Me convertí en el puto de mi jefe (parte 1)

Los deseos de un joven serán cumplidos en la oficina de su jefe-

Me convertí en el puto de mi jefe (parte1)

Una noche, en la fiesta de trabajadores en mi oficina me decidía decirle a mi jefe lo que sentía por él. Él se llama Ernesto, tiene 35 años era un ex militar lo que explicaba su físico espectacular. Desde que lo vi me gustó mucho, en especial su gran paquete y su mirada penetrante. Además de su forma autoritaria de dirigirse a mis compañeros de trabajo y a mí. Temía calentarme en horas de trabajo al verlo y llegaba a mi casa ansioso por tocarme pensando en él.

En fin, esa noche en la fiesta de la empresa me quedé hasta que todos se fueron. Le dije a mi jefe que quería hablar con él en su oficina. Al entrar, me aproveché de que estaba medio borracho y decidí decirle lo que sentía, en el peor de los casos podía decir que todo fue por el alcohol al día siguiente. Me acerqué a él y le dije que me calentaba mucho. Él medio aturdido no dijo nada y yo comencé a besarlo en el cuello. Di unos pasos hasta dejarlo contra la pared. Su respiración era más rápida y sus pectorales sobresalían en su camisa azul marino. Estaba bien ebrio al parecer porque no negaba mis caricias pero tampoco me decía que le gustaba. Por esta razón decidí arriesgarme y mirándolo a los ojos bajé mi mano y le agarré el paquete.  Al parecer hice que reaccionara porque me empujó al sofá que estaba al lado y cayó encima de mí. ‘Oye, que estoy ebrio pero no soy ningún maricón’. ‘Pero yo sí, y ya no me aguanto jefe. Mire como me tiene ...’ Le dije mientras abría mi pantalon y acariciaba mi bulto. ‘No me importa si me despide, yo lo deseo.’  Le dije y procedí a desabrochar su pantalon, deslizándome entre sus piernas hasta que sentado en el suelo con mi cara frente a su bulto. Le bajé el bóxer y salto hacia abajo su grueso miembro. Tenía mis dudas si es que cabría en mi boca pero tenía que intentarlo no podía echarme atrás ahora. Lo sujeté con mi mano derecha cuando me tiró del pelo hacia atrás con fuerza diciendo: ‘Esto quieres maricón?!’  Cerca de mi cara con su aliento a alcohol. ‘Sí.. lo quiero todo jefe’. Sin soltar mi cabeza sacó mi corbata y de un empujón me dio medio vuelta. Tomó mis manos y las ató a mi espalda. ‘Vas a ser mi putito por esta noche entonces, da igual que seas hombre, en el regimiento también tuve que follar a otros cadetes por necesidad.’ ‘Jefe, haga lo que quiera conmigo..’ Le dije.

Ya decidido a hacerme suyo, empezó a desnudarse a lo que protesté que me dejara hacerlo pero me dio una nalgada y me dijo que él era el que mandaba acá y que no tenía derecho a nada. Ya desnudo se  sentó en el sillón y me dijo que me sentara encima de él. Yo todavía tenía mi traje medio puesto asií que me tiró de la corbata hasta que estuve sentado sobre su miembro bien duro e indefenso porque las manos las tenía atadas. Me tenía loco encima de su musculatura sin poder tocar ni besar. Su pecho era grande y musculoso, tenía unos vellitos que seguían desde su ombligo a su miembro. Sus brazos venos comenzaron a recorrer todo mi cuerpo. Tocó mis incipientes pectorales comparados con los suyos, pellizando por doquier hasta hacerme retorcer. Desabrochó mi camisa y siguió hacia abajo. Bajó mis pantalos y los calzoncillos de una vez, y me quedé ahí con el miembro parado. ‘Por favor, suélteme jefe. Déjeme tocarlo. Quiero complacerlo’. Sonrió y me dijo ‘ Si eres obediente dejaré que te la comas’ Dijo metiendo dos de sus dedos en mi boca a lo que chupé con deleite. Con su otra mano acercó mi cuerpo hacia su pecho. Separó mis nalgas y empezó a meter esos dedos mojados con dificultad. ‘Ay duele jefe, no tan brusco’ . ‘Cállate, o te dejaré atado acá hasta mañana’ ‘ No por favor jefe, haré lo que me diga’.

Mientras me quejaba, podía ver su cara de placer. Me tenía donde quería y podía hacer lo que quisiera conmigo. ‘Haber,, mójalos bien si.’ Empezó nuevamente a meter sus dedos en mi boca. Uno a uno los succionaba como un niño. ‘Muy bien, así bien putito te quiero’. Los sacó de mi boca y me atrajo hacia la suya.  Empezó a besarme mientras sus manos me abrían las piernas y sus dedos empezaron a entrar sin piedad en mi culo. Mis gemidos quedaban ahogados entre su lengua que se movía dentro de mi boca furiosa. Tenía dos adentro y empezó a follarme con ellos. ‘ Ahh, ay , jefe mmm..’ ‘Abrete bien para mí’ Llegó a meter tres y un par de lágrimas cayeron de mis ojos. Me besaba mientras me decía lo bien putito que era.

‘Creo que te la has ganado, maricón’ Me puso de lado de él. Todavía con los dedos en metidos. ‘La quieres toda?’ ‘Oh, sí jefe…’ Sujetando su verga con la izquiera y con la derecha metida en mí como títere. Me dijo que la abriera bien grande por que me iba a entrar toda. Sin embargo, esperaba que me soltara las manos para poder apoyarme. Pero me dijo ‘Dale, sin manos, que yo te sujeto’ Me tomó del pelo con la mano izquierda y del dolor abrí una boca que lleno con su miembro al bajar. ‘Nnmmm.. nn..’ Medio ahogado comenzó a subir y bajarme, dejandome segundos para respirar.’Ay si que lo haces muy bien, puto, te voy a abrir enterito que estas bien apretado’ Decía mientras me metía hasta cuatro dedos con la derecha.

Estaba en ese ritmo frenético cuando me atraganto con sus gran miembro. Me levantó del pelo sonriendo, mientras yo recuperaba el aliento. ‘Parece que no te la puedes toda y yo que pensé que eras todo un putito’ ‘Yo sé que puedo jefe, la quiero toda dentro. Déjeme ponerme en el suelo’ Me bajé del sillón y me puse de rodillas entre sus piernas.

Me relamí los labios y comencé determinado a tragármela sin morir ahogado. Comencé a disfutarlo tanto que mi jefe echó la cabeza hacia atrás y empezó a gemir como un toro. Con sus dos manos ahora libres empezó a acariciar mi cabeza y yo sabía que era hora de relajar mi garganta. ‘Ahhh,, puto golozo mírame mírame cuando te la comes te gusta tener la boquita llena’ Hice un ruido como un sí. El ritmo se puso más rápido y comenzó a poner presión y mi garganta se llenó como nunca. La tenía toda adentro y luego la sacó y la volvió a meter toda. ‘Haber si puedes solito’ Sacó las manos y hundí mi cabeza hasta que mi naríz toco sus vellos púbicos. ‘AHhhh… mierda! Que casi me vengo!’ Tomó mi cabeza con fuerza y comenzó a follarme hasta que sentí que se venía, ‘dale hasta el fondo’ Me llenó enterita la boca, era tanto el semen que se escurrió por la comisuras de mis labios. Yo estaba en extásis y un par de lágrimas corrieron por mi cara por la fuerza que utilizó. Cuando por fin me zafó limpió lo que quedaba en mi cara con su pulgar y lo metió en mi boca. ‘Que no se pierda ni una gota’. --- Yo pensé que después de esa descarga se le habría bajado la erección pero estaba dura todavía y faltaba mi culo por ser llenado….