombre a solas, aunque nos vimos varias veces, sirvió un par de coartadas a Máximo haciendo creer a este que sabía de la amante pero no del nombre de esta.
Un día nos vimos de nuevo en el hotel y por casualidad le vio entrar una amiga de la mujer de Máximo que se lo conto a ella, una hora después el del chantaje anterior se encontró con Máximo en la cafetería fingiendo ante la mujer que habían comido ambos con unos clientes de ese hotel.
Máximo le agradeció que le llamara y le avisara al enterarse por su esposa que la mujer de Máximo iba hacia allá.
Máximo llamo y me pidió que esperara media hora antes de irme por si acaso, el regreso a casa con su mujer y yo me quede en esa triste habitación esperando poder irme, me sentí tan sola en ese momento que empecé a llorar…
Sonó la puerta y me alegre al pensar que Máximo volvía, pero no era él. Ante mí con cara de pocos amigos estaba quien me había chantajeado y follado sin que supiera quien era, ahora ya no se escondía.
-Estáis locos? Al final terminaran pillándoos, es que no puedes frenar tu calentura puta?
-Lo siento, siento que hayas tenido que involucrarte
Baje la cabeza y el acercándose a mí, me levanto por la barbilla y me abofeteo fuerte la cara para mi sorpresa.
-Es mi familia la que terminara destruyéndose si esto sale a luz, podrías haberte follado a cualquiera pero te emperraste con Máximo zorra
-Perdona pero no lo obligo a nada
-Sabes porque él es menos culpable?
-Porque él siempre te deseo a escondidas, a mí nunca me pasó desapercibido, vi su mirada de lobo cada vez que pasabas por su lado, te deseaba y hasta tu marido lo sabia
-Lo sé, me lo ha contado. Porque de todo esto solo te enfadas conmigo y no con ninguno de ellos, es porque a mí no me consideras de la familia y si a ellos? –le pregunte en un arranque-
-No es por eso, me enfado contigo porque a pesar de todo no puedo dejar de desearte.
Me miro con rabia y aguante su mirada con la misma furia. Su rabia despertaba no sé qué dentro de mí y me oí decir.
-A pesar de saber que soy una golfa que le pone los cuernos al marido con su primo, me deseas?
Volvió a cruzarme la cara al ver que me reía de él, me frote la mejilla y le dije:
-También me pegas porque me deseas?
-sacas mis más bajos instintos
Mire por un momento su entrepierna y vi su pantalón a punto de reventar, siguió mi mirada dándose cuenta de lo que miraba.
-Tengo que irme –dije acelerada de repente-
-Ahora la nena quiere salir corriendo?
-Si
-No –me dijo empujándome en la cama- crees que puedes jugar con cualquiera golfa?
-Lo siento fue un lapsus, no quiero jugar quiero irme
-No
Me separo las piernas y me arranco las bragas literalmente, apoyado en la cara interna de mis muslos los abrió y empezó a lamer mi coño, succiono con fuerza mi carne mientras tres dedos me penetraban
-Aun estas abierta puta, te debe haber follado bien.
-Déjame
-No suenas nada convincente puta, en el fondo no puedes evitar que tu coñito de guarra responda a mi lengua, ya se está mojando
Succiono, lamio sin parar, casi con agresividad, pero sin hacerme daño, recordé la suavidad y monotonía de Alberto y nada que ver, recordé incluso la necesidad y contundencia de Máximo, pero esto era diferente, el miedo, el orgullo herido y du rudeza me excitaban aunque no quisiera y pronto volví a correrme en su boca, esta vez le veía y le oía su voz real además de sentirle.
Se levantó de la cama y arrastrándome al borde me penetro
-Toma polla puta como a ti te gusta
Levante las caderas y las moví involuntariamente al ritmo endiablado de ese viejo que me perforaba sin pausa hasta que de nuevo agarrada a las sabanas y callada completamente volví a correrme
-Si mi niña, córrete
Me cogió y llevándome a un sillón subió una pierna en cada brazo y de nuevo me lamio toda la raja hasta mi culito que penetro con su lengua y después con dos dedos sin dejar de mojarlo y lamerlo, con la otra mano estimulaba mi clítoris hasta conseguir que volviera a correrme
-Te gusta que te chupe el culito verdad cerda?
No conteste pero mi abundante corrida en sus dedos le demostraron que si me gustaba. Me levanto y se sentó antes de decirme
-Móntame Alba quiero sobar tus tetas mientras te follas mi polla
Su lenguaje soez ahora que podía verle me resultaba súper excitante al comparar a ese hombre asqueroso con al que hasta el otro día creí que era.
-Así putita, que bien mueves esas caderas. Nunca imagine poder follarte cuando me la meneaba pensando en ti y mírate golfa a punto de correrte de nuevo mientras me cabalgas. No pares que voy a córreme en tu coñito caliente, se agarro a mis tetas y las apretó mientras yo movía la pelvis frotándome con su pubis hasta conseguir mi tercer orgasmo, apreté su polla con mi vagina al notar dos fuertes chorros, el subía las caderas y yo bajaba las mías chocándonos y me friccionaba corriéndome como una posesa entre sus gemidos y sus palabras que apenas se entendían entre sus jadeos.
-Si Alba toma mi lechita en tu coñito que bien me la exprimes nuera, como le gusta a tu suegro follarte putita…