Me convertí en terrible putita (2)

De como sigue está historia, y como me voy convirtiendo cada vez más puta.

Como me volví en terrible putita ( 2 )

Me canse de humillar hombres y termine cogida, dominada y humillada por unos pendejos.-

Hola, de vuelta yo, Susana, esta es la continuación de mi historia, después del fabuloso polvo que me echó el hijo de puta, se fue y ese día no volvió más, dios yo me quede sola y me puse a pensar en lo sucedido y realmente no lo podía creer, como yo había caído tan bajo, como podía ser que este guacho de mierda me haya podido humillar tanto. A mi que por menos que eso eche a la puta madre que lo parió a más de uno, quería hablarlo con alguien pensé en un par de amigas pero lo descarté de plano, ya que, ninguna de ellas hubiera podido entender lo ocurrido.

Esa noche me bañe, comí bastante ya que tenía bastante hambre y después me acosté y no pude menos que pensar en lo sucedido, y debo reconocer muy a mi pesar que lo había disfrutado y como lo había disfrutado, dios mío debo estar loca, pero no pude evitar pajearme, todavía me dolía el pelo de los tirones y la cara de los cachetazos recibidos, y como me hubiera gustado que Dani, estuviera conmigo en ese momento y me siguiera cogiendo.

Dios ahí medianamente reaccione y me dije Susanita, no seas tonta, esto es algo que paso y nunca más va a pasar, esto fue un desliz, una hembra como yo no se puede regalar así nomás con pendejo de mierda, que encima tuvo la descarades de ponerme condiciones, jajaja, me reía sola en mi habitación pero que se ha creído este infeliz, se piensa que una hembra como yo me voy a volver loca por el, lo único que quería era pasar un momento de placer y nada más, mañana cuando venga con alguna boludes lo echo a la mierda, a el y a el padre por detrás si viene a romperme las bolas.-

Al otro día me levanté como todos lo días, me duche me vestí y me puse una tanguita súper atrevida, no me puse corpiño, medias negras y un conjunto de pollera corta y chaqueta de color blanco de lino, con una remera negra, que me marcaba los pezones, zapatos de taco fino, me puse perfume y pensé, espero que a Dani le gusté, y ahí nomás reaccioné, que Dani ni Dani, esto lo hago por mí, por qué a mi me gusta estar elegante pero para mi misma, no para un pendejo pelotudo con aires de chulo barato.-

Baje, y el ya estaba en la oficina, ya que tiene su llave, me saludó con un buen día, me preguntó si quería un café, le respondí que no. Y me quede esperando que dijera algo, hiciera algún comentario de lo ocurrido, y nada ni bola era como si nunca hubiera pasado nada, desde su pc, me miró y me preguntó

Necesitas algo?

No, respondí, gracias no necesitó nada,

Pegué media vuelta y me fui a mi oficina, y por dentro pensaba, pero que mierda se cree este hijo de remilputas, me vestí así para el y ni siquiera me dijo algo lindo, ni un besito, nada, pero claro que se puede esperar de un pendejo tonto como este, que no sabe lo que es una hembra como debe ser.

Pero como Susy, pensé no era que te vestías así para vos, que lo ibas a echar a la mierda y ahora estas loca por que no te dio bola.

Así estuvimos todo el día y para eso de las 19:00 hs., hora en que nos vamos, y yo estaba al borde de un ataque de nervios, que se pensaba pendejo de mierda, cornudo, pajero, putito, por que seguro que era eso un puto de mierda, que se pensaba que me iba a coger y después no me va a dar más bola, pero si el se piensa que yo me voy a humillar preguntándole y o darle e entender algo se va a cagar encima esperando, por qué me mato antes de darle a entender que me estaba muriendo por qué me coja de vuelta. Dios que loca tarada que estoy, pensé.

Cuando se iba, me dijo chau hasta mañana Susy, y se dio media vuelta para irse, y ahí si no aguanté más y le dije, decime pedazo de putito, que te haces el macho cabrío, que te crees que sos, para que sepas tuve más de tres machos mucho mejor que vos, y que eran hombres de verdad, y se arrastraban por mí, y no como vos un carnudo boludito que se cree gran cosa, y lo que realmente sos, es ser pajerito de cuarta, el me miraba risueño y me dije este va a saber con quién está tratando, dios como me equivoqué.

Pego la vuelta, se paró delante de mí, y me congeló con su mirada, nunca había sentido una mirada tan fría como esa, cuando quise retroceder y me sacudió la cara de un cachetazo, me caí y me levantó de los pelos….

Que te pensas que sos, pedazo de puta

Me dijo mientras me cacheteaba la cara, intenté defenderme, ya que no quería verme usada como la vez anterior y lo quise arañar, y ahí si que se puso loco.

Déjame, hijo de puta, quién te crees que sos para pegarme, le decía, a mi no me pegó nunca ni mi padre y vos tampoco lo vas a ser.

Ah no, me dijo de los pelos me llevo hasta su escritorio, y con cinta de empaque me agarro las muñecas en la espalda.-

Yo, le dije que se fuera que estaba despedido.

Que era yo quien mandaba y que iba a hacer lo que yo dijera.

Lo único que logre fue que me agarro de los pezones y me los retorció con bronca, y grite de dolor como una loca, y me puso otra cinta en la boca, y ahí si me arrancó la ropa a los tirones, rasgó toda mi ropa y me arrancó la tanga, se sacó el cinto y mi dios que paliza me dio.-

Basta pensaba, por favor que no me pegue más y ahí me di cuenta como me mojaba solita la cajetita.

Ay, como me daba en el culo, las tetas, me agarraba de los pelos y me acomodaba para fajarme más, y yo como una puta de mierda lo estaba disfrutando, cuando se cansó en agarro de los pezones me levantó y me llevo a la rastra hasta mi casa, cuando, legamos a las escaleras, me agarró de un pezón y de los pelos de mi concha y me llevo a volandas para arriba, que dolor y que placer, una vez arriba me llevo al dormitorio y me hizo chuparle la pija, me quise negar y me pego de vuelta cachetazos en la cara y me saco de un tirón la cinta de la boca.

Quiero oírte gritar puta, me dijo y me hundió la pija en la boca y se la chupe dios sentía desesperación por esa verga, me dio vuelta y me la metió de un solo golpe.

¿Que haces?, estas penetrándome, como te atreves. Pero era demasiado tarde.

Mi respiración me delataba, mis ojos se me dieron vuelta cuando sentí a ese chico dentro de mi. Mi voz estaba entrecortada y sólo se me salían pequeños gemidos: Ohhh, ¡por Dios!, noooo Ahhh, ahhh

No me la metas, ahhh, ahhhh

Mi rechazo cada vez era más débil. Ahhh, Ahhh, ¿Qué me haces?

¡Por favor!, nooo, ahhhh

¡Cómo me coges!, ahhh

¡noo, papito, nooo, ahhh, que me haces gozar, noo nooo¡ por favor, por favor, ahh,

ahh Él no me hacía caso, puso sus manos en mis caderas y saco mi culo más; de esa forma me penetro otro tanto. Sentí una verga más gruesa que las que me había comido con anterioridad, con una forma curva, muy dura que me invadía, no tuve tiempo de decir nada por que sus manos subieron a mis tetas, y me tiraba de los pezones mientras me mordía el cuello, lo que no pude resistir, así que puse mis manos sobre las suyas y las acompañe en ese movimiento. ¡Que hombre para maltrar las tetas de una mujer! Me les pegaba, me las apretaba, me las lamía, me manoseaba toda, sin mi permiso. Pero lo hacía de una forma tan decidida, que yo solo atinaba a dejarme hacer, me tenía sumida a sus deseos; es mas, estaba sintiendo, suplicando y rogando que me cogiera como el quisiera. inconscientemente mis caderas seguían el ritmo de sus embestidas. Nos restregábamos sin dejar un milímetro de nuestras pieles en contacto. Mis piernas se abrían para permitirle que me penetrara con mayor profundidad. No pude resistir la tentación de sentir esa dura herramienta haciéndome el amor: Tenía una pija enorme, muy dura, dentro de mí, con una forma y un grosor tan espectaculares que me hurgaban más y más y me volvían loca. Ya no hablábamos, él ponía su boca en mi oreja y respiraba allí, eso me calentaba más. Cogimos un ritmo fuerte pero delicioso, no paraba de sobarme las tetas, las piernas, los pelillos de mi vagina. Se mojaba la mano con nuestros jugos y me la pasaba por mi boca, haciéndome chupar. Yo estaba cabalgando a ese machito totalmente abierta de piernas y sostenida por sus manos y dedos en el culo, saltaba decididamente en busca de su pija y me restregaba mis labios vaginales, mi clítoris y mis pelillos alrededor de ese pene que adentro exploraba muchas zonas íntimas. Tirada en la cama y mis piernas empujando su trasero para que me penetrara me producían una sensación de placer inmenso. Veía como sus manos amasaban mis tetas y eso me impulsaba inconscientemente a buscar mayor penetración. De pronto me dijo, no saldré de ti sino hasta que te llene de mi leche. Comprendí que sería de ese machito mío. Fugazmente recordé que estaba en el momento adecuado para ser preñada, y le dije: -¡No que me preñas!, no me llenes de tu leche. Mientras él se revolcaba con una firmeza que me dejaba aturdida, ¡cómo me cogía!, por Dios. Le vi su determinación en su mirada. No dejábamos de mirarnos nuestras enrojecidas y excitadas caras y vi como se le acercaba el orgasmo. Me miro y cuando pensé que tenía el control, que podía sacarlo de mi, sentí que su pijota creció en largo y ancho, lo que me enloqueció, Decidí esperar un segundo para sentir a ese hombre en mis entrañas antes de empujarlo fuera, pero un delicioso y muy intenso orgasmo hizo abrirme más y más para recibirlo, hasta que me oí diciéndole:

-Hazme tuya, papito, préñame si quieres, más y mas......

-Ahhhhhhhhhhh, ahhhhhh, gritamos los dos mientras nos chupábamos, nos besábamos con la boca abierta y penetraba con su lengua lo más profundo de la mía. Estábamos desbocados y no parábamos, sentía todos los chorros calientes de su leche dentro de mi y le pedí:

mmmmmássssssssss mmmmmásssssssss dame toda tu leche, papito, gózame, úsame, seré siempre tuya, ahhhhh Así fue: durante un minuto me

lleno de su leche a borbotones, vibraba mi vagina y su pene cada uno a su ritmo. No paraba de moverse tocándome todo el interior de mi cuerpo en cada embestida. Era la forma más hermosa que he sentido al hacer el amor. Lo sorprendente fue que en menos de tres minutos sentí como me mandó su segunda carga mientras nos besábamos apasionadamente. Ahí yo ya era de ese hombre, sentí que nos entrelazamos en una unión perfecta basada en esa entrega íntima de dos cuerpos.

Lo miraba mientras sentía una mezcla de pasión, de sumisión, de amor, de picardía, cuando me dijo:

A partir de ahora vas a ser mi puta, cuando yo quiera y donde quiera, estamos? Levante mi cabeza y vi como salió de mi interior su preciosa pija y ahí me di cuenta que a partir de ese momento ya era la putita de es macho.-

Continuará

Por favor, si les gustó y quieren saber como sigue esto, escríbanme a está dirección, que es de el ( stambajer@hotmail.com ) en especial quiero saber lo opinión de otras mujeres en mi situación.-