Me convertí en la puta de los kinkis de clase

Inesperadamente, a Miguel le gustó tanto como le comía la polla que se lo contó a su grupo de amigos. Todos ellos kinkis decidieron usarme como su puta, y yo estaba deseando servirles.

Me convertí en la puta de los cuatro kinkis de clase

  • ¿Dani? - Me dijo Ángel en medio de clase interrumpiendo mis pensamientos. Era un chico ligeramente gordito, de estatura media y de aspecto bastante perezoso.

  • Dime- le dije sospechando de su tono interesado.

  • Miguel nos dijo que la comes de puta madre, ¿Te apetece venir al acabar las clases al baño conmigo?

Me chocó lo directo que fue, sabía que Miguel era un bocazas y, como llevaba comiéndole la polla desde hace un par de semanas, parece que lo había comentado por ahí.

  • Vale- respondí sin pensar pues la oportunidad de comer polla de kinkis como Ángel y Miguel me ponía exageradamente.

En lo que acaba la clase, empecé a ponerme nervioso. ¿Miguel le había contado, “LES” había contado lo que habíamos estado haciendo? ¿Y ahora? ¿Y si llega a oídos de los profesores? ¿Y a quienes más se lo había contado? Tendría que hablar con él luego.

Al acabar las clases, Angel se quedó conmigo haciendo que terminamos una tarea y cuando todos se fueron le seguí al baño. Allí, sin cortarse se bajó los pantalones e hizo fuerza en mi hombro para que me agachara. Su polla era relativamente pequeña, pero eso no le impidió que me la metiera en la boca como si fuera algo normal para él. Y para mi sorpresa, empezó a moverse como si me la follara. Para lo perezoso y vago que parecía, ahora demostraba todo lo contrario. Me agarró del pelo con una mano y follándome la boca con rapidez, la polla entraba y salía de mi boca a un ritmo exquisito, además lo hacía con una actitud chulesca que me ponía cachondo a más no poder, y el olor a sudor y polla me inundaba toda la cara. Estaba en éxtasis notando cada parte de su polla hasta que con un golpe seco metiéndome la polla hasta el fondo, se corrió abundantemente. Sacó la polla mientras aún se corría y me manchó la cara.

  • Pues tenía razón hermano.- dijo subiéndose el pantalón mientras yo aún estaba de rodillas.

Se lavó la polla y sus manos en el lavabo y salió sin decir mucho más mientras yo aún saboreaba su semen.

Después de comer, como de costumbre Miguel dió conmigo. Hoy fue más directo, ni se molestó en poner porno, simplemente se sentó y se sacó la polla para que se la comiera. Y, aunque quería decirle lo de Ángel, no pude pues tenía la boca ocupada. Le comí su gruesa polla jugando con la lengua para saborearla bien. El me agarraba del pelo y de la garganta, desde hace unos días parecía que estaba descubriendo que le gustaba dominarme. Me obligaba a que se la comiera entera y mantenía su polla en mi interior mientras me apretaba el cuello con su mano para luego, moverse follándome la boca con intensidad. En cierto momento estuve apunto de correrme del morbo, pero quería reservarme hasta recibir su semen, cosa que no tardó en suceder, ya que empezó a follarme la boca a garganta profunda y aumentando la fuerza que hacía en mi garganta y pelo se corrió en mi interior. Pensar que era el segundo lefazo que me llevaba hoy me ponía perdido.

  • Miguel- le dije con su semen aún en mi boca.- Antes de que te vayas, ¿Le contaste esto a Ángel?

  • Sí hermano, y a Aitor y Yeray. Quizás te pidan alguna mamadita, la chupas de puta ostia.

Lo dijo con tanta confianza que no supe ni que responderle. Aitor, Yeray, Ángel y  Miguel eran el grupito kinki de la facultad. La idea de hacer algo con ellos me había parecido imposible hasta ese momento, pero la verdad que no me importaba en absoluto ser su puta.

  • Mañana Ángel se tiene que quedar a comer también. Si quieres nos la mamas a los dos, hermano- me dijo como si me leyera la mente.

  • Claro- le contesté emocionado.

No podía esperar a que los cuatro me usaran cuantas veces quisieran. Miguel se vistió y se marchó mientras me quedé ideando en mi cabeza todo lo que me gustaría que me hicieran. Sobre todo Yeray, que era el líder del grupillo y el más agresivo de los tres y con un cuerpazo que envidiaba. Me relamí el semen que quedaba en mis labios. Parece que la suerte está de mi lado

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Espero que te haya gustado este relato corto. Seguiré publicando versiones e historias paralelas a esta y capítulos de mi historia principal.

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