Me convertí en el puto de mi jefe (parte 2)

Las fantasías de un joven con su jefe maduro serán cumplidas en la oficina-

Me convertí en el puto de mi jefe (parte 2)

Al ver que todavía seguía erecto mi cuerpo empezó a cosquillear de ansias por lo que sería una increíble follada. Yo estaba todo sudado, así que por fin me desató las manos para poder desnudarme. Yo al verme con las manos libres fui directo a sus pectorales hinchados, me sentía como en un sueño de estar tocando su cuerpo musculoso. Se puso de pie y me dirigió a su escritorio. Me quedé ahí con el pecho encima de la mesa y el culo expuesto a lo que él quisiera hacerme. ‘Estás muy bueno,, te voy a dar tan duro que no podrás ni caminar.’ Me decía mientras me nalgueaba con sus grandes manos. ‘Ay, jefe dese prisa’ Me tenía loco con tanto rodeo.

Pasaba su duro miembro entre mis nalgas haciendo que mi cuerpo se estremeciera. Me daba nalgadas mientras yo sólo deseaba que ya me la pusiera dentro. En un momento sentí como cambió de posición y sus manos me abrieron de par en par. Sentí su aliento tibio y luego su lengua empezó a recorrerme desde el miembro hasta arriba. ‘Ohh,, mmm.. jefe sí ahí.. se siente muy bien’ Comenzó a comerme como desaforado y sólo atiné a sujetarme del borde del escritorio mientras me mordía el labio. Yo la tenía bien dura y me la tiraba con fuerza mientras metía su lengua hasta el fondo. Pensaba que me iba a venir. Alternaba con su lengua y sus dedos, por lo que supe que luego seguiría ese monstruo entre sus piernas. ‘Mmm.. te gusta putito??’  ‘Sí,, deme más’  ‘Dale, suplica por mi miembro, eres un puto goloso’ ‘Por favor métamela jefe’ ‘Mírame y dímelo, suplica como el cochino que eres..’ Ya no podía más así que giré mi cabeza para mirarlo y abrí mis nalgas, ‘Se lo suplico jefe métamela toda’ Me miró fijamente y parece que estaba muy caliente por que me agarró de las caderas y empezó a meterla con fuerza. ‘AHHH!’  Salieron unos gritos que el tapó con su mano en mi boca. Sentí como me llenaba, pensé que me iba a partir en dos.  ‘Mmm que apretado estás, que rico’ Siguió hasta meter la mitad y comenzó a bombear sin piedad. Me tenía sujeto de los hombros donde no podía escapar de las embestidas. Continuó con tanta fuerza que las cosas se empezaron a caer del escritorio y yo sólo me apreté del borde del escritorio tratando de recibir toda su verga. Mis ojos estaban en blanco con el estado de extasis en que me tenía. Comenzó a darme bien duro y a tirarme del pelo. ‘Te gusta eh? Te voy a romper el culo como querías’ Decía a mi oído. ‘Quiero ver como te entra toda’ Levantó mi pierna izquierda y la puso sobre la mesa. Abrío bien mi culo con sus dedos y empezó a empujar lentamente para meterla hasta el fondo. ‘Ay, no va a caber jefe’ Dije con susto. ‘Pero si en la boca te la tragaste con gusto, aquí va a entrar quieras o no’. Mi cuerpo se relajó no se como y sus bolas entraron de un golpe, tocando mis nalgas. ‘Ahhhh! Mi dios.. entró ya?’ Riéndose me dijo que mi culo se la había tragado toda.

Me agarró bien firme del hombro y empezó a meterla y sacarla como todo un experto. Sentía como mi ano se abría y cerraba a su paso.  Continuó por un buen rato hasta que sentí que sus bolas golpeaban más rápido mis nalgas. Se iba a venir. ‘Quieres mi leche?’ ‘SÍ… dámela toda’ ‘Te voy llenar como una puta.. Ahhhh!!’ Dijo y sentí como un algo caliente me llenaba y escurría por mi pierna. Se dejó caer en mi espalda. Los dos respirábamos exaltados. ‘Te quieres venir?’ Me dijo al oído y yo le respondí con un beso. Me dio la vuelta y quedamos frente a frente. Levantó mis piernas y empezó a bombear nuevamente. Ahora no le costaba nada con esa lubricación. Me empecé a masturbar rápidamente, estaba cerca del orgasmo. Todo mi cuerpo se tensó y eyaculé como nunca sobre mi pecho, un poco incluso cayendo en mi cara. Me miró y para mi sorpresa comenzó a lamer todo los restos en mi pecho hasta llegar a mi boca. Abrí mi boca grande y depositó toda mi eyaculación. Luego de eso me dijo que pensaba despedirme después de esto pero que era un puto tan golozo que podía quedarme y estar siempre dispuesto a satisfacer sus necesidades. Así fue como me convertí en el puto de mi jefe.