Me convertí en tu puta por pagar una deuda? 5
Mi relacion con el primo de mi marido sigue y vuelve el sucio chantaje por parte del oscuro desconocido
No dejaba de pensar en el giro que había dado todo, pensaba en esos dos hombres, en como lograron que mi cuerpo respondiera a pesar de no querer a sus estímulos.
Tardé unos días en ver a Máximo, una mañana en que volví a llevar unos papeles a mi marido vi a mi suegro y a hermano de este salir del despacho de Máximo cuando me iba, no estaba la secretaria.
-Hola Alba, de visita? –pregunto mi suegro-
-Mas o menos vengo de traerle unos papeles a Alberto.
Cuando yo salí ellos entraron y a pesar de morirme de ganas no vi a Máximo, me pare ante el ascensor y estaba esperando cuando oí la puerta y le vi, se acercó lentamente a mí y me dijo.
-Hola Alba, esos pantalones te quedan de vicio, hacen pensar a uno la manera de quitártelos. Vienes?
-No Máximo están todos ahí al lado
-Eso me pone aún más cachondo, anda se buena y entra a mi despacho para que pueda verte bien
No podía negarme, entre en su despacho y cerró la puerta detrás de mí, se fue hacia su mesa y apoyándose en ella me dijo:
-Follaste con el de los videos como follas conmigo?
-No, nunca nada es como contigo y no quiero hablar sobre eso, tenía que hacerlo, con ello me asegure de poder seguir con esto. Ya es pasado, tenemos que pasar página.
-Quítate esos vaqueros despacio
Desabroche el botón, baje la cremallera y fui tirando hacia abajo, me quite las botas con los pies y me los quite del todo.
-Ahora la camiseta golfilla
La saque por mi cabeza y arrodillándose ante mi lamio mis bragas, mordió mi pubis y apartándolas con un dedo lo paso por mi rajita, mientras al otro lado se oían risas.
Separo un poco más la braga y coló su lengua, me agarro del culo y lamio todo lo que pudo de mi raja en esa postura mientras su dedo seguía hurgando. Me agarre a sus hombros y me mordí el labio para no gritar ante mi inminente orgasmo. Cuando acabo dejo de lamerme y se incorporó de nuevo.
Me quito el sujetador y sobo mis tetas unos momentos, luego bajo mi braga y cayo a mis tobillos.
-Ve a sentarte en mi silla
Obedecí y sentí el frio de la tapicería de piel en mi culo desnudo.
-Cada vez que vea esa silla te recordare desnuda y mojada en ella y trabajare todo el día empalmado como ahora.
Oímos una voz que le reclamaba del otro lado y me dijo:
-Alba si no voy vendrán, acaríciate ese coñito y manténmelo mojadito y calentito para cuando vuelva.
Salió de la estancia y le oí entrar al lado, oí la ventana que se abría escuche toda la conversación mientras me masturbaba, la situación me parecía muy morbosa, mi marido y mi suegro hablaban con Máximo mientras yo en su despacho completamente desnuda le esperaba.
No sentía remordimientos por Alberto, no dejaba de recordar ese día en el que no sabía que era yo, seguro que no sería el primero, también recordaba las palabras metálicas de ese hombre, asegurándome que Alberto me lanzo a posta a los brazos de Máximo. Aunque no sabía a qué se refería y es algo que temía preguntar a Máximo o tendría que revelar mi fuente y eso había quedado atrás.
-Bueno ir yendo, termino lo que tengo entre manos y me reúno con vosotros.
Oí la puerta de entrada y luego tras unos segundos oí como cerraba por dentro, un minuto después abría la puerta del despacho.
-Hola golfa, enséñame ese coñito
Volvió a ponerse de rodillas y puso una pierna mía en cada brazo del sillón, luego empezó a pasar su lengua por mi raja, desde el culo, hasta el final. Me lamia como un perro y me estaba poniendo a mil. Sentía su lengua caliente y húmeda recorrer mi sexo.
-Que rica estas cabrona, podría lamerte todo el día –me hablaba con los labios pegados a mi sexo-
-Sigue Máximo por favor –suplique-
Lamio sin parar como le suplique hasta que me fundí derramándome en su boca, no paro y siguió lamiendo hasta que empezó a ceder mi orgasmo.
Intercambiamos la silla y me clave en su polla abrazada a su cuello, subí y baje meneando las caderas mientras sus dedos se clavaban en mis costados
-Si nena muévete –me dijo dándome una palmada en el culo-
Empecé a moverme y a buscar mi orgasmo que pronto invadió mi cuerpo, apreté su polla mientras me corría, el respiraba entrecortadamente cuando me levanto de encima y cogiéndome de la mano me llevo al recibidor, frente donde estaba la secretaria había un sofá y una mesa baja, apoyo las palmas de mis manos quedando yo hacia adelante, me agarro las tetas colgantes y las sobo bien antes de ponerse detrás de mí y apuntar con su miembro el agujerito de mi ano, empujo hasta meter la cabeza, el escozor era mínimo y mi excitación aumentaba por momentos, empujo levemente y gano terreno abriendo mi culito mientras me decía.
-Zorrita que rico culo tienes, es tan estrecho… voy a clavártela completamente
De un movimiento de caderas me la hundió hasta el fondo y yo lance un gritito, de sorpresa, de placer. Sentía un morbo enorme al ser sodomizada por el en ese sofá que casi no podía resistirlo.
-Incorpórate golfilla y pégate bien a mí, voy a doblar las rodillas y sentarme sin sacártela y quiero que te sientes sobre mi polla.
Lentamente nos sentamos y la sentí aún más adentro, puse los pies planos sobre sus muslos y empecé a moverme abriéndome bien con esa polla que me mataba de placer.
-Nena me vas a matar
Crecí ante sus palabras y no pare ni cuando mordía mi espalda fuerte clavando sus dientes en mi piel entre jadeos. Su mano entre mis piernas me llevaba lentamente al paraíso y gemí mientras me corría. Entonces pensé en algo quería darle más y recordé algo sobre lo que había leído. Me levante y me dio un cachete en el culo de pura desesperación.
-No salgas, donde crees que vas… -para terminar casi suplicando- Alba por favor vuélvetela a meter necesito correrme
-Lo harás cielo, lo harás
Me arrodille ante él y abriendo sus piernas le lance a lamer sus huevos, luego fui subiendo por la base hasta llegar al glande que succione varias veces antes de volver a bajar de nuevo a sus huevos.
Cuando lamia la polla sobaba los huevos y cuando lamia los huevos meneaba su polla.
Sus gemidos ya eran casi pequeños gritos desesperados cada vez que sentía mi lengua.
-por favor, por favor, por favor no puedo soportarlo más Alba nunca había sentido esto, no me cansare de decírtelo jamás.
Volví a repetir la misma historia, sin dejarlo acabar, cada vez que notaba que estaba a punto cambiaba de caricia. Volvía atrás con mi lengua cuando decidí seguir con lo que había aprendido y deje los testículos y sigue lamiendo hasta llegar a su ano, tire de sus piernas por debajo de las rodillas tumbándolo más y teniendo más facilidad, abrí más aun sus piernas y con mi lengua hacia círculos alrededor de su ano, mojando bien con saliva toda la zona, sus jadeos eran muy profundos y continuos, sabía que estaba al borde.
-Madre mía que placer Alba, no pares por dios
Seguía en lo mío y endurecí la lengua penetrando ese orificio con ella, ahora gritaba de puro estasis cuando entre y saque mi lengua de su culo, al ritmo de mi mano en su polla. Tras unos segundos y notando ya la rigidez de su cuerpo en anticipación al orgasmo, presione con mi dedo medio en el mojado agujerito y empuje metiendo medio dedo, un grito descarnado salió de su garganta.
-Te duele Máximo?
-No cariño, no
Empuje de nuevo y lo penetre, quedándome quieta unos segundos y luego empecé a entrar y salir, mientras mi boca succionaba y se tragaba toda su polla mientras mi otra mano presionaba sus huevos.
-Me matas zorra, cariño, mi cielo, me corro, me corro
Y succione fuerte tragándome todo su semen que con fuertes chorros lleno mi garganta. Mientras sacaba mi dedo y apoyaba mi cara en su muslo abrazada a su pierna.
-Niña sin duda acabo de vivir el mejor y más placentero momento de mi vida. Gracias por regalármelo
-Tú me regalas estos momentos continuamente.
Me acaricio el pelo con ternura, era el primer gesto como ese que recibía de él y aunque fuera de agradecimiento lo disfrute.
Una semana después fuimos a la cena del cumpleaños de mi suegro y nos sentaron juntos, mi marido se sentó enfrente un par de sillas más alejado y le miraba pensando en cómo nos habíamos alejado, le vi sonriendo mientras se apartaba para hablar con el móvil, supuse que con alguna de sus amiguitas.
Pero ya no me importaba y os preguntareis porque seguía con él? Pues es fácil ser su esposa me abría la puerta que me llevaba a Máximo, sin eso sería más complicado estar cerca de él. Cada uno vivía su vida en un pacto no hablado.
A media noche note la mano de máximo en mi muslo y se acercó a decirme
-Putita ves a quitarte la braga quiero tocar tu coñito
Obedecí como siempre con excitación anticipada y cuando volví su mano separo mis muslos y sus dedos se pasearon por mi rajita y pronto me penetraban, levanto el menú para que no se notara el movimiento raro de su mano y añadiendo dos dedos más siguió penetrándome hasta que me corrí mirando mi plato, mientras todos charlaban a nuestro alrededor. Saco su mano y vi cómo tras coger un trozo de pan lamia las puntas de sus dedos antes de decir mirándome a mí.
-Esta riquísimo, verdad Alba?
Aun sentía pequeñas descargas en mi sexo cuando me dijo
-Putita no vas a devolverme el favor?
-Estas insinuando lo que creo
-No sé qué crees, yo te pido que me hagas una paja, ahora.
Empecé a frotar sobre el pantalón, se la había agarrado cuando me dijo flojito
-Desabrocha el pantalón y mete tu manita dentro, el resto sabes bien cómo hacerlo
Empecé a masturbarle lentamente, subiendo la intensidad hasta que note el calor de su semen mojando mi mano.
La noche fue de lo más agradable y al llegar a casa Alberto se durmió, se había pasado con las copas. Me hice un té y vi que no tenía azúcar, decidí bajar a la sala comunitaria a coger, me puse la chaquetilla y cogí el ascensor, al regresar ya a casa con el azúcar en mi rellano note que me empujaban y oí esa voz de nuevo.
-Ponte la cinta puta si no quieres despertar a nadie
Asustada obedecí, no quería que nadie se enterara.
-Creí que me bastaría con esa tarde pero después de verte esta noche meneársela en la misma mesa donde cenaba toda la familia, me ha hecho volver a querer follarte. Acariciaba la idea desde que te imagine siendo follada en su despacho la semana pasada.
Ese cabrón sabía de nuevo todos nuestros encuentros. Tuve miedo a que alguien escuchara algo
-Dame las llaves y entramos en tu casa, tu marido supongo que duerme no? Se le veía bastante perjudicado al final.
Le di las llaves y note que abría, me llevo directamente a la habitación del fondo, eso me hizo pensar que había estado en mi casa, ese hombre era alguien bastante cercano a la familia.
-Entra golfa me muero por volver a follarte, vas a colaborar o prefieres que tus gritos despierten a todos y tenga que contarle porque estoy aquí?
Baje la cabeza, sabía que me tenía agarrada, no me quedaba más remedio que ceder a su chantaje, no podía permitirme el escándalo que arrastraría sobre todo a Máximo.
Metió su mano en mi pantalón de pijama y enseguida paseaba un dedo por mi raja, luego girándolo lo empujo dentro de mí, mientras con la otra mano subió la camiseta y me sobo las tetas de una a otra, las estrujaba sin piedad y un quejido se escapó de mi garganta.
-Cállate zorra, no te quejabas esta noche –sus palabras se teñían de rabia incluso con esa voz metálica-
Me pellizco los pezones hasta lastimarlos y luego los mordió, sentía sus dientes clavarse con fuerza, y su lengua dando golpecitos.
Me bajo el pijama a medio muslos y me lanzo a la cama, me puso de lado y yo intente escapar cuando su mano se estrelló con fuerza en mi culo.
-Donde crees que vas golfa?
Se sacó la polla y la froto por mi raja un segundo antes de metérmela.
-Me duele la polla de seca que estas y aun así me encanta
Lloraba mientras esa polla lastimaba mi vagina
-No me importa que llores me pone más cachondo saber que no quieres que te folle
Empujo sin piedad penetrándome durante lo que me pareció una eternidad, luego salió de mí y se levantó de la cama, pensé que a lo mejor se iba cuando sentí como me quitaba el pantalón del pijama, abría mis piernas y se lanzaba a lamer mi sexo, lo mordía, lo lamia y succionaba. Empecé a notar como mi cuerpo se ponía más en tensión e inevitablemente empezaba a mojarme, esa lengua se movía sin parar, mientras sus labios presionaban mi clítoris y sus dientes se insinuaban levemente, sabía que no podía ser tan salvaje como con mis tetas. Sabía lo que hacía y diez minutos después me corrí callada y agarrada a las sabanas.
-Muy bien guarra, aunque te calles los orgasmos, se cuándo te corres.
Volvió a ponerse entre mis piernas y me la metió hasta el fondo.
-Ahora al menos no me vas a escocer la polla, estas chorreando. Mira como entra y sale de tu coño siempre ardiendo.
Me follo un buen rato y luego volvió a tocar las teclas y en dos minutos volvía a correrme esta vez sobre su polla.
Me dio la vuelta sacándomela y poniéndose sobre mí con las piernas a los lados, me dio un fuerte cachete, luego otro y luego otro, el familiar escozor y calor me estremecían y solo cuando se cansó empezó a pasear su mojada polla de mi raja por el calor y la rojez que sus manos habían dejado en mi culo.
-Me encantas ponerte el culo rojo, me gusta castigarte guarra antes de follarte
Empujo la cabeza apretándosela fuerte ya que le costaba entrar por la postura, pero no desistió hasta meter el glande, apoyo sus manos en mi espalda y de un golpe fuerte de caderas me la clavo en el culo.
Jadeaba como un loco cada vez que se movía dentro de mí, sus palmas en mi espalda me empujaban hacia el colchón mientras me decía
-Me correría en tu lindo culo, pero quiero más aun
Ese hombre no paraba, mi culito estaba destrozado de sus azotes y sus arremetidas y seguía follándome fuertemente hasta que tras un leve grito salió de mi culo y note su semen en mi espalda, en mi pelo y al final sobre mi culo. Se tumbó a mi lado y al estirar la mano le roce sin querer el brazo, de nuevo toque un apósito justo arriba de su muñeca como la otra vez y lo registre en mi mente como una posible pista.
Cinco minutos después se fue y nada más oír la puerta me quite el pañuelo, en la ducha y tras darle mil vueltas decidí no mezclar a Máximo, temí que se preocupara como la otra vez o lo que es peor que pensara que era todo demasiado complicado.
Me di cuenta de que amaba a Máximo y por ello y para no perderle decidí callarme.
Al día siguiente me levante con una idea en la cabeza, tenía que descubrir quién me chantajeaba y a ello me dedique por completo. Hice varias listas de todos los hombres que pasaban por mi vida, desde el hombre de la tienda a mi propio marido.
Nadie me daba el perfil por unas cosas u otras los rechazaba a todos. No pensaba en el fondo que pudiera ser nadie de la familia cercana.
Cuando casi había rechazado la idea de poder saber quién me había follado las dos veces chantajeándome, en una reunión con muchísima gente, entre conocidos y familias oí que alguien decía.
-Mira que golpes se da es la cuarta vez que se da con el pico de ese mueble y se hace un corte, va como los burros sin mirar
Dicho eso le levanto levemente la manga y me quede sin habla al ver el apósito que había tocado las dos veces que ese hombre me había follado. Ahora sabia quién era y la realidad superaba con creces la ficción. Pensé antes de salir de ese gran salón a tomar aire o me terminaría desmayando. Por el camino a la calle me cruce con un alegre Alberto que me dijo
-Has visto un fantasma?
-Necesito tomar el aire, vuelve a la fiesta Alberto.
El corazón iba a salírseme del pecho cuando una mano conocida toco mi hombro y me dijo con una voz que no se correspondía al recuerdo de esas manos, pero más real que la que recordaba porque esta era su voz.
-Te he visto salir corriendo mientras bajaba la manga, te has dado cuenta por el apósito no pensé en ello.
Le mire y mi rostro se llenó de lágrimas antes de decirle
-Discúlpame ante ellos necesito irme
-Bien, pero no hagas nada de lo que luego terminaremos todos arrepintiéndonos todos