Me cogí a un policía

Una salida de cumpleaños con amigos puede terminar de una forma que no te esperas... Llena de semen de policía por ejemplo

Nunca fui una chica muy sociable o de muchos amigos pero si conocía a mucha gente porque los pocos amigos que tenia, eran sociable. Yo nunca lo fui. Sin embargo, logre hacer dos amigos con facilidad en la universidad. Pensaban igual que yo, tenían los mismo gustos que yo y, lo mas importante para mi, yo les caía bien.

Al principio, y como es común supongo, no les tenia demasiada confianza y los respetaba muchísimo. Con el tiempo, nos abrimos muchísimo mas entre nosotros y comenzamos a hablar de problemas personales, de parejas y hasta de sexo. Nick y Samantha confiaban mucho en mi y yo en ellos, mas nunca nos habíamos juntado fuera de la universidad.

El 5 de Junio del 2019, llego el día en el que salimos por primera vez. ¿La razón? Se habían enterado que yo cumplía 20 años. Según ellos, cuando cumplieron 20, hicieron super fiestas y se alocaron y emborracharon y otras cosas (ellos eran dos años mayor que yo). Sin embargo estaban al tanto de que yo no era muy fan de las salidas, ni de las fiestas.

-Solo vamos a un bar, nada mas- me dijo Samantha, tratando de convencerme.

-Yo solo bebo cerveza- me excuse.

-Hay cerveza en los bares, April- me dijo Nick-. Además seguro habrá algún chico o chica linda que pueda ayudarte con tu falta de sexo.

-Estamos en la universidad, cállate- le dije riendo y mientras mi cara se ponía un poco roja.

El tema sexualidad también había sido tocado entre nosotros tres; a pesar de que me sentía un poco atraída por Nick al principio, no me sorprendió que sea gay. Y, a medida que tomábamos confianza, se dieron cuenta que a mi me gustaban tanto los chicos, como las chicas, de ahí el anterior comentario de mi amigo. Sin embargo, ellos tenían novio y yo no, de ahí también su interés por hacerme tener sexo.

-Vamos, ¿si? Para liberarnos un poco de los estudios.

-Bien, bien -accedí al fin- a ver si así dejan de molestarme.

El sábado de esa misma semana, me arregle para salir. A pesar de que negaba querer ir, si esperaba salir y ver si podía encontrarme a alguien con quien saciar mis ganas de sexo. Aprovechaba al máximo mi cuerpo siempre que podía, no era delgada, al contrario, tenia sobrepeso, pero tenia buenas tetas así que me puse una camiseta escotada pero no tanto. Mi culo, bueno, podría estar mejor, pero me aseguraba de usar ropa ajustada pues siempre me había gustado la curva que se hace con mi cintura y mi cadera.

Ya vestida, salí de mi habitación. Mi mama desaprobó mi atuendo como siempre, sin embargo yo ya era mayor y ya no podía ordenarme que me cambie. Mi papa no me dijo nada, no hablaba con el casi porque lo detestaba y yo siempre le contestaba mal así que procuraba no hablarme y estaba agradecida por eso.

Nick paso a buscarme a eso de las nueve (el era el único que tenia auto) y fuimos a buscar a Samantha. A las nueve y media ya estábamos sentados en el bar y con un vaso de cerveza cada uno, esperando por una bandeja de papas fritas con queso que debían traernos.

-Y peleamos de nuevo por eso- finalizo Samantha otra anécdota de otra pelea con su novio.

-Si pelean tanto, ¿por que no lo dejas?

-Como se nota que no tienes novio -me dijo ante mi comentario y yo me reí.

-Me hiciste acordar- se entrometió Nick-. ¿Ya viste a alguien interesante?- me pregunto.

-¿Me trajiste con el único objetivo de que tenga sexo?

-Puede ser- contesto y volví a reírme-. Te vi mirando al policía de la esquina-emití un ruido con la boca quitándole importancia.

-Si, es lindo, ¿y que?

-Ve a buscarlo.

-Esta trabajando- le dije con obviedad.

-¿Y? ¿Nunca te calentaste en el trabajo?- sonreí con sarcasmo ante la pregunta de mi amiga.

-No voy a ir a buscarlo.

-Como quieras, si no vas tu, iré yo mas tarde- dijo Nick en modo de broma y yo me reí.

El tema lo dejamos ahí, sin embargo, era cierto que no podía dejar de mirar a aquel hombre que se encontraba de brazos cruzados y completamente serio parado junto a su patrulla. Quizás era el hecho de que tenga uniforme lo que me excitaba tanto, porque el era lindo y se notaba que tenia buen cuerpo, pero jamás me habría interesado en el en otro contexto, mas que nada por que sabia que estaba fuera de mi alcance.

Eran las once cuando decidimos que nos iríamos. Al subir al auto, insistían con que yo veía mucho a aquel hombre y volvieron a animarme a que me acercara a hablarle. Ya cansada, abrí la puerta del auto y ellos me aplaudieron y vitorearon despacio mientras caminaba hasta esa patrulla.

Mientras caminaba hacia allí, pensaba: ¿Qué le voy a decir? ¿Y si no esta solo? ¿Y si me rechaza? ¿Y si es gay? ¿Y si tiene novia? O peor, ¿y si tiene esposa e hijos?

Estas preguntas hicieron que mi plan de ir y coquetearle directamente, cambiase al plan B: Preguntarle estúpidamente por un dirección.

-Disculpa- le dije con una sonrisa. Él me miró con aquella cara seria que notaba había tenido toda la noche y que habría asustado a cualquiera estoy segura. Sin embargo, a mi me gustaba. Lo hacia lucir como alguien difícil de conquistar y si yo lo lograba, iba a lograr tener muchísima confianza en mi misma. Bueno, no solo era esa la razón, también me calentaba aquel rostro serio, por alguna razón-. Estoy buscando la casa de una amiga y estoy un poco perdida. ¿Crees que podrías ayudarme?

-Hare lo que pueda, ¿Qué calle buscas?- me respondió. Su voz era tan ronca y sexy como me la había imaginado, y en lo único que podía pensar después de que me haya dicho eso, era en lo asombroso que seria escucharlo decirme que quería cogerme-. ¿Hola? ¿No querías ayuda?

-Si- respondí con una sonrisa nerviosa al darme cuenta que me había quedado viéndolo como estúpida-. ¿Sabes que? Mejor no- dije y él me miro confundido-. No estoy perdida, es que me pareciste muy sexy y venía con la intención de invitarte una copa o algo- comencé a sincerarme mirando las botas en mis pies-. Pero estas trabajando y no te conozco, no se si tienes novia o esposa o hijos, no se si te gustan las chicas, no se nada sobre ti. Y, la verdad, la única razón por la que vine es por que mis amigos estaban presionándome y yo no tengo sexo hace mucho y no te tendría que estar diciendo estas cosas, disculpa.

Él no dijo nada, sonrió apenas estirando su labio hacia la izquierda y ladeo la cabeza mirándome.

-¿Puedo hablar?- me preguntó.

-No si es para rechazarme, por favor- dije eso sin pensar. Volví a hacerlo sonreír.

-Tampoco tengo sexo hace tiempo- me dijo aun serio pero con cierta simpatía en su voz-. Mi turno termina a las doce, si me esperas, yo pago el hotel.

-¿Lo dice en serio o estas jugando?

-¿Tengo cara de que estoy jugando? -me reí. No solo me causaba gracia el hecho de que lo decía completamente serio, sino también que yo sonreí o me reía muchísimo mientras que el apenas levantaba su labio.

-Okey- le dije al final-. Escucha, si esto es una broma yo...

-No acostumbras a conseguir las cosas tan fácil, ¿no?- me interrumpió.

-Jamás- respondí.

-Yo también creo que eres sexy- dijo. Me miro de pies a cabeza, frenó un rato en mis pechos y luego en mi cuello. Por ultimo, volvió a mirarme a los ojos-. Me gusta tu escote- murmuró solo para que yo lo escuche. Sonreí por eso.

-Bueno, escucha, no confío en esto pero voy a quedarme una hora mas solo porque quiero- logré sacarle otra sonrisa pequeña de esas que ya estaban empezando a gustarme. Escuché mi teléfono vibrar en el bolsillo de mi pantalón pero lo ignoré- Si es cierto, voy a estar esperando en el bar de enfrente- señale el bar en el que antes estaba con mis amigos-. Si no es cierto y solo quieres jugar conmigo, entonces me iré 10 minutos pasadas la medianoche, ¿okey?

-Okey - confirmó y miró hacia otro lado como si yo no estuviera ahí.

-Okey - confirme yo también y me di la vuelta para volver con mis amigos, sin embargo, el auto no estaba. Saque mi teléfono de mi bolsillo y leí el mensaje.

De Sam <3: "Vimos que te fue bien y nos fuimos, cuídate por favor, el año que viene terminas la carrera y no quiero verte con un bebe en tu graduación"

Sonreí por eso y volví a meterme al bar.

La próxima hora la pase bebiendo mas alcohol y probando bebidas de las que nunca había escuchado. Creo que estaba cerca de quedar borracha por primera vez en mi vida cuando recordé que debía volver a casa en algún momento, así que vi la hora.

00:15

-Mierda- me queje y me tire hacia atrás en mi silla-. No puedo creer que me haya quedado aquí por sexo con alguien que no conozco y que, además, me dejó plantada.

-Si, bastante patético en mi opinión- contestó alguien junto a mi. Me gire para ver a aquel hombre que antes tenia el uniforme de policía mas sexy de la historia pero que ahora solo llevaba ropa común y corriente. Aun así, me calentaba igual. Nick me dijo que el alcohol lo ponía mas atrevido y caliente de lo norma, quizás era lo mismo conmigo-. Creo que eres sexy aun estando borracha, pero no creo que sea adecuado que yo tenga sexo contigo en ese estado- sonreí. En otro momento, su ética y moral me hubiese impresionado y hasta parecido tierno. En ese momento, en cambio, la detestaba.

Me levanté de mi asiento para poder pararme mas cerca de el.

-¿Y si te lo pido?

-¿Pedírmelo?- me pregunto un poco confundió y yo asentí sonriendo y mirando su rostro. En cuanto volteo para mirarme también, fueron varios segundos los que estuvimos frente a frente, viéndonos a los ojos-. ¿Qué edad tienes?

-Que verifiques que todo sea legal me parece aun mas excitante- confesé. Para ese entonces estaba 100% segura de que el alcohol me brindaba esa confianza al hablar que usualmente no tenía.

-¿Que edad tienes?- volvió a repetirme.

-Menos que tu seguro, pero no lo suficiente como para meterte en un compromiso legal.

-¿Y tu nombre cual es?- en cuanto termino de formular aquella pregunta, me reí. Me causaba gracia el hecho de que quería coger con aquel hombre sin que el supiera el mío o yo el suyo.

-April - conteste.

-Will- se presentó. Igual que yo había hecho antes, se paro aun mas cerca de mi, de manera que mi cabeza quedó casi pegada su hombre-. Pídemelo.

-¿Que?

-Dijiste que ibas a pedírmelo. Pídeme lo que quieras.

Suspiré, no solo por su cercanía, Will realmente parecía estar dispuesto a cumplir cualquier capricho sexual que yo le pidiese en ese momento. No lo conocía de nada, pero no parecía ser de aquellas personas que suelen bromear mucho.

-Quiero que me cojas- lo admití. Él giró su cabeza para mirarme. Will debía mirar hacia abajo porque él no era muy bajo y yo no era muy alta. Yo estaba al tanto de que, con solo decir eso, ya había dejado claras mis intenciones esa noche, aun así la forma de decirlo me pareció muy brusca, por lo que decidí agregar un deje de súplica- , por favor.

Él suspiró; parecía haberle gustado oírme suplicar. En ese instante recordé la manera en la que se había detenido a mirar mi cuello, no solo mis tetas. Pareciese que él también lo había recordado, pues me preguntó algo relacionado al tema.

-¿Usas chokers porque se ven bonitos o por algún otra cosa?

Creo que era la primera vez que me preguntaban eso, seguramente por que ningún raro preguntaría por que uso un accesorio tan común como un choker. Will no era un raro, lo sabía y me excitaba saber el por qué de su pregunta.

-Te respondo en el hotel- por primera vez vi una sonrisa completa de parte de el, una sonrisa sexy y misteriosa, pero una sonrisa al fin y al cabo-, ¿vamos?

-Vamos.

Will tenía un auto que estacionado a dos calles de ahí. En cuanto nos subimos, tardamos alrededor de siete minutos en llegar a un hotel. Sabia que eran siete pues, durante esos siete minutos, él no dijo nada, por lo que mi único entretenimiento era ver como pasaba la hora. Se mantuvo serio y callado todo el trayecto: desde que salimos del bar, hasta que entramos en la habitación del hotel. En cuanto di un paso dentro, me sobresalte al en cuanto me dejó atrapada entre él y la pared.

-¿Por que usas chokers?- volvió a preguntarme estando muy cerca de mi cara al estar inclinado hacia adelante.

-Si te lo digo, pensaras que soy rara - le advertí.

-Si es lo que pienso, voy a pensar que eres aun mas sexy que ahora- así, sin tener la mas mínima idea de lo que Will podía estar pensando, respondí tratando de convencerme en que era la única respuesta posible.

-Me excita que me ahorquen.

Él, a diferencia de lo que me esperaba, volvió a sonreír. Luego mordió su labio, estaba tan bueno en ese momento, incluso me parecía mucho mas atractivo que cuando tenia su uniforme y diablos que amaba como le quedaba su uniforme.

Su mano se acerco para tocarme por primera vez. Su dedo pulgar pasó por mi labio mientras su mano izquierda acariciaba mi escote, sin embargo, la verdadera razón por la que decidí rendirme ante él tan rápido (algo que comúnmente no hacia), fue por la rapidez y la seguridad con la que me tomo del cuello, como si nos conociésemos de años y supiera que eso no causaría nada en mi mas que excitación.

Gemí ligeramente al sentir presión en mi cuello.

-¿Te gusta?- asentí como pude mientras un par de gemidos involuntarios se escapaban de mi boca de vez en cuando-. ¿Qué mas te excita?

-Que me digas que hacer.

-¿Si?- volví a asentir mientras Will seguía agregando presión a mi cuello- .¿Que mas?

-Quiero que me cojas fuerte, por favor.

-Dios mío- murmuró soltando mi cuello-. ¿Vas a obedecerme a partir de ahora?

-Si, haré lo que quieras.

-Bien, entonces no te muevas.

Obedecí como si mi vida dependiese de ello, ni siquiera baje la mirada cuando el comenzó a agacharse. Lo sentí desabrochar mi pantalón y bajarlo hasta mis tobillos. Me ordenó que levante mis pies para sacármelos, también me ordeno que me saque la chaqueta y la camiseta. Y yo obedecí en todo, todo lo que me decía, lo hacia. Me calenté tanto, que cuando él corrió mis bragas hacia un costado, yo ya estaba completamente mojada. Y ni hablar de lo mucho que me excito que pasase su lengua por mi coño.

Suspiré. Will había comenzado una buena sesión de sexo oral en mi entrepierna. Quise levantar mi pierna, ponerla sobre su hombro y empujar su cabeza para que no deje de causarme placer, pero quería obedecerlo, así que lo mucho que me moví, fue para tirar mi cabeza hacia atrás, cerrar los ojos y gemir por lo rico que me la estaba chupando.

-Ay dios mío- dije cuando sentí como metía un par de sus dedos mientras frotaba mi vagina con los restantes- , que rico, papi.

Aquel apodo pareció gustarle, pues sus dedos aumentaron la velocidad y, aunque parecía imposible, las habilidades con su lengua mejoraron notablemente. Mis piernas comenzaron a temblar y, segundos después, sentí mi liquido correr por mis muslos. Mi orgasmo fue tal que perdí el equilibrio y, si no fuese por que Will se había parado en el momento exacto, yo me hubiese caído al piso.

-Que rica estas- me dijo mientras yo aun trataba de recuperar mi respiración por aquel orgasmo tan placentero. Volvió a tomarme del cuello para obligarme a verlo y, a pesar de que aun no podía respirar con normalidad, me encantó que me tomara con tanta seguridad de nuevo-. Suplícame que te coja.

-Cógeme por favor- hable como pude-, quiero que me metas tu verga, que me partas al medio. Por favor, cógeme. Te lo suplico.

-Me encantas, hija de puta- la rudeza de sus palabras me calentaron muchísimo. En ese momento pensé que ese hombre había sido diseñado únicamente para mi placer sexual, pues todo lo que decía o hacia era digno de uno de mis orgasmos-. ¿Quieres mi verga?

-Si, papi.

-¿Donde quieres que te la meta?

-Por todos lados.

-Quítame el pantalón y chúpamela.

Soltó mi cuello y yo caí rendida al suelo. Vi a Will sentarse en el borde de la cama, esperando por que yo me acerque y lo obedezca. Gatee hasta estar arrodillada frente a él y en menos de dos minutos, ya estaba chupando su verga lo mejor que podía.

Yo no tenía mucha experiencia en el tema, pero quería complacerlo y parecía que lo estaba logrando. Sus gemidos se escuchaban demasiado altos, me encantaban. Su verga me encantaba también. Medía alrededor de 15cm estoy segura, no me entraba por completo en la boca. Tenía la verga mas rica que había visto y probado en mi vida. Claro que no había probado muchas de todas formas, no es como si fuese muy promiscua, pero si era la mejor hasta ese momento.

Will colocó su mano en mi nuca y comenzó a mover mi cabeza para guiarme. Decidí mirar su rostro solo un segundo y me encantaba la forma en la que mordía su labio y miraba mi boca subir y baja en su enorme pene.

-Ya es suficiente- me frenó tomando mi pelo y tirando mi cabeza hacia atrás-. Acuéstate en la cama- ordenó mientras se levantaba. Me levanté del piso y cuando estuve en la cama, lo vi quitarse la ropa hasta que quedó completamente desnudo. Su piel estaba completamente limpia, no percibí tatuajes, lunares o alguna cicatriz. O al menos no que yo haya visto hasta que se acercó a mi y se posicionó entre mis piernas con su verga apuntando a mi coño.

Sin metérmela, se recostó encima mío hasta estar cerca de mi rostro. Estaba comenzando a molestarme un poco que se acercara tanto y no me besara jamás, pero no dije nada.

-¿Por que no me coges de una vez?

-Te daré una ultima orden- me dijo-. Todo lo que se te pase por la cabeza, quiero que lo digas.

-¿Que lo diga?

-Que lo grites- me corrigió-. Quiero que me grites lo que pienses, de mi, del sexo, de cualquier cosa, que lo grites, ¿si?

-Si- accedí. Sin que me lo espere y apenas termine de decir aquella palabra, me metió se verga por el culo. Me dolió muchísimo pero, obedeciendo sus ordenes, ni siquiera dude en gritar lo que pensaba-. Ay Dios mío.

-¿Te duele? - me preguntó. Su actitud parecía haber cambiado desde que nos pusimos en la cama, se veía más tierno que antes y más preocupado por mi, pero estaba segura de que seguía cogiendo igual de rico.

-Si, un poco - le respondí, Él sacó su verga de dentro de mi y procedió a metérmela en la vagina, luego volvió a mi culo y así sucesivamente logrando un mete y saca que se turnaba entre mi parte trasera y mi coño-. Ay que rico se siente.

-¿Te gusta, putita?

-Me encanta, papi- Will colocó su mano en mi cuello por tercera vez y presionó, haciéndome gemir aun mas de lo normal aquella noche-. Si, fuerte, cógeme fuerte.

-Ponte en cuatro- me ordenó-, te voy a romper el culo- en ese momento me pegó una cachetada. En otro contexto eso obviamente me habría molestado, pero estaba tan emocionada porque vacié su semen dentro de mi.-. Uff que rico culo tienes, me encanta- comentó una vez que estaba en posición con mi culo listo para él.

-Es tuyo.

-¿Es mío?

-Si, haz lo que quieras - le di pase libre.

Tomándose aquello muy a pecho, comenzó a cogerme tan fuerte por el culo que en un momento creí que estaba sangrándome. No iba a pararlo, Will realmente estaba cogiéndome como siempre quise que alguien lo haga. La diferencia era que, los chicos con los que había cogido antes, me conocían y no estaban dispuestos a tratarme con tal rudeza. Él me había conocido aquella noche, para él solo era una chica algo borracha y excitada, y él estaba excitado también. Y lo demostró en aquel momento en el que estaba sintiendo mayor placer en mi vida entera.

-Ay me vas a partir al medio, ¡que rico, papi!

-Si, grita lo que quieras- una de sus manos rodeo mi pelo y lo tiró hacia atrás. Sentí el rostro de Will junto a mi cara y su boca en mi oreja-. Grita lo que piensas.

-¡Mas fuerte!- grité. Él obedeció mis peticiones y comenzó a moverse mucho mas rápido y fuerte-. Ay si, si que rico, me encanta tu verga.

-A mi me encanta tu culo. Te lo voy a llenar de leche.

-Si, papi, la quiero toda adentro.

-¿Que quieres?

-Quiero toda tu lechita.

-Ay dios mío, me encantas- él tiró aun mas de mi cabello. Ambos ya estábamos completamente sudados. En ese momento en que Will comenzó a lamer mi cuello sin dejar de cogerme, sentí cierto temblor en mis piernas, estaba por correrme.

-Ay ya casi me corro.

-No lo hagas- me ordenó. A pesar de que era un petición difícil de completar en aquella situación, aguante lo mas que pude con tal de obedecerlo-. Ya casi, mi amor, casi termino- aquel apodo nuevo para mi que, estaba segura, le había salido inconscientemente de la boca, me había gustado muchísimo.

-Voy a acabar.

-Todavía no, aguanta.

-Pero me estas cogiendo muy rico, no puedo aguantar.

Antes de que pueda obtener mi orgasmo, él tuvo el suyo. Sentí su semen llenar mi culo, lo sentía dentro de mi y corriendo por mis nalgas.

-Córrete- me ordenó comenzando a masturbar mi coño-, córrete para mi.

Al fin, sintiendo aquella liberación satisfactoria entre mis piernas, me corrí. Tuve un orgasmo como nunca lo había tenido antes. Una de las manos de Will continuaba masturbándome, la otra se encargaba de apretarme las tetas y su boca continuaba besando y lamiendo mi cuello de vez en cuando. Me sentía en el paraíso y estaba segura de que iba a hacer lo que sea para coger con él nuevamente.

La mano que apretaba mis tetas subió hasta mi cuello. Sus dedos tocaron el dije que colgaba de mi choker y su boca abandonó mi cuello para subir hasta mi oreja.

-Nunca tuve tantas ganas de cogerme a alguien de nuevo como ahora - susurró. Eso ocasionó una pequeña risa de mi parte mientras aun me recuperaba de mi orgasmo.

-Algo debo haber hecho bien.

-Hiciste todo bien - en su tono de voz se notaba que habia disfrutado igual o mas que yo. Saco su pene de dentro de mi y se recostó en la cama para recuperarse también.

En ese momento decidí aprovechar para poder ir al baño. Después de hacer mis necesidades, miré mi reflejo en el espejo; definitivamente había sido buen sexo. Mi cara roja y mi cabello despeinado me lo decían. Comencé a arreglarme un poco, peinarme con los dedos y acomodar la ropa interior que en ese momento recordé que aun tenía puesta.

Salí del baño; Will estaba acostado en la cama, la manta tapaba su cuerpo de su cintura para abajo, su respiración ya se había calmado y entre sus manos tenía mi identificación.

-Si era menor de edad, lo hecho hecho está- le dije llamando su atención. Había vuelto a tener aquel rostro serio que seguro había tenido durante toda la noche, pero al que no le di importancia mientras teníamos sexo.

-Fue tu cumpleaños- me respondió. Torcí la boca acercándome a la cama nuevamente.

-Si, ¿y?

-No me lo dijiste.

-No ando diciéndole mi fecha de cumpleaños a cada persona que conozco- respondí quitándole mi identificación de las manos-. No revises mis cosas.

-De todas formas ya revise suficiente- me respondió-. ¿Te vas?- me preguntó cuando vio que comencé a buscar mi ropa por el suelo.

-Si.

-¿Por qué?

-No todos en el mundo somos independientes, yo sigo viviendo con mis padres y si no llego a casa pronto, me cortan la cabeza- dije abrochándome el pantalón.

-¿No eres una chica rebelde?- me reí un poco por aquella pregunta.

-No, soy muy buena y obediente.

-Me di cuenta- sonreí por aquella referencia a nuestro juego sexual de minutos antes. Terminé de vestirme por completo y, cuando subí el zipper de mi segunda bota, Will volvió a hablarme-. Me gustaría darte un regalo de cumpleaños, si me dejas.

-¿Regalo de cumpleaños?-pregunté ya parada y viéndolo recostado en la cama. Inconscientemente mis ojos pasaron de forma rápida por el sector de su entrepierna y, por desgracia, ese gesto no pasó desapercibido.

-Parece que me lees la mente- me reí por eso. Él volvió a sonreír de manera mínima-. ¿Me dejas darte tu regalo de cumpleaños?

-Puede ser.

-Dame tu numero.

-¿Es una orden?- esta vez sonrió mas ampliamente.

-Si.

-Okey- accedí sentándome en el borde de la cama para poder escribir mi numero en su teléfono.

-No quiero que nuestros encuentros sean únicamente sexuales de todas formas.

-¿A no?

-¿Te gustaría tener una cita?

-¿Sin sexo?

-Dije que no quiero que sea únicamente sexual no que no quiero sexo contigo.

-¿Si quieres sexo conmigo entonces?

-¿Tu no?- me reí por aquel juego de preguntas interminables en el que nos estábamos metiendo.

-Ya me voy.

En el momento en que traté de levantarme de la cama, él tomó rápidamente mi muñeca y me tiró encima de su cuerpo y, por primera vez, me besó. No fue romántico, fue sexy y automáticamente quise volver a desnudarme y que me coja de nuevo, por lo que tuve que separarme antes de comenzar a tocarlo y llegar aun mas tarde a mi casa.

-La próxima te quedas durmiendo conmigo.

-¿Es una orden?- pregunté por segunda vez.

-Si.

-Okey- accedí.

Al salir del hotel y casi como si me estuvieran espiando, recibí un mensaje de mis amigos preguntándome si estaba todo bien. Pedí un Uber y, mientras esperaba, comencé a grabar un audio para mandarles.

-Tenían razón, me faltaba buen sexo, gracias por incitarme a hablarle. No puedo creer que me cogí a un policia...