Me convertí en la puta de mis vecinos. El inicio

Ingrese a la universidad hace poco y me tuve que mudar, mis nuevos vecinos son un poco ruidosos

Para empezar me gustaría presentarme, soy Victoria, pero todos me dicen Vica, tengo 18 años, soy mexicana, mido 1.58, soy delgada pero con curvas, pelo rizado, piel blanca pero rosada, hago demasiado ejercicio así que mis piernas están torneadas, mi trasero parado y grande, no tengo grandes senos, pero están redonditos y parados.

Todo empezó cuando fui aceptada en una universidad que quedaba demasiado lejos de mi casa, resignada me mudé a un departamento de tamaño mediano a unas cuadras de la misma, las primeras noches ahí escuchaba el rechinido de la cama y los gemidos de los vecinos de arriba por culpa de las delgadas paredes que permitían que todos los sonidos se filtraran. Esto me parecía molesto pero al mismo tiempo me excitaba un poco, no los conocía pero suponía que eran una pareja joven.

Un día me cancelaron las clases en la uni, estaba tranquila en mi casa cuando pasaron por abajo de la puerta un recibo, me paré y leí el destinatario, no era para mi, si no para el departamento de arriba, así que decidí ir a entregárselos, mas tarde. A eso de las 8 de la noche me puse un pequeño short que dejaba muy poco a la imaginación al ajustarse a la perfección a mis grandes nalgas y una playerita de tirantes (sin bra) Blanca, que se transparentaba un poco, o sea, sería la primera vez que vería a mis vecinos que cogian todas las noches, no tengo muchas inhibiciones claro que no me importaba quedar como una puta, me encanta mostrar mis atributos y provocar, con esta estrategia casi siempre consigo una buena noche de sexo, salí de mi casa y toque el timbre, a los pocos segundos un hombre de unos 40 años sin playera y con un par de bóxers muy buen cuerpo para su edad, pero con demasiadas canas y unas cuantas arrugas que delataban su edad, estaba en la puerta, yo me quede boquiabierta, no podía reaccionar.

-¿Que pasa? ¿Necesitas algo nena?-pregunto el cortésmente sacándome del transe, mire hacia el piso simulando un poco de vergüenza con la finalidad de ver su paquete, el cual se veía que estaba duro, realmente esperaba que por mi.

-Perdon, que Pena, ¿interrumpo? No quiero ser una molestia, soy Victoria, su vecina de abajo, hace poco me mude y dejaron esto en mi departamento, creo que les pertenece- dije y entregue el papel.

-¿Quien es cariño?¿Alguien vino por el anuncio?-una mujer de unos 30-35 años se paró detrás de él, ella igual de en forma que el, con una camisa sin abotonar que dejaba ver su bra y un short holgado se paró detrás de él y me sonrió.

-No, es nuestra vecina, vino a entregar esto- Tomo el papel de mis manos- Gracias, por cierto, nena.

La mujer puso una cara de decepción y dijo: -yo pensé que esta hermosura iba a ser nuestra, digo, Vela, no me puedes decir que no quieres comértela entera y someterla- abrí los ojos como platos y me sonrojé, el la vio un tanto enojado, lo que hizo que la mujer se metiera al departamento.

-perdón, está un poco caliente y ansiosa por un anuncio que pusimos buscando a un tercer integrante, ya sabes, creo que nos debiste escuchar alguna vez

-Bueno… yo, no sabía de ese anuncio, si no, hubiera venido más rápido-reí nerviosa, pero un tanto caliente por el comentario-yo estoy dispuesta a muchas cosas-recordé quien era, una puta que siempre necesita un poco de acción, me acerque un poco a él y puse mi mano en su paquete por encima del bóxer y lo besé, el de inmediato reaccionó y me jalo, haciéndome entrar y cerrando la puerta detrás de mi, me separé y me hinqué, baje el bóxer dejando aquella enorme cosa al aire y con emoción empecé a lamerla de abajo hacia arriba, sintiendo el líquido preseminal cayendo lento, escupí en mi mano y empecé a masturbalo, mientras me metía esa enorme polla lento a mi boca, para luego sacarla igual de lento, mientras metía y sacaba más rápido, también mi mano bajaba y subía con mayor velocidad, el jalo mi cabello y me hizo parar.

-si vas a hacer esto con nosotros tienes que saber que serás nuestra perra, de los dos, queremos una sumisa, siempre dispuesta- asentí con la cabeza y moví un poco mi mano que aún sostenía su polla, el me soltó una cachetada- dime, si amo-solté un gemido ligero al sentir el golpe.

-si amo.

-bien, ven, te vamos a probar un poco, fuimos al cuarto donde la mujer estaba, nos vio con un poco de sorpresa y el asintió, lo que a ella le causó una sonrisa, saltó de la cama y me beso efusiva.

-bienvenida perrita, vamos a gozar mucho los tres, acuéstate.

Me acosté en la enorme cama, me hicieron cerrar los ojos, mientras los sentía acariciarme por encima de la ropa, me decían sus nombres ella se llama Rosa y el Nico, pero para mi ellos serían mis amos, tenía que ir una vez al día por lo menos y en la calle tendría que hacer ciertas cosas para mantenerlos felices o me castigarían, después de un rato de sentir manos por todo mi cuerpo, me dejaron abrir los ojos, Rosa (mi ama) me saco el short y comenzó a jugar con su lengua por toda mi conchita empapada, con su mano masajeaba mis senos, se concentró en mi clitois unos segundos y luego bajo a mi entrada y metió su lengua, yo gemía como puta, estuvo así varios segundos, mi amo estaba parado masturbandose viendo como yo me retorcía de placer y gritaba pidiendo más, esperando que esa gloria no terminará, pero Justo antes de que me corriera, ella paró.

-ponte tu short y vete, esto solo fue una probada, nos vemos mañana para comenzar el juego real- me vestí consternada y baje a mi casa, sin saber bien que había pasado.

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Hola, este es mi primer relato, si les gustó díganme y les continuó contando esta historia (pueden mandarme correo o ponerlo en los comentarios)

Besitos, Vica.