¿Me convertí en tu puta por pagar una deuda? 4
Se complica la historia ...
Tras descansar unos minutos, en los que ninguno dijo nada. Nos vestimos y salimos como habíamos llegado. Solo en el camino de regreso mire el mensaje, de nuevo otro video en el que se veía explícitamente como lo hacíamos.
-Esperemos a ver qué pasa
-Si
-Alba si se pone en contacto contigo dímelo, lo harás?
-Si
Me dejo en el centro, hice unas compras y regrese a casa, más feliz y relajada de lo que había estado en las últimas semanas. Además desde que tuve sexo con Alberto sin que el supiera quien era había dejado de sentirme culpable.
No volvimos a vernos esa semana, él estaba de viaje.
Estaba por el centro cuando mi móvil sonó y supe antes de mirarlo que era uno de esos mensajes.
-No me contestaste el otro día, hasta donde llegarías por seguir con tu aventurita?
Cogí el móvil y rápidamente teclee el siguiente mensaje:
-Llegaría al final, hasta dónde quieres que llegue.
Lo tenía clarísimo, no quería renunciar a Máximo y no podía salir todo a la luz porque eso nos arrastraría a ambos.
-A las cuatro en esta cafetería –me dio una dirección-
-Ok –conteste-
Llame a Máximo y me desaconsejo ir, me pidió encarecidamente que esperara a que el volviera, que le diera largas. Pero necesitaba saber quién era, necesitaba saber lo que quería a cambio de su silencio y sobre todo necesitaba que todo se calmara y poder volver a ver a Máximo con normalidad.
Llegue a la hora justa y al sentarme recibí otro mensaje
-Sal del bar y andando diez pasos a la derecha entra en el edificio y sube a la tercera planta, allí párate ante la puerta 305 y ponte de espaldas. Pero solo si estas dispuesta a todo, si no lo estás sal del bar coge un taxi y regresa a casa, con tu marido y olvídate de Máximo.
No había segunda opción, pague mi copa y Salí dispuesta a lo que fuera que esa persona quisiera de mí, estaba dispuesta a todo porque no estaba dispuesta a perder lo que tenía con Máximo.
Llegue y después de ponerme de espaldas toque el timbre y espere pacientemente, alguien abrió la puerta, ese alguien vendo mis ojos y tirando de mi muñeca me guio hacia adentro, oí la puerta cerrarse y supe en ese mismo instante lo que quería de la misma manera que supe que iba a dárselo.
Me dejo y me quede quieta mientras unos dedos desabrochaban mi camisa, la abrieron y acariciaron torpemente mis tetas sobre el sujetador, luego las manos desabrocharon mis vaqueros y los bajaron por mis caderas, dejándolos en mis tobillos. Agachándose ante mi levanto uno de mis pies y me descalzo, luego el otro y finalmente me quito del todo el pantalón, yo no había movido un solo musculo.
Me sorprendió un leve ruido de algo al encenderse, un botón y de repente una voz mecánica me dijo.
-Vas a quedarte? –Hablaba a través de un distorsionador de voz-
Entonces tuve claro que era alguien a quien seguramente conocería por la voz.
-Sí, voy a quedarme
Me empujo a lo que supuse sería una mesa y me apoyo las manos en ella, oí el chasquido de un cinturón saliendo del pantalón y dos minutos después bajo mis braguitas solo hasta debajo de mi culo, enseguida sentí el cinturón en mis nalgas, la sorpresa me hizo chillar, pero un segundo golpe lleno mis ojos de lágrimas, me agarre a la mesa y espere el tercero. Llego el tercero y el cuarto y hasta el quinto, dejando un fuerte escozor en la zona.
-Eres aún más puta de lo que pensé, no imagine que aguantaras ni dos y llevas cinco, el culo rojo y tu orgullo más que mascullado que el culo y aun así sigues aquí agarrada a esa mesa y dejando que alguien que ni sabes quién es te humille. Tan bien te lo hace?
-Mejor –conteste indignada al oír la verdad en esa voz mecánica-
Rodeo la mesa y me agarro las tetas, las sobo sobre el sujetador y luego las saco, pellizco mis pezones endureciéndolos justo antes de coger mis muñecas y tirando de ellas me tiro sobre la mesa, note el frio en mis pechos, siguió tirando y ato mis muñecas a las patas de esa mesa, note que la bordeaba de nuevo y esta vez ato mis tobillos a las otras dos patas.
Empecé a llorar antes de que volviera a tocarme, lloraba por lo que iba a pasar, por lo que iba a permitir que pasara.
Sus manos sobaron mis piernas, mi espalda, mis brazos y terminaron en mi culo enrojecido y aun dolorido. Se colocó entre mis piernas abiertas y rasgando mi braga, desabrocho su pantalón y note como su polla se frotaba por mi raja, agarrándola la llevo a la entrada de mi vagina y dejándola allí me agarro de las caderas y me la metió, entro y salió de mi cuerpo con rabia mientras me azotaba el culo donde me había dado con el cinturón. Notaba su polla abriéndome, lastimándome al igual que sus manos huesudas hacían lo mismo con mi lastimado culo.
-Qué coño tienes puta, no me extraña que Máximo se lo juegue todo por follarte, quieres que te cuente un secreto? –Me dijo esa voz metálica-
-Si –conteste yo soportando sus fuertes arremetidas-
-Máximo te deseaba desde el primer día que te vio y tu marido lo sabía
Me quede helada ante esa afirmación. Sus manos dejaron de castigar mi culo y buscaron por los costados mis pechos aplastados sobre la mesa, metió las manos debajo y con dos dedos de cada mano friccionaba mis pezones, los endureció al instante.
-Lo se todo nena, nunca te has preguntado porque tu marido te pidió que intercedieras? –Esa voz metálica me hacía más daño que su polla y sus manos-
-Lo sabía Máximo?
-No putita el no sabía nada, tu marido te sirvió en bandeja y el aprovecho lo que se le ofrecía después de desearlo durante años.
Nunca imagine tener esa conversación sobre Máximo mientras otro me follaba, era surrealista. Esa persona nos conocía a todos.
-Voy a saber quién eres? –Pregunte aun sabiendo la respuesta-
-No golfilla, no puedo arriesgarme.
Su respiración era acelerada, sus movimientos más violentos y de repente paro y salió de mi vagina liberándola.
Se arrodillo detrás de mí y empezó a lamerme desde atrás, tenía la lengua grande y muy caliente y repasaba todo mi sexo con maestría, sorbiendo mi clítoris cuando llegaba a él, luego lo soltaba y seguía lamiendo hasta mi culo, donde volvía a parar para lamer mi ano, su lengua lo rodeaba y luego lo penetraba con la misma, mandando pequeñas corrientes a mi sexo hinchado y anhelante de más, luego volvía sobre sus pasos repitiendo el recorrido termina con la fuerte succión de mi clítoris. Los mordisqueo levemente, lo chupo y atrapo entre sus labios.
No podía aguantar más, intentaba frenar lo inevitable, hasta que no pude más y estalle. Me corrí en su boca y el limpio y sorbió hasta que ceso completamente.
-Me encanta el sabor de tu coño puta, a pesar de todo no puedes evitar correrte.
Me desato y si no hubiera sido por la mesa habría caído al suelo, las piernas me temblaban y me ayudo a incorporarme antes de subirme a la mesa, donde abriéndome volvió a penetrarme mientras agarrado a mis tetas me decía.
-Estas buenísima, que placer follarte puta
Mi coñito ya no estaba seco y ahora entraba y salía con facilidad y eso que no era una polla pequeña, aunque no podía verla sentía su grosor.
Empezó a pegarme con las palmas de las manos a los lados de mis tetas, moviéndolas. Cada vez más fuerte al mismo ritmo que su polla me poseía y volvió a pasar cuando más me dolían los pechos por sus manotazos note el principio de mi segundo orgasmo mi vagina se contraía por los espasmos del orgasmo mientras el empujo con dureza dos veces más antes de salir.
-Puta vas hacer que me corra con ese glorioso coño que tienes y quiero que dure más. -Dijo de nuevo esa voz-
Me bajo de la mesa violentamente antes de que recuperara el resuello y me giro de nuevo, subiendo una de mis rodillas me agarro de las caderas y secando mi coño con lo que supuse que eran mis bragas volvió a metérmela mientras yo intente escapar, no quería que siguiera humillándome, pero sus fuertes manos me sujetaban mientras su polla se hundía muy dentro de mí.
-Aunque luches voy a follarte hasta que no pueda más. –La rabia traspasaba hasta esa voz metálica-
Intente zafarme de sus brazos y toque lo que me parecía un apósito, pero no le preste atención, quería que acabara y sobre todo no quería que volviera hacer que me corriera. Pero no paro de arremeter dentro de mí hasta que me corrí de nuevo con sus fuertes empujones y entonces salió y entre jadeos me dijo:
-Si zorra me encanta ver cómo te corres y sobre todo sentirlo en mi polla
Soltó un quejido y note como se corría sobre mí al tiempo que se giraba hacia un ruido a nuestras espaldas.
-Estate quieta puta –me dijo esa voz metálica antes de volver atarme a esa mesa-
Me dolía todo el cuerpo y no entendía nada, oí como cerraba una puerta. Oía a lo lejos esa voz distorsionada hablar con alguien.
-No hables, podría reconocerte. Te lo puedo explicar…
Oí como le contaba toda la historia, solo oía esa voz la otra preguntaba demasiado flojito como para que llegara a mí.
-Ahora que lo sabes todo puedes quedarte o irte –dijo esa voz de nuevo-
Tras un largo silencio volví a oír la puerta y unos pasos se acercaron, se colocó frente a mí y enseguida note unas manos acariciando mi trasero rojo y dolorido, no eran las mismas manos, eran más suaves, pero enseguida fueron igual de hambrientas se pasearon por todo mi cuerpo.
-Quieres follártela también verdad? No te hagas el digno que veo el bulto en tu pantalón –dijo la voz de antes-
Oí una cremallera y unos pasos se colocaron entre mis piernas y enseguida una polla empezó a penetrarme lenta y tímidamente, sus manos me agarraron por los hombros y empezó a empujar. Era más lento, más suave, pero igual de profundo. Soporte más de diez minutos sus embestidas mientras el de la voz me desato y me incorporo, el que me follaba saco su polla.
-Ven, ahora abre las piernas y siéntate sobre su polla, métetela hasta los huevos, clávate en su polla
Supuse que el ultimo se había sentado y obedeciendo me abrí y baje clavándome esa polla más fina pero infinitamente más larga, el ultimo me agarro del culo instándome a mover las caderas mientras respiraba entrecortadamente. El primero me acerco la polla a la boca.
-Chúpamela puta que voy a volver a follarte
Se la chupe mientras sentía la otra polla bien adentro, mientras la boca de ese hombre me volvía loca a chupetones en mis tetas y los dos jadeaban y gemían entregados como animales. Tras unos minutos sentí como había crecido de nuevo la primera polla, me agarro la cabeza y me follo bien la boca antes de salirse.
-Mueve las caderas que lo tienes a tope
Mientras me movía sentí un dedo jugando en mi ano y a continuación dos dedos me dilataban, durante un rato no hizo más, pero luego los saco, para colocar su polla, que empezó a empujar y a abrirme el culo, sentía como me partía en dos, la boca del de abajo lamia mis tetas, las mordía y succionaba mientras el primero me la metió de un golpe hasta los huevos.
-Que culo más rico, que placer golfa, apriétale la polla y la mía.
Sin darme cuenta movía las caderas y empecé a disfrutar de esas dos pollas que me partían en dos, me follaron un buen rato hasta que cambiaron de postura y sacándome ambas pollas el de la voz se sentó en la silla y dándome la vuelta volvió a clavarme sobre su culo, subió mis pies a sus rodillas y el otro me separo los muslos y bajo a lamer mi coñito, al rato movía las caderas a esa boca mientras sentía el culito perforado, me estaba matando de placer y suspiraba sin poderlo parar entonces paro de lamer y separando bien mis muslos me la metió de nuevo en el coño al tiempo que me corría justo cuando note el semen en mi culo, apreté mi vagina mientras me corría entre gritos y el ultimo sacándola deprisa lleno mi pubis y estomago de abundante semen.
Al levantarme sentí como me escurría el semen por mis muslos y mi culo y me acurruque en el suelo. Desperté casi de noche, llena de semen y entumecida.
El apartamento estaba completamente vacío, solo esa mesa recordaba lo que había pasado.
Me limpie un poco y me vestí.
Cuando salía, un mensaje en el móvil decía
-Soy una tumba, has comprado con creces mi silencio.
Al día siguiente me llamo Máximo y le dije
-Ya está arreglado, no me pidas como pero he comprado su silencio
Mil preguntas en mi mente, me recordaban esa tarde. Quienes me habían follado? Volverían a pedírmelo? Y lo peor volvería a aceptar?